Primer encuentro.

[Café con leche]

Su hermano es un idiota.

Por qué hacer planes con el sí de todos modos se la va a pasar ligando. Debió haber traído a suna o algún otro idiota que sea capaz de aguantar las babosadas que dice atsumu al chico de cabellos llamativos.

Ni siquiera su forma de coquetear es buena, desde el lugar donde está sentado en esta pequeña cafetería se puede dar cuenta de las caras raras que está haciendo el pobre chico.

Aparte de idiota, sin vergüenza.

—Si sigo viendo esto tendré que hacerme cirugía plástica de toda la cara

Osamu estaba decidió a largarse de ahí y perderse de la humillación que va a tener su patético hermano idiota.

Cuando se levantó de su asiento algo caliente fue demarrado en su pecho, no sólo calientito, sino que también era pegajoso y tenía un ligero olor a café.

Al bajar la mirada se encontró con unos bonitos ojos verdes olivo que se les podría notar el pánico en ellos y unas pecas en sus mejillas; muchas pecas y un ligero olor a vainilla.

—¡Lo siento mucho! —El chico se empezó a disculpar avergonzado por la escena que acaba de hacer.

Osamu se dio cuenta que el chico que tenía enfrente lucía un pantalón negro, una camisa verde de botones y enzima un mandil con pequeñas bolsas de color café.

No paraba de ver los movimientos de nerviosismo del chico que tiene enfrente, tomando un trapo blanco limpio empezó a tratar de arreglar el desastre que le causó a la ropa de osamu.

Aun que el de cabello gris lo observaba la verdad es que no estaba poniendo atención en nada porque toda su atención se encontraba en la cara de Ángel que tiene enfrente.

Si bien unas carcajadas fueron demasiado altas para que osamu regresar a sus cinco sentidos y no sólo eso, sino que noto que quienes se estaban riendo son unos chicos —A unas mesas lejos— que miraban con mucha diversión lo que estaba pasando.

—Tranquilo —Detuvo sus manos -Solo es un poco de café y con una lavada se quitará la mancha —Le aseguró para tratar de calamar al pobre chico que noto estaba temblando.

—Yo...— de verdad lo siento mucho —Hizo una reverencia —Juro que fue un accidente.

—Lo sé así que tranquilo.

Ya más tranquilo el chico con pecas le regalo una sonrisa con nervioso a osamu.

—Debes levantar bien tus pies sino quieres volver a caerte

Unas nuevas carcajadas de los mismos chicos.

—Aquí también te comportas como un idiota

—Manchas quiero más café

La sonrisa de Tadashi fue borrándose de a poco con los comentarios de esos chicos. Y su cabeza fue bajando por la vergüenza.

Haciéndolo sentir mal.

—Debo... Volver al trabajo, enserio lo siento por lo de tu ropa —articula con voz apagada.

Osamu lo vio marcharse. Y esos iris grises miraron el cómo esos tipos que él no conocía maltrataba de alguna manera a ese chico, con bromas de mal gusto, con picoteo en sus brazos y rostro.

Le molestaba ver a un montón de idiotas maltratar un chico que no a echo nada malo y solamente hace su trabajo.

Decidió volver a sentarse donde antes estaba, miró con hostilidad a esos chicos por un rato hasta que sintió a alguien más sentarse a su lado.

—¿Qué te pasó?

—Nada —Respondió cortante —Terminaste de incomodar al pobre chico.

—No lo estaba incomodando

—Pues las expresiones del chico no dicen lo misma

—No lo estaba incomodando —Afirmó —Mira —Le mostró un pequeño papel con números anotados —Me dio su número de celular —Miraba ese trozo de papel con mucha emoción en su rostro.

Atsumu guardaba el contacto en su teléfono celular con el nombre de Naranjita 🍊.

—Idiota

—Oye por qué me ofendes ahora maldito —Espeta por el insulto, aunque de igual manera acaba de insultar a su hermano.

—Tu no idiota, ese idiota —Señaló a la mesa de idiotas que seguían molestando al chico con pecas.

—Si bueno no es nuestro problema, así que hay que irnos. —Dijo sin importancia

—No hasta que cierren

—¿Qué? ¿Por qué?

