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Capítulo #32

| Craftycorn |

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La noche estaba en su punto más alto, la luz plateada de la luna era todo lo que iluminaba la oscuridad. Snowy, agotada al final del día, terminó quedándose a dormir en el sofá, dentro de la casa de Catnap. Inicialmente, había planeado desvelarse para ver si el gato salía de su habitación durante la noche, pero el cansancio la venció y cayó presa del sueño.

La quietud de la casa fue rota por un leve chirrido. La puerta de la habitación se abría lentamente, y en medio de la penumbra, unas garras felinas se deslizaron sigilosamente hacia afuera. La puerta se abrió por completo, revelando la silueta de Catnap, pero su apariencia no era la de siempre. Apenas cabía por el marco de la puerta, su tamaño era descomunal, y lo más aterrador era su sonrisa espeluznante.

Catnap se movió con un cuidado casi sobrenatural, evitando hacer el más mínimo ruido. Se posó frente al sofá, observando a la gata color nieve que dormía plácidamente. La mirada de Catnap era inquisitiva; había algo en Snowy que le resultaba extrañamente familiar, pero a la vez distante. Su mente era un torbellino de recuerdos fragmentados y sensaciones confusas.

El caos en su mente se detuvo y un solo pensamiento se hizo presente "No es real" pensó el gato y sin titubear, dejó salir sus garras, que brillaron con un destello plateado bajo la luz de la luna. Levantó el brazo lentamente, su sombra alargándose sobre el rostro de la indefensa Snowy. Con una última mirada, en la que se mezclaban curiosidad y determinación, Catnap finalmente dejó caer sus garras hacia su objetivo.

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La noche cedió al amanecer, pintando el cielo con tonos suaves de rosa y dorado. Snowy, siempre madrugadora, ya estaba en la cocina tarareando una melodía alegre mientras preparaba tostadas. El aroma del café recién hecho llenaba el aire, proporcionando una sensación de calidez y hogar. Con una sonrisa en el rostro, colocó una taza de café en la mesa donde estaba el felino.

—Sabía que tarde o temprano ibas a salir —Comento la gata con un tono alegre, dejándole una taza de café al gato— Toma, sé que te gusta el café

... —Tomando la taza para beberla—

Catnap tomó la taza sin decir una palabra, llevándola a sus labios mientras su mirada permanecía perdida en el oscuro líquido. A pesar de la aparente tranquilidad de la mañana, su mente estaba atrapada en los eventos de la noche anterior.

Justo antes de que sus garras lograran alcanzar a Snowy, algo había sucedido. Catnap se había detenido en seco, sus garras a milímetros del pelaje blanco de la gata. No se había detenido por voluntad propia; de hecho, había tratado de continuar con su plan de asesinar a sangre fría a Snowy. Lo intentó varias veces más, pero siempre sucedía lo mismo: sus garras nunca lograban llegar completamente a Snowy.

En un momento dado, su tamaño comenzó a reducirse gradualmente hasta volver a su tamaño normal. Su sonrisa espeluznante desapareció, dando paso a una expresión preocupada y confundida. Catnap estaba sorprendido y pensativo... ¿Por qué no podía lastimar a Snowy?

Tras ese incidente, el gato no insistió más en lastimar a la gata. Aunque algo dentro de él lo impulsaba a querer hacerle daño, una fuerza invisible impedía que lo lograra. Sin muchas más opciones, Catnap finalmente regresó a su habitación para intentar conciliar el sueño, sintiéndose más tranquilo al saber que algo estaba protegiendo a Snowy de él.

Al llegar la mañana, Catnap había intentado levantarse temprano para prepararse el desayuno y así evitar a Snowy, pero para su sorpresa, la gata ya estaba más que despierta, moviéndose con energía y alegría por la cocina. Siendo esa la razón del porque ambos estaban en la cocina desayunando juntos.

Intente hacer crepas para desayunar, pero... no resulto bien jeje —Reía nerviosamente la gata, dejándole una tostada al gato— Así que serán tostadas

Catnap asintió, aún sumido en sus pensamientos... Tras un par de segundos, Catnap finalmente levanto la mirada para observar a Snowy... La gata solo podía sonreírle mientras le daba un mordisco a la tostada que se había preparado.

El gato se veía tranquilo, pero por dentro un sinfín de pensamientos rondaban su mente, muchos de ellos eran preguntas. Pero el pensamiento más claro en su mente era otro.

"No es real... pero la conozco completamente" Pensó el felino.

