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Capitulo 3

Primera cita

[Invernadero]

Tres meses, habían pasado al menos tres meses desde esa cita para un café.

Y en esos tres meses siguieron saliendo a distintos lugares. Salidas al cine, almuerzos los fines de semana, paseos por el parque, mini picnic en el auto del alfa y una vez fueron a un parque de diversiones.

Pero esta vez osamu quería llevar al pequeño omega a un lugar especial. En ese pequeño lapso de tiempo también a llegado a conocer al pequeño; sus gustos, cosas que no le agradan, sus miedos, sus deseos y aun si él no lo dice, osamu ha logrado darse cuenta.

Nunca se imaginó que acompañar a su tonto hermano a una cafetería y ver como hacia el ridículo sería una decisión que no se arrepentiría. Porque lo conoció a él, ese hermoso omega con aroma a vainilla, tan amable y alegre, talvez un poco inseguro pero inteligente y cálido.

Su lindo omega.

Él quería que fuera suyo, sabía perfectamente que no es ningún objeto para llamarlo así pero él quería pertenecer le a su corazón porque tadashi ya estaba en el suyo.

De alguna manera que no podía explicar él se metió en su corazón y podrían llamarlo exagerado si quieren o un cursi, pero ahora sentía que no podía estar bien si él no se encontraba cerca.

Su naturaleza de alfa dominante se apoderaba de él.

Lo marcaba con su olor para mantener alejado a otros alfas ¿y como lo hacía? Fácilmente decía tontas excusas de prestarle una sudadera, su bufanda o un simple abrazo amistoso.
Osamu no creía que se diera cuenta lo que hacía.

No podía controlarlo.

Sabía que su tonto alfa había reconocido como su omega a ese chico de mejillas pecosas. Su alfa lo quería, pero él no estaba seguro si seguir a su alfa. Al fin decidió hacerle caso e ir por él.

Y en esos tres meses que lo estuvo siguiendo, y seguir con su cortejo sutil se dio cuenta que osamu también lo reconoció como su lindo omega.

—¿Una sorpresa? —Pregunto tadashi que estaba con el alfa en su hora del almuerzo.

—Así es y te aseguro que te va a gustar —Osamu estaba seguro de sus palabras. Una sorpresa que ha estado preparado desde hace un tiempo.

Tadashi sonrió hacia osamu dándose cuenta de la emoción que se le veía en la cara del alfa peligris y los ojos de Osamu se le pudieron ver brillitos al mirar esa hermosa sonrisa.

—Muy bonito —Dijo el alfa

—¿Qué cosa?

—Tu sonrisa

—Creí que lo eran mis ojos, mis mejillas, mis cejas, pestañas, mi humor y personalidad

—También lo son —Confirmo osamu ya que siempre alagaba algo de Tadashi cada que podía —Todo tu eres muy hermoso y la forma que tomas los palillos para comer es —Pauso, pensando en la palabra correcta —Elegante

—Tonto —Murmuró tadashi bajando la cabeza para que no notarán su lindo sonrojo en sus mejillas.

Se supone que ya debería estar acostumbrado a las palabras de osamu, siempre lo tomaba desprevenido diciéndole esa cosas tan bonitas y cursis, pero siempre que se expresaba de él de esa manera tan encantador no podía evitar sonreír y sonrojarse.

Ambos chicos siguieron con sus conversaciones hasta que se les fue la hora en su compañía.

—Te llevare a casa —Mencionó osamu a Tadashi —Así que espérame en el estacionamiento

—Puedo irme en el autobús

—No, no te iras en autobús. Así que olvida que existen los autobuses y yo te llevaré a casa, siempre

Tan lindo. Eso pensó tadashi

Cómo le dijeron, al terminar las clases tadashi espero al alfa en el estacionamiento bajo la sombra de un árbol. Mientras esperaba el pequeño omegas se empezó a hacer preguntas a si mismo sobre lo que había estado pasado con ese alfa tan amable y lindo.

Cada que pensaba en él, su omega revoloteando de alegría haciendo que soltara sus feromonas inconscientemente.

¿Estará bien estar con un alfa tan lindo como el mayor?

¿Se aburrirá de él?

