Episodio 14
La escena parecía la de una película de terror en la cual no podía llegar hasta donde él se encontraba, los escasos segundos pasaban en cámara lenta hasta que pude atravesar la cocina y llegar al gran salón. Las velas se habían apagado, solo divisaba la luz de la luna que se colaba por los ventanales, me detuve en seco mirando su figura en el colchón que estaba en el suelo, no podía escuchar sus ronquidos, aquellos de los que hacía momentos estuve burlándome.
-¿Samuel?- Mi llamado era débil, mi voz estaba quebrada
-¿Samuel?- Vocifere caminando lentamente hacía él, no quería mirar, no quería saber, temía lo que podía encontrarme. A medida me acercaba las imágenes se paseaban por mi mente, su sonrisa, sus ojos, la forma fría e indiferente en la que tomo mi mano cuando sentí miedo en aquella tarde en el bosque. Su voz triste y quebrada cuando hablaba del pasado e incluso su picardía y sus bromas, no quería que todos esos recuerdos se volvieras tristes y difíciles de contar, al igual que me pasa cuando pienso en mis padres.
Estaba lo suficientemente cerca de él, pero aun así no respondía a mis llamados, me quede inmóvil mirándolo hasta que en un impulso de coraje tomé su brazo y con todas mis fuerzas tiré de él.
-¡Samuel!- Grite a la vez que lo sacudí varias veces.
-¿Pero qué te pasa? ¡¿Estás loca?!- Respondió asustado y molesto- ¿Qué estás haciendo?
Me quede paralizada sujetando su brazo con fuerza, tanto que mis uñas se enterraron en su muñeca, lo miraba fijo, necesitaba discernir si estaba soñando o si el momento era real- ¿Estas, estas bien?- Pregunte aun dudosa de la situación-
-¡Estaba bien! ¡Estaba durmiendo maravillosamente!- Exclamo sumamente furioso con su ceño fruncido - ¿Qué pasa contigo mujer?-
-¡Gracias a Dios!- Chillé sollozando, dando un salto y lanzándome sobre él para abrazarlo con todas mis fuerzas.- ¡Estúpido, idiota! Me asustaste-
-Eli... Eli... me estas asfixiando- Me dijo dándome palmaditas en los brazos para que aflojara la presión de ellos, no me di cuenta que lo estaba sofocando con mis brazos alrededor de su cuello, la angustia que había sentido fue tanta que perdí el control de mis emociones.
Lo solté agachando mi cabeza para secar unas cuantas lagrimas que brotaron sin que las notará, quedando arrodillada frente a él, estaba agradecida estuviera bien pero menudo susto que me había llevado.
-¿Me vas a explicar que te pasó?- Me dijo colocando su mano en mi barbilla para elevar mi rostro de manera que mis ojos encontraran los suyos -¿Por qué estas temblando de esta manera Eli?
¿Estaba temblando?, no lo había notado, pero al oír que lo menciono, miré mis manos y su observación fue totalmente acertada, parecían hojas que se estremecían con el viento de una tempestad, sin embargo no se debía al enfrentamiento con Jezabel si no a la angustia que me provoco creer que él fue asesinado. Suspire y comencé a relatarle todo lo que había ocurrido, desde el incidente en el bosque hasta lo de hace unos momentos atrás, mientras que me escuchaba su mirada estaba atenta y anonadada. Cuando termine de contarle, lo mire expectante, ansiaba escuchar una respuesta lógica a lo que había sucedido, que no fuese un simple "seguro estabas soñando" ya que yo tenía muy en claro que aquello no había sido un sueño. Era real.
-Eli, ¿Desde cuándo te ocurren estas cosas?- Me pregunto apoyando su mano sobre mi hombro queriendo así darme una pisca de consuelo o apoyo-
-Me ocurren desde muy pequeña pero a medida fui creciendo se hizo mucho más intenso – Conteste- Al principio pensaba eran pesadillas pero no era así, lo que me ocurría llevo a mis padres a recaudar información desesperadamente para ayudarme a superar estos episodios y descubrir todo lo que acabo de contarte.
-Primero creyeron que era algún tipo de esquizofrenia o delirio, hasta llegaron a querer tratarme por trastorno de personalidad múltiple- Agregue- Pero ninguno de los tratamientos funciono, solo intensificaban los episodios.
-Entonces. ¿Son visiones?-
-No estoy segura que son pero son reales- Afirme – Cuando todo lo anterior fallo, mis padres recurrieron a métodos menos convencionales – Hice una sonrisa forzada
-¿A qué te refieres?
-Ellos se pusieron en contacto con gente fuera de la Logia, creo una médium o algo así, era una anciana muy dulce e indulgente – Confesé con un poco de vergüenza- Pasaron años en contacto con ella en secreto e investigaron todas las posibles pistas de lo que me ocurría o lo que me conectaba con la sacerdotisa, ellos querían no solo ayudarme si no también saber el motivo de porque ella me atacaba.
-¿Qué fue lo que descubrieron?- Me indaga
-No lo sé, todas las notas de su investigación quedaron en nuestra casa el día que nos fugamos- Respondo llena de melancolía al recordar una vez más aquel trágico día- Salimos muy apresurados ese día y no pudimos cargar nada con nosotros a excepción de una libreta que mi padre siempre llevaba consigo- Continuo- Cuando escapábamos nos dirigíamos al refugio, Cecilia la Medium, nos esperaría allí, pero jamás logramos llegar.
