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⁰³⁹

— ¡Feliz cumpleaños, Fefi! — Sunoo grito con emociones al entrar a la casa de su amigo, Felix hizo una seña para que hablara más bajo, le molestaban los ruidos muy fuertes—. Oh, lo siento, lo olvidé... — Sunoo sonrió con algo de vergüenza, le entregó su bolsa de regalo—. Esto es para tí, de parte de Sunghoonie y de mí.

— No quería regalos, sólo quería que vengan — dijo Felix, con un leve mohín, no le gustaba la idea de que otros gastaran en él, no creía que fuera necesario, prefería ganar buenos ratos y unas risas, o a lo sumo, que le regalaran comida y compartieran, Minho siempre solía hacer eso con él.

Vió el juguete azul de dinosaurio, y sonrió con un hermosa sonrisa y llena de alegría, soltó pequeñas risas mientras sus ojitos se llevaban de alegría y abrazaba el peluche, de bastante grande, sería perfecto para dormir con él y abrazarlo.

— Me encanta, Sun... Muchas gracias, es muy lindo — dijo, con mucha alegría—. Se lo voy a mostrar a Minho... ¡Hyung, Hyung! Mis amigos me dieron el regalo más lindo del mundo.

— Oh, Felix... Pero dijiste que yo era tu regalo más lindo del mundo — Minho le dedicó un puchero triste.

— Bueno, es el segundo más bonito— corrigió, mientras le mostraba el juguete, Minho sonrió con ternura al verlo tan feliz—. Voy a usarla para dormir y voy a dormir muy feliz porque voy a pensar en mi amigo Sunnie — explicó, el pelirrojo asintió y peinó un poco el cabello medio rizado del menor.

— Me alegro que seas feliz mi Fefi.

— Soy feliz, muy feliz.

Sunoo estaba muy contento de que el regalo le haya gustado tanto, Sunghoon sonrió con ternura al ver a ambos tan emocionados por algo que parecía muy simple, pero que para ellos era especial.

Felix era el primer amigo de Sunoo, claro, si no lo contaba a Sunghoon, aunque su relación había sido muy diferente a aquello.

También era su primer regalo y primer cena de amigos, para ambos debía ser muy especial.

Sunghoon ayudo a Minho a terminar de preparar la comida, era carne y verduras al wok, tenían algo de kimchi y arroz para acompañar, y a pedido de Felix, unas tortillas de maíz, que automáticamente convertía todo en comida mexicana según él.

Minho no quería explicarle mucho al respecto porque iba a matar su ilusión de comer "comida internacional".

— ¿Cómo lo están pasando? — preguntó Sunghoon, mientras cocinaba las verduras.

— Felix está muy feliz, estaba algo nervioso antes de que vinieran... Él no sabía qué se tenía que hacer en un cumpleaños, así que le dije que hiciera lo mismo de siempre y fuera él mismo.

— Qué adorable— comentó el castaño— ¿Qué le regalaste?

— Felix odia los regalos— el pelirrojo negó suavemente—, así que mi regalo es esto, la comida, y los preparativos, eso.

— No está mal.

— Me sorprende mucho que haya aceptado su regalo, le debe gustar mucho, en serio, ¿Lo eligió Sunoo?

— Sip, estuvo molestando todo el día pensando qué comprar, hasta que fuimos a conseguir algo, le dije que no tenía cambio y se quedó callado — dijo Sunghoon, suspiró con cansancio de solo recordar todo lo ocurrido—. Y luego... A la salida de la juguetería casi me atropellan, Sunoo me detuvo.

— Dios, Sunghoon, ¿Estás bien?— Minho lo miró con sincera preocupación.

— Sí, sí, no me pasó nada... — se encogió de hombros—. Solo iba a cruzar sin mirar, estaba con temas de trabajo, y bueno, me agarró antes de que pasara un auto, que destrozó mi celular porque sin querer lo solté.

Minho notó el ceño fruncido del menor, no sabía si era por estrés o por molestia, quizás era por las dos.

— Pero me dí cuenta que estaba mal... Porque estaba ignorando a Sunoo, porque estaba molesto por alto tonto, y yo tengo que cuidarlo, ¿Sabes? No puedo hacerle algo así...— murmuró, por lo bajo, no quería que el pelirosa escuchara su conversación desde la sala de estar, apenas a unos cinco metros de allí—. Si él hubiera ido al frente mío no lo hubiera podido detener, porque estaba muy ocupado viendo el teléfono... O si él no estuviera tan atento, no sé qué habría pasado.

— Sunghoon, es algo que le puede pasar a cualquiera, es normal estar distraído— Minho intentó aliviarlo—. También es normal sentirse mal a veces, sólo tienes que ser precavido, no importa qué pase, o qué tan molesto estés.

