No recibas regalos de extraños | One-shot
El año pasado participe en una actividad de navidad que nos dejaba hacer un self-insert como regalo y darle un obsequio a un personaje que quisiéramos mucho. y bueno mi actual hija favorita es Mairin así que ese año le hice un regalo con un tinte marissonshipping. Se los dejo por las fechas y porque es parte de los 20 que estoy realizando de la pareja.
Eso y porque a mi PC se le ocurrió echarse a perder por 4 vez este año y no puedo revisar las historias que tengo de ellos ya tengo medio escrita una y dos ideas sueltas pero eso, están en ese PC que esta en el técnico </3 algo no quiere que escriba mis cosas...
Como sea, para quienes no o han leído se los dejo aquí.
Felices Fiestas <3
PD: Aquí utilicé los nombres en japonés, no sé por qué.
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Advertencias: Oc presente, y fangirlismo en cada palabra(?) así es no pude evita poner marisson xD
No recibas regalos de extraños [Un santa no tan secreto]
El frío de la noche y las luces que alumbraban la ciudad daban un escenario navideño, perfecto para las fechas, el cielo anunciaba que nevaría y las temperaturas solo reafirmaban aquello.
La Ciudad Luminalia estaba completamente iluminada por focos de tonos navideños, adornos preciosos en cada bulevar, las cuatro avenidas repletas de luces colgantes de los locales y casas. Las plazas principales tenían un árbol de pino decorado con muchas luces alusivas al nombre de la plaza, y el centro de la ciudad, la hermosa Torre Prisma era la cosa más maravillosa que podías ver con la temática de estas fechas, ¡los adornos!, ¡la iluminación! Era simplemente fantástico, deslumbrador era la palabra correcta.
Ella refregó sus manos entre sí para generar calor, había salido tan apresurada porque faltaba algo para la cena a solo horas de que llegaran los invitados, esta fiesta significaba mucho para ella y no se permitiría que nada saliera mal.
Pero ahora se había tomado unos minutos para admirar las luces y adornos de la ciudad Luminalia, sobre todo la maravillosa torre prisma, que con ayuda del líder de gimnasio Citron se había transformado en una especie de árbol navideño muy moderno y maravillosamente iluminado.
- Disculpa pero, ¿no tienes frió? - Pregunto con un leve tono de preocupación, una joven de más o menos su edad, cargando varias bolsas con artículos de la época.
- Algo -Contesto confundida- Pero me pasa por salir así con esta temperatura- Comenzó a reír frotando sus manos entre sus rodillas.
Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de la joven que de inmediato hurgó entre sus bolsas buscando algo. Sacó una bufanda tejida a mano, por lo que pudo apreciar, y de un bello color verde cálido, la joven la extendió hacia ella.
- Ten.
- ¡Ah!, no es necesario, estoy cerca de donde me hospedo y...
- ¡Insisto! -le interrumpió aquella desconocida, acercándole más la prenda.
No tuvo más opción que aceptar, pues no parecía desistir de entregarle aquella bufanda. Al tomarla sintió las finas hebras de lana y algo cálido, como si un sentimiento de cariño fuese tejido entre los puntos de la bufanda.
- Gracias- Se envolvió la prenda sintiendo el calor volver a su cuerpo.
- ¡De nada, Manon! -Sonrió la desconocida llamando la atención de la nombrada que le miró sorprendida- Tómalo como... el regalo de navidad de una desconocida
Ella guiñó un ojo junto a una amigable sonrisa, como si le conociera de algún otro lado, su mirada viajó hacia la torre prisma que se alzaba majestuosa en medio de la ciudad bañada en espíritu navideño. Manon le miró unos segundos y de igual manera admiró la torre.
En un parpadeo la figura de aquella joven se fue alejando de su vista, entre la multitud de personas y pokémon que transitaban en la plaza central y el gimnasio sacando fotos, juntándose con amigos y parientes, celebrando las fechas con regalos, abrazos y besos.
Un suspiro salió de Manon pensando de dónde conocía a esa joven de apariencia casual e irrelevante que, sin embargo, había venido expresamente a obsequiarle esa bufanda, de alguna manera sentía que esa bufanda era para ella.
