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¿Sólo una fecha más? | [1/3] #Especial

Este era un especial de San Valentín, pero salió mucho más largo de lo que me imaginé y no pude dejarlo como One-Shot. Así que hasta ahora quedará como un Two-Shot, y les traigo la primera parte, antes de que llegue otra fecha festiva y me de por escribir algo más. La historia cuenta con 14 paginas y aun no tiene escrito el final, pero está planeado. puede que llegue a las 15 paginas xDD

En fin, les dejo la primera parte y espero que les guste.

*=*=*=*=*=*=*=*=*

Tipo: Three-shot 

Palabras: 3.883 palabras 

Advertencias: Esta cosa es larga, muy larga xDD

Disclaimer: Ninguno de estos personajes me pertenecen, sino a sus respectivos autores. El contenido de esta historia es por y para fans.


 "¿Sólo una fecha más?"

Alain/Allan x Mairin/Manon | Marissonshipping | (c) Pokémon

El profesor siempre se ponía bastante pesado con estas fechas, y le tocaba a él ir a buscar de sus recados y pedidos para que fuese una sorpresa para Sophie, lo gracioso es que era muy obvio quién iba a buscar dichos regalos y quién los escondía en su habitación hasta la dichosa fecha, no entendía por que no le decía que no.

Y ahora estaba aquí, caminando por las calles de Ciudad Luminalia hacia lo que recordaba como una pequeña tienda de dulces. Pero de seguro ya había cambiado mucho desde la ultima vez que lo vio, muchas cosas en la ciudad cambiaron desde que se había ido a su primer viaje hace ya bastante tiempo.

A Bisharp no le hacía mucha gracia salir a pasear por estas calles, siempre fueron muy ruidosas y el prefiere mil veces estar en el patio del laboratorio donde el silencio era mayor. Había sido obligado a acompañar a su entrenador puesto que Charizard estaba en lo que decía su "día de descanso" y el resto eran o muy grandes para pasear por la ciudad o el clima no los ayudaba -Weavile, principalmente.

– Ni tú ni yo queremos estar aquí – Dijo de pronto Alain, notando el fastidio compartido de ser casi un cartero.

Bisharp dejó escapar un suspiro completamente resignado.

– Pero, ademas de esto, podemos comprar algunos ingredientes para que Mairin prepare pokelitos – Sugirió, miró de reojo notando como la tensión en el cuerpo de su pokémon se iba en cuanto nombro a la entrenadora y pokelitos en una misma oración.

Sonrió para sus adentros, a él también le caería bien un pequeño postre, después de todo, el profesor no le pagaba nada por hacer este encargo especial.

Doblaron en la esquina y lograron ver la tienda que como Alain anticipó, ya no era una pequeña, su estructura había cambiado a ser casi un restaurant, con terraza y dos pisos más, con mesas interiores y exteriores, junto a eso los adornos típicos de las fechas que se acercaban: San valentín.

Se vio obligado a entrar, detrás de él Bisharp con mejor humor por la oferta de antes. La campanita de la tienda sonó y varias de las personas dentro le miraron junto a unos murmullos que el entrenador ignoró por completo, pasó hacia la caja dejando los datos del encargo; una caja de chocolates con licor con formas de pokémon.

No demoraron mucho, el paquete estaba listo para la entrega, él sólo firmó y se lo entregaron en una bolsa muy acorde a la fecha. Bisharp se aguantó la risa al imaginar a su entrenador caminando por las calles con semejante bolsa rosa y con más corazones de los necesarios.

– Disculpe – Fue rápido, hasta él se reiría si se viera caminar con esa ridícula bolsa, la chica que le atendió se le quedó mirando con una sonrisa – Puede cubrir la bolsa con una más normal.

Y lo que debió ser una pregunta, más bien fue una demanda. La chica le miró confundida, pero accedió a poner una bolsa más grande y simple, con el logo del local.

Crisis evitada.

Ya fuera de la tienda, tanto entrenador como pokémon suspiraron aliviados de estar lejos de tanto ambiente empalagoso. Lo que era muy curioso tomando en cuenta la personalidad de Mairin y sus pokémon.

