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24. LA MITAD FALTANTE

Pequeña pero confortable... la habitación no había sido difícil de encontrar el día anterior ya que era la única que estaba preparada para visitas. Se vería más hermosa todavía de no ser porque Des quito las macetas y floreros dejándolos en algún mueble del pasillo.

¿Qué hora era? Esa fue la pregunta que lo hizo darse cuenta de que había pasado todo el día anterior durmiendo mientras trataba de olvidarse de que estaba custodiado en peligro de que una mafia lo asesinara. Claro... por su nombre ¿Qué podía salir mal?

Salía de la habitación hacia el primer piso sintiéndose culpable por haber ignorado a la señora que nada hizo para merecer su desprecio, más aun cuando vio que ni quitar las flores de la habitación había servido ya que estas estaban totalmente secas y marchitas.

-Veo que te levantaste- La voz femenina hizo que girara con urgencia por el susto.

Algo avergonzado el muchacho bajo la mirada, cuan raro debía verse con su ropa del día anterior aun puesta.

-Ven conmigo- La señora lo llevo hasta la cocina donde le dio un desayuno bastante simple pero delicioso. Des era perspicaz, por lo tanto la suma de detalles hacia que se preguntara por la identidad de la mujer y el papel que jugaba en una situación así. Es decir, mafia, peligro, Italia... ¿Qué hacia una ama de casa tan amable metida en eso?

-Disculpe señora...-

-Dime Cara, no me gusta que me llamen así, me hace sentir vieja- Protesto.

-Cara ¿Usted sabe porque estoy aquí?- Pregunto mientras jugaba con el borde de su taza.

-Mi hijo me pidió de favor que te tuviera conmigo, francamente creí que serias otra persona pero me parece maravilloso que tenga más gente que le importe...- Siguió hablando pero el joven se desconectó.

"¿Su hijo?" La alarma en su cabeza se encendió, ahora estaba casi seguro de sus sospechas, solo hacía falta la pregunta adecuada. Si era lo que pensaba, él mismo se encargaría que...

-... tu nombre-

-¿Eh?- Espero no haber metido la pata.

-Que hasta ahora no se tu nombre- La mujer se sentó junto a él con una taza de café.

-Des, solo así- Agrego dado que algunas personas solían pensar que era un apodo.

-¿Y tú apellido?- Inquirió con una sonrisa lasciva.

-Aeva-

La expresión de la señora cambio llevándose una mano a la sien, parecía irritada o hasta molesta, quizás debió obedecer a Margot y quedarse callado.

-Seguro ese idiota te metió en esto...- Pronuncio a sí misma.

-¿Quien?-

-Mi ex pareja... él y su afán de encubrir a Nickolas... ya entiendo por qué tanta insistencia en que conservara ese apellido...-Se levantó para buscar algo dulce que comer, al darle la espalda a Des no pudo percatarse que este había quedado pensativo en su lugar, casi catatónico-... espero no te estén haciendo pasar un mal rato, siéntete cómodo aquí hasta que mi hijo lo arregle-Ofreció.

-¿Cómo lo hará?-

Ella pensó un poco- No lo sé...-Miro a la nada con algo de nostalgia-... mi familia suele mantenerme al margen de todos esos asuntos- No podría culparlos, tanto su primogénito como su sobrina sabían de muchas cosas por las que había atravesado solo por haberse enredado con el hombre equivocado; una vida sin tranquilidad donde una palabra de sobra podía acabar con familias enteras... de verdad que había costado demasiado hallar un lugar y situación en la que por lo menos podía aparentar una vida regular. De lo único que se lamentaba aquella mujer era de la vida a la que fue arrastrado su pequeño.

Des vio como el aura de la mujer se puso extrañamente amarga, su lado empático lo obligo a querer intervenir y aunque se acercó poniéndole una mano en el hombro, un extraño deja vu le gritaba que se alejara... seguro solo era el estrés:- No quiero molestarla...-Ella se giró-... pero de verdad necesito saber cómo fue que me metí en esto-

-Está bien, siéntate... te contare todo-

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EN ITHIS

Se realizaba la reunión quincenal en el salón barroco como era usual. En la cabecera Sabiduría quien anunciaba la inclusión de Guerra (cosa bastante redundante) y las medidas que Vida había planeado, estas consistían en la actualización del mundo por parte de cada dios lo que en esencia se resumía en "convivencia".

Terminada la reunión, algunos se fueron y otros se quedaron... y como correspondía al dios benefactor debía acompañar al rubio para ayudarlo con el equilibrio de sus poderes dada su inestabilidad, pero este fue retenido un momento por su mejor amigo quien pidió hablar a solas con él en un lugar privado.

-¿Qué sucede?- Pregunto con los brazos cruzados y algo aburrido.

