Segundo encuentro.

[Cumplido]

—¿Entonces tienes una cita?

—No es una cita... Es una salida por un café

—Ajam —Su amigo no estaba tan seguro de esas palabras —¿Y como sucedió?

—Me ayudó y no lo he visto por un tiempo

—¿Cómo no? Si huiste de ahí tan rápido de la cafetería —La verdad es que él había visto todo lo sucedido y hubiera ido con su amigo a ayudarme con esos brabucones, pero alguien más ya se le había adelantado

—Entre en pánico, observaba mucho mi rostro —Se tomó su propio rostro

—Y me preguntó cómo es que no se han topado en la escuela

—No sé —Y es la vedad, no tenía idea del porqué no lo había visto.

—Y ya han pasado dos semanas desde entonces

—Por cierto, Hinata ¿Y Kageyama? No lo he visto el día de hoy —Su otro amigo que siempre almorzaba con ellos no había aparecido en su hora de descanso

—No idea debe estar por ahí metiendo su cosa en alguien más —Dijo El chico de cabello anaranjado sin importarle que alguien más lo escuchara

—¡Hinata! Eso es asqueroso

—Tu preguntaste —Respondió sin interés

Shouyo tomó un sorbo de su caja de jugo tranquilamente.

—¡Naranjitaaaa! —Hasta que escucho ese apodo muy conocido haciéndolo escupir su jugo

—Rayos —Dijo Hinata —Hora de huir

—¿Por qué?

—Porque... —Hinata no quería admitir que ese alfa tonto lo ponía de los nervios.

Él tampoco se había topado al mayor en la escuela y agradecía por ello porque cuando lo conoció se le hizo un chico divertido, simpático y algo tonto, más con sus piropos de ligar. Sin embargo, eso no es lo que lo ponía nervioso, sino su exquisito olor que ponía a su omega tan contento y descontrolado y no quería que su omega soltara esas feromonas de excitación.

Aun no lograba entender como dejo que su omega lo dominará para así darle su número de celular.

—Naranjita —Demasiado tarde —Cuanto tiempo sin verte.

—Hola... No esperaba encontrarte aquí en la facultad de pedagogía —Como dijo, lo ponía nervioso

—Vine a verte —Respondió

Y atsumu no venía solo, un chico muy parecido a él, pero con el cabello teñido de color gris lo acompaña. La mirada gris del chico fue directo a la persona que se encontraba a lado de Hinata.

Su dulce aroma a vainilla es algo inevitable de seguir.

Ambos gemelos se sentaron a lado de cada chico.

Shoyo estaba bebiendo su jugo de caja y tratar de tranquilizar los nervios que le hace sentir el alfa lindo y carismático que tiene a lado.

Su agradable olor a pinos lo hacían sentir tranquilo y a gusto y no entendía por qué el simple olor a un alfa dominante lo hace sentir así. Porque ya antes a estado cerca de un alfa dominante pero sus feromonas no le afectaban de esa manera.

—Hola —Osamu saludo a Tadashi.

Quien el de pecas se encontraba muy entendido comiendo su almuerzo y estudiando para sus exámenes que están a la vuelta de la esquina.

Tadashi volteó a verlo y un agradable olor a café entró por sus fosas nasales.

—Hola miya - San —Le sonrió con dulzura al mayor.

Es cierto que no se habían visto por dos semanas desde lo que paso en la cafetería donde tadashi trabaja. Pero tadashi ya sabía quién es osamu Miya; en una escuela reconocida es común reconocer ciertos personajes que asisten a esa escuela.

Tadashi estuvo conversando un rato con osamu, entreteniéndose mucho con temas de su interés como las lecturas de novelas adolescentes, mirar las nubes, caminar en otoño y de más...

Tanto se entretuvo que no se dio cuenta cuando el hermano de este desapareció junto con shouyo. Solo dejando su caja de jugo del pelinaranja.

—No te vi en toda la semana —Comento tadashi, desviando su mirada de los ojos de Osamu a sus libros de textos

—¿Me buscaste? —Pregunto el mayor con una sonrisa coqueta en su rostro.

—No, solo no te vi —Trato de excusarse, porque, aunque no preguntara por él, la verdad es que avances si lo buscaba con la mirada.

—Bueno la verdad es que no asistí a la escuela en toda la semana

—¿Estuviste enfermo?

Osamu soltó una pequeña risita, una risita que se le hizo muy linda al menor.

—No realmente enfermo, sino que entre en celo

Tadashi le sorprendió un poco esa Confesión, no es como si hablara con alfas dominantes y sobre sus celos.

—Oh —Es lo único que pudo contestar tadashi. —Y debo suponer que la pasaste bien

—¿Pasarla bien?

—Si, con tu omega

—Yo no tengo omega, al menos aun no —Dijo como si estuviera confesando algo.

Inconscientemente tadashi dejo salir feromonas de nerviosismo. Y su estómago se comportaba extraño.

—Y bien ¿Cuándo iremos por ese café? —Pregunto osamu, apoyando su barbilla en la palma de su mano

—Podríamos ir después de clases —Tartamudeo el chico con pecas tomando un poco de sonrojo sus mejillas.

Osamu sonrió al ver ese bonito color rosa adornar esas mejillas pecosas, figurándole a una fresa.

—Eres muy bonito —Confesó el mayor

—¿Qué? —Trato de formular sin sonar tan nervioso, pero desgraciadamente no pudo, no después de escuchar eso.

—Que eres muy bonito —Repitió aun que él sabía que lo había escuchado bien la primera vez que lo dijo.

—Ay dios —Su omega se estaba empezando a descontrolar por ese cumplido. Podría sentirlo revoloteando feliz y contento, haciendo que soltara feromonas de emoción y alegría.

Osamu sonrió por lo dicho y al sentir esas feromonas tan agradables que soltaba el omega su alfa también revoloteo por hacerlo sentir tan bien, su aroma a vainilla tan delicioso.

El mayor no quería admitirlo, pero su alfa había elegido a ese lindo omega de cara de Ángel como suyo.

Lo quería.