Alain ya emprendía su camino de regreso hasta que Bisharp lo detuvo de improvisto, asumió que sería por los ingredientes de los pokelitos que prometió, pero fue arrastrado hacia un callejón por su pokémon.

– ¿Qué te pasa? – Le regañó Alain, pero su pokémon asomaba la cabeza por el borde de la pared, se ocultaba de alguien. – Bisharp.

El gruñido del tipo siniestro/acero lo tensó, se apegó a la pared y se asomó el rostro para averiguar qué era lo que tenía así a su pokémon. Al segundo de ver de que persona se trataba suspiró para dejar el estrés de lado.

– Serás idiota, es sólo Mairin – Cruzó sus brazos frente a su pecho con bastantes ganas de mandar a la pokeball al pokémon. – Paranoico...

Bisharp negó con la cabeza repetidas veces y volvió a apuntar. Fue cuando el entrenador recordó que ella no le avisó que saldría del laboratorio, generalmente lo trataba de convencer de que salieran por la ciudad y muchas veces lo conseguía, pero este día ella no se lo había pedido. Fue cuando comenzó a sospechar, ¿que hacía aquí, justamente frente a una tienda de este tipo, en estas fechas y sola?

Alain notó que ella no caminaba por la calle, en realidad se había parado frente al local, Bebé era la pokémon que acompañaba a la chica y Chespie estaba adelante de ambas apuntando hacia dentro. La entrenadora asintió y entro al lugar seguida de sus pokémon, el sonido de la campana hizo que Alain volviera a esconderse en el callejón junto a Bisharp.

¿Qué razones tendría ella como para venir específicamente a ese lugar y sin avisarle a él?

– Ella está ocultando algo, me está ocultando algo.

Bisharp bufó mirando a su entrenador susurrar varias cosas que no alcanzó a descifrar por la rapidez con que las decía, y lo único que pudo pensar fue: ¿Quién es el paranoico ahora, eh?

Alain se asomó por la ventana principal para cerciorarse de que la chica había entrado, en efecto ella realmente estaba ahí, en la caja con la misma chica que hace un momento lo había atendido a él.

Bisharp gruñó, afirmando su cabeza en el vidrio provocando un ligero tintineo alertando a Chespie que estaba dentro de la tienda mirando algunos postres en el aparador de muestras. El pokémon tipo hierva se giró para llevar su vista hacia la entrada principal, Alain se volvió a ocultar en el borde de la pared pero Bisharp no había sido tan rápido, en cambio él seguía mirando por la ventana y quedó así un buen rato, mirando fijamente a Chespie.

– ¿Pasa algo? – Preguntó Mairin al sentir la pata de su amiga en su pierna. La pokémon apuntó a la ventana, pero en cuanto ella giró no vio a nadie que reconociera, solo gente paseando por fuera de la tienda. – Chespie, ¿quieres uno de los postres? Pues ahora no podemos, tenemos cosas que hacer.

La entrenadora suspiró negando con la cabeza por el comportamiento de su pokémon, se supone que era la madura de su equipo, no podía ser que un par de postres tan deliciosos como se miraban esos de ahí... Tal vez, sí compraría algunos para el camino, tenía dinero y se le antojaba probarlos.

– Señorita ¿Puede agregar uno de esos de ahí a la entrega? ¡Aparte del pedido inicial!

Chespie se dio con su pata sobre la frente, no entendía el cómo es que ella... ¡Ah! No importaba ya, seguramente ese Bisharp que vio no era el de Alain, y cumplió con la orden de avisarle si veía al entrenador cerca de ella. Que su entrenadora no lo haya visto no era su culpa ¿no?

– Escucha, hay una razón para que ella no me avisara que iría de paseo sola, y voy a averiguarlo – Alain estaba en el callejón de nuevo, tomando de un brazo a Bisharp mientras lo regañaba un poco – Así que muévete conmigo o regresas a la pokeball ¿Entendiste?

El pokémon asintió, pocas eran las veces que su entrenador ponía una cara como esa, casualmente se refería solo a dos cosas en el mundo, el Team Flare o Mairin. Y está seguro que esta es por esa entrenadora.

