12. ARDE ROMA
"Existencia rota"
La existencia de un Dios es diferente a la de un humano ya que es atemporal, es decir, el tiempo no pasa sobre sus cuerpos que han adoptado cualidades divinas para poder contener el poder que cada uno maneja, es por eso que los dioses supremos, Ithis y Nim son gigantes y omnipresentes en el espacio del universo ya que es equivalente a su poder.
El alma de un dios también posee otra cualidad, la inmortalidad; están atadas dentro del cuerpo divino para su supervivencia y va ligada a su poder.
Esos son los elementos de un dios: El alma (donde reside el poder), la inmortalidad y el cuerpo que se adapta a estos. Así la existencia es completa.
Pero no solo es eso, la misma alma del dios tiene un aura diferente a la humana, ya que estos se vuelven palomillas las cuales son parte de Vida y producto de su poder. Es algo así como fragmentarse pero sin que se acaben los recursos, sino el benefactor tendría que medirse en cuanto a los nuevos nacimientos.
El aura más pesada es la de Tiempo, quien deja su rastro a donde quiera que va... de ahí la frase "El paso del tiempo lo dejo/causo/provoco... etc, etc"
La más prolífera es la de Vida que cubre toda la tierra, y así en orden con cada dios dependiendo de qué tan consecuente sea su trabajo en las almas humanas.
Una excepción es la de Muerte, el aura de su alma es acumulativa debido a su origen; si no la usa durante mucho tiempo se va acumulando al punto de volverse visible a su alrededor, además que también depende de sus emociones.
Ahora... a los tres elementos de la existencia de un Dios se le suma la consciencia que es el regalo que los supremos le dieron a sus hijos, el ser conscientes de sí mismos y sus respectivas obligaciones; además que también les da el derecho de soñar. Pero eso ya es como un extra.
Cuando alguno de los elementos falta en el dios, se le considera una "existencia rota" y eso sucede en el momento en el que un Dios decide transformarse temporalmente en humano para recorrer la tierra. Su alma y su aura siguen ahí, el cuerpo también... pero se desligan de la inmortalidad, y a la vez no. No es como una prenda que se puede sacar y dejar en casa, aún están conectados con esta pero de forma lejana, un hilo invisible que les permite volver a su forma original.
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-A ver si entiendo...-Amor trataba de procesarlo-... ¿existencia rota es igual a un dios que se transforma en humano?-
-En pocas palabras: algo así...-Vida creyó haber sido claro.
-No puedo creerlo...-La diosa se sentía indignada-... todo este tiempo, y yo...-Se cruzó de brazos y murmuro pequeñas maldiciones en contra de aquel quien la había mandado a investigar "La respuesta era tan fácil".
-Ehh...-El benefactor se preocupó al ver como la pequeña mujercita se irritaba, también quiso reírse pero probablemente se llevaría un buen golpe-...Me tengo que ir- Retrocedía disimuladamente.
-¿Eh?...-La diosa reacciono-... esta... bien, gracias por tu ayuda- Ahora se veía contenta ¿Qué diablos le pasaba?
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AÑOS DESPUÉS
El fuego calentaba parcialmente las paredes pero era obvio que en solo cuestión de tiempo el lugar se volvería un horno.
-¡Lucy!- Grito Thomas a su lado, golpeaba la puerta fervientemente pero los escombros afuera impedían cualquier intento de abrirla.
Todo había ocurrido demasiado rápido, un sonido muy fuerte seguido de un crujido; no supo exactamente cómo fue que quedaron ambos ahí... lo único que tenía claro era que su amiga estaba a salvo y fue por ayuda.
-¿Qué está pasando?- Se preguntó en voz alta.
-Tranquilo Des...-su primo trataba de mantener la calma, era el mayor... tenía que protegerlo-... pronto nos sacaran-
Otro ruido, esta vez era el techo... ambos niños dirigieron sus miradas hacia arriba viendo una notable grieta. El miedo corría por la sangre del peli negro quien no tardo en acurrucarse en el suelo tratando de mantenerse estable, él mejor que nadie sabía lo susceptible que era ante sus emociones.