- Hay algo que no comprendo Elizabeth, si la Sacerdotisa te quería muerta ¿Por qué simplemente no te asesino cuando eras una niña?- Su pregunta no es solo dirigida hacia mí, sino que parece un cuestionamiento propio, tratando de analizar a detalle la situación- Ella podría haber dado la orden en cualquier momento, no lo entiendo.
- No tengo idea, siempre pensé que una de esas noches me asesinaría- Suspiré- pero no lo hizo, me dejo vivir.
-Quizás no pudo- Me dijo Samuel captando toda mi atención- La vez que lo intento sobreviviste y si lo piensas ni siquiera fue por su mano sino por la de tu hermano.
-No entiendo, ¿A qué vas diciendo eso?- Lo interrogue
-Eli necesitamos ver las notas de tus padres, quizás encontremos algo que nos ayude a seguir con vida- Se levanta para colocarse sus zapatillas y tomar la chaqueta que había dejado colgada en el respaldar de la silla- Tenemos que volver a tu casa
-¡¡¡¿Qué?!!!- Vocifere haciendo que Samuel se sobresalte- ¿Te volviste loco?, ¿Dónde crees qué nos busquen primero?
-¿Qué no lo entiendes?, Jezabel asesino a tus padres no solo por desobediencia, es obvio que algo descubrieron a lo que ella le teme- Me grita molesto- Esa información puede ser la clave para lograr sobrevivir
-Samuel si volvemos, nos estaríamos condenando a muerte-
-Si no lo hacemos de todas maneras vamos a morir, no tenemos a donde ir ni quien nos ayude, será cuestión de días o peor, quizás horas para que nos localicen- Me responde acercándose a mí y agachándose hasta ponerse a mí altura- Tenemos que intentarlo.
Lo observo y por primera vez puedo notar en él, una mirada llena de esperanza, el brillo en sus ojos, que ruegan por mi aprobación.
-No tengas miedo Eli, pase lo que pase te prometo que voy a estar contigo hasta el final- Me dice mientras me abrazada dejándome paralizada ante sus palabras- Lo prometo
Cierro mis ojos a la vez que mi corazón se llena de calma, sintiendo después de mucho tiempo, que en mi basto mundo lleno de caos y muerte, no estaba sola. Que otra alma compartía mi destino, aunque no supiera cual era, lo transitaría y pelearía a la par mío.
-No te pongas meloso y vámonos de una vez- Le digo apartándome de sus brazos para pararme a buscar ropa de abrigo mientras escucho sus risas-
Salimos de inmediato, en plena noche, el viaje sería largo y debíamos estar muy atentos a cualquier intento de emboscada. Los temores me acechaban, la situación en la que nos encontrábamos me resultada similar a cuando huíamos de mi hogar con mis padres, eso me hacía sentir un gran sabor amargo en la boca, todos los músculos de mi cuerpo estaban tensos y mis sentidos totalmente alterados. Lo miraba mientras conducía y pensaba que realmente se parece mucho a mí, él es como yo alguna vez yo fui, impulsivo y soñador, como desearía poder ser sincera, poder decirle lo que gritan mis ojos ante cada gesto suyo de amabilidad o intento de hacerme sentir segura, pero no puedo, aun no. Hay muchas cosas que no deben ser reveladas, no hasta que puede lograr desmarañar todos los hechos que quedaron sin cerrar del pasado, él esta consiente que recuerdo todo y sin embargo no volvió a retomar la conversación sobre nosotros, ambos damos por sentado lo obvio y preferimos hacer de cuenta que muchas cosas no sucedieron. Tal vez porque la desconfianza nos terminaría matando mutuamente o quizás porque tenemos otro objetivo más importante en este momento. El tiempo dirá, por ahora prefiero dejarlo al azar.
-Necesitamos encontrar una gasolinera- Me dice sacándome de mis pensamientos melancólicos- No vamos a llegar mucho más lejos con el combustible que nos queda.
-No conozco la zona- le respondí dando por sentado que no tenía la más pálida idea de donde podríamos llegar a cargar combustible.
- Toma, busca- Ordeno alcanzándome un teléfono celular que sacó del bolsillo de su chaqueta- Fíjate la más cercana pero que se encuentre fuera de cualquier área concurrida, si es posible la más rural o alejada de pueblos
Tome el teléfono pero no deje de mirarlo, creo que mi parpado izquierdo titilaba debido a la rabia de aquel momento- ¿Todo este tiempo tuviste un celular y nunca lo mencionaste?
-¿Para qué necesitabas saberlo? – Me contesto sonriendo- ¿A quién pensabas llamar?, ¿A tu novio imaginario?
Eleve mi ceja derecha en señal de indignación- Eso no importa, debiste decirme-
Comencé a buscar en la aplicación de Maps las gasolineras más cercanas, que coincidieran con las cualidades que Samuel me había indicado, ubicando una que se encontraba a mis 35km.
-Encontré una, no está muy lejos pero no estoy segura que sea adecuada – Le dijo enseñándole el teléfono haciendo que lo observe para corroborar si estaba bien o debía seguir buscando-
- A ver, déjame...
-¡¡¡Samuel cuidado!!!- Grite desesperada mirando una par de luces que se acercaba a toda velocidad para impactarnos de frente.
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