Advertencia: Leve contenido para mayores de edad.

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Solté un bostezo para luego estirar mis brazos, froté un poco mis ojos para luego ver como Tobirama dormía plácidamente a mi lado.

—Te ves menos aterrador cuando duermes. —murmuré al momento en que acariciaba suavemente su cabello. —Nunca imaginé que estaríamos de esta forma.

—Yo tampoco. —mencionó algo adormilado haciéndome sorprender. —Y no soy aterrador. La aterradora aquí eres tú.

—Así que estabas despierto. ¿Desde cuándo?

—Desde hace una hora, pero como estabas tan tranquila durmiendo me quedé un poco más en la cama. —decía mientras se incorporaba dejando al descubierto su pecho desnudo. —¿Qué? ¿Quieres otra ronda?

—Tch. Cierra la boca, Tobirama.

Él sonrió de medio lado y al verlo de esa forma no he podido evitar lanzarme sobre él. Él me miró fijamente por unos segundos para luego comenzar a besar mi cuello mientras acariciaba suavemente mi espalda desnuda.

El sentir el roce de sus dedos en mi espalda y su lengua en mi cuello me han hecho estremecer. Pude sentir presión en mi parte intima por parte de la suya, aquello me hizo soltar una pequeña risa y comencé a moverme de arriba hacia abajo provocando que soltara varios quejidos de placer.

—Ya hazlo de una vez.

—Uh. Al parecer te levantaste de mal humor. —dije de manera burlona sin dejar de moverme. —Estamos haciendo un juego previo.

—Tch. Detesto tus juegos.

De un momento a otro habíamos cambiado de posición, él me miró con deseo antes de introducirse en mí provocando que soltara quejidos de placer. Él se movía de manera rápida y dura, como ya lo habíamos hecho antes ya me había acostumbrado a su forma de hacerlo.

Me aferré a su cuello al momento en que dejaba varias marcas algo visibles para que así cualquier mujer que se le acercara pudiera verlas y se alejara de él inmediatamente. 

Ambos nos hemos sentido uno al otro durante varios minutos para luego recostarnos nuevamente en aquella cama que compartíamos desde hace varios meses. Él me miró fijamente a lo cual le dediqué una sonrisa, pero al ver su expresión de preocupación me ha dejado algo confusa.

—¿Sucede algo? —pregunté mientras lo miraba directamente a los ojos. Él me miró por unos segundos para luego sostener mi mano y así dejar un casto beso en mi dedo anular. —¿Tobirama?

—Nunca imaginé que esto sucedería. —me ha dicho mientras me miraba a los ojos dejándome ver el nerviosismo que tenía. —Cásate conmigo.

Aquellas palabras me han dejado sin habla, lo miré intentando encontrar algún rastro de burla, pero sabía perfectamente que Tobirama no era de las personas que bromeaba. Tobirama me estaba hablando muy en serio sobre casarse conmigo, y aquello me ha hecho sentir la mujer más afortunada.

❝No confíes en ellos, hermana.❞

Mi sonrisa se había borrado por unos segundos al recordar las palabras de Izuna, mi pequeño hermano no confiaba en los Senju y sabía que estaría decepcionado de mi si me viera junto a Tobirama.

Y a pesar de que quería cumplir con lo que quería mi hermano menor he decidido ignorar su última petición; yo siempre había pensado en la felicidad de mis hermanos dejando de lado la mía, pero ahora debía de hacer algo que me haga feliz y no había nada más que me hiciera feliz que el hecho de estar mi vida entera junto a Tobirama.

—Acepto.

Tobirama me mostró una sonrisa al oír mis palabras para luego estrecharme entre sus brazos demostrándome cuanto me amaba.

Finalmente, la época de ocultarnos había acabado y ambos comenzaríamos una vida juntos donde viviríamos nuestro amor en armonía y paz.