Oye gatito siestas —Llamando su atención— Tenía pensado explorar un poco la aldea por mi cuenta, pero siempre hay espacio para alguien más... ¿te gustaría venir conmigo?

Ante la pregunta, el gato simplemente negó con la cabeza.

Mmm ¿seguro? Podría invitarte un poco de atún... —Comentando en tono juguetón—

Snowy, esperaba que el gato tuviera la misma reacción que la vez pasada, sin embargo. Para su sorpresa, Catnap no reacciono, es más, incluso volvió a negar la idea, eso realmente le preocupo... Su amigo nunca rechazaba el atún.

Oh... eh... E-Esta bien... —Acepto la gata con algo de sorpresa al ver su negación— En ese caso iré sola... creo...

Snowy salió de la casa con una sensación de inquietud en su corazón. Catnap la observó mientras se alejaba, sus pensamientos aún enredados en una maraña de confusión y recuerdos fragmentados. Decidió quedarse en la casa, esperando que el tiempo y la soledad le brindaran alguna claridad sobre lo que estaba sucediendo.

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Las calles de SmileVille estaban cubiertas por una leve capa de nieve, y el frío se sentía en el ambiente. Aunque la mayoría de las criaturas tenían su pelaje para protegerse del clima, si te quedabas quieto por mucho tiempo, el frío se colaba hasta los huesos. El perro, con un suave aroma a esencia de vainilla, llevaba una bufanda naranja y se dirigía con paso nervioso hacia la casa de su amiga unicornio.

Gran parte de la noche, Dogday había estado pensando en cómo abordar la conversación con Craftycorn. Incluso se había retrasado en su desayuno, perdido en sus pensamientos. Estaba bastante nervioso; quería aclarar las cosas con Craftycorn y luego poner en práctica las instrucciones que Luke le había enviado para reactivar sus recuerdos, pero quería hacerlo de manera ordenada, sin abrumar a su amiga.

Llegó a la casa de Craftycorn y, con un suspiro profundo, tocó la puerta. El sonido de los cascos acercándose desde el interior le hizo tensarse aún más. Cuando la puerta se abrió, Craftycorn apareció con una sonrisa, pero termino desapareciendo al ver al perro parado en la entrada.

¿D-Dogday...? —Expreso con sorpresa—

Crafty no se esperaba ver a Dogday, al menos no todavía...

H-Hola Crafty... Buenos días, perdón por venir sin avisar, pero quería hablar contigo y...-

Dogday no pudo terminar de explicar el motivo de su visita cuando repentinamente la unicornio le cerró la puerta en la cara con fuerza. Dogday se quedó atónito, el sonido de la puerta resonando en sus oídos. Golpeó suavemente la puerta, intentando no sonar desesperado.

—¡Crafty! Por favor, solo quiero hablar...

Desde el interior, Craftycorn estaba recargada de espaldas en la puerta, los nervios y la impresión de ver al perro la hicieron actuar por instinto. Era extraño; quería abrir la puerta para abrazarlo, pero a la vez tenía miedo. Seguramente estaba ahí para hablar sobre lo que sucedió entre los dos, y le daba miedo pensar que tal vez el can estaba ahí para decirle que ya no podían ser amigos. Estaba claro que su relación no iba a ser la misma.

No, no podía pensar en eso ahora... todavía lo seguía amando, tenía miedo, pero tenía que dejarlo de lado, sería demasiado cruel alejarse de Dogday y no permitirle conversar con ella sobre el tema... Craftycorn respiró hondo, tratando de calmarse. Sabía que no podía evitar a Dogday para siempre. Finalmente, abrió la puerta nuevamente, aunque solo un poco para dejar ver una parte de su rostro.

T-Te escucho... —Murmuro con preocupación—

Dogday suspiro un poco triste, le preocupaba mucho el hecho de que Crafty no lo invitará a pasar a su casa justo como había hecho en otras ocasiones... y aunque le doliera, tenía que hablar sin poder verla directamente.

Para empezar, quiero pedirte una disculpa... —Comenzó el perro— No me di cuenta de tus sentimientos antes, tendría que haber sido más atento... Sé que un simple "lo siento" no va a solucionar nada, pero no quiero que nuestra amistad cambie Crafty... me dolería mucho que me dejarás de hablar o que nos distanciáramos...

Craftycorn sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Dogday. Se asomó ligeramente por la puerta y notó la expresión del can; era una mezcla de tristeza, culpa y desesperanza. Verlo así le hizo comprender cuánto significaba para él su amistad.