-No, no, no...-El rubio lo rodeo con sus brazos-... no hagas eso, te pondrás peor-
Tarde... el chiquillo ya empezaba a sentirse mareado, su respiración le estaba costando más y más. Poco a poco, los llamados de su primo se hacían lejanos al igual que el alboroto formándose afuera; cerro sus ojos con fuerza... no quería sentir más, se sentía tan impotente y enojado ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué tenía que ser tan débil?
Ya estaba harto...
De pronto se sintió más ligero, el ruido a su alrededor había desaparecido completamente, ya ni siquiera sentía la mano de su primo en su espalda. ¿Ya había terminado? Lentamente abrió los ojos, y como un balde agua fría, la realidad lo golpeo en todos sus sentidos. Pero... ese no era el salón donde había quedado atrapado, este era un salón más grande, miro a su alrededor y noto que el techo era muy alto, además... tenia al medio una mesa de madera con dos sillas tiradas como si alguien se hubiera levantado de golpe, un jarrón roto en el suelo... al fondo una ligera tela actuaba de puerta y esta ondeaba con suavidad.
Olor a ceniza y un calor que de no ser abrasador, era constante... Des trato de ubicarse, una ventana de donde un brillo incandescente iluminaba el lugar. Se asomó con cautela, y fue así que presencio desde un segundo piso algo que no creyó ver en toda su vida.
Una ciudad que brillaba... o si, y los gritos ensordecedores de aquellos que con vehemencia huían del fuego que devoraba todo cuanto tocaba. Des quedo shockeado por tal visión...
Mujeres, niños, hombres... pocos eran los que se atrevían a tratar de apagar las llamas que atrofiaban las estructuras haciéndolas colapsar. Caballos corriendo con fuego en sus lomos, gente que se retorcía a causa de las quemaduras, el olor a carne quemada... y una brisa tibia que traia consigo puntos negros que teñirían el agua en la mañana.
Des retrocedió llevándose las manos a la boca, tenía un dolor muy grande dentro de él, no era físico... era más bien como una carga que le causaba sufrimiento, aunque siendo un niño no supo definirlo con exactitud.
¿Era un sueño? ¿Verdad? No podía ser real, aunque así se sentía. En su camino hacia atrás, choco con una de las sillas causando que se tropezara.
-No puede ser, se supone que cuando uno se lastima despierta del sueño- Dijo mientras se sobaba el brazo.
De pronto, de entre el brillo de las llamas afuera, por la ventana llego un pequeño animalito.
-¿Una... una mariposa?...- Des no podía creérselo, ahora sí que tenía que ser un sueño, era demasiado tonto pensar que un insecto se la pasara volando campante entre tanto caos. Este se acercó a él posándose delicadamente sobre su rodilla-...esto es surrealista- Comento.
Pronto, una serie de sombras cruzo por la ventana llamándole la atención... más mariposas pero estas volaban a toda velocidad en una especie de tumulto colectivo. Su curiosidad era tan fuerte que no le importo volver a asomarse a esa cruel escena, quedo asombrado cuando vio las mariposas giraban sobre la ciudad, más aun cuando vio que varias salían de entre las mismísimas llamas. Lo más bizarro de todo aquello fue que nadie parecía reparar en el extraño acontecimiento, tal vez estaban demasiado ocupados escapando del fuego.
Aun con todo aquello, la ciudad ardiendo, muertes en todas partes y las mariposas. Des no se explicaba aquella carga en su alma; estaba seguro que pronto acabaría... pronto despertaría en casa con su madre o quizás en el hospital dadas las ultimas circunstancias.
Pero nada lo preparo para enfrentar de nuevo a su peor trauma de infancia. Se vio un grupo de gente que a diferencia de los demás, andaba tranquilo por un camino algo lejano, entre más se acercaban más fácil era ver que no eran muchos... de hecho, llevaban gabardinas negras y un sombrero plano, el niño podría jurar que estos usaban alguna especie de mascara calavérica.
Mientras más se acercaban, más claro era que estas personas escuchaban a quien quiera que estuviera al centro y luego iban desapareciendo entre el gentío.
Entre cerro sus ojos, no estaba muy lejos pero pudo ver muy difusamente, esa persona que estaba en medio dando órdenes... mandando de aquí a allá a los enmascarados; ese hombre que ya había visto con anterioridad. La piel se le puso de gallina cuando reconoció a aquella espectral figura con la que se encontró por primera vez en su pesadilla infantil. Ese ser tenía la culpa, si tan solo no hubiera parecido en su cabeza, quizá no tendría tantos problemas con su salud mental, lo pero era descubrir que aun después de tantas sesiones con el psicólogo, años en los que creyó ya no temerle; absolutamente todo se derrumbó al ver de nuevo a ese personaje.
