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Capítulo #7

| Confusión y extrañes | 

Vamos a necesitar talar unos cuantos árboles para conseguir las tablas que sostendrán los cimientos del techo... —Comentaba el elefante mientras observaba los planos previamente diseñados por él mismo para la casa del felino—

El elefante, examinando detenidamente los planos que había diseñado para la casa del felino, señalaba la necesidad de talar algunos árboles para obtener las tablas necesarias que sostendrían los cimientos del techo.

¿Más árboles...? —Preguntaba Kickin con una clara muestra de molestia y cansancio—

¿Qué pasa Kickin? —Preguntaba Hoppy en tono risueño mientras dejaba unas cuantas tablas en el suelo— ¿Acaso es demasiado trabajo para una gallina? —Preguntaba la coneja con una sonrisa descarada ante Kickin— Porque yo sigo perfectamente capaz de trabajar más si es necesario...

Nadie pidió tu opinión —Refutaba Kickin algo avergonzado y malhumorado con la actitud de la coneja y por el apodo a modo de insulto—

Chicos, basta ya—Intervenía el elefante mientras veía a los dos por encima de su lista de pendientes y materiales— Todos se ofrecieron a ayudar con la construcción. Recuerden que estamos construyendo una nueva casa para nuestro amigo, se lo debemos luego del desastre de hace unos días

Ante el comentario Kickin y Hoppy simplemente asintieron con resignació. Aunque la tarea era ardua, recordaron que estaban ahí por elección propia y por la amistad que compartían con Catnap.

Una gran parte de SmileVille se había unido para construir la casa de Catnap, y Dogday estaba profundamente agradecido por el esfuerzo de todos. Sin embargo, había seleccionado cuidadosamente a unos pocos animales para liderar y trabajar en el proyecto. Este grupo de amigos se dedicaba de lleno a la construcción, y ya habían pasado casi una semana y dos días desde el incidente con la casa de Catnap.

El tiempo transcurría velozmente mientras el proyecto avanzaba de manera notable. Kickin y Hoppy se concentraban en el techo, trabajando incansablemente para que estuviera perfecto. Crafty se dedicaría a la pintura de la casa, mientras que Bobby y Piggy tomaban la responsabilidad de la decoración, asegurándose de que todo quedara acorde al gusto de Catnap.

Dogday, en su papel de líder, organizaba el trabajo diario, coordinando los esfuerzos de todos para maximizar la eficiencia. Por su parte, Bubba supervisaba cada detalle para asegurarse de que todo estuviera en orden, sabiendo que un pequeño error podía significar volver a empezar desde cero.

Chicos, hora del almuerzo —Exclamaba Piggy mientras llevaba consigo una canastas de gran tamaño con la comida del día—

Perfecto, me muero de hambre —Exclamaba el pollo mientras se retiraba el casco protector y las gafas transparentes al acercarse hasta donde estaba Piggy—

... Gracias Piggy... —Agradecía el elefante mientras suspiraba al ver que Kickin no hacía caso en llevar puesto el equipo necesario en todo momento—

No es nada —Respondía la cerdita mientras le entregaba a todos un emparedado—

Piggy simplemente se dedico a repartir la comida, aunque al hacerlo se dio cuenta rápidamente de que faltaba alguien en la escena de trabajo.

¿Y Dogday? —Preguntaba en tono curioso al no verlo en ese lugar—

Debe estar durmiendo todavía —Suponía Bubba mientras le daba un mordisco a su comida—

—¿Dogday? ¿Nuestro líder sonriente y alegre? ¿Durmiendo a esta hora del día...? Ya pasa del medio día —Preguntaba Piggy con sorpresa—

Es raro, no lo vamos a negar —Comentaba Hoppy mientras comía, tragando el bocado para posteriormente hablar de forma más clara— Pero tal vez tenga algo que ver que "Nap" se esté quedando con él en su casa

—¿Por qué lo dices de forma tan segura? —Preguntaba la cerdita sin entender del todo el punto—

Dogday nos dijo que Catnap tiene una habilidad algo especial —Explicaba el elefante una vez ya había terminado su comida— Parece que puede expulsar una especie de gas somnífero

—¿Gas somni... qué? —Preguntaba Kickin con curiosidad y confusión—

Un gas que cuando lo respiras te pone a dormir —Explicaba con más sencilles para Kickin y Piggy—

Ooohhh... —Exclamaban ambos entendiendo lo que estaba diciendo—

Entonces... eso significa ¿que pone a dormir a Dogday? —Preguntaba Piggy con curiosidad—

Parece que Catnap esta "ayudando" forzosamente a Dogday a no exigirse demasiado —Comentaba el elefante mientras asentía ante la pregunta de Piggy—

Eso podría explicar porque Dogday actúa más tranquilo... —Comentaba la cerdita para sí misma—

El resto asintió ante ese comentario; era cierto que Dogday a veces llegaba tarde, pero se notaba que estaba mucho más descansado que de costumbre, probablemente gracias a la ayuda de Catnap para mejorar su sueño. El perro tenía sus responsabilidades, pero un buen descanso a menudo aumentaba su productividad durante el día.