—Dogday... —dijo Craftycorn con voz temblorosa— No quiero perderte tampoco. Pero... tengo miedo. Miedo de que las cosas no vuelvan a ser como antes... ¿Qué pasa si te hago sentir incomodo? ¿Y si ya no quieres pasar tiempo conmigo...? N-No creo poder superar mis sentimientos por ti tan rápido, n-no quiero dejas las cosas entre nosotros tensas., no quiero a-alejarme de ti...

Dogday la miró con ternura y preocupación, tratando de encontrar las palabras adecuadas para calmar sus temores.

Crafty, entiendo tus miedos, de verdad. Pero creo que lo que tenemos es especial, y no quiero perderlo. No me incomodas, al contrario, me importas mucho... Los dos necesitamos tiempo para adaptarnos, y sé que no será fácil, pero te aseguro que no quiero perder tu amistad...

Tras las palabras de consuelo del can, la unicornio no pudo evitar mirarlo con alegría. Unas leves lágrimas caían por sus mejillas. Nuevamente, el can solo lograba enamorarla, y aunque Crafty entendía que Dogday no tenía sentimientos por ella, al menos ahora sabía que ese perro optimista que conoció iba a seguir siendo su amigo sin importar nada.

Crafty no lo soporto más y abrió la puerta para darle un abrazo a Dogday, el perro se sorprendió un poco por la acción repentina, pero no se negó en lo absoluto; al contrario, acepto el abrazo con felicidad y lo correspondió con cariño.

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Entonces... ¿De qué querías hablar? —Preguntaba la unicornio con curiosidad—

Es algo complicado...

Tras el pequeño momento de cariño que compartieron el perro y la unicornio. Dogday se separo del abrazo y le comento a Crafty que necesitaba hablar con ella de algo muy importante. La unicornio en un inicio se confundio por el cambio repentino de tema, pero al ver la expresión que tenía el can, decidio no decir nada y asentir para posteriormente dejarlo pasar a su casa.

Ahora los dos estaban sentados en el sofá, Dogday se veía pensante, no sabía de que forma empezar mientras que Crafty veía al can con algo de preocupación... Conocía muy bien a Dogday, algo no estaba del todo bien con su amigo.

—... —Suspiró, tratando de dejar salir los nervios y mantenerse tranquilo— De acuerdo, Crafty, lo que te voy a decir puede sonar a que me he vuelto loco, pero... ¿puedes tratar de tener la mente abierta?

Craftycorn asintió, su preocupación aumentando al ver la seriedad en los ojos de Dogday.

—Lo intentaré, pero dime, ¿qué es lo que te preocupa tanto? —Pregunto la unicornio con curiosidad y preocupación—

Dogday tomó aire, organizando sus pensamientos, seguía sin tener claro por dónde empezar, pero no podía arrepentirse ahora.

No hay forma suave de decirlo Crafty... —Respirando profundamente para mirarla— Hemos estado viviendo una falsa ilusión

Craftycorn parpadeó, tratando de procesar sus palabras.

—¿Una falsa ilusión? —repitió, sin comprender del todo—

—SmileVille, toda nuestra vida en esté lugar no ha sido más que una simple ilusión

La unicornio se quedó sin palabras, su mente intentando entender lo que Dogday le estaba diciendo.

¿P-Por qué piensas que es una ilusión? —Pregunto la unicornio con algo de intriga y preocupación por su amigo—

—No lo pienso, sé que es así, Crafty... Escucha, en realidad nosotros teníamos otra vida. Era una vida llena de crueldad, falsa esperanza y temor. Tenía buenos momentos, pero bajo nuestras sonrisas se ocultaban preocupaciones y miedo... Poco a poco nos terminamos destruyendo nuestra vida, pero algo sucedió. Terminamos muriendo y al final llegamos hasta aquí. Es algo loco diciéndolo así, pero es la verdad.

Dogday tenía la esperanza de que Crafty lo comprendiera de cierta forma, pero bajo la perspectiva de la unicornio, Dogday solo estaba diciendo disparates.

—C-Creo que nuestra conversación te afectó un poco, Dogday —dijo Crafty en un intento por dejar el tema de lado— ¿Q-Qué tal si te preparo un té de vainilla? Eso siempre aclara tu mente y...-

—No, Crafty —interrumpió Dogday, con firmeza, pero con suavidad— Por favor, escúchame, sé que suena loco, pero puedo demostrarte que lo que digo es verdad... puedo hacer que los recuerdos que tienes de esa vida vuelvan, pero eso podría afectar la forma en la que ves SmileVille, solo... necesito que confíes en mi... por favor...