¿Qué clase de trauma mental tenia? Miedo, pánico... solo quería volver a casa.
Se dejó caer al suelo y cerro sus ojos de nuevo. No quería ver más... cualquier película de horror no era nada comparado con aquella experiencia; para un niño de ocho era más que impresionable para su frágil mente.
"Ya conoces las reglas..."
¿Qué había sido eso? Sonó como un eco en su cabeza.
"xxx... Sabes sobre el equilibrio que debe haber y su importancia, tenemos que preservarlo. No es nuestra decisión, nos guste o no."
Ahora no solo eran alucinaciones, también escuchaba voces.
-Ya basta por favor...-Susurraba-... no quiero ver esto-
Y como si de un deseo se tratara, el caos y bullicio desapareció de sus sentidos ¿Dónde estaba ahora? Abrió sus ojos y se vio de nuevo en el salón, exactamente donde recordaba, incluso... la situación seguía siendo la misma, solo que su primo no estaba con él; giro la mirada y vio un considerable agujero en la esquina del lugar. Se escuchaban ligeros gritos afuera, sonidos que eran confusos hasta que agudizo su oído; lo estaban llamando por su nombre; supo de inmediato que debía salir de ahí, se levantó pero a medio camino una mariposa revoloteo en su rostro. Muy confundido vio como esta salía por el agujero...
Su mente recordaba solo aquel instante, ese en el que se paró propiamente y salió del lugar por su propio pie; antes o después de eso era un vacío entre sus recuerdos, al menos hasta ahora.
Un golpe y sabanas tiradas en el piso...
Des se había movido lo suficiente para caer de su cama. Con el corazón acelerado se sentó en el suelo sobándose la cabeza por el golpe, pronto... la puerta de su habitación fue abierta y su madre muy preocupada se arrodillo junto a él.
-Por Ithis... ¿Cómo fue que te caíste?...- Le toco la frente-... la fiebre volvió a subir-
El chico no respondía, su garganta había quedado cerrada ya el día anterior debido al fuerte resfriado que lo debilito en gran medida; era extraño ya que llevaba años sin enfermarse de esa manera.
-¿Puedes levantarte?-Pregunto precavida. Su hijo asintió.
Con mucha dificultad, el muchacho se sentó al borde de su cama; los síntomas como la fiebre y el dolor muscular habían mermado su fuerza dejándolo exhausto y con una terrible dificultad para realizar tareas cotidianas, y ahora su mente le hacía recordar memorias que no sabía que tenía.
Se aferró un poco más a la realidad cuando su madre le ofreció una pastilla y un vaso de agua que recordaba haber vaciado antes de dormir. Tomo el vaso pero se negó a la pastilla.
-Por favor cariño...-Insistió su madre.
El muchacho volvió a negar.
Jolene puso los ojos en blanco dejando el pequeño pedacito sobre la mesa de noche-Eres tan terco como tu padre- Comento.
"Ya lo sé..." Respondió mentalmente.
Ya con trece años esperaba que la mujer en cuestión entendiera los cambios que estaba atravesando con su vida. Más aun ahora que la familia atravesaba una difícil etapa; si las cosas entre sus padres iban rozando dese ya hace años... la cosa tuvo que arreglarse casi a la fuerza debido a la fuerte crisis que atravesaba la empresa de su padre en ese momento y la situación de su pais; Adrián, fue de los pocos afortunados que todavía no era despedido pero tal situación había causado que su esposa entendiera mejor al hombre, no era perfecto, claro... pero al menos sus padres hacían lo posible por mantener a flote a la familia.
No era su culpa, lo tenía claro, pero pensaba que quizás él podría ayudar un poco si comenzaba a ser más independiente; para empezar... dejaría de depender de las drogas en cualquier sentido... su cuerpo ya era grande, había soportado una buena salud por años... ¡Claro que podía con un simple resfriado!