El contrario se sacó los lentes y le dirigió una mirada indulgente-¿Cómo has estado?-

-¿Estado de qué?-

-No ha pasado mucho desde que se decidió que te quedarías en Ithis y ya se te ve más... "marchito"- No supo si escogió bien las palabras pero el rostro cansado y algo hastiado del dios bien valía un poco de su preocupación.

-Bien sabes que no soy alguien que se quede quieto, quisiera volver a la tierra para hacer mi trabajo pero tengo una responsabilidad aquí- Explico con seriedad refiriéndose a ese infructuoso secreto que guardaba Amor, tarde o temprano tendría que averiguarlo.

-Trata de relajarte... aún falta demasiado para que estemos seguros de que Guerra no causara más anomalías en el equilibrio-

-Empiezo a dudar de que eso suceda pronto-Pensó en voz alta.

-¿Por qué lo dices?-

-Vanidad no es una gran influencia que digamos- Intento suavizar las palabras.

-Ni que lo digas, pero solo nos tenemos a nosotros... por mas odios o rencores, todos nos acompañaremos hasta el final de los tiempos- Hablo con solemnidad.

-Si... eso creo-

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Mientras, el salón iba quedándose poco a poco vacío a excepción del rubio quien logro aislar a Amor; tenía que hablar con ella para poder conseguir la información faltante ¿Y quién sabe? Quizás matar a dos pájaros de un tiro.

-Ya te dije que no- Respondía molesta la diosa ante la petición del contrario.

-No creo que sea tan malo... además, recuerda lo que dijeron en la reunión, deben facilitarme las noticias para acostumbrarme de nuevo a mi trabajo- Se mantenía firme y marcial, estoico como un roca, no dejaría que lo amedrentaran.

-En primera, no controlas bien tu fuerza; en segunda, falta mucho para que Vida apruebe que vuelvas a la tierra; y por último, este "secreto" no tiene nada que ver con tu trabajo-Contaba con sus dedos.

-Puede que no directamente, pero de todas maneras...

... me interesa saber por qué Muerte no está aquí-

Las últimas palabras sonaron como un eco por todo el salón hasta ser oídas por el dios benefactor quien ya iba de regreso después de despedirse de Sabiduría. Una inquietud se le planto en la cabeza, no sabía si estaría bien espiar pero quizás así llegaría más al fondo de aquellas cuestiones que le habían ocultado.

-Lo sabrás cuando regrese, con permiso- Se dio la vuelta pero fue retenida por la muñeca.

-No creo que quieras que le pregunte directamente al señor "odio mi vida" ¿Verdad?- Casi amenazo.

Amor se debatía internamente de que tan conveniente o no seria que eso sucediera, si Vida se enteraba quizás indagaría y podría explicarle de buena manera lo que había sucedido... pero si simplemente rompía la promesa, cualquiera podría contarle las cosas y hasta quizás cometer algún error.

-Pregúntaselo a Vanidad cuando decida quitar el juramento- Se zafo con fuerza.

-Ah...-Se llevó una mano al mentón-... entonces él no lo sabe...-empezó a rodear a la fémina con pasos suaves cual depredador acechando a su presa-... ¿De verdad es tan grave?-

En ese momento, unos pasos hicieron eco entre el silencio incómodo y la mirada asustada de Amor.

-¿Hiciste un juramento?- El benefactor lucia molesto, pero satisfecho al saber que ya la tenía acorralada y estaba cerca de averiguar la verdad.

-Vi... vida, es que...-

-¿Tu y cuantos más?- Exigió saber bajo la mirada satisfecha de Guerra.

Ella bajo la mirada, no triste o avergonzada... simplemente era renuente a contestar. Suspiro resignándose, tendría que soltar de una vez lo sucedido... quizás era lo mejor.

-Bien... quitare el juramento...-Dijo mirando al rubio-... pero deja que yo te lo explique-dicho esto procedió a aparecer la equis blanca sobre la piel del lado izquierdo de su pecho y romperla con el movimiento de su mano.

Vida miro al otro dios indicando que lo buscaría después, primero tendría una larga charla con ella.

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¿Cómo explicar la situación? ¿Cómo aclarar la verdad? Ojos llenos de miedo, odio, rechazo. Y todos aquellos sentimientos iban contra él.

Amor se hizo espacio entre algunos de los presentes, tenía que ver con sus propios ojos lo que uno de sus ayudantes le afirmaba -Mu... muerte- No podía creerlo.

Él tenía su Oz en el cuello de Vanidad en posición de ataque, noto que el lugar evidenciaba una pelea voraz... ¿Cómo había llegado hasta la sala de reuniones? Miro a su alrededor y vio a la mariposa escabullirse por donde nadie la notaba. Cansado y con la cabeza dándole vueltas miro a su alrededor, al parecer la pelea llamo a espectadores.