El dichoso sonido de la campana se escuchó y alertó a ambos que aún permanecían en el callejón, se apegaron a la pared como la primera vez y asomaron ligeramente su rostro por el borde.

Mairin caminaba con un paquete muy colorido en una mano y un bocadillo dulce en la otra, detrás de ella Chespie y bebé con uno de los mismos entre sus patas. Ella miró a ambos lados y cruzó a la acera de enfrente yendo al lado contrario del laboratorio del profesor Sycamore, parecía que se dirigía al centro pokémon.

Alain y Bisharp cruzaron miradas entre sí y asintieron.

Con bajo perfil y a una distancia prudente de la entrenadora ambos avanzaban por las calles de la ciudad, por la dirección en que ella avanzaba Alain supuso que iba hacia la plaza central de la ciudad, eso le hizo pensar en que el paquete de lo que sea que hubiese comprado podía ser para alguien.

Si fuese un pedido, ella habría ido directamente al laboratorio.

– ¡Sawyer!

Algo se le atoró en la garganta de Alain al escuchar ese nombre, miró hacia donde ella estaba avanzando y justamente en una de las bancas de la plaza de Ciudad Luminalia estaba Sawyer esperándola al parecer. Ella corrió hasta donde el entrenador y le entregó el paquete que ella había comprado hace rato.

Era o para Sawyer, idea que descartó de inmediato, o él se lo había pedido como una entrega para alguien más. Dado que el entrenador hizo una reverencia pequeña y se marchó al poco de eso, asumió que era lo ultimo que pensó. Y pudo tragar lo que sea que se le atorase en su garganta antes.

Bisharp quiso avanzar hasta la entrenadora pero fue detenido por su entrenador.

– Si Sawyer está en Luminalia, significa que Steven también está en la ciudad – Bisharp sólo pudo ponerse algo tenso por ese comentario.

Se le escapó una risa al ver lo serio que se puso Alain con decir el nombre del campeón de Hoenn y junto a toda esta situación con Mairin.

– Definitivamente te meteré en tu pokeball – Amenazó buscando en su bolsillo el objeto.

El pokémon tipo siniestro/acero dio un salto hacia atrás alejándose de él, puso sus cuchillas en modo de defensa y negó lentamente con su cabeza, sus piernas se flexionaron y su cuerpo se inclinó hacia adelante, estaba en posición de batalla.

– No me desafíes – Volvió a amenazar Alain colocando su cuerpo en una posición similar.

– ¿Alain?

Ambos giraron sus rostros hacia la suave voz que nombró al más alto, volvieron a la normalidad fingiendo que no acababan de hacer una ridícula escena de combate entrenador/pokémon en la plaza central de ciudad Luminalia en frente de tantos desconocidos y sobre todo de ella.

No funcionó, ya que tanto Chespie como Bebé no se aguantaron las risas, estallaron un minuto después de haberlos visto. Mairin estaba más confundida así que preguntó.

– ¿Que hacen ustedes?

– De compras – Contestó Alain enseñando el paquete con los chocolates. – ¿Y tú?

– El profesor comentó sobre una tienda que vende los mejores postres de toda la ciudad, incluso de la región y vine a probarlos – Ella puso ambos brazos detrás de su espalda ocultando una pequeña bolsa que el entrenador reconoció por el logo de tal tienda.

Bisharp estaba junto a Chespie y Bebé, bastante molesto pues ambas no podían parar de reír. El pokémon siempre era muy serio para sus cosas, eran contadas las veces en que se le vio de esa manera, jugando junto a su entrenador, mucho menos en publico.

– ¿Vas al laboratorio? – Le preguntó después de una pausa en que ambos miraron a sus pokémon.

– Sip.

Alain movió la cabeza para indicar que fuesen juntos, ella asintió junto a una involuntaria sonrisa en su rostro que él no perdió momento de verla, aunque sea de reojo.

Sin prisa alguna, ellos caminaron por las calles de la ciudad que estaba empapada de adornos de San Valentín, tonos rosas, corazones y chocolates hasta donde la vista alcanzara. Incluso la gente parecía hechizada por el día que se aproximaba, pues cargaban cajas de los mismos tonos o caminaban en pareja muy acaramelados.

