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Sunghoon no le contó nada a Sunoo, al menos no en ese momento, primero tenía que hablarlo con su doctor y su psicólogo, debía asegurarse de que el pelirosa estaba en condiciones para hablar, y que nada malo iba a pasarle.

No podía permitir que Sunoo se ponga mal de nuevo por tanto estrés, quizás podía empeorar y volver a aislarse en su departamento, quizás podría olvidarlo de nuevo, no podía permitir que nada le pasara.

—Desde mi parte creo que Sunoo está en muy buenas condiciones... — dijo Jungwon, había ido a hablar con él personalmente a su consultorio, sin Sunoo—. Nunca creí que podría lograr todo lo que hizo, él es muy perseverante, y se nota que quiere y puede lograr muchas cosas.

>> Yo creo que puede hacerlo, claro que no será lo más fácil y lindo del mundo... Un proceso judicial es muy complicado y tiene que declarar varias veces, y bueno, cualquier incongruencia que pueda tener entre cada testimonio puede ir en su contra también...

>> Creo que lo mejor para él es intentar testificar con su psicólogo primero, así sabemos cómo va a reaccionar y nos evitamos lo peor — finalizó Jungwon, Sunghoon aún no estaba convencido.

— Él no recuerda mucho de ese momento.

— Porque se encargaron de generar un trauma severo, tan grave de recordar que no puede hacerlo — dijo Jungwon, y el pelinegro asintió—. Es una forma de encubrirse, y han hecho lo mismo con las otras dos víctimas... Y quién sabe cuántas más — el Doctor sonaba duro pero por su expresión estaba totalmente asqueado.

— Es un asco — murmuró Sunghoon, desde que había recibido la noticia tenía ganas de vomitar.

— Lo es, y lo siento mucho— murmuró él chico —. Creo que deberías hablarlo con Jongseong, y él podrá decidir mejor si está preparado para esto.

Sunghoon salió de la consulta con Jungwon con una opresión en el pecho, quedaba poco más de media hora para que tuviera que ir a buscarlo a su grupo de terapia, así que debía ir rápido, al llegar al consultorio de Jongseong él estaba en una sesión, pero hizo que cerrarán antes y la chica que atendía se fué más temprano, para poder hablar con Sunghoon correctamente.

Ya lo había llamado por teléfono para comentarle la situación, sabía que era algo difícil para los dos, y si bien Jongseong tenía otros pacientes, ninguno tenía una historia tan trágica como aquellos dos, eran sus casos especiales, y les daba prioridad.

— Creo que deberían hacerlo — fue lo primero que dijo Jongseong en cuanto Sunghoon se sentó frente a su escritorio—. Sé que lo más seguro es que no sea lo mejor para Sunoo, ni para ti, pero calculando lo que podría pasar en el juicio, ayudarían a muchas personas, tanto a los que sufrieron igual que Sunoo y los que van a sufrir si esos hijos de puta siguen sueltos.

Sunghoon asintió, entendía perfectamente esa parte, en parte también estaba de acuerdo, pero no quería hacerlo.

— Lamento muchísimo que tengan que seguir sufriendo por esto, incluso luego de tantos años de terapia y todo lo que los dos se están esforzando en mejorar — continuó el pelinegro—. Pero deben pensar esto como un bien mayor, Sunghoon, y una oportunidad para darle un cierre a estos últimos años.

Sunghoon volvió a asentir levemente, mordiendo su labio, hubo silencio por unos cuantos segundos hasta que el pelinegro volvió a hablar.

— Aún no le he dicho nada a Sunoo— murmuró—. No sé cómo decirle... Él sabe que algo está mal.

Jongseong asintió, pensó un momento antes de preguntar:

— ¿Te gustaría practicar qué dirías conmigo? — ofreció, Sunghoon asintió—. Bien, dilo, cuando estés listo — Jongseong apoyó su espalda sobre el respaldo de la silla, para esperarlo.

— Sunoo... — Sunghoon comenzó con un suspiro cansado—. Encontraron a quienes creen que podrían ser... Los que te llevaron; ellos lastimaron a otras personas más también, y necesitan tu ayuda para que sean declarados culpables y no vuelvan a lastimar a nadie más.

Jongseong asintió.

— Está perfecto, Sunghoonie — dijo, más que nada para alentarlo—, es una excelente forma de decirlo.

Sunghoon apretó sus labios, sentía que se le estrujaba el pecho para hablar.

— Es una situación delicada, Hoon, y nunca va a sonar bien, pero puedes hacer que suene... Menos peor, y eso ya está bien — dijo el pelinegro, Sunghoon asintió levemente.

No hablaron mucho más, y al salir tenía que ir a buscar a su pequeño a sus sesiones de terapia.



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