-¡Él me ataco!...- Vanidad lo acusaba desde el suelo-... ¡Casi me corta el cuello!- Afirmaba.

-Yo... no...- Las miradas lo acusaban ¿Quién le creería? Nadie por supuesto.

-¡Quiso matar a una de las mariposas de Vida!-

-¿Qué?- Para Amor esa situación rozaba lo imposible, no cuando ella sabía de los sentimientos de Muerte. Los susurros se hicieron escuchar entre palabras crueles y despectivas. Entonces lo entendió, todo estaba planeado... Muerte había caído en la trampa de aquella mujer.

-¡¿Dónde esta vida?! ¡Debe reclamar por esto!- Vanidad buscaba con la mirada al susodicho, se dio cuenta que su plan no resulto tan bien como lo planeo, pero al menos había testigos... el rumor llegaría rápido hasta él.

Muerte se sintió intimidado, los susurros se volvieron voces... debía salir de ahí antes que el rechazo lo hiriera de nuevo.

Se desarmo y corrió fuera del desastre que dejo en su batalla, Amor quiso seguirle pero al ser bajita de piernas cortas, no pudo alcanzarlo antes de que desapareciera en su tele transportación.

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-¡¿Qué hizo que?!- Exclamo apenas termino de contar.

-Todo fue una trampa... él... Muerte, creyó que lo odiarías...-Una tristeza profunda y empática hacia que la voz le flaqueara-... lo creyó con tanta fuerza que por eso se fue...- Respiro y trato de continuar-... desconozco lo que sucedió antes de eso, o como llegaron a pelear... ¿Tienes idea de cuando debió provocarlo para que reaccionara de esa manera? Yo hice que todos los testigos juraran no mencionarte nada, al menos hasta que hablara con él, pero... desapareció-

Vida se quedó pensando... ¿Qué hubiera pasado si se lo hubieran dicho de inmediato? ¿Si hubiera sido testigo de la pelea? ¿Lo habría odiado más? Para nadie era un secreto el desprecio que le tenía por su trabajo ¿Le hubiera creído si Muerte le dijera que no era lo que parecía?

Ahí tenía que haber más... el dios oscuro no era una persona que reaccionara de esa forma, pero Vanidad...

-¿A dónde vas?...- Pregunto asustada cuando lo vio dar pasos apresurados hacia la salida-... ¡Vida!-

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No muy lejos, en el palacio de mármol donde residía Tiempo, este hacia una visita a una de sus torres más aisladas. Sentado en el pedestal; la vista de aquel pulcro cuarto se había visto nublada por esencia oscura, tanto así que el color blanco del lugar ya era inexistente, todo ese poder se estaba acumulando de manera casi alarmante desde hacía un par de días en donde otra reacción se presentó en la habitación o en todo caso, en el inerte cuerpo dormido.

-Ya han pasado casi 20 años...-Comento mientras ponía su mano por encima de la cabeza del dios dormido-... sería tan conveniente traerte de vuelta...- Dejo caer un pequeño reguero de polvo brillante intangible-... pero lo máximo que puedo hacer por ti es esto-

Aquella magia mantenía el alma unida al cuerpo, esa conexión invisible que se estiraba y achicaba según fuera conveniente, después de todo era parte del trato.

"II.Vos can videre deum (No podrás ver a los dioses)"

Una de cuatro reglas que habían sido la condición para someterlo a ese sueño temporal, la única que por desgracia Amor había visto y sacado una conclusión casi correcta.

Tiempo solo había sido un mero espectador durante todo el proceso, aunque solo se limitó a intervenir una vez pero de todas maneras no aseguraba resultados positivos, ¿Por qué había actuado de esa forma? Era por su temor al peor desenlace posible en aquella historia marcada por un pacto entre los señores Ithis y Nim.

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El trato estaba hecho, y solo restaba esperar a las consecuencias.

-Yo digo que será Sabiduría quien dé la cara cuando se den cuenta- Exclamo Ithis con su típico aire despreocupado tratando de mejorar el humor de su igual.

Tiempo intervino con tranquilidad- Yo creo que será el benefactor quien hable con ustedes- Alego.

-Verías los espejos- Declaro el oscuro.

-No lo hare, así probare que mi intuición es correcta...- El dios peli blanco alterno miradas entre ambos-... podríamos apostar-

-¿Quieren jugar a adivinar en este asunto tan delicado?- Obviamente a Nim no le hacía gracia.

-Oh vamos...-Ithis trataría de quitarle la seriedad-... Muerte estará bien, es más... para cuando regrese todo mejorara-

-¿Cómo puedes estar tan seguro?- Inquirió con su voz profunda.

-Tiempo me apoya...- Señalo con cierta complicidad-... ¿No es verdad?-

-Yo solo veo el futuro temporal señor, las cosas cambian con las decisiones que se toman- Afirmo.