-Iré por el hielo, ya vengo- La rubia salió de la habitación no sin antes dejar encendida la lámpara. Fue cuando Des aprovecho para estirarse y tratar de destensar aquellas molestias en su cuerpo. Poco o nada ayudaban pero al menos se sentía más relajado.
-Me siento terrible...-Dijo a la nada-...y ahora ese sueño...-Se llevó las manos a las sienes, el solo recuerdo le daba jaqueca.
Vida, por su parte estaba considerablemente preocupado, su protegido había tenido una recaída días antes, el doctor de la familia le había mandado una lista entera de medicamentos, ya que él conocía el historial del chico. El dios estaba tan sorprendido como lo estuvieron los progenitores cuando vieron al jovencito muy pálido; los recuerdos de una infancia entre hospitales se les vino a la cabeza.
Aquella noche el benefactor había decidido quedarse para acompañarlo por si necesitara ayuda; y no se arrepintió ya que cerca de media noche, Des daba vueltas en cama muy alterado... Vida anhelaba poder levantarlo y llevarlo el mismo a algún hospital, quizás traer a Medico funcionaria pero no podía intervenir.
-Tengo sed-La voz ronca del menor solo indicaba cuan doloroso seria el hablar. El dios supo de inmediato que debía llenar el vaso con agua como lo había hecho antes en un intento por ayudar, ahora le era más fácil saber que necesitaba el chico ya que de alguna manera, este se había acostumbrado a expresar ciertos pensamientos cuando estaba a solas. Y claro, tenía un motivo...
Desde ya hacía un año que Des comenzó a sentir aquella presencia "fantasmagórica" con total claridad; antes solo eran leves sensaciones que pasaban desapercibidas cuya única prueba era la magia natural que aun perseguía al chico. Fue así que se dio cuenta que había periodos de tiempo donde esta presencia lo seguía constantemente, como también había días en los que la soledad era muy real a su alrededor.
-Aquí tienes cariño-Su madre regreso trayendo una toalla con hielo, obligo a Des a recostarse y con una última maternal mirada dejo la habitación de su hijo.
Vida observaba ensimismado la puerta recientemente cerrada:-La asustaste bastante amigo...-Comento con una ligera sonrisa-...espero te recuperes pronto, el cumpleaños de Lucy se acerca y prometiste ir- Como si se tratara de una agenda, el benefactor recordaba varias cosas importantes en la vida del chico.
No se dio cuenta que el muchacho aún seguía despierto, solo hasta que este se retiró la toalla de su frente y se levantó de su cama.
-Des... ¿A dónde vas?- Lo seguía con la mirada.
Primero se dirigió al armario donde husmeo entre los bolsillos de uno de sus abrigos, al ser visible la llave, el dios entendió lo que el chico quería hacer. Ya hacia un tiempo que era bastante común en su protegido escribir cosas en un cuaderno... ¿Qué escribía? Bueno, era como una especie de bitácora... "Diario" era una mejor definición.
La mirada curiosa de Vida se asomó por el hombro del chico mientras este sacaba el tan valioso cuaderno de uno de sus cajones.
-¿Escribirás tu pesadilla?-Pregunto confundido, ya que según lo que deducía... Des solo escribía cosas cuando él le mostraba "magia".
El jovencito encendió la lámpara de mesa y se sentó, pero apenas puso el bolígrafo sobre la hoja, se detuvo... ahí estaba de nuevo esa sensación en su espalda... era claro que no estaba solo y que su "fantasma" tenía ganas de ver lo que registraría.
-No lo recuerdo bien...-Dijo al aire-... pero...-Entrecerró los ojos indagando en su memoria lo que provocaba que bajara su volumen de voz-... estaba él-
Vida se tensó de inmediato, aunque no supiera exactamente de lo que hablara, un presentimiento lo invadió.
Uno, dos, tres segundos... El chico se revolvió el pelo y sacudió su cabeza:-¿Por qué ahora?...– Dijo molesto-...fue hace mucho-
Des se sentía molesto consigo mismo por haber olvidado aquella extraña visión, lo único que recordaba del incidente, era haber salido por su propio pie. No quiso indagar más cuando su primo le dijo que se había desmayado, era suficiente ya con su extraña existencia.