Cuando Bubba, Kickin y Hoppy terminaron de comer, Dogday parecía haber llegado a la construcción, aunque de manera un poco inusual, ya que los demás pudieron ver cómo su líder soltaba un ligero bostezo al saludarlos.

—Hola, chicos... —saludó el can con un bostezo— Veo que avanzaron mucho hoy... —comentaba mientras observaba los cimientos de los pilares para el tejado—

Hola Dogday —Saludaban todos con una sonrisa y mirada curiosa—

¿Recién levantado? —Preguntaba Hoppy mientras intentaba contener su risa—

Si... —Asentía el can con algo de vergüenza— Catnap otra vez me hizo dormir, trate de levantarme temprano para esquivarlo, pero él ya estaba esperando que saliera así que soltó su humo rojo directamente sobre mi nada más verme...

—Ese gato si que se preocupa por tu horario de descanso —Comentaba el elefante algo sorprendido y curioso por lo que Dogday contaba—

Debe ser divertido verlos ser compañeros de casa —Comentaba Hoppy sonriendo— ¿Qué tal es tener a "Nap" en casa? —Preguntaba Hoppy con curiosidad—

Dogday se detuvo un momento a pensar en la pregunta de Hoppy... tardo unos pocos segundos, pero finalmente logro darle una respuesta.

Es algo complicado de definir —Respondía con un tono dudoso— Estos días he estado notando que Catnap cambia su actitud ligeramente por ratos... A veces esta muy callado, otra vez habla demasiado conmigo, es perezoso, tenebroso o tranquilo, no tiene una forma de ser demasiado clara según pudo ver...

Mientras Dogday compartía sus impresiones sobre convivir con Catnap, Bubba observaba la escena con atención, una de las palabras de Dogday lo hizo sentir curiosidad. Piggy escuchaba mientras organizaba su cesta, Kickin, por otro lado, se distrajo momentáneamente al ver una mariposa pasar, mientras Hoppy lanzaba un pequeño suspiro al escuchar las palabras de Dogday.

¿Catnap es tenebroso? —Preguntaba el elefante con curiosidad—

—Pues... si... —Comentaba el perro arrastrando un poco ese "si"— A veces me asusta... La segunda noche que pase con él fue algo... tenebrosa...

...

Dogday comenzó a explicar mientras hacía memoria.

El día había transcurrido sin muchas complicaciones para Dogday. Salió temprano hacia la aldea con la intención de abastecerse de algunas cosas para el hogar. Ahora que tenía a Catnap como invitado, necesitaba asegurarse de tener todo lo necesario para preparar las comidas adecuadamente. Mientras el can pasaba el día fuera, Catnap se dedicaba a limpiar la casa siguiendo la petición de Dogday. Esto hizo que ambos no se vieran ni hablaran mucho hasta que llegó la noche. Después de cenar juntos en una atmósfera tranquila, Dogday y Catnap se desearon dulces sueños y se retiraron cada uno a su lugar para dormir. Dogday ocupó su habitual habitación, mientras que Catnap se acomodó en el sofá.

Dogday despertó repentinamente con la sensación de tener la garganta seca, necesitaba un vaso de agua con urgencia. Miró hacia el reloj de la pared con dificultad debido al sueño que aún pesaba en sus párpados. Eran apenas las tres y siete de la madrugada. Con cuidado, se levantó de la cama, intentando no hacer ruido para no perturbar el sueño de Catnap, quien seguía dormido plácidamente en el sofá.

(Será mejor no despertar a Catnap...) —Pensaba el can mientras miraba al gato dormir en el sofá—

Con pasos silenciosos, Dogday abrió la puerta de su habitación y se deslizó hacia la cocina. Evitó encender las luces para no molestar al felino. Llenó un vaso de agua y lo bebió lentamente para saciar su sed. Una vez refrescado, regresó a su cuarto del mismo modo en el que había llegado a la cocina, con cautela y sin hacer ruido.

Al llegar al marco de la puerta de su habitación, algo le hizo detenerse. Un escalofrío recorrió su espalda, y un instinto inexplicable le indicó que debía mirar hacia atrás. Al hacerlo, se encontró con Catnap quien ya no estaba dormido, estaba solo a unos cuantos pasos de él. Dogday se sorprendió tanto que estaba a punto de gritar del susto.

