
•Capítulo 5•
De nuevo dormían juntos pero algo estaba incomodando la mente de Todoroki.
Midoriya se la había pasado desde la tarde con la mirada cabizbaja, pensativo. Más de lo común, pero sin murmurar. Se había alejado de todos sin hablarle a nadie, inclusive a él.
Ahora que su tobillo estaba mejor y las heridas habían desaparecido dormían de vuelta en su cuarto, sobre su futón.
Izuku se había colado nuevamente en su habitación en medio de la noche con una expresión dolida en su rostro. Sin decir nada lo abrazó durante los que duraba la noche.
Lo tenía entre sus brazos acariciando su cabeza mientras él lo abrazaba inconcientemente fuerte.
Estaba por demás preocupado por el pequeño, no le gustaba verlo así de apagado.
Cuando estaba empezando a caer dormido escuchó los pequeños gimoteos de Izuku contra él.
Se levantó viendo los ojos cerrados del pecoso que soltaba gruesas lágrimas sobre el futón. Asustado, acunó el rostro de Midoriya entre sus manos tratando de limpiar las gotas de agua que corrían sin parar.
—Izuku, calma, Izuku.
Pronto estaría sollozando tratando de hablarle a su novio. Lo último que quería era preocuparlos, pero la situación era demasiado para él.
Serían alrededor de las dos de la manaña cuando dejó de llorar sentado sobre el regazo de Todoroki que no dejaba de abrazarlo y acariciarlo para darle aunque sea un poco de calma.
—¿Estás mejor? —preguntó Shouto viéndolo asentir tratando de secarse las lágrimas—. ¿Qué sucede, Izuku?
La suave pregunta lo asustó, no quería decir nada, pero sabía que no podría oculatarle nada, confiaba plenamente en Todoroki.
—P-Pasó... Qu-Qué... —sollozó y el alto lo abrazó con fuerza, sintiéndose protegido suspiró y dejó salir lo que le preocupaba—. U-Uraraka-san... Se me c-confesó.
Entonces entendió, Midoriya seguro y había rechazado a la chica. Ella era su mejor amiga y ahora seguro que no sabía que iba a pasar con esa fuerte amistad que se tenían.
—L-Le dije que estaba en una relación y ella me dijo que e-estaba bien. Pero la conozco, ella suele llorar sola después de sentirse triste, lo mismo pasó en el festival deportivo donde yo no pude hacer nada.
No estaba seguro si comprendía del todo de que hablaba, pero estaba seguro que Izuku tenía miedo de perder a su amiga. Ella e Iida se habían vuelto una gran parte de su vida.
Entendía que estaba triste, cansado. Así que lo besó, abrazó y cuidó hasta que el día siguiente llegó.
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