Si, extraña... anormal, bizarra... diferente... por su cabeza pasaron tantas definiciones; al final, llego a una conclusión:
Él era diferente, sentía cosas que nadie más sentía, veía cosas que solo él veía... y ahora este recuerdo, porque eso era... nada de "pesadilla" sabía perfectamente que aquello si le había ocurrido, lo sentía muy dentro.
Cualquiera pensaría que ese cuaderno era un simple diario infantil, pero era su mapa hacia una verdad que quizás existiera o no. Antes, era demasiado pequeño para darse cuenta, pero ahora que era consciente de estas rarezas; se propuso ver como evolucionaban.
Si, escribiría aquella "pesadilla" y lo haría con lujo de detalle para quizás releerla y hallar algo que lo ayude a descubrir más sobre sí mismo; tal como lo había hecho con su primer encuentro con "él"; porque no le pudo poner nombre, ¿Era algo bueno? ¿Algo malo? No lo descubriría hasta que su mente madurara lo suficiente para entenderlo.
Vida, por su parte tenía que coexistir con una constante tensión subyacente en su conciencia; hacía ya mucho que se vio obligado a superar un simple hecho:
Des, era la viva imagen de su contraparte.
Irónico ¿No? Pensar que un ser vivo, encarnara a la oscuridad misma... al menos el chiquillo no lo sabía; además, esa era la única razón por la cual lo seguía, por la cual le interesaba su vida. Era más como un remplazo, o así lo había llamado Medico cuando ambos hablaron de él.
"¿Remplazo de qué?" se preguntaba el dios, si supuestamente entre ellos se caían mal. Aunque era claro que la culpa que lo persiguió los primeros años desde la desaparición de su opuesto había influenciado a la hora de conocer a su actual protegido.
¿Egoísta? Por supuesto... pero al menos así, el subconsciente del benefactor podía existir en paz, o casi. Amaba a Des como a cualquiera de sus creaciones; su físico solo era un plus al interés personal del creador.
-Quisiera ayudarte...- Era lo que siempre decía al ver como el chico era afectado por su vida-...pero no puedo intervenir- Esas palabras lo helaban dependiendo la situación, por ejemplo... cuando se trataba del fin de una vida; imaginarse la de su protegido era trágico para su corazón, es por eso que evitaba el tema en su cabeza cada vez que este lo rondaba.
Medio hora después, el muchacho volvió a su cama aun con fiebre pero ya más tranquilo y con la convicción de continuar al día siguiente con su vida.
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DOS SEMANAS DESPUES
Niñas jugaban en el patio trasero de una bella casa, se celebraba un cumpleaños en todo el esplendor de la combinación "blanco y rosa".
Desde el pastel hasta la ropa de la festejada; el padre de la niña estaría más que gustoso de no ver el rosa nunca más en su vida. Pero así era su hija, además... se moría de ganas por ver como el sequito de féminas recibiría al invitado más especial para su hija.
El timbre sonó.
-Jolene Buenas tardes- Saludo cordialmente a la rubia.
-Buenas tardes...-Respondió con una jovial actitud seguida de su hijo quien cargaba una caja mediana y se le veía contento de estar ahí.
-Pasen...-Ofreció paso...-vaya...-Se impresiono por la apariencia del muchacho-... has cambiado bastante- Comento.
El chico se vio algo avergonzado, era verdad... la apariencia de su rostro había pasado de ser confundible con una niña, a un chico de rasgos delicados y suaves propios de su juventud; además... su pelo se mantenía en un relativo largo hasta antes de sus hombros y el mechón rubio era muy visible dándole una apariencia bicolor a su aspecto.
-¡Papá!- Una voz femenina se escuchó por el pasillo causando que todos giraran a su origen. De pronto una señorita morena se acercó con el típico "clanc" de sus tacos para niña.
La adulta exclamo asombrada por lo linda que se veía la cumpleañera-Des, mira qué bonita esta- Empujo levemente a su niño para que se acercara a su amiga. Pero el muchacho había quedado embelesado con la señorita. Pelo semi recogido, vestido blanco simple y unos zapatos a juego, sin duda parecía un ángel.
-¡Des!...- La niña estaba muy emocionada, su mejor amigo por fin había llegado y no dudo ni dos segundos para correr y abrazarlo, incluso tuvo que dar un pequeño salto para aferrarse al cuello del chico, lo cual hizo espabilar el equilibrio de este-... ¡Viniste! Me alegro mucho- Sin duda estaba emocionada.