—Porque si

Y tal como lo dijo ambos hermanos se quedaron en esa cafetería hasta que cerrarán. Atsumu no aguanto mucho tiempo estar sentado y callado, molestando a su hermano con tonterías, navegando en sus redes sociales y por última actividad fue a coquetear con el mismo chico otra vez al ver que se encontraba descansando.

Osamu solo se apiado del chico que tiene que aguantar las tonterías que le dirá su hermano durante quince minutos.

Mientras tanto pidió algo de tomar.

—Café con leche por favor —Pidió al mesero

Sus labios fueron a la taza, probando el poco amargo del café y lo dulce de la leche y le azúcar.

Después de probar un poco más su café con leche su mirada fue de nuevo a esos chicos que molestaban al mesero con pequitas, notando esta vez que estaban por retirarse, pero uno de ellos avienta el dinero a su cara del chico. El dinero cae al suelo y lo levanta con cuidado, contando que este completo lo que tienen que pagar.

—Nos vemos mañana en la escuela pequitas

—Oigan... Esto... Falta dinero —Tartamudeo un poco por los nerviosos, pero más que nerviosos era miedo por esos chicos.

—Lo puedes a completar tu

—Pero falta más de la mitad —Explicó —Por favor tienen que pagar o me lo volverán a descontar de mi sueldo

—¿Ah sí?

—Si... Por favor

—Nat que opinas

—Mmm No —Negó a la petición del chico con pecas —Vámonos de aquí

—Pero... Necesito de ese dinero —Dijo bajito.

El chico trató de aguantar las lágrimas de impotencia que estaban por salir, pero ya estaba por llegar a su límite de soportar esos abusos de los mismos tipos. No sólo tenía que soportarlos en la escuela sino también en su trabajo.

Acaso no podía tener un poco de tranquilidad.

—Deben pagar lo que consumieron —Ordenó una voz demandante. Quien estaba atrás tenía una mancha café en su ropa.

Los bullís observaron por un momento a quien les ordenó que pagarán y notaron de inmediato que se trataba de un alfa Dominante pero no de cualquier alfa dominante.

—Miya - San

—Por favor paguen lo que deben —Pidió amablemente, pero sus expresiones demostraban total hostilidad hacia ellos.

Lo chicos al identificar de quién se trataba sacaron sus billeteras para completar lo que deben. Los billetes se lo dieron al chico con pecas en sus manos delgadas.

Sin más esos chicos salieron de ahí.

—Gracias —Hizo una reverencia —Sin usted me hubieran descontado de mi sueldo.

—No fue nada

—Y por lo de su ropa —Señaló la mancha de café —Enserio lo siento mucho.

—No es problema

—Yo quisiera pagarlo de algún modo...

—No creo... Que se necesario —Susurro lo último porque se le acaba de ocurrir una idea —¿De cualquier modo?

—Si

—¿Estás seguro?

—Definitivamente

—Entonces invítame un café un día de estos

—Un café?

—Si

—Está bien. ¿Cuándo quiere que le invite un café?

—La próxima semana será genial

—De acuerdo

—Hasta entonces... —No sabía su nombre y acaba de invitarlo por un café

—Yamaguchi Tadashi

—Yamaguchi - kun. Por cierto, soy Miya Osamu

—Lo sé

—¿Lo sabes?

—Todos en la escuela saben quiénes son los gemelos miya

—Y como estabas tan seguro de que yo soy osamu y no atsumu, somos gemelos

—Sus ojos miya - San. Los de usted son de un tono gris brillante, también usted es algo introvertido y no suele hacer muchas expresiones con su rostro, en cambio su hermano es más extrovertido, su color de ojos son castaños y además acaba de coquetear con mi amigo hace unas horas.

Muy observador

—Oh~ entiendo

—Debo irme, hasta pronto miya - San

Tadashi.

Nunca había escuchado de él o lo había visto en la escuela y la verdad es que ese chico le llama la atención. Tiene un rostro muy hermoso, con facciones delicadas, un cuerpo delgado, una paciencia increíble, una timidez que lo hace ver tierno, silencioso y un olor a vainilla que le llamó la atención.

Cuando entró a esa cafetería sus fosas nasales le llegaron un olor agradable a vainilla, su ser de adentró quería ir tras ese olor, pero supo controlarse y no dejarse llevar por ello.

Pero podrá controlarse a partir de ahora.

...