¡C-CATN...-

Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, la mano del gato se posó sobre su boca para evitar que diera un grito. Dogday se quedó inmóvil, observando cómo Catnap lo miraba con una sonrisa inquietante y unos ojos brillantes en la oscuridad. Catnap silenció cualquier posible grito de Dogday con un gesto y unas palabras suaves.

Ssssshhh... —Silenciaba Catnap mientras seguía observando al perro— No está permitido gritar en medio de la noche... puedes interrumpir el sueño de alguien más... —Susurraba el gato con una calma que contrastaba con la situación tensa—

Dogday asintió con cuidado, aún sorprendido por la aparición repentina y el gesto de Catnap. Tras su asentimiento, el gato aparto su mano de la boca de Dogday y simplemente se dedicó a observarlo.

Buenas noches Dogday... —Expresaba el gato mientras regresaba al sofá—

...

Dogday no pudo siquiera devolver el gesto de las buenas noches. Se sentía confundido, ligeramente aterrado y tenso ante la extraña experiencia. Observó cómo Catnap se recostaba de nuevo en el sofá, retomando la misma posición que tenía cuando Dogday salió de su habitación por primera vez. Sin pronunciar palabra alguna, el perro se dio la vuelta y volvió a su cuarto, cerrando la puerta tras de sí. Se acostó en la cama, con la mente aún llena de interrogantes y una sensación de inquietud que no lograba sacudirse.

El can se quedó despierto unos minutos de más, incapaz de sacarse la imagen de Catnap de su mente. Las extrañas sensaciones de esa noche lo mantenían en vilo, pero el cansancio finalmente comenzó a vencerlo. Después de un tiempo indefinido, cayó dormido, aunque su sueño estaba inquieto y plagado de pensamientos turbios sobre lo sucedido.

. . .

A la mañana siguiente, trate de preguntarle porque se despertó y solo me dijo que ya estaba despierto desde antes que yo saliera de la habitación... —Terminaba de contar aquella experiencia— Todavía sigo pensando que es un poco tétrico saber que estaba despierto a esa hora de la noche... pero trato de no pensarlo demasiado...

...

El grupo de amigos no sabía como reaccionar ante lo contado por el can, en definitiva, eso no era normal.

Tal vez solo no podía dormir ¿no? A veces a mi también me da insomnio —Explicaba la coneja tratando de aligerar el ambiente generado por la experiencia de Dogday—

—¿Su gas no le puede ayudar con eso? —Preguntaba Kickin algo dudoso—

No —Negaba el can rápidamente— Me dijo que es inmune a los efectos de su propio gas, solo puede hacer dormir a otros

—Que curioso —Comentaba Piggy—

¿Es la única vez que paso algo así? —Preguntaba Bubba con curiosidad—

Mmmhh... pues hubo otra cosa rara, pero no fue del todo tenebrosa... solo fue... rara

. . .

¡Catnap! ¡Catnap! ¿Dónde te metiste ahora...? —Preguntaba el can mientras buscaba por toda la casa—

Dogday había regresado después de revisar el progreso en la construcción de la casa de Catnap y quería darle la noticia de que Crafty se encargaría de la pintura. Buscó por toda la casa, pero no encontró al gato. Estaba a punto de darse por vencido cuando de repente escuchó un ligero zumbido proveniente del sótano, un lugar que había olvidado revisar. Bajó rápidamente las escaleras en busca de Catnap y finalmente lo encontró...

¡Catnap! ¿Catnap...? —Preguntaba el can con confusión y sorpresa al verlo—

El gato de las siestas estaba dormido en una posición sorprendentemente peculiar en el sótano. Su cola estaba envuelta alrededor de una de las vigas del techo, dejándolo colgado boca abajo mientras dormía plácidamente.

... (Tiene formas curiosas de dormir...)

. . .

¿Qué se cree? ¿Un murciélago? —Preguntaba Hoppy de forma divertida interrumpiendo la anécdota de Dogday—

No quería despertarlo, pero dormir así es peligroso porque se te sube la sangre a la cabeza —Comentaba el can— Me dijo que a veces dormía así para descansar mejor... 