-Ehe... feliz cumpleaños-Respondió.
La chica se soltó-¿Para mí?...- Señalo la caja recibiendo un asentimiento como respuesta, recibió el regalo-... gracias...-De inmediato se lo dio a su padre para que lo guardara-... ven conmigo, mis amigas mueren por conocerte- Le tomo la mano y lo jalo en dirección al patio trasero mientras este veía como los adultos se reían de la situación.
El par de amigos era afortunado cuando lograban reunirse debido a las diferencias de horario que tenían cada uno en sus escuelas; Lucy había terminado en un instituto para señoritas mientras que Des llevaba clases especiales en casa. La última vez que se vieron en persona había sido hace cinco meses atrás, y fue por mera casualidad; eso sí... se hablaban por chats de celular.
También podrían haber hablado por teléfono si no fuera porque Des quería esconder algo.
-¡Chicas!...-Grito al llegar al jardín llamando la atención de todas las muchachas-...él es mi mejor amigo- Lo presento.
"De-ma-si-a-do ROSA" Pensó el chico al ver toda la decoración. Tardo un poco en darse cuenta que más de diez pares de ojos lo observaban atentamente, no hay que decir que el chico ya avistaba las salidas de emergencia.
Un par de murmullos se escucharon y algunas exclamaciones, una de ellas rompió el silencio:
-Lucy... tu amigo es lindo- Una de las amigas se acercó siendo seguida por el sequito:
-¡Mira es muy alto!-
-Se ve tierno-
-Qué bonito color de pelo-
-¡Yo lo vi primero!- Esta ya lo había tomado del brazo.
-No seas egoísta, yo quiero hablar con él- Otra lo tomo del otro extremo.
-Quiero que juegue conmigo- Declaro otra.
De a poco el muchacho termino rodeado de niñas que lo veían deslumbradas. "Parece que no hubieran visto un chico en sus vidas" Concluyo.
-Es mío, yo lo pido-
-No, es mío... quiero hablar con él primero-
-Yo lo toque primero-
-¡No seas egoísta!-
-¡No lo molesten!...- Defendió otra apartando a las anteriores-... ¿Cuál es tu nombre?- Sonrió con todo el encanto de niña. Fue ahí que todas prestaron atención; el chico miro alrededor buscando a su amiga para que lo salvara de la situación pero supo que no obtendría ayuda alguna cuando esta se tapaba la boca conteniendo la risa junto a su padre quien sostenía una cámara dirigida al espectáculo.
La palabra "traidora" estaba escrita en su mirada.
-Me... me llamo Des-
Apenas pronuncio su nombre las exclamaciones de niñas embobadas se hicieron presentes, y la sarta de preguntas continuaba.
-¿Qué edad tienes?-
-¿Por qué tú pelo es así?-
-¿Desde cuándo conoces a Lucy?-
-Jugaras conmigo ¿Verdad?-
etc...
Estaba muy tentado a gritar el nombre de su amiga.
Por otra parte... alguien se reía a viva voz sin algún a persona se diera cuenta. Ya iban en total once años desde que Vida seguía al chico con espacios entrecortados, cada día era algo nuevo que el dios aprendía de su protegido y más allá de eso había logrado aprender más de sus propias creaciones, siendo capaz de ver que tan malos o buenos podían ser.
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Había sido una tarde emocionante para el niño, después de su interrogatorio femenino, se procedió a varios juegos en los que Lucy tomaba más posesión de él... ya que ella sabía que no estaba muy cómodo.
Ningún chico lo estaría después de la "metida de mano" extrema que sufrió por las pequeñas acosadoras.
La hora del pastel llego muy pronto y después de algunos juegos más, las invitadas empezaron a retirarse. Ya de noche Des y Lucy pudieron sentarse a conversar.
-¿Cómo has estado?- Pregunto la niña mientras terminaba su pastel.
-Bien...- Respondió en voz baja-... ¿Y tú?-
-Igual...-La morena presentía algo-...sabes, estuviste muy callado toda la tarde ¿Pasa algo?-
-No- Sonrió.
-¿Seguro?-Insistió.
EL chico dudo un poco, si no hablaba quizás ella terminaría descubriéndolo. A su lado el dios miraba la escena con diversión: -Pobre Des, tarde o temprano Lucy va a tener que enterarse de tu pequeño secretito- Comentaba.