Y llegaba a parecer un absurdo mensaje para él justo en este momento. Cómo si estuviese en una estúpida historia temática de San Valentín y todo el escenario le gritara en la cara que debía ser igual de cariñoso con la chica que caminaba a su lado.

Sintió la mirada de Bisharp junto a la palabra "paranoico" que surgía de la "voz" de su pokémon, aunque el no abriera la boca aún.

– Y... – Mairin hizo una pausa para avanzar un poco más delante de Alain y caminar frente a él – ¿Que hay en esa bolsa?

Precisamente eso era lo que él quería preguntarle sobre el paquete de antes. Desechó la idea y mantuvo la calma.

– Un pedido del profesor.

– Oh... – ¿Por qué sonaba decepcionada?

– Espera, – De pronto recordó que aun no terminaba de ir por el pedido del profesor – aún debo pasar a otro lugar.

– ¿Otro más? – Ella estaba reprimiendo su risa.

– No has visto al profesor cuando no le recojo estos paquetes – Respondió Alain cruzándose de brazos, y aunque ella seguía con ganas de reírse en su cara se las aguantó.

– ¿Qué lugar es?

– Una florería.

Mairin rodó los ojos.– Chocolates y flores, que original.

– Creí que te gustaban esas cursilerías.

– Me gustan los detalles, pero hay cosas mejores que unos simples chocolates y flores, sobre todo cuando ambas se usan de igual forma cuando uno de ellos hace algo realmente mal.

Alain la miró largos minutos descifrando si era una broma o si ella había visto algo similar. Luego recordó que en una de sus más recientes discusiones él se había disculpado con un ramo de flores, aunque en el momento parecía lo mejor del mundo justo ahora sonaba ridículo si lo decía con ese tono.

– Pero eso no aplica al profesor Sycamore ¿no?

– Supongo.

Bisharp miró a Bebé y a Chespie, sin saber si interrumpir la conversación o seguir en tierra de nadie entre ambos entrenadores.

– ¿Me acompañarás a la florería o quieres seguir regañándome por algo que pasó hace un mes?

– La florería, no quiero que la señorita Sophie se quede sin su regalo para mañana.

Y con eso ambos comenzaron a caminar seguidos de sus pokémon a una distancia prudente, después de todo ellos entendían que las fechas podían ayudar en algo a la relación de sus entrenadores.

La florería no estaba muy lejos de su ubicación, y al igual que la pastelería de hace rato, ya no era una tienda pequeña, contaba con un ante jardín amplio y más pisos. Junto a, obviamente, los adornos de San Valentín.

– Esto se está volviendo molesto.

– Las fechas Alain, deja de quejarte y entremos – Y por razones que Alain no buscó ella lo tomó del brazo obligándolo a entrar.

Otro sonido de campana y un empalagoso olor a flores los recibió, Bisharp estornudó, muy dulce para su nariz, Chespie y Bebé parecían muy felices en aquel ambiente. Alain se adelantó hasta la caja, entrego un papel pequeño con los datos del profesor, y al poco rato le trajeron una canasta con pequeñas flores y una tarjeta.

Al confirmar la entrega la canasta fue metida en una caja, Alain la recibió y firmó la entrega. Al momento de dar vuelta notó como Mairin tomaba unas coronas de flores sintéticas y la colocaba en la cabeza de Bisharp que poco podía hacer contra tres hembras en una florería.

– Deja al pobre.

– ¡Se ve adorable! – Se defendió ella.

– No estoy negando eso, pero creo que a él no le gusta verse adorable – Tomó la corona de flores y la volvió a dejar en su respectivo lugar notando el alivio en su pokémon.

– Esas coronas de flores tienen descuento por estar fuera de temporada – Dijo de pronto una de las empleadas que se acercó a ellos con una notable sonrisa de "cómpralo".

Los ojos de Mairin y Bebé se iluminaron y apuntaron al entrenador con mucha ilusión, fue cuando él sintió un pequeño dolor en la billetera. Esta compra no estaba en su presupuesto.

Para cuando salieron de la tienda, las tres féminas estaban a la cabeza del grupo con sus respectivas coronas de flores como si fueran la cosa más divertida del planeta. El entrenador sólo quería llegar al laboratorio antes de que a ella se le ocurriera otra cosa y él no pudiese negarse.