— Lo sé, pero aún así me siento algo culpable— confesó—. Yo estaba enojado con Sunoo y lo estaba ignorando, casi lo mando a la mierda esa misma tarde si no dejaba de molestar con lo del regalo... Y aún a pesar de que fui malo con él todo el día, él nunca fue malo conmigo, y me cuidó igual.

— Sí, porque le importas... Es lo que cualquiera haría, Sunghoon.

— También lo sé, y hasta me lo dijo luego... Que me cuidaba porque me amaba— parpadeó rápido para ocultar sus lágrimas—. Me sentí horrible y él me consoló.

— Eso es muy lindo, Sunghoon — dijo Minho, sonrió levemente—. Te está demostrando que él está allí para tí.

>> De la misma forma que tú estuviste para él en algún momento, se tienen el uno al otro.

Sunghoon sonrió, sintiéndose cálido, le gustaba la idea de tener a Sunoo, para cuando lo necesitara, no creía necesitar a nadie más en el mundo a parte de él.

— Sunghoon, nunca te lo pregunté, ¿Qué tiene Sunoo? — Minho cambio de tema — ¿Es como Felix?

— Oh, no... — Sunghoon negó, suspiró para prepararse para hablar al respecto, nunca le era fácil—. Sunoo... Él solía ser normal, igual que todos, era mi novio, y llevábamos casi dos años incluso; un día salimos a cenar y luego de que me dejó en casa sólo... Desapareció.

>> Luego llamaron pidiendo una recompensa enorme, digamos... La familia de Sunoo maneja bastante plata y se ve que lo conocían, al menos lo suficiente para saber que tenía valor.

>> A los tres meses lo encontraron a un lado de una carrera, tenía una contusión cerebral, le dejó varias secuelas, es algo delicado.

>> Un ligero retraso metal, a veces tiene cambios de humor, es propenso al estrés, a veces tiene la madurez de un niño... Ahora está mucho mejor, solía tener pesadillas y ataque de pánico a todo, también tiene amnesia, ahora parece que está recordando todo de nuevo, al menos una gran parte.

>> Tuvo muchos problemas, como fobia social, al contacto físico, a su cuerpo, incluso le tenía miedo a las muestras de afecto; se fue acostumbrado de a poco.

>> Es un milagro que esté vivo y es un milagro más grande que ahora esté mejorando, ya pasaron casi tres años... Estoy muy orgulloso de él.

— Sunghoon, eso es terrible, lo siento mucho— murmuró Minho, sentía su estómago revuelto, siempre era muy sensible a las cosas feas—. Debe ser muy duro para tí.

— Oh, no, ya pasó lo peor... Ahora Sunoo está muy enfocado en mejorar, y está muy feliz. Yo también estoy muy feliz.

— No es por comparar, porque es diferente— aclaró Minho, antes de continuar—. Cuando Felix vino a vivir con mi familia, él entró en un gran cuadro depresivo... Tenia muchas cosas feas encima, pesadillas, crisis, también autolesiones... Tuvo dos intentos de suicidio, en uno terminamos en el hospital.

>> A él le estaba costando mucho el cambio, aunque fuera para bien, no estaba acostumbrado a que alguien le hablara, que lo mirara a los ojos, que no quisieran golpearlo o que no lo molestan con sacarse las mejores notas en la escuela y estudiar todo el día... Queríamos que fuera feliz y haga lo que quería, aunque él no sabía lo que era eso.

>> Tuve que ir al psicólogo porque no podía soportar ver a alguien así, me ponía mal que estuviera mal.

>> Pero me ayudó, mucho, creo que hubiera terminado igual que él si seguía así— admitió—. Me ayudó mucho a poder superarlo y comenzar a vivir, para ayudar a Felix a hacer lo mismo.

— Eso está muy bien, Hyung— dijo Sunghoon, con una sonrisa.

— ¿Tú has probado ir?

— Fui un par de sesiones pero ... Ocurrió algo y Sunoo comenzó a recordar, las cosas mejoraron y todo continuó bien. No creo que lo necesite.

Minho se quedó callado un momento, finalmente tomó el wok con las verduras, apartando a Sunghoon, y sirviendo todo en un plato grande.

— Felix tuvo más de un cuadro depresivo y cada vez que él regresa a todo eso... Yo tengo que volver a ir al psicólogo y hablar al respecto, él también va, por supuesto... Lo que quiero decir con esto es que las cicatrices del alma son las que más duelen, y las que se abren de nuevo con más facilidad... No importa si está todo bien, a veces vuelven a doler.

Sunghoon apretó sus labios y asintió, sabía a dónde quería llegar todo eso, era algo que solía decirse muchas veces, pero no quería aceptarlo del todo.

— Creo que, quizás, deberías ir con alguien más para que te escuche, aunque ahora esté todo mejor que antes— a pesar de sus tristes palabras y que a Sunghoon le dolía cada una de estas, Minho sonrió de forma amable, incluso fue hacia él para frotar su espalda en gesto de cariño—. Tu corazón sigue teniendo una herida, Sunghoon.

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