-Si- Seco y simple, algo definitivamente andaba mal.
-Es así...-La fémina tenía sus tácticas-... Entonces cuéntame ¿Cómo te va con tu amigo? Ese del que me contaste-
-Ah... Nick, si...-Aclaro su garganta-... hablamos debes en cuando-
-Sigo sorprendida de que un chico de secundaria te ayude con los libros-
-No entiendo a veces- Tosió un poco.
-Aun así... usualmente eres muy listo- Termino con su pastel.
El cumplido alegro al muchacho quien respondió con una sonrisa.
-Mmm... ya dime Des...-La chica se acercó-... algo te pasa...-Esa sonrisa llegaría a ser sádica-... dímelo ¿Si?...-No podían faltar los encantos de niña-... ¿O quieres que te lo saque a la fuerza?- Le toco suavemente la nariz.
Vida y Des tragaron en seco.
-Ehehe...-
-Tú lo pediste- Dicho esto, Lucy comenzó a hacerle cosquillas a su amigo, este contenía su risa hasta que llego un punto donde no podía más y exploto, pero... no fueron carcajadas lo que se escuchó. Para nada.
-¡Ah!...- La morena se dio cuenta-... ¡Des! ¡Te está cambiando la voz!- Se alejó un poco.
De inmediato, la vergüenza embargo al chico, ahí estaba... había intentado ocultarlo pero ya no se pudo. Se tapó la boca tratando de ocultar su sonrojo; ese asunto ya lo tenía cansado, iban meses en los que sufría de incesantes accidentes con sus palabras. Si hablaba en voz alta o decía frases muy largas siempre terminaba agudizando alguna vocal o trancándose en alguna consonante, por no decir que cuando le daba hipo era ridículamente lamentable, cosa que empero con su ultimo resfriado.
Lo peor era que la primera vez que le sucedió fue justo en una exposición frente a su clase, fue la burla de todo su salón y lo seguía siendo después de meses; Vida lo había acompañado más seguido desde entonces preocupado por su ánimo y autoestima, aunque nada evitaba que le diera risa cada que el jovencito vacilaba.
-No es gracioso- Le dio la espalda a la chica quien se reía de lo adorable que se había escuchado el semi chillido/risa de su amigo.
-Perdón... lo siento...es que...-Trataba de calmarse-... ¡Es tan tierno!-
-No lo es- Se defendió algo molesto.
-Sí que si... ¿Por qué no me lo dijiste antes? Debió ser difícil responder a todas mis amigas- Lo miro comprensiva.
-Mmm...- Se froto el brazo en un gesto tímido-... No me gusta...-Se aclaró-... es difícil que no se rían-
-Oh vamos...-Se acercó a su amigo para abrazarlo-...es adorable- Ahí estaba el apoyo moral de una chica.
-Gra... gracias... creo-
Lucy lo soltó-¡Cuéntame más! Quiero ponerme al día contigo-
-Bueno...-Por enésima vez en su vida, el chico se vio tentado a contarle a Lucy sobre sus extraños eventos, pero siempre había algo que terminaba por convencerlo de lo contrario.
Los amigos hablaron durante media hora más... en todo aquel tiempo, el dios no despegaba su atención de ellos "Es afortunada, puedes hablar con él" Más que eso, eran las ganas de intervenir en la vida de sus creaciones... era una regla que anhelaba poder romper, y ¿Por qué no con la favorita de sus creaciones?
-Des...-Llamo el adulto de la casa-... llegaron por ti- Anuncio el padre de la señorita.
El par se despidió, ya en alguna otra ocasión se reunirían... después de todo, Lucy estaba oficialmente invitada a la graduación de su mejor amigo.
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Genial, dos capítulos en menos de una semana... esto es épico...
Jaja... ok, ok...
Quiero aclarar algo de este capítulo... la escena de la "pesadilla" está basada en un hecho histórico que realmente sucedió (eso creo) por eso el título.
Si gustan pueden dejar comentarios o su estrellita. Se aceptan criticas constructivas.
Por ahí leí que alguien ya shipeaba a dos personajes... ¿Qué piensan los demás?
Nos vemos en el siguiente capítulo.
Adiós :3
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