Bisharp sintió un gran alivio cuando estuvieron a una cuadra del laboratorio del profesor, si hubiese sido su pre evolución no habría dudado en correr hacia el lugar y alejarse lo más posible del peligro femenino que representaban ellas tres, pero guardó su ansiedad bajo su inexpresivo rostro de tipo siniestro/acero.

El profesor Sycamore los recibió en la puerta con una enorme sonrisa, a cambio de todo eso Alain estampó una boleta en su pecho. La bolsa y la caja las dejó a su lado, continuó caminando hacia dentro del laboratorio sin mirar la cara de confusión del mayor.

– Creo que no le gustan estas fechas – Rió Mairin sabiendo de ante mano aquello.

– Muchas fechas no le gustan, ya perdí la cuenta – El profesor se encogió de hombros restándole importancia. – ¿Y esas coronas de flores?

– Regalo de Alain, estaban en oferta.

– Eso es nuevo. – El profesor parecía un poco sorprendido por eso, pero lo dejó de lado, por ahora sus regalos eran más importantes que aquel detalle de su asistente.

Mairin entró al laboratorio junto al profesor Sycamore seguidos de Chespie y Bebé, en algún momento Bisharp había desaparecido del radar de ella, sin que se diera cuenta.

En el comedor del laboratorio donde había bastante ruido, cosa extraña tomando en cuenta que habían más pokémon que personas en el lugar. Mairin apresuró el paso hasta ahí notando que Steven ya estaba ahí.

– ¡Woah, Steven! – Se alegró ella, corrió hasta delante del hombre con una enorme sonrisa. – Me alegra verte, ¿vienes por las fechas?

– Algo así, – Steven miró de reojo al entrenador de Hoenn, luego volvió a mirar a la entrenadora – Sawyer y yo quisimos tomar un pequeño descanso.

– Hace un tiempo que no los veía, hola Sawyer.

– Hola Mairin, ha pasado un tiempo.

– Y – Dijo para llamar la atención de la entrenadora nuevamente.-- Sé de buena fuente que aquí para las fechas hacen una especie de espectáculo.

– Luminalia hace espectáculo por muchas cosas – Rió Mairin.

– Hay que aprovechar esos eventos.

– Usted quiere algo distinto a lo que ofrece el señor Wallace – Comentó Sawyer concentrado en un pequeño libro sobre batallas.

– ¡Ajem! – Steven carraspeó – Wallace es un muy buen amigo, y algo extravagante, pero ese no es el tema.

Sawyer rodó los ojos y volvió a tener su atención en su libro. Mairin trató en vano de reprimir su risa por el cambio en la faceta del mayor.

– Para ser el Campeón de Hoenn, pasas mucho tiempo en Kalos. – Alain entró a paso lento a la sala de estar acercándose al grupo. Su voz interrumpió las risas reprimidas de Mairin y Sawyer, atrayendo la atención de los tres que estaban en la sala.

– Alguien está de mal humor. – Comentó Steven cruzándose de brazos.

– Tuvo que hacer recados hoy, y las fechas... – Se disculpó Mairin.

– Mairin, no cuentes eso. – Gruñó el chico a lo que ella miró hacia otro lado riendo.

El profesor Sycamore apareció en la sala para darles la bienvenida al grupo completo, después de unas palabras los invitó a la mesa, tal parece que se habían reunido justamente a la hora del almuerzo.

La conversación pasó desde las horas de trabajo del profesor hasta la travesía de Steven por encontrar información sobre el megalito, el como comenzó a trabajar junto a Sawyer en el proyecto y de paso ayudarle a ser un mejor entrenador, para llegar a los avances en el viaje de Alain y Mairin por la Charizartida X para el Charizard de Alain.

– Limpiamos gran parte de la región de Kalos en su búsqueda. – Una de las razones por las que habían hecho la parada en el laboratorio era para esto. – Pero no hay mucho rastro de ella.

– Encontramos otras, como la Blastoisita y recordé una de tus batallas – Interrumpió Mairin.

– Si, la recuerdo – Alain se llevó un trozo de comida a la boca.

