Pov Yoongi.

Había por todos lados muchos infectados y no podíamos dejar ese lugar maldije porque estaba atrapado y había abandonado a Jimin y a mi hijo, por una parte, me daba alivio que donde las drogas y las armas no había ningún infectado.

***

«Ya me deshice de todos los infectados de aquí, los perros están muertos, no hay nadie en esta casa solo mi hijo y yo según en la oficina de Yoongi donde él está, están rodeados debo de buscar una forma de atraerlos a la zona de tiros»

Jimin miró a su bebé y sonrió le dio un beso y cerró la puerta tomó su pistola y las otras armas de los que estaban muertos toda la mañana la pasó sacando los cuerpos y quemándolos en el jardín.

—Es hora. —cargó el arma.

Camino a paso lento y en silencio desde el día de ayer estuvo viendo las zonas la zona de drogas y armas estaba vacía de ahí saco más armas, municiones y equipo.

Se dirigió a la zona de tiros y comenzó a preparar las cosas para atraer a los infectados miro el lugar, suspiro mientras encendía un cigarro y marcaba un número.

—¿Jimin? —se escuchó.

—Tendrán 30 minutos para salir de ahí. —habló. —los voy a atraer a la zona de tiros.

—No. —dijo Yoongi. —Jimin es una locura.

—Te amo. —sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas. —Adiós amor.

Yoongi cerró los ojos mientras maldecía todos los que estaban con él escucharon un fuerte ruido y por las cámaras vieron como los infectados iban a ese lugar. Yoongi tomó su pistola y vio a los últimos hombres que le quedaban.

—Jimin está en la zona de tiros todos iremos por él. —los vio.

Los hombres asistieron y lo siguieron para dirigirse al lugar siendo silenciosos y estando alertas por si algún infectado estaba por ahí.

«Hola, soy yo Park Jimin, al parecer mi plan funcionó todos los que estaban en la zona de control vinieron ahora sé que Yoongi está a salvo.

Es posible que yo muera aquí así que Yoongi quiero que sepas que te amo mucho, eres y serás siempre el amor de mi vida y agradezco que me hayas dado un niño hermoso sé que tú lo vas a cuidar muy bien te amo»

El castaño bajó la cámara y miró la puerta preparó las armas y con un control abrió la puerta dejando entrar a todos los infectados.

—¡Aquí estoy hijos de puta! —grito y el primer disparo se escuchó. —¡Vengan por mí!