Parece que si hace cosas muy raras... —Comentaba Kickin mientras se colocaba nuevamente el equipo de protección—

"Nap" es un poquito raro, pero no es un mal gato, una vez lo conoces te das cuenta de que es alguien amable... puede ser misterioso y a veces tenebroso, pero es un buen amigo —Decía Hoppy con sinceridad en su voz—

Ustedes se llevan bien con él, son sus amigos más cercanos —Comentaba Piggy mientras terminaba de guardar todo en su cesta—

—¿De verdad? Pensé que era así con todos —Expresaba la coneja con un tono de confusión—

No, solo es sociable con Bobby, Dogday y contigo Hoppy —Aclaraba el elefante— Con los demás es algo distinta, no es de iniciar conversaciones, pero al menos nos habla cuando lo requiere

Dogday y Hoppy intercambiaron miradas al escuchar la revelación de Piggy sobre la relación de Catnap con el grupo. Para ellos, era un descubrimiento inesperado. El perro frunció levemente el ceño mientras reflexionaba. ¿Acaso Catnap necesitaba más interacción con todos? La idea de organizar actividades para que el gato se integrara mejor empezó a cobrar fuerza en su mente.

Bueno, ya termino la hora del almuerzo —Decía Bubba mientras miraba el reloj— Hay que trabajar, Kickin, Hoppy, van asegurar las vigas restantes

Ambos asintieron mientras regresaban al trabajo. Dogday por otro lado no podía dejar de pensar en el gato... tal vez simplemente necesitaba sentirse querido por el grupo para hablar más con el resto.

¿Todo bien Dogday? —Preguntaba Piggy al notar la expresión de su líder—

¿Uh? Ah, sí, solo estoy pensando... —Comentaba el can justo al reaccionar—

¿Se puede saber en qué cosa piensas? —Preguntaba nuevamente la cerdita con curiosidad—

—Estoy pensando en cómo podemos hacer que Catnap se sienta más incluido en el grupo y tenga más oportunidades de interactuar con todos nosotros —respondió Dogday, su mente ya trabajando en posibles actividades para lograrlo—

Piggy asintió, viendo el gesto amigable de su líder hacia el gato. La idea de Dogday resonó con todos, quienes estaban dispuestos a ayudar a integrar más a Catnap. Hoppy escucho la idea de Dogday y no pudo evitar sonreír.

—Podríamos organizar una tarde de juegos o una cena en la que todos participemos, así Catnap se sentirá parte del grupo de una forma más activa —propuso Hoppy con entusiasmo—

—Pensaba más en una pijamada... pero tarde de juegos tampoco suena mal —Comentaba Dogday mientras pensaba en aquella posibilidad—

—Podríamos incluir algunas actividades que le gusten a Catnap, no conozco sus gustos así que Bobby, Hoppy y tú, tendrían que ponerse de acuerdo para organizarle algo a ese gato —añadió Kickin, sumándose a la idea—

El líder el grupo solo pudo asentir ante la sugerencia de Kickin, tendrían que hablar con Catnap para descubrir más de sus gustos, tal vez su comida favorita, color favorito o incluso el tipo de ambiente que le gustaría.

¿Y qué pasa con el trabajo de la casa? —Preguntaba Bubba con curiosidad—

Pueden tomarse un día de descanso, todos han hecho un buen trabajo y creo que pueden tomarse un día libre por lo menos —Respondía el can con tranquilidad y una sonrisa— Además así todos interactúan con Catnap

Tras esas palabras los demás simplemente asintieron para dejar en claro que estaban de acuerdo.

. . .

El tiempo de trabajo en la construcción había pasado, ya era de noche, el día había pasado con total velocidad. Todos reposaban en sus casas, mientras que Dogday llegaba a casa después de un día de trabajo en la construcción. Al entrar en su casa, el can pudo notar que Catnap parecía estar sentado en su sofá leyendo un libro.

Ya estoy en casa —Expresaba el can mientras se acercaba al gato—

¿Cómo fue el día? —Preguntaba el gato sin despegar su mirada del libro—

Estuvo bien, al final todos acordamos darnos un día de descanso... ¿Qué estas leyendo? —Preguntaba el can mientras se sentaba en el sofá—

Un libro que encontré en una de tus repisas... —Mostrando la portada del libro— La hora de la alegría —Leía el título del libro—

La hora de la alegría... Dogday repentinamente tuvo un recuerdo fugazmente nítido;

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El estridente sonido de las alarmas de emergencia inundó su mente, acompañado por el parpadeo constante de luces rojas. Los gritos de angustia, miedo y confusión resonaban en sus recuerdos, como si el caos estuviera presente una vez más. Las figuras oscuras, moviéndose de un lado a otro en un frenesí de desconcierto, eran el eco de una situación pasada. En ese momento, Dogday se sumergió en sus pensamientos, mientras sus amigos lo observaban con creciente preocupación, esperando sus indicaciones para saber cómo actuar ante la inminente incertidumbre.