-No puedes estar seguro entonces...-Dijo con algo parecido a una leve sonrisa de satisfacción-... mi hijo se quedara conmigo definitivamente cuando despierte- Dicho esto, giro causando un vuelo dramático de sus vestiduras y se cubrió de nuevo la cabeza con la capa.

-¡Hey! Ese no era el trato...- El peli rojo lo detuvo-... sabes tan bien como yo que no podemos alejarlo de la compañía de sus iguales ¿O piensas encerrarlo en una jaula de oro para que no lo lastimen?-

-¿No es lo que tú has estado haciendo con tu "preciado" hijo?- Remarco en un lúgubre tono.

-Señores...-Interrumpió el peliblanco-... lo mejor sería que dejaran que Muerte decidiera por cuenta propia que es lo que quiere-

El dios oscuro casi hacia evidente su frustración con un banal suspiro:-Hagamos algo Ithis...-Lo enfrento cara a cara-... si Vida descubre donde está el pedazo faltante de su alma-... señalo a la torre superior-... aceptare cualquier cosa que decida, si no... me lo llevare y nada podrás hacer para evitarlo-

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EN LA TIERRA

Un hijo obligado a cumplir con expectativas que si bien no eran imposibles, eran inhumanas...

Des entendía mejor la situación, Cara le explico que tan problemática había sido la vida de aquella familia...

Aun así... nada justificaba que lo metieran en medio.

Los días pasaron en la casa de campo; esta estaba casi en la cima de un cerro cuya base era rodeada por un caudaloso rio, los días eran soleados y de cierta forma era agradable estar ahí. La mujer era más una persona de hogar, su aura y trato era cálido a mas no dar; el muchacho podía deducir que quizás la frialdad de su hijo la hizo acumular todo ese amor para dar. Sin embargo, siempre que estaba a punto de olvidarse que estaba bajo un encierro la realidad volvía como un balde de agua fría, ya fuera con una visita inesperada de la estoica y escalofriante Margot, una llamada misteriosa que la señora procuraba atender a solas y hasta los pocos contactos que tenía con sus padres.

Y así, se le fueron dos semanas...

Des siempre procuraba no acercarse demasiado al jardín que la señora cuidaba, fue en una de esas escapadas mal planeadas a que la ayudara con la jardinera que descubrió una biblioteca casi bloqueada de la casa.

No sabía cómo, pero no presto atención a esa habitación hasta ese momento; el lugar estaba algo sucio y descuidado, cosa extraña considerando que Cara era dedicada a su hogar.

Con cuidado recorrió los lomos de cada libro en los estantes, hasta que reconoció uno, luego otro... uno más. Saco uno y lo abrió para cerciorarse, no cabía duda... estos eran todos los libros que leyó durante sus años escolares.

¿Como? ¿Porque? Era obvio quien los llevo ahí pero no entendía que tan importante era para coleccionar cada tomo que recorrieron juntos... le trajo tanta nostalgia, aquella época donde casi podía llamar "mejor amigo" al mayor. En esa época lo admiraba mucho, incluso llego a pensar que podrían mantener esa amistad por mucho tiempo, pero las cosas cambian...

Saco un par de libros más y se sentó en la mesa al fondo de la habitación, no estaría mal darle una ojeada a esas lecturas. No tardó mucho en notar un detalle, en los bordes de algunas páginas se hallaban notas... de hecho, resaltaban algunas líneas y enmarcaban varias ilustraciones.

-¿Esto...?- Trato de leerlo, pero desgraciadamente él no se sabía el abecedario ruso.

El sonido de la bocina de un auto lo asusto causando que cerrara el libro de golpe. Ese sonido solo significaba una cosa, la querida "Mary" estaba de visita.

Rápidamente guardo todo en su lugar y salió discretamente del lugar, ya tendría una oportunidad para averiguar todo lo que decían esas misteriosas notas.

Bajo al salón principal esperando encontrarse a Margot lista para dirigirle toda su indiferencia y claro desprecio; pero por el contrario, Cara terminaba de cerrar la puerta mientras sostenía un sobre elegante.

-¿Qué es eso?- Pregunto.

-Te dejaron una invitación...- Explico mientras rompía el elegante sello-... es para una fiesta de gala...- Dijo mientras iba leyendo y su mirada reflejaba confusión-... es mañana, no lo entiendo... se supone que es peligroso que salgas de aquí-

Des tomo el sobre y pudo distinguir una nota al fondo, la saco y ambos leyeron la caligráfica letra hecha a mano.

"Vendrán a las 8 por ti... y no te olvides del broche"

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Hola... ha pasado un tiempo... pero lo logre :v/

Disfruten el capítulo, se viene pronto algo buenísimo. ;D

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