—¿Todo bien?

—Pues, mejor.

Estaban esta vez acostados en el techo de los dormitorios observando el anochecer que lentamente se asomaba por el horizonte.

—¿Ella está mejor?

—Iida habló con ella, dice que se siente estúpida, al parecer las chicas le dijeron que yo no era la mejor opción.

—¿Sabían de nosotros?

—Sospechaban.

Un suspiro pesado salió de los labios de Midoriya con pesar. Sus días estaban volviendo a ser poco a poco como antes, pero Uraraka actuaba raro con él y toda la clase se había dado cuenta que no era la de siempre.

El ambiente era tenso entre los amigos si Iida no estaba entre ellos.

Se estaba convirtiendo en un problema para el pecoso que sólo quería que todo volviera a ser como antes.

El único que no cambiaba era Todoroki. Lo había salvado de posibles metidas de pata con la castaña poniendo excusas que esperaba no sonaran tan desesperadas por llevárselo.

—¿Has hablado con ella?

—No, no sé como hacerlo.

—Vaya sorpresa.

Volteó a ver a su novio que ahora lo miraba con una sonrisa que solo hacía frente a él.

—¿Qué?

—Tú siempre tienes una respuesta para todo, eres como una enciclopedia de la vida.

—No lo sé todo, sólo...

—Es lo que piensas, y está bien.

Tomando su mano lo hizo sentarse más cerca de él para besar esta con delicadeza.

—Todo estará bien, amor.

Se sonrojó ante el sobrenombre tan meloso que escuchaba de los labios que tanto amaba besar de su pareja. Sonrió enternecido empezando a acercarse a Todoroki quien atrapó por completo los labios rosas de Midoriya empezando un ritmo suave y calmado.

Hubieran seguido así toda la noche de no ser porque una voz de femina se hubiera acercado.

—¿Deku-kun, estás aquí? Quiero hablar contig-

Ochako no esperó lo que sus ojos le estaban mostrando.

Era el chico pecoso, el que —por más que no lo quisiera— todavía era su interés amoroso y el chico más apuesto de su salón besándose frente a ella.

La pareja al verse descubierta se separó al instante.

Izuku se hallaba con un gran sonrojo y un gesto de vergüenza, realmente no esperaba que la primera persona que los descubriera en algo sería ella y menos en ese momento. Por el lado de Shouto se mantenía sereno, pero con un pequeño rojo sobre las mejillas.

Esto no podía estar pasando.

¿Cuanta mala suerte tenía como para que siempre le pasaran este tipo de cosas? Esa la pregunta que se hacía Midoriya.

Al ver que nadie se movería de su lugar Todoroki decidió hacerlo llamando la atención de los otros.

Se arrodilló frente a su novio y le sonrió.

—Sea lo que sea, te apoyaré.

Eso enseguida reconfortó al pecoso junto con la caricia en su cabello.

Se levantó y caminó hasta la puerta que llevaba de vuelta a los cuartos, no sin antes decirle algo a la chica.

—Procura no tardar demasiado, mañana ese chico quiere ir a correr en la mañana, buenas noches.

Y sin más, se fue sabiendo que Midoriya sería capaz de arreglar cualquier problema.

Así era su novio y así lo amaba.