¡¿Qué hacemos?! —Preguntaba Bobby con notoria preocupación—

—Los niños son la prioridad, hay que reunir a tantos como podamos, Hogar dulce hogar es el lugar más seguro, es grande y acogedor así que ahí estarán tranquilos —Indicaba finalmente el can el plan para manejar la situación— Hay que tratar de cellar las puertas y entradas que podamos encontrar, hay que apresurarnos

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El sonido de las alarmas de emergencia aumentaba considerablemente, sumiendo la mente de Dogday en un trance inexplicable. Catnap, que estaba a su lado, notó que el perro parecía tener la mirada perdida en ese libro. Con un gesto sutil pero efectivo, el gato tocó al can con su cola, lo que logró que Dogday pudiera reaccionar y volver al presente.

¿Dogday...? —Preguntaba el gato mientras inclinaba un poco su cabeza, curioso del repentino trance en el que se había quedado—

Dogday miraba a Catnap con una mezcla de confusión y preocupación. Parecía que su mente se había perdido en un lugar distante por un breve momento.

¿Estás bien? —Preguntaba nuevamente el felino, ahora dejando el libro de lado—

... Si... solo recordé algo... —Comentaba el perro mientras intentaba aclarar su mente—

Dogday miraba a Catnap con una mezcla de confusión y preocupación. Parecía que su mente se había perdido en un lugar distante por un breve momento.

¿Seguro...? Tu mirada se perdió en la nada durante un segundo

—... —Asintiendo con cuidado— Estoy bien, no tienes que preocuparte —Sonriendo para tranquilizarlo, regresando a su habitual actitud alegre—

—... —Mirando al perro sin estar completamente seguro de lo que dice—

Eh... Oh, ahora que recuerdo —Comentaba el can mientras cambiaba de tema— Los chicos y yo hablamos de la posibilidad de que vendrían mañana por la tarde, quieren venir a verte así surgió la idea de una tarde de juegos, espero no te importe pasar tiempo con ellos

El gato simplemente observaba al perro, había cambiado de tema tan abruptamente que ahora sentía curiosidad... sin embargo, estaba seguro de que Dogday no hablaría del tema por mucho que pudiera insistirle, así que simplemente se dejo llevar por el cambio de tema en la conversación.

Dogday y Catnap se miraron por un momento, cada uno con su propia reserva de pensamientos. El perro intentaba ocultar la extraña sensación que había experimentado, mientras que el gato parecía notar algo más allá de las palabras de Dogday.

—¿Una tarde de juegos? Suena divertido, no me molesta en absoluto pasar tiempo con los demás sonrientes —respondió Catnap con una sonrisa amistosa, aunque Dogday percibió una chispa de curiosidad en sus ojos felinos—

El ambiente se relajó un poco, y Dogday decidió no profundizar en el asunto que lo había perturbado brevemente. En cambio, optó por centrarse en el futuro plan de pasar tiempo con sus amigos y Catnap.

—Excelente, entonces mañana por la tarde nos reunimos para jugar algunos juegos divertidos. Estoy seguro de que te divertirás con ellos, ¡será genial tener a todos juntos! —exclamó Dogday con entusiasmo, tratando de infundir una energía positiva en la conversación— Aunque quiero preguntar algo, es importante, me da curiosidad saber más de ti Catnap, no hemos hablado mucho de tus gustos...

—¿Mis gustos...?

Aquel comentario logro tomar por sorpresa al felino, no esperaba que Dogday le dijera algo así... ¿Tenía curiosidad por saber sus gustos?

Sip —Respondía el can sin poder evitar mover su cola de un lado para otro mostrando que estaba ansioso por que respondiera sus preguntas— Color favorito, fruta favorita, ambiente en el que te sientas cómodo para pasar el rato, ese tipo de cosas, me dan curiosidad

La cola de Dogday se movía de un lado a otro, reflejando su genuino interés por conocer más sobre Catnap. El gato, sorprendido por la inesperada pregunta, consideró las respuestas con atención.

Bueno, mi color favorito es el negro, el color de la oscuridad absoluta cuando cae la noche y deja ver mejor las estrellas... Me gustan mucho las zarzamoras... No me gustan mucho los lugares ruidosos o muy concurridos, prefiero la tranquilidad... el contacto físico me pone incomodo así que lo evito... —respondió Catnap, revelando pequeños detalles de sus preferencias—

Dogday asentía con interés mientras escuchaba atentamente las respuestas del gato. Parecía satisfecho con las revelaciones y se mostraba más curioso por conocer a su amigo felino.