– ¿Has pensado ir a Hoenn? – Preguntó Sawyer, Steven apoyo la idea.

– Mairin quiere participar en la Liga Kalos, así que por ahora nos quedaremos.

– Hoenn es una buena opción – Volvió a hablar Mairin – Ahí también hay Mega piedras por... razones creo.

– Sí, puede ser – Usó su tenedor para apuntar a la nariz de Mairin, a modo de advertencia – Tú deberías concentrarte en entrenar.

– ¡Estoy desidia a evolucionar! – Ella levantó las manos con energía.

– Tus pokémon, ya te lo dije, los que evolucionan son tus pokémon. – Le corrigió Alain rodando los ojos y ocultando una minúscula sonrisa.

– ¡Eso ya lo sé! – Se quejó ella cruzándose de brazos – Es una metáfora.

– Una muy mala.

– ¿Los dejamos solos? – Preguntó Steven interrumpiendo la charla de los chicos.

– ¡Steven! – Se quejó Mairin.

Las risas del resto no se hicieron esperar dejando a Mairin un poco avergonzada pero ya acostumbrada a esos comentarios del Campeón de Hoenn. El siguiente en hablar fue Sawyer, contando sobre un nuevo enfrentamiento después de su corto entrenamiento con Steven y como eso había ayudado y mejorado mucho sus habilidades de combate.

La tarde pasó bastante tranquila a pesar del enorme grupo que visitaba el laboratorio del profesor, en esa época del año no habían muchos aspirantes que llegasen por su primer pokémon así que las tareas de Sycamore eran muy livianas, sólo necesitaba revisar los últimos informes que le trajo Alain y Mairin sobre la ultima Mega Piedra que hallaron.

– Esto es interesante, Alain ¿Me estás escuchando?

– Si, lo hago.

Alain mantenía la mirada fija en la ventana, escuchando a penas lo que el profesor le decía, ahora mismo tenia una cosa más importante en mente.

– No lo haces – Suspiró pero en cierto modo se aliviaba de que algo más estuviese en su cabeza – ¿Discutiste con la pequeña Mairin?

– No es sobre ella.

– Ajá – Sycamore ojeó el informe sin mucho interés.

Por la ventana se podía ver como Mairin perseguía a Bisharp para ponerle una corona de flores, el pobre pokémon trataba a duras penas de alejarse de la chiquilla, pero fue acorralado por Charizard y Tyranitar que de alguna forma cooperaban con ella.

– Es sobre la fecha – Aclaró finalmente.

El profesor lo miró esperando a que se explicara mejor, Alain divagó unos minutos queriendo evadir el tema pero, aprovechando que ambos estaban solos asumió que era lo mejor.

– No me interesa San Valentín, pero sé qué a Mairin si le interesa.

– Obviamente – Comentó el profesor levantando los hombros. – Regalale algunas flores, a las chicas como ella les gustan esas cosas.

– No, sabe que no soy de regalar esas cosas – Negó, ademas de omitir que una vez lo intento y las cosas no salieron bien.

– Entonces...

– Supongamos que quiero darle algo. – Suspiró bajando los hombros, no creía hacerse problema por esta estúpida fecha – Pero no le tomo el peso a la fecha y ella lo sabe perfectamente.

Sycamore se puso a pensar en eso. Vio el rostro preocupado de su asistente, pero terminó levantando los hombros restándole importancia.

– ¿Y? Lo que importa sigue siendo la intención. Y asumiré que tu intención es hacerle un regalo a Mairin, eso es todo.

El campeón de Kalos suspiró recostando su cuerpo en el respaldo de la silla. Pudo escuchar la risa del profesor por verle en ese estado, y se arrepintió de haberle contado todo esto. Más consejo daba Sawyer o Sophie en estas cosas que Sycamore.

– Es más complicado que eso. – Alain se rindió y dejó el tema de lado.

– Tú te complicas más en estas cosas.


Uno más y serán los 20 ¿Saben que estamos al final de esta colección? ;---; 


 * Sobre los pokelitos de Mairin, hace referencia a la historia de ImTeklay "Guardaespaldas" Me gusta la idea de que ella prepare pokelitos que encanten a los pokémon de Alain.  

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