¿Será suficiente como omega?

¿Si llega a aburrirle y después lo abandona?

Esas preguntas constantemente pasaban por la mente del chico con pecas, no podía evitarlo. Es que el aún no se podía creer que un alfa tan perfecto como osamu se fijará en un omega tan normal y nada interesante como él. Eso estaba en su Cabeza.

Pero cuando estaba con él se sentía tan feliz, tan cálido y sobre todo tan cómodo. Le hacía sentir esas famosas mariposas en el estómago.

—El realmente me hace feliz —Murmuro tadashi para el mismo.

Un minuto después osamu apareció en un auto kia óptima color blanco. Un auto muy bonito.

Tadashi camino hacia el auto para subirse, pero antes de poder hacer eso osamu bajo del auto para abrirle la puerta al menor.

Cómo no podría estar encantado con tremendo hombre; con esas acciones lo hacían sentir en las nubes, en un paraíso, en un sueño que no quisiera despertar.

—Te llevaré a casa y a las seis de la tarde pasaré por ti —Dijo el alfa

—No me dirás a donde iremos?

—Nop, es sorpresa cariño.

El acaba de decirme cariño, si escuché perfectamente que mi corazón se empezó a acelerar de repente, mis mejillas se calentaron, por el espejo del auto pude observar mis gestos de timidez.

Solté un pequeño suspiro para tranquilizar mi pobre corazón.

Cuando llegamos en la entrada de mi Casa salí del auto tan rápido como pude, pero sin verme sospechoso.

—Nos veremos después entonces —Mencione apresurada mente —Adiós.

Entre rápidamente a casa que mi padre se asustó por el azotón que dio en la puerta al cerrarla.

Me observó detalladamente, desde mi rostro hasta mis pies varias veces hasta detenerse en mi rostro y alzar una de sus cejas en señal de interrogación hacia mi comportamiento.

—Estoy bien —Dije tranquilamente.

—Puedo ver que estas muy bien —Me dijo con un toque de burla en su voz —¿Y bien?

—¿Qué cosa?

—Me contaras de La persona que te tiene así de nervioso, sonrojado y sonriente.

nos quedamos unos segundos más ahí parados en la entrada, haciendo contacto visual con mi padre hasta que mi corazón se tranquilizó. Caminé al sillón donde se encontraba mi padre y me senté con él.

En cuento me senté solté todo. Le conté el cómo nos conocimos, su trato conmigo, a los lugares que hemos ido, sus lindos cumplidos, como me hacía dudar si esto es real, su presencia tan cómoda, la alegría que le hace sentir a mi alma y corazón.

—Si que te enamoraste de él.

—¿Qué? No es mi pronto para enamorase de alguien.

—¿Quién lo dice? —Pregunto el mayor. —Tu solo sabes lo que sientes, la intensidad de ese sentimiento que hay en ti corazón.

Tadashi escuchaba atentamente las palabras que le decía su padre

—No permitas qué terceros te hagan dudar de tus sentimientos.

—Pero... Si no soy el indicado para el

—Tadashi sé que te sientes insuficiente para él o para estar con una persona —Le dijo con total calma —Y eso no está bien, sé que hubo personas que te hicieron sentir de esa manera y deseo tanto haber evitado eso, pero no siempre puedo estar para protegerte —Y le dolía mucho a makoto no haber cuidado bien de su pequeño cachorro —Deja que alguien te ame por lo que eres y no por lo que intentas ser y verás como ese alfa te amara tan intensamente.

Esas palabras lo hacían querer llorar.

—Todos merecen qué los amen

Las palabras de su padre lo han hecho reflexionar y ser valiente. Valiente de dejarse amar por quien es.

Tomará el riesgo de confesar sus sentimientos y puede que lo termine rechazando, pero ya está decidido de hacerlo.

Ya habían dado las seis de la tarde y por mera curiosidad fue a asomarse a su ventana y fue su sorpresa ver que cinco segundos después aprecio el mayor.

Se veía tan guapo con ese conjunto de ropa que Parecía sacado de una novela de romance adolescente sacado de la imaginación de un chica o chico.