Entiendo, podemos tomar unos cuantos de tus gustos para la siguiente ocasión en la que nos podamos reunir con los chicos, podemos comer unas cuantas zarzamoras, creo que Piggy tiene unas cuantas, también podemos evitar hacer mucho ruido, será complicado con Kickin y Hoppy, pero seguro ellos pueden mantenerse tranquilos... al final podemos salir a ver las estrellas si es que te parece bien, todo dependerá de como se organice la siguiente reunión de nuestro grupo de amigos

El gato se sentía ligeramente confundido... ¿Por qué estaba considerando tanto sus gustos para esa tarde de juegos con el grupo? Dogday observó la reacción de Catnap y notó la confusión en sus ojos. Decidió abordar el tema para aclarar cualquier malentendido.

—Entiendo que pueda parecer un poco extraño que esté considerando tanto tus gustos para las siguientes reuniones, pero quiero que te sientas cómodo y disfrutes de nuestro tiempo juntos. Eres parte importante de nuestro grupo y queremos asegurarnos de que te diviertas tanto como nosotros —explicó Dogday con sinceridad—

Catnap asintió lentamente, comenzando a comprender mejor la intención detrás de las acciones de Dogday. Después de aquella conversación, el perro dio un fuerte bostezo y se estiro un poco, se levanto del sofá y volteo a ver al gato con tranquilidad.

Creo que iré a dormir, estoy algo cansado...

—Bien

El gato parecía dejar su libro con intensiones de levantarse de su asiento, pero Dogday al verlo, decidió intervenir rápidamente.

Sin gas somnífero —Comentaba el can mientras detenía al gato— Quiero dormir de forma natural... —Expresaba el can con un poco de incomodidad en su rostro—

—...

Catnap se quedó en silencio por un momento, observando a Dogday con curiosidad. Notó la incomodidad en la expresión del perro y decidió abordar el tema con delicadeza.

—Pareces preocupado por algo. ¿Sucedió algo durante uno de tus sueños? —preguntó el gato con una mezcla de preocupación y curiosidad— ¿Mi humo rojo te da pesadillas...?

Dogday dudó por un instante, su mente revoloteaba entre la preocupación por lo que había estado sintiendo y el deseo de no alarmar a Catnap. Desde que el gato comenzó a usar su gas somnífero, los sueños del perro habían tomado un giro extraño y vívido. Imágenes confusas se entrelazaban, formando un relato que parecía cobrar sentido solo en su mente. Pero no quería preocupar al gato, así que decidió omitir esa parte y optar por una respuesta más simple.

El perro tuvo que mentirle al gato.

—No es nada —respondió el can con un ligero tono de pena— Solo quiero dormir por mi cuenta esta noche. Aprecio mucho tu ayuda y preocupación por mis descansos, pero hoy en particular prefiero descansar sin la ayuda del gas. Siento que últimamente lo hemos usado mucho y necesito un descanso natural.

Catnap asintió, notando la sinceridad en las palabras de Dogday. Aunque todavía había una chispa de curiosidad en sus ojos felinos, decidió respetar la petición de su amigo canino. Era cierto que usaba mucho su gas con el perro, tal vez eso lo estaba empezando a incomodar...

Lo siento... —Disculpaba el gato—

Descuida, no lo decía como algo malo, simplemente quiero dormir naturalmente hoy —Respondía el can con una sonrisa— Lo entiendes... ¿verdad?

—... —Asintiendo en comprensión—

Dogday agradeció la comprensión de Catnap y se sintió aliviado de haber manejado la situación sin revelar demasiado sobre sus sueños inquietantes. Decidió que más adelante buscaría una forma adecuada de abordar el tema con alguien de confianza, como Bobby Bearhug. Por ahora, simplemente quería disfrutar de una noche de descanso tranquilo y sin interferencias.

Buenas noches Catnap, duerme bien

—Buenas noches Dogday

El perro entró en su habitación con un suspiro pesado, anhelando la serenidad de un sueño natural. No quería depender del gas somnífero del felino esa noche; deseaba fervientemente conciliar el sueño sin intervenciones externas. Su mente anhelaba la tranquilidad y el descanso profundo, alejado de las imágenes confusas que habían estado plagando sus sueños recientes. Cerró los ojos con determinación, decidido a dejar atrás cualquier pensamiento intruso que pudiera perturbar su descanso.

Dogday se recostó en su cama con un suspiro de alivio, cerrando los ojos con la esperanza de que el sueño lo envolviera pronto. Pasaron unos momentos mientras su mente buscaba la tranquilidad necesaria para dejarse llevar por el descanso reparador. Finalmente, después de unos latidos de corazón, el cansancio lo venció y Dogday cayó en un sueño profundo.

[. . .]

