Una semana después, estaba en el hospital para otra frustrante sesión de psicología. Mi día a día de pánico y sudores fríos. La hora pico, donde todos iban corriendo a sus trabajos, cuando la gente chocaba unos con otros y había caos. No podía manejar y menos tomar el transporte público. Mi remedio era caminar por vías no demasiado transitadas. En quince minutos llegué al centro, saludando con un escueto ''hola'' a mis compañeros y siguiendo de largo, me senté en mi escritorio. Alejado de las personas, cerca de una ventana por donde pasaba el aire y con mucha iluminación.

–No puedo seguir en terapia, ya he venido demasiadas veces y no ha servido de nada. Necesito encontrar respuestas, necesito encontrar al chico rubio. -rebatí a mi doctor. El pobre hombre solo anotaba con paciencia y profesionalismo.

Sam dejó car su bolígrafo sobre la agenda nuevamente junto a sus gafas. Dio un suspiro y pensé que ya estaba cansado de mí así que me daría la vía libre. -Jimin, entiendo tu frustración, pero no podemos hacer mucho más en este momento. Tal vez con el tiempo puedas recordar algo más, pero por ahora, debes intentar seguir adelante.

Fruncí el entrecejo. Mordí mi labio y apreté las uñas en las palmas. -No puedo simplemente seguir adelante, Dr. Sam. No puedo vivir con esta incertidumbre y culpa. Necesito encontrar respuestas, necesito encontrar a ese chico.

-Lo entiendo, Jimin, pero no podemos hacer más de lo que ya hemos hecho. Debes intentar aceptar que tal vez nunca encuentres esas respuestas y enfocarte en reconstruir tu vida.

-No puedo aceptarlo, Sam. No puedo vivir con esta duda constante. Me está consumiendo por dentro. -nadie entendería cómo era sentirse así de enojado y culpable por algo de lo que ni siquiera estaba seguro si era real.

Demonios, ni siquiera sabía si el chico era real o si el peligro lo era. De hecho, aunque lo fuese, no estaba seguro de que el chico rubio fuese una víctima. Posiblemente fuera un Síndrome de Estocolmo.

-Jimin, entiendo que estés pasando por un momento difícil, pero debes aprender a lidiar con ello de la mejor manera posible. Tal vez puedas buscar ayuda en grupos de apoyo o en otros recursos que te ayuden a manejar tus emociones.

-No quiero lidiar con esto, Sam. Quiero encontrar respuestas. Quiero encontrar a ese chico y asegurarme de que está bien. No puedo simplemente dejarlo ir.

-Jimin, sé que esto es difícil para ti, pero debes entender que no siempre podemos tener todas las respuestas en la vida. A veces, debemos aprender a dejar ir y seguir adelante. -de pronto, tallarse una uña del pulgar con la otra era lo que acaparaba mi absoluta atención.

Mi labio inferior dolía y me sentía peor que nunca al pensar que la charla era un disco rayado. Odiaba escuchar lo mismo por tantos meses.

-No puedo hacerlo, Sam. No puedo simplemente dejarlo ir sin saber si está bien o no. No puedo vivir con esta incertidumbre.

Lo sabía, la conversación aun no terminaba. -Jimin, entiendo tu necesidad de respuestas, pero debes aprender a aceptar que tal vez nunca las encuentres. No puedes vivir en el pasado y dejar que esto te consuma. Debes enfocarte en tu presente y en construir un futuro mejor para ti.

-No puedo simplemente dejarlo ir, Sam. No puedo vivir con esta culpa y esta incertidumbre. Necesito encontrar respuestas.

-Jimin, entiendo que esto sea difícil para ti, pero no podemos hacer más de lo que ya hemos hecho. Debes intentar seguir adelante y buscar formas saludables de manejar tus emociones. Tal vez con el tiempo puedas encontrar la paz que estás buscando.

-No puedo simplemente seguir adelante sin saber si ese chico está bien o no. No puedo vivir con esta duda constante. Necesito encontrar respuestas, Sam.

-Entiendo tu necesidad de respuestas, pero no podemos hacer más de lo que ya hemos hecho. Tal vez puedas buscar ayuda en grupos de apoyo o en otros recursos que te ayuden a manejar tus emociones.

-No quiero lidiar con eso, Sam.

-Sé que esto es difícil para ti, pero debes.