Se observa unos segundos más en su espejo para bajar e ir con osamu a donde sea que vayan a ir. Con tranquilidad baja la escalera mientras le dice a su padre que osamu lo debe estar esperando en el auto, pero antes de que makoto pudiera responder algo el timbre de su casa empezó a sonar.

—Parece que tu príncipe azul ha venido hasta la puerta por ti —El mayor fue a abrir la puerta y se encontró con un alfa dominante en todo su resplandor. Un hombre alto, hombros anchos, mirada seria pero amables, su cabello bien peinado y su ropa tan elegante

—Buenas noches —Dijo osamu mientras inclinaba un poco su cabeza

Aparte es respetuoso

—Vine por tadashi, bueno si usted está de acuerdo.

—Eh... Si, estaba por decirle a Tadashi qué no regara a casa tan tarde. Ya que es peligro.

—No se preocupe traeré a Tadashi a casa sano y salvo.

—Está bien, te estoy confiando la vida de mi pequeño cachorro muchacho.

—¡Papá ¡—Exclamó tadashi avergonzado —Ya no soy un niño —Dijo con un lindo puchero en su rostro.

—Puedes tener treinta años y para mí siempre serás mi pequeño cachorro tadashi

En el rostro osamu se le pido ver una pequeña sonrisa.

—Bueno ya debemos irnos. —Menciono tadashi

—Diviértase —Menciono makoto con una sonrisa en su rostro.

—Tu padre es muy lindo

—Si lo es —Admitió tadashi —Ya me dirás a donde iremos señor misterioso

Osamu soltó una pequeña sonrisa mientras se concentraba en condición a su destino.

—Tranquilo pequeño ya llegamos a nuestro primer destino.

Con total calma tadashi se dejó guiar por el alfa hacia un lindo invernadero de cristal, se veía muy linda por fuera, pero por dentro.

Las facciones de Tadashi demostraron total asombro por lo que sus ojos veían, en el pequeño invernadero había flores de diferentes especies, al igual que plantas, pero si veías hacia arriba se podría ver el hermoso cielo estrellado.

El lugar es tan hermoso que tadashi sentía unas ganas de llorar y su rostro no había podido dejar de sonreír que estaba seguro de que mañana le dolería la cara.

—Osamu esto es realmente precioso

—Pero nada se compara con tu belleza —Tadashi estaba disfrutando de la belleza de ese invernadero, pero osamu siempre admiraba una belleza única. Todos los días. —Tadashi siéntate hay que cenar. —Justo en medio se encontraba una mesa redonda con un mantel blanco; copas de cristal, platos con comida, un vino en una pequeña cubeta y velas.

El mayor tomo una silla para que el menor pudiera sentarse en Ella.
Ambos empezaron a cenar y hundiendo en el sonido de sus voces, conversando de cualquier cosa que se le viniera a la mente. Sacando pequeñas sonrisas.

—Sabes... —Empezó a hablar el pequeño omega —Hay una leyenda sobre las estrellas Altaír y vega

Osamu tomo un poco de vino mientras escuchaba atentamente a Tadashi.

—La leyenda dice que ambos eran dos amantes que solo se les permitía ver una vez al año —Dijo tranquilo mirando arriba en el cielo estrellado —El séptimo día del séptimo mes, cuando una bandada de urracas y cuervos formaban un puente por el río galáctico

—woow~ —Exclamó osamu por la nueva información que se le fue otorgada —Yo solo he escuchado sobre la osa mayor y la osa menor.

—Oh~ yo también he escuchado sobre esas constelaciones.

—¿Te gustan muchas las estrellas? —Pregunto osamu a Tadashi con una sonrisa en el rostro.

—Si bueno, se me hacen muy bonitas, brillantes, atrayentes y curiosas

—Podría decir lo mismo de mi universo favorito. —Menciono osamu sin apartar la mirada de esos bonitos ojos color verdes oliva

—¿Tienens un universo favorito? —Pregunto inocente tadashi

—No solo es mi favorito, sino que es mi único universo.

—Quisiera escuchar más de él osamu - San —Dijo con entusiasmo

—Creme, quisiera que vieras lo increíble que es. —Pauso —Pero será para otra ocasión.

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