Dogday caminaba con prisa, despertándose tarde en un día crucial: el día de la grabación para la guardería. Los supervisores habían ideado un plan ingenioso: distribuir cartones interactivos de las criaturas sonrientes por todo el lugar. Cada cartón contenía una ilustración de las criaturas sonrientes junto con frases de voz que se activaban al tocar un botón. Era una idea simple pero encantadora, diseñada para deleitar a los niños que seguro lo adorarían.

El perro finalmente llego hasta donde serían dichas grabaciones, una habitación del almacén dentro de las propias instalaciones de la guardería. Al entrar por la puerta, pudo notar que todos ya estaban ahí... o casi todos...

Dogday ¿Por qué tardaste tanto? —Preguntaba Craftycorn con una voz un tanto preocupada—

Lo siento, me quedé dormido... —Disculpaba el perro ante la pregunta— ¿Ya iniciaron?

—Todavía no —Negaba el elefante mientras observaba la puerta frente a él— Los supervisores están hablando, parece que están decidiendo las frases que vamos a decir para los promocionales...

—Comprendo

Dogday soltó un suspiro de alivio, pensó haber llegado tarde. El perro miro hacia la puerta, parecía que todavía no terminaban de hablar, en un momento dado el can miro la habitación y pudo darse cuenta de que todavía faltaba alguien en aquella sala.

¿Y Catnap? —Preguntaba el perro con curiosidad—

Parece que grabo sus frases ayer por la noche, todavía no sabemos nada de sus grabaciones y tampoco que cosas dijo... no lo hemos visto desde ayer por la tarde —respondió Kickin, revelando la ausencia del gato en el proceso de grabación—

¿Grabo sus frases anoche? ¿Por qué? se supone que nos citaron a todos el día de hoy

—No tenemos idea, parece que citaron a Catnap antes que nosotros —Comentaba Bobby—

El grupo se sumió en un silencio incómodo, todos mostraban signos de curiosidad, especialmente Dogday. Recordó la promesa que le hizo al felino ayer por la tarde de acompañarlo durante las grabaciones. Sin embargo, se había roto esa promesa de manera no intencional, lo que lo llenaba de cierta incomodidad.

Las grabaciones avanzaron sin contratiempos, cada miembro del grupo grabó las frases asignadas por los supervisores. Una vez finalizadas las grabaciones, no tuvieron que esperar mucho para ver el resultado de su trabajo, ya que los promocionales estaban listos ese mismo día.

Las criaturas sonrientes escucharon atentamente las frases de los otros, todos reían puesto que la actitud de Kickin en su promocional parecía ser la de alguien asustadizo.

¡Pareces una gallina! Jajaja —Reía con fuerza la coneja al escuchar la voz de Kickin en el promocional—

D-Deja de reírte —Exclamaba en tono molesto y avergonzado— Creí que había sonado bien... —Se lamentaba el pollo confiar en su propia voz—

Mientras el grupo no podía evitar reír por ver a Kickin tan avergonzado. Dogday en un momento dado pudo notar que el promocional de Catnap estaba en una esquina. La sorpresa lo inundó, y una sonrisa se dibujó en su rostro mientras su cola se movía de un lado a otro, reflejando su emoción por ver el resultado del trabajo de su amigo felino.

¡Chicos! Miren, es el cartel de Catnap —Alertaba el perro emocionado mientras se acercaba al cartel con curiosidad—

¡Oh! Vamos, quiero ver qué fue lo que Catnap grabó —Expresaba Bobby mientras seguía a su líder—

Las demás criaturas sonrientes se acercaron con curiosidad y cuando lograron llegar hasta donde estaban Dogday y Bobby. El can simplemente oprimió el botón para escuchar las frases del gato.

"CatNap, el gato de las siestas te desea dulces sueños"

La primera frase fue bastante común; era la presentación más simple y directa. Sin embargo, el grupo se sorprendió. Catnap no era conocido por hablar mucho; a veces, parecía mudo, ya que solo Dogday parecía tener conversaciones con él. Mientras todos escuchaban por primera vez la voz del gato, quedaron atónitos. Pero Dogday frunció levemente el ceño en señal de confusión. Esa no era la voz que él conocía.

Aaawww que linda frase de presentación —Exclamba Bobby— Su voz es tan linda, me recuerda a la de un niño de la guardería, si tiene una voz tan dulce ¿Por qué no habla tanto? —Preguntaba Bobby con curiosidad—

Sabes que Catnap es tímido —Respondía Bubba— Solo habla con Dogday

El can asintió ante lo dicho y apretó nuevamente el botón para reproducir otra de sus frases.

"Es importante dormir ocho horas diarias para recuperar tu energía"

Otra vez presionaba el botón.

"Una siesta al día no hace más que darte alegría"

Y otra vez...