- ¡Manon! - Escucho desde lejos, y entre esa misma multitud de personas y pokémon apareció la figura de un chico, que corriendo se acercó a ella, seguramente llevaba bastante rato buscándola.
Se había ganado un regaño navideño.
- ¡Allan! - Se levantó de la banca donde antes estaba para dar unos pasos hacía él.
- ¿Dónde te habías metido? - Gruño preocupado, la risa nerviosa de Manon solo provocó que frunciera el ceño.
- Lo siento, tenía que comprar algo para la cena de hoy- Se excusó ella. Un suspiro salió de Allan, reconociendo que se lo esperaba de ella.
- Volvamos, no podemos comenzar la cena sin ti- Dijo al fin mirando de reojo la torre prisma y su iluminación tan fantástica.
Manon asintió tomando la bolsa donde estaba lo que había comprado y caminaron ambos hacia la casa del profesor Ciprés para la cena donde habían sido invitados.
La cantidad de gente hacía difícil caminar a una distancia prudente uno del otro y sin más remedio para él, tuvo que acercarse a Manon para que no se perdiera entre la gente, se separaran o, lo que era más probable, que ella cayera por no mirar donde caminaba. Pasó su brazo por sobre los hombros de ella acercándola lo suficiente como para que no fuese fácil separarlos.
- Por cierto- comentó para parecer casual y tranquilo- esa bufanda es nueva.
Manon bajo la mirada hacia la prenda y una sonrisa se formó en su rostro al instante, rio un poco antes de contestar la pregunta de Allan.
- Fue un regalo de una extraña-apretó entre sus manos el borde de la bufanda percibiendo de nuevo ese calor que emanaba, ese cariño que sentía con esa prenda de vestir.
- Manon- el tono de regaño volvió a Allan.
Ya se habían alejado de la multitud, estaban en una de las calles que por suerte no había mucha gente como para que estuvieran tan cerca uno del otro. El chico la miró de frente guardando sus manos en los bolsillos de su chaqueta y frunciendo el ceño.
- No aceptes regalos de extraños- Gruñó, de nuevo, ella rodó los ojos y mantuvo su sonrisa- Hablo enserio, Manon.
- Descuida- aseguró ella comenzando a caminar delante de Allan, miró hacia atrás antes de soltar su frase- Yo la conozco.
Y dejando plantada una enorme duda en la mente de Allan continuó caminando, riendo internamente por la cara que seguro tendría, no reprimió una carcajada pues cuando el chico le igualo el paso parecía que exigía una respuesta.
- ¡No pongas esa cara! - La risa sonora de la ruidosa chica provocó que Allan volviera a fruncir el ceño en fastidio, tercera vez en menos de un día, se refregó el rostro con ambas manos dejando de lado el tema.
Como impulso y algo de venganza, tomó la mano de Manon para guardarla en su bolsillo y caminar hacia la casa del profesor. Ella más que sonrojarse, que sí estaba bastante avergonzada, se lo tomó como un regalo de parte de él, pues no siempre se comportaba de esa manera.
Con esto no podía esperar nada mejor como regalo de navidad.
La torre prisma continuó alumbrando toda la noche, con su aire navideño, con su luces llamativas, la joven desconocida miró cada paso que dio Manon desde que le regalo la bufanda, una mirada nostálgica la acompañó hasta que Manon y Allan se perdieron entre la gente y pokémon.
-Es hora -Susurró más para sí que para su larvitar que la acompañaba.
- ¿Lar? -Gruño en duda la pokémon.
-Sip, ya hice lo que tenía que hacer. ¿No crees que se ve tierna con esa sonrisa? -Cerró los ojos recordando el rostro de la joven que ahora tenía su bufanda.
- ¡Lar, Lar! - Gruño animada la pokémon.
- Bien, es hora de darle un final a este reto navideño- Guardó sus manos en sus bolsillos.
Pues, aunque esto fuese un relato ficticio, la temperatura se sentía muy real para ella.
- Sólo espero que ella tenga una merecida feliz navidad.
Dijo como último comentario, mientras la escritora tecleaba las últimas palabras, las últimas comas y presionando el botón del punto final.
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Para no dejar de aportar a la pareja en este hermoso rincón que es Wattpad y una escusa para agregar este relato a la colección <3
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