— Sunghoonie— el Pelirosa fue directo hacia él para abrazarlo, dejó besos en sus mejillas, en su cabello negro, hasta llegar a sus labios, besándolos con amor y cuidado, con cada contacto de sus bellos sentían como si se enamoraran de nuevo, una y otra vez.

Cuando se separaron del beso y se volvieron a mirar a los ojos, Sunoo notó las lágrima en los ojitos marrón chocolate de su novio, comprendió que quizás todo aquello había sido demasiado, Sunghoon en realidad estaba llorando porque aquel abrazo había aflojado todas sus barreras, llevó sus manitos hacia las mejillas del menor para limpiarlas.

— Todo estará bien, Hoonie.

Sunghoon solo asintió, sus manos cubrieron las manos chiquitas de Sunoo con facilidad.

— Lamento no haber... Ayudado en nada.

— ¿Ahora te toca a tí sentirte mal? — preguntó Sunoo, intentando sonar irónico y calmar a su novio, Sunghoon asintió como respuesta—. No tienes nada de qué disculparte— dijo Sunoo, con el ceño fruncido—. No hiciste nada malo, Sunghoonie.

— Ya sé, Jongseong ya me lo dijo pero igual... — Sunghoon rodó los ojos —. Siento que podría haber hecho mejor las cosas y por eso... Lo siento.

— No deberías pedir perdón por eso, hiciste lo que pudiste.

Sunghoon se quedó en silencio.

— ¿Hablaste con Jongseong?

— Sí, pero no viene al caso, tú hiciste bien, yo estoy bien, y tú estás bien.

El Pelinegro permaneció en silencio unos segundos, Sunoo no dijo nada, y solo se quedó allí tomando sus manos.

— Yo no sé si... Si estoy bien, Sunoo — murmuró él pelinegro—. Sé que intento parecer fuerte y... Parecer que estoy bien pero no siento que lo estoy.

Sunoo asintió, entendiendo que su pareja necesitaba hablar, gracias a la charla que había tenido con Jongseong rato antes había entendido algo que dentro de sí mismo sabía pero no reconocía aún.

Sunghoon se preocupaba más por otros que por sí mismo, muchas veces ignorado sus propios sentimientos para hacerce cargo de las necesidades de los demás, y hacia eso tan seguido que muchas veces no podía reconocer que se sentía mal, por ello era tan difícil para el menor decir cómo se sentía.

"¿Cuándo fue la última vez que Sunghoon te dijo 'Sunoo, me siento de esta manera'?" Le preguntó Jongseong más temprano, Sunoo tuvo que pensar la repuesta varios segundos, y lo último que podía pensar era hacia unos cuantos meses, cuando el menor le confesó que tenía depresión, y aquello no era exactamente un sentimiento.

— Esto del juicio y de las confesiones... Incluso antes, incluso cuando me dijiste que querías conocer a los demás, y cuando hablaba con tus papás— Sunoo solo asentía para que él siguiera hablando —. Todo me hace pensar en cuando te fuiste, y luego todo lo que tuviste que pasar, y todo lo que tú familia tuvo que hacer y como... Cómo me hacía sentir.

— ¿Cómo te sentías cuando pasó? — preguntó el Pelirosa, Sunghoon nunca le había dicho nada al respecto, se había dedicado a ignorar toda aquella situación y sentimientos para intentar seguir adelante.

— Era como si hubieras muerto, pero peor... Porque estabas aquí y te veía pero ya no eras tú — dijo el pelinegro, las lágrimas caían por sus mejillas—. Entonces me sentía triste y como... Como si estuviera de luto, pero a la vez... Tenía que ser fuerte para estar para tí y todo era muy confuso.

>> Y cuando todo volvió para el juicio y todo eso... Me hacía sentir que todo se iba a repetir otra vez, que te iba a perder otra vez, que te iban a lastimar otra vez... Entonces estaba muy ansioso y muy paranoico mucho tiempo, y cuando pasó lo de Lix, cómo reaccionaste y todo ... En mi mente era como que... Sentía que habías muerto otra vez y eso me hacía sentir que iba... yo iba a morir también, porque no podía soportar pasar por todo otra vez.

Sunoo no tenía palabras para aquello último, limpió las lágrimas de su novio con cuidado, y lo abrazó con firmeza contra su pecho cuando el Pelinegro rompió el llanto otra vez, temblando con fuerza, rodeó la cintura del Pelirosa para sentirlo más cerca.

— Sé que hago cosas, Sunoo... Cosas que hacen pensar a todos que... Que quiero morir— Sunghoon entendía la preocupación de los demás —. Pero no quiero morir, no quiero... Solo... Tengo miedo de que vivir sea más doloroso.

El pelirosa lo abrazaba con todo el amor que tenía en su corazón, sus dedos jugaba con el cabello medio largo de Sunghoon, ya que hacia bastante que no se lo cortaba.

— Intentaré que... Que el mundo no sea más doloroso para ti, Sunghoon — murmuró el rubio luego de un rato, intentaba que sus lágrimas no le impidieran estar allí para su pareja.

Sunghoon sonrió mínimamente ante aquellas palabras.

— Definitivamente... haces el mundo un lugar mucho más bonito, Sunoo.

Sunoo sonrió.

— Tú has sido mi mundo por mucho tiempo, Sunghoon... Tu sí que eres bonito.

— N-no me coquetees cuando estoy llorando— Sunghoon ya ni sabía por qué estaba llorando.

— No me digas qué hacer, soy mayor que tú.

— El que recuerdes que eres el mayor ahora hace que no me hagas caso como antes.

— Claro que no, quien te haría caso con esa carita de bebé.

— ¿Te viste la cara, Sunoo? Tú si que pareces menor que yo.

Los dos comenzaron a pelear con aquellas sonrisas juguetonas en sus labios, por más que a veces seguían llorando se tenían el uno al otro, para alegrar sus corazones, entre los dos se sentían a salvo, como siempre.