Estaba en pánico.

Y era tan claro como el agua que se sentía demasiado nervioso. El reflejo del espejo de la casa tradicional japonesa se lo decía.

Hace unas horas habían llegado a la casa del bicolor, quien le pidió que se pusiera al lado de la puerta. No entendió bien el porqué; no obstante, lo hizo.

Cuando el timbre sonó y la puerta fue abierta por una albina de mechas rojas... Bueno, se sintió perdido con lo que dijeron.

—¡Bienvenido a casa, Shouto! Vamos, vamos, pasa, Natsuo está adentro.

—Espera, Fuyumi.

—¿Qué pasa?

—¿Puedes traer a Natsuo?

—Ah, vale..., espera aquí.

Cuando la mujer se adentró en la casa miró confundido al bicolor quien le hizo un seña de que esperara paciente.

No se imagino nunca que al momento de que sus hermanos llegaran a la puerta felices de verlo él les dijera que había traído a su pareja von él. En serio quería matar a su novio en ese momento claro, de no haber sido porque Shouto tomó su mano y lo jaló hacia él y dijo:

—Él es mi novio, Midoriya Izuku.

En serio, ¿tenía una maldición o algo así? Porque cuando esas palabras salieron de la boca del Todoroki menor Endeavour apareció detrás de sus hijos con el ceño fruncido y al mismo tiempo confundido.

Luego de eso los hermanos de su novio lo habían metido a la casa entre sonrisas y preguntas sobre él. Se sintió un poco incómodo al inicio, pero para su suerte el ambiente con los albinos fue cada vez más agradable y reconfortante. Por otro lado, Enji sólo lo miraba molesto en silencio o lo ignoraba.

Ahora que había acabado la cena y era hora de dormir la única mujer de la casa le ofreció una habitación donde podría descansar. No sabía que decir exactamente a esa invitación, ahora tenía la costumbre de dormir o desvelarse entre conversaciones con Shouto todas las noches sin excepción.

¿Cómo decir que iba a dormir con el hermano de la chica sin sonar irrespetuoso o vulgar?

—Midoriya y yo dormimos siempre juntos, se quedará en mi cuarto.

Se jaló los risos verdes con la cara más roja que alguna vez tuvo frente al espejo. ¡Quería que la tierra se lo tragara rápido y nunca más ver a nadie!

¡Qué vergüenza! El rostro de los hermanos y padre del bicolor eran un poema. Sin olvidar los gritos cuestionadores del hombre mayor y las preguntas bromistas de Natsuo.
Habrían sido quince minutos en los que murió de pie y siendo sostenido del hombro por Shouto, quien ¡por un demonio! ¡Seguía con el rostro estoico de siempre!

Ahora estaba en el baño del cuarto del bicolor a nada de matarlo por todo lo que pasó ese día. Él suponía que ya le habría dicho algo a su familia como él lo hizo con su madre. Aunque aún así fue vergonzoso presentarlo formalmente como su novio frente a su emocionada madre o que siquiera su hermana sabría de él.

¡Pero no esperaba todo esto!

Salió de allí con dirección al futón en medio de la linda y cómoda habitación de su novio quien descansaba acostado en este. Cuando se acercó listo para matarlo lo encontró dormido y como por arte de magia todo se le olvidó mientras se le quedó viendo.

Se veía calmado, su cabello caía hacia donde estaba apoyado en la almohada cruzándose entre el brillante rojo y el elegante blanco. Era tan hermoso inclusive cuando su ceño se frunció con miedo, logrando sorprender al pecoso.

—Izuku...

Sonrió enternecido. Lo estaba llamando como si lo necesitara en ese mismo momento y se sintió especial. Con su mano levantó el cabello bicolor y besó la frente de este. Todoroki se movió entre sueños susurrando:

—Ven...

Sonrió y le respondió:

—Espera un segundo.

Rápidamente fue a apagar la luz caminando sobre los cómodos tatamis y volvió al futón, donde se acostó y acurrucó siendo estrechado entre los fuertes brazos de su novio.