Los padres de Sunoo no solían ir a verlo mucho, ellos vivían en otra ciudad, y en los últimos tres años se habían encargado de buscar justicia para su hijo.

Pero siempre dejaron apartados a Sunghoon y a Sunoo de todas las acciones legales, denuncias, investigaciones y juicios, porque por mucho tiempo Sunoo no estaba en condiciones, y Sunghoon estaba muy ocupado cuidando de él.

Eran ellos los que le habían comprado el departamento a Sunoo hacia años, mismo departamento donde ahora vivían los dos, y Sunghoon mantenía gran parte de los gastos con su trabajo, haciendo publicidades a una buena empresa de tecnología, pero ellos solían ayudarlos económicamente, principalmente porque sentían que le debían un agradecimiento al menor por cuidar de Sunoo tanto tiempo, y no eran una familia que carenciara de dinero, todo lo depositaban en la cuenta de su hijo que ya juntaba unos cuantos dígitos de ahorros.

Las personas que le habían arruinado la vida a su hijo no habían sido atrapadas, seguían libres en algún lado, haciendo las maldades que habían hecho con su hijo a otros jóvenes, otros hijos de gente adinerada de la cual podían sacar provecho.

Por eso cuando Sunghoon recibió una llamada de parte del padre de Sunoo, supo que por primera vez en años debían involucrarse.

— Señor Kim, tanto tiempo.

— Hola, Sunghoonie. Tengo noticias, quizás buenas o no tanto... Los encontraron, pero necesitan la ayuda de Sunoo para el juicio.

El corazón de Sunghoon salteó un latido, y fue hacia él baño para cerrar la puerta y tener privacidad, Sunoo estaba en el cuarto de ambos.

— Rescataron a una chica, la encontraron a las afueras de Seúl de una casa supuestamente abandonada, estaba con unos hombres y todo... Coincide con el estado en el que estaba Sunnie... También la forma en la que se la llevaron, todo.

— ¿De verdad son los mismos? ¿Son esos hijos de puta? — no quería faltarle el respeto a su suegro, por lo que insultó en un tono mucho más bajo, para sí mismo, aunque el señor Kim pudo escucharlo de todas formas, era entendible, él decía lo mismo.

— Creen que sí, aún no tienen pruebas suficientes, por eso te llamaba. El modus operandi fue el mismo, solo que está chica tiene mucha más suerte que otros... Si a eso se le puede decir suerte.

— ¿La chica está bien?

— Tiene amnesia, y un trauma severo, tuvieron que sedarla en el hospital para atenderla. Está en coma inducido y no saben cuándo la despertarán.

Sunghoon sintió su pecho encogerse, recordando años atrás, cuando fue hacia el hospital luego de que sus padres le dijeran que lo habían encontrado, solo para poder verlo desde una ventana en la puerta, conectado a mil aparatos a sus ojos, ni siquiera los Kim pudieron ver a su hijo por al menos una semana, hasta que Sunoo estaba estable.

Sunghoon nunca fue autorizado para verlo estando dormido, aún así lo visitaba todos los días para verlo desde la puerta, esperando que en elgun momento abriera los ojos y lo mirara.

Conocía ese dolor tan bien, de ver a la persona que amaba estando dormido, aunque parecía más otra cosa, le daba pánico, ese que a veces revivía cuando recordaba, no se lo deseaba a nadie en el mundo.

— Necesitan el testimonio de Sunoo para que esos tipos tengan lo que merecen — dijo el señor Kim, se notaba la tensión en su voz, aguantando las lágrimas y la furia—. Está chica no puede hablar de lo que le hicieron... Y no saben cuándo podrá, por eso necesitan de Sunoo.

— ¿No hay nadie más? — preguntó Sunghoon rápidamente, no quería que Sunoo se enfrentara a esos monstruos de nuevo.

— Hay otro chico... Lo encontraron hace poco más de un año, creen que está relacionado con estos hombres pero su caso es... Diferente, no coincide del todo, aunque podría haber sido una estrategia para cubrirse. Aún así van a intentar declarar, va a tomar mucho tiempo, él está en un estado delicado también, Sunoo esta en mejores condiciones.

— No quiero exponer a Sunoo, que hablen con él — exigió, enojado, no quería a su novio cerca de nada de todo aquello, por fin estaba rehaciendo su vida, no debía mirar para atrás—. Sunoo ya tuvo lo suficiente, y justo ahora estamos mejorando los dos, no puede, yo no puedo-

— ¡Sunghoon! — el señor Kim lo calló de un grito —. Sé que es difícil, ¿Crees que no lo sé? No quiero que mí hijo siga sufriendo pero es la única oportunidad que tenemos para que se haga justicia.

— Pueden esperar a que está chica despierte y este chico también debe hablar-

— Park, la chica está en coma inducido y al chico le cortaron la lengua y sigue con un trauma muy severo, ninguno puede hablar.

Sunghoon quedó boquiabierto, tartamudeo un poco.

— Sólo... Piensalo, hay que hacerlo... Por Sunoo, por las otras dos víctimas... Y por todos los que estamos salvando de estos monstruos... Debemos hacer justicia por todos.

El pelinegro no pudo decir nada, no tenía palabras, tenía miedo, quería huir y llevarse a Sunoo para que no tenga que volver a sufrir.

— Por favor, Sunghoon, no podemos dejar que estos tipos sigan haciendo esas atrocidades a inocentes— rogó el señor Kim, se notaba que estaba llorando—. Es para que no haya más víctimas, es para un bien más grande... Piénsalo, es nuestra oportunidad después de más de tres años.

Sunghoon respiró profundamente, borró unas lágrimas de forma brusca.

— Lo consultaré con su médico, haré lo que él diga.

— Está bien, Sunghoon— murmuró su suegro del otro lado de la línea—. Cuidense, seguimos en contacto, hasta luego.

Minutos después, salió del baño, luego de lavarse la cara con agua fría, Sunoo lo estaba esperando en su cuarto, por la expresión del pelinegro quiso preguntar pero no lo hizo, y solo dejó que el menor se acurrucara en sus brazos hasta sentirse un poco mejor.