"Dulces sueños, que las pesadillas no te atormenten al dormir"

Tras esa frase, el ambiente en el sueño de Dogday parecía cambiar drásticamente. Cuando volvió a mirar, se dio cuenta de que los chicos ya no estaban en la habitación. El lugar se veía deteriorado y sucio, con juguetes rotos esparcidos por el suelo. La habitación lucía abandonada y el cartel de Catnap parecía haber perdido su brillo característico. Aun así, Dogday decidió oprimir el botón nuevamente, como si esperara que algo diferente sucediera.

"Las pesadillas en esté lugar son más reales de lo que puedes llegar a pensar"

"Somos monstruos... nos quitaron nuestras vidas"

"Pero él nos hará libres"

"ɆⱠ ₱ⱤØ₮Ø₮ł₱Ø V₳ ₳ ₴₳ⱠV₳Ɽ₦Ø₴"

Dogday escuchó las frases del cartel de Catnap, pero algo no estaba bien. Una punzada de dolor atravesó su cabeza, y de repente, imágenes rotas y recuerdos fragmentados se hicieron presentes en su mente. Era como si algo dentro de él se desmoronara, dejando al descubierto una verdad que no podía comprender completamente.

La última imagen que Dogday lograría ver con claridad sería la de un Catnap anormal y tenebroso, cuya sonrisa inquietante no se desvanecía mientras lo miraba fijamente. Al estar en el suelo, Dogday notó los residuos del gas somnífero del felino a su alrededor. Aquella imagen fue lo que desencadenó que la mente del perro hiciera clic.

[. . .]

Dogday despertó de forma exaltada, su respiración tranquila contrastaba con la ola de recuerdos que lo golpeaban directamente, dejándolo confundido. Miró a su alrededor, tratando de entender qué estaba pasando. Poco a poco, sus recuerdos regresaron. Las memorias de su vida pasada inundaron su mente, trayendo consigo el miedo, el terror y la locura de las profundidades de aquella aparentemente inocente fábrica de juguetes.

Recordaba su despertar como "Dogday", los días de terror en los laboratorios, pero también la ayuda que brindó a sus nuevos amigos y compañeros para que aceptaran lo que eran. Cada centímetro de la guardería cobraba vida en su memoria: sus labores, alegrar a los niños, pasar el día con sus amigos, organizar las actividades. Todo esto chocaba con la realidad aparentemente pacífica de SmileVille. ¿Había tenido una vida completamente diferente antes de llegar a este lugar? ¿Era todo una ilusión? Las preguntas se amontonaban en su mente, buscando respuestas que podrían cambiar su percepción de todo lo que conocía hasta ahora.

Dogday trató de tranquilizarse mientras la abrumadora revelación se asentaba en su mente. Sentía un deseo ardiente de gritar, pero se encontró sin voz, incapaz de expresar la sorpresa y confusión que lo embargaban. Sus manos se aferraron a su rostro, sus ojos abiertos y desorbitados reflejaban una incredulidad profunda.

A medida que la sorpresa se desvanecía lentamente, Dogday comenzó a recordar con detalle. Sus recuerdos no eran todos alegres, pero muchos de ellos le traían una sonrisa. Recordaba los días jugando con los niños de la guardería, liderando un grupo de criaturas sonrientes dispuestas a ayudar a todos para que nadie más tuviera que sufrir dentro del infierno de Playtime Co. Sin embargo, entre esos recuerdos vívidos, había una cosa que lo dejaba confundido y preocupado...

 —La hora de la alegría...

Dogday se sentía abrumado por las preguntas que inundaban su mente. ¿Por qué esa frase le inspiraba tanto terror? ¿Qué conexión tenía con Catnap en su vida pasada? ¿Y por qué de repente sentía una intensa rabia hacia el gato? Sus recuerdos le mostraban a Catnap como alguien solitario, enigmático, con una voz tenebrosa. El recuerdo de su pesadilla se entrelazaba con la incertidumbre: ¿era solo una pesadilla o un recuerdo perdido?

Las dudas se multiplicaban, especialmente en torno a la "hora de la alegría", un evento crucial en su antigua vida que ahora parecía un enigma impenetrable. La idea de que Catnap pudiera haber tenido un papel en su pasado, incluso como un antagonista, lo llenaba de confusión y una inexplicable ira. Sin embargo, no tenía respuestas claras, solo fragmentos de memorias que parecían encajar de manera discordante en su mente.

¿Qué esta pasando...? —Se preguntaba en un susurro preocupado mientras observaba los primeros rayos del sol entrar por su ventana—

No tenía tiempo para pensar más en esos recuerdos, tenía que prepararse para afrontar un día con sus amigos...

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