Craftycorn lo miró fijamente, su mente dividida entre la incredulidad y el deseo de apoyar a su amigo. Finalmente, respiró hondo y asintió. No estaba segura de qué es lo que haría Dogday, pero si eso ayudaba a demostrarle que confiaba en él entonces lo haría sin problemas.

—Está bien, Dogday. Confío en ti ¿Qué necesitas que haga?

El perro formo una sonrisa al escuchar a Crafty, aunque todavía había un poco de duda en su tono, al menos le alegraba que pudiera confiar en él para eso.

Tenemos que intercambiar nuestros colgantes —indico mientras se quitaba su colgante en forma de sol para entregárselo a la unicornio—

Crafty no objeto nada al respecto y se quito su colgante de flor colorida para posteriormente entregárselo a Dogday mientras ella recibía el colgante de sol. Ambos se colocaron el colgante del otro respectivamente y luego Craftycorn miro a Dogday con curiosidad.

¿Y ahora? ¿Qué sigue? —Pregunto con curiosidad—

—Necesito que cierres los ojos y respires profundamente, trata de dejar tu mente en blanco... Solo relájate y no pienses en nada más

Craftycorn hizo lo que Dogday le pidió, cerrando los ojos y respirando profundamente. Trató de dejar su mente en blanco, aunque era difícil con tantas preguntas rondándole.

Dogday la observó por un momento, asegurándose de que estaba lo suficientemente relajada. Luego, cerró los ojos y comenzó a concentrarse también. Sabía que esto no sería fácil, pero tenía que intentarlo.

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Pasaron los segundos, que se convirtieron lentamente en minutos, mientras Dogday mantenía los ojos cerrados, esperando en silencio. No había señales de cambio, solo el vacío y el silencio que llenaban la habitación. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Dogday abrió los ojos con un suspiro resignado.

Perdón Crafty —Murmuro el can— Para serte sincero no sé que estoy haciendo y... —Abriendo los ojos— ¿Q-Qué...?

Al abrir los ojos, Dogday se encontró en una habitación que reconocía demasiado bien. Las paredes, antes de un naranja oscuro que mostraba las marcas del abandono y el paso del tiempo, ahora se extendían frente a él. La modesta habitación era pequeña y desprovista de ventanas, sumida en una penumbra apenas iluminada por una lámpara en la esquina, cuya luz parpadeaba débilmente. El suelo estaba cubierto por una alfombra desgastada y manchada, que mostraba signos de años de descuido.

El mobiliario era escaso pero funcional: un viejo escritorio de madera, cuya superficie estaba cubierta de polvo y papeles amarillentos; una silla de respaldo alto junto a él, con su tapicería desgarrada y uno de los brazos parcialmente roto. En una esquina, se encontraban unas cuantas repisas de madera en donde había un par de libros claramente desgastados y polvorientos.

Mi habitación... —Susurro el can con sorpresa—

Dogday se puso de pie rápidamente para inspeccionar el lugar. Al hacerlo, se detuvo frente a un espejo rojo que estaba en el extremo opuesto de la habitación. Su reflejo mostraba una imagen que había dejado atrás hacía mucho tiempo: su cuerpo era más grande, las costuras de sus extremidades estaban impecables, el material sintético de su cuerpo parecía casi nuevo, y el aroma dulce a vainilla que siempre lo había caracterizado era más pronunciado que nunca.

El perro se sintió invadido por una sensación de nostalgia extrañamente peculiar, pero fue opacada por un sentimiento de preocupación al recordar que estaba solo en ese lugar.

Crafty... —Dijo con preocupación—

No le tomó mucho tiempo darse cuenta de que tenía que encontrar a su amiga. Si él estaba aquí, donde sea que fuera este lugar, Crafty también tendría que estar aquí. Rápidamente y sin perder más tiempo, Dogday se dirigió hacia la puerta y la abrió. Una intensa luz lo deslumbró por un momento al abrirse la puerta.

Cuando sus ojos se ajustaron nuevamente, pudo ver con claridad el pasillo que conectaba las demás habitaciones de sus amigos. Pero algo era extraño... Todo parecía estar en perfecto estado, sin señales de destrucción. Era imposible; durante la Hora de la Alegría, ningún lugar de las instalaciones había quedado intacto.

Dogday decidió no pensar demasiado en eso y salió de la habitación con la intensión de buscar a Craftycorn. Justo cuando estaba por empezar a caminar por el pasillo, logro recordar que la habitación de su amiga estaba en la misma zona así que sin mucha demora miro a su alrededor hasta dar con una puerta color blanco con manchas de pintura.

El perro se acercó con prisa con la intensión de llamar a la puerta, pero justo cuando estaba por hacerlo, logro escuchar unas cuantas risas venir desde el interior. Eso llamo su curiosidad así que con cuidado poso una de sus orejas al borde para lograr escuchar mejor lo que sucedía en el interior.

¿Entonces me ayudarías?

—¡Claro que sí! ¿Qué clase de amigo sería si te dejo todo el trabajo a ti?

—Tan considerado como siempre jeje

El can se sorprendió un poco al escuchar las voces, reconocía muy bien de quienes eran, la primera voz le pertenecía a Crafty, se alegro y alivio al escucharla estar tranquila, pero cuando escucho la segunda voz... su expresión cambio a una de extrañeza, aquella voz era suya.

Dime que tengo que hacer y con gusto te ayudaré Crafty

—Tengo que limpiar el taller de dibujo en la escuela, quiero que quede impecable para cuando tenga que hacer el retrato de Kickin junto a los niños, debe quedar genial según sus palabras jeje

Dogday se quedó perplejo ante lo que escuchaba. ¿Cómo era posible que él mismo estuviera hablando con Crafty desde dentro de la habitación? Intrigado y confundido, decidió esperar un momento antes de intervenir.

Tranquila, deja que me encargue de limpiar el taller —Expreso con alegría— Es más, empezaré ahora mismo je, tu quédate tranquila

—Muchas gracias Dogday

El perro que estaba escuchando la conversación al otro la de la puerta, logro escuchar el sonido de pisadas acercándose a la puerta, era momento de confrontar lo que estaba sucediendo. Finalmente, la puerta se abrió; Dogday estaba por hablar, pero se callo al instante cuando se dio cuenta de que su "otro yo" tenía una apariencia peculiar, tenía su misma apariencia, pero estaba en blanco y negro.

El Dogday en blanco y negro abrió la puerta, sin preocupaciones empezó a caminar hasta alejarse de la habitación con dirección a la guardería, Dogday se confundió un poco por esto, pensaba que lo vería y que hablaría consigo mismo, pero nada paso... era como si no estuviera ahí.

Repentinamente Dogday parecía entender todo...

Es un recuerdo...

Dogday lo recordaba a la perfección, ya había tenido esa conversación con Crafty, incluso recordaba la forma en que él había limpiado el taller de arte en aquella ocasión. Era por eso que había otra versión suya... estaba viendo un recuerdo...

El can estaba ahora un poco más aliviado, no había problemas, simplemente las cosas estaban transcurriendo como se supone que habían pasado. Miro nuevamente la puerta de Crafty y sin pensarlo demasiado la abrió para poder entrar... La habitación de Crafty parecía estar en perfectas condiciones, estaba tal y como la recordaba, organizada y llena de dibujos de los niños que había en la guardería.

El sonido de la puerta abriéndose parecía no haber llamado la atención de la unicornio puesto que estaba dándole la espalda a la entrada mientras colgaba un dibujo hecha por ella misma de sus amigos.

Dogday observo con detenimiento a Crafty... ella no se veía con el mismo tono de grises que la versión de sus recuerdos.

¿Crafty?

El can la llamo en espera de ver si reaccionaba y para su sorpresa, la unicornio volteo a verlo. Hubo silencio por unos cuantos segundos mientras sus miradas se cruzaron, pero rápidamente la unicornio formo una sonrisa al verlo.

¡Dogday! —Llamo con alegría— Cuanto me alegra verte —Exclamo su amiga mientras se acercaba para darle un abrazo—

—Eh...

La unicornio le daba un abrazo cariñoso a su amigo mientras que Dogday estaba confundido por su reacción, pero al menos se alegraba de que estuviera bien.

Crafty... tú eh...

—Tranquilo —Separándose de su abrazo para verlo— No hace falta que te expliques

—¿Explicarme? —Confundido—

Jeje —Riendo ante su reacción— Supongo que yo tengo que darte explicaciones, no soy la verdadera Craftycorn

—¿Eh?

—Soy algo así como una representación de sus recuerdos... al menos en parte —Explico con complicación— Es complicado de explicar

—No... no entiendo

—Voy a tratar de explicártelo de forma simple, estas dentro de mi mente

Ante la revelación; Dogday se sorprendió por saber que estaba dentro de la mente de Craftycorn. Estaba confundido, pero no tenía tiempo para hacer las preguntas que tanto deseaba hacer, tenía que concentrarse en su misión.

Crafty... estoy intentando regresar los recuerdos que tienes de tu vida pasada, de nuestra vida en la guardería y en las instalaciones de la fábrica... ¿Crees que puedas ayudarme?

Craftycorn miró a Dogday con una mezcla de sorpresa y preocupación. La idea de recuperar esos recuerdos no era algo que ella hubiera considerado antes, y ahora se enfrentaba a la difícil decisión de si quería enfrentar su pasado nuevamente.

—Dogday, esos recuerdos... ¿realmente crees que deberíamos traerlos de vuelta? —preguntó Craftycorn, con un tono de incertidumbre en su voz— La mayoría son recuerdos de temor, recordar todo lo que sucedió... no sé si sea lo mejor... sobre todo lo que sucedió esa noche...

Dogday la miró con seriedad, sintiendo el peso de sus palabras. Sabía que los recuerdos podrían ser dolorosos, pero también eran parte de su historia. Se acercó a Craftycorn y puso una pata sobre su hombro con afecto.

Crafty... Sé que esos recuerdos son dolorosos, pero no puedes seguir viviendo una ilusión... ¿No crees que lo correcto es que sepas la verdad?

—Va a doler mucho... no voy a dejar de tener pesadillas sobre lo que sucedió esa noche... ¿Q-Qué pasa si eso me hace cambiar? ¿Qué pasa si me molesto contigo? ¿Qué sucede si...?

—Crafy —Interrumpiéndola— Sé que tienes muchas dudas... pero te pido que confíes en mi... pase lo que pase, prometo que voy a estar ahí para ti, como tu líder y por sobre todo, como tu amigo...

Craftycorn reflexionó por un momento, sintiendo la calidez del gesto de Dogday. A pesar del miedo y la incertidumbre, confiaba en su amigo y sabía que él estaba haciendo lo que creía que era lo mejor para ambos.

Espero que sepas lo que haces... —Murmuro la unicornio mientras asentía con lentitud— ¿Cómo puedo ayudarte?

Dogday asintió con gratitud, apreciando la valentía de Craftycorn. Sabía que sería un camino difícil, pero también sabía que juntos podrían superarlo.

Se supone que tengo que encontrar tu colgante... cuando lo tenga, tus recuerdos empezarán a volver poco a poco

—¿Mi colgante...? —Mirando el colgante que tiene puesto— ¿No es esté?

Craftycorn miró el colgante que llevaba puesto, examinándolo con atención una vez más. Era un colgante simple y elegante, pero no mostraba signos de ser el objeto especial que Dogday buscaba para desbloquear sus recuerdos perdidos.

—No lo creo... imagino que tiene que tener cierto brillo especial o algo que llame mi atención —respondió Dogday, pensativo mientras observaba el colgante de Craftycorn—

—Mmmhh... cierto brillo... —Murmurando para si misma— Creo que sé dónde puedes encontrarlo

—Genial ¿Dónde puedo buscar?

El perro ahora se mostraba determinado a encontrar lo que estaba buscando, pero se confundió al notar la expresión de preocupación en la mirada de Crafty... ¿Iba a ser tan difícil?

Mi celda de contención

Dogday se quedó en silencio, procesando las palabras de Craftycorn. La mención de su celda de contención evocó una ola de recuerdos dolorosos. Ahora entendía mejor porque tenía una expresión de preocupación.

—La parte buena es que no tendrás que lidiar con los científicos para poder entrar, la parte mala es que ahí están todos los recuerdos malos...

—¿Qué clase de recuerdos malos?

—Creo que lo podrás descubrir cuando estemos allí —dijo Craftycorn, bajando la mirada con tristeza—

Dogday se preocupo un poco por la expresión de su amiga, pero no podía echarse para atrás en un momento así.

No importa que clase de recuerdos sean, estaré contigo en todo momento...

—Lo sé... y eso es lo que me preocupa... hay muchas cosas que no sabes Dogday... —Suspirando con tristeza— Vamos, es mejor no perder más tiempo

Craftycorn comenzó a guiar a Dogday por los oscuros y fríos pasillos de ese lugar, era muy raro, toda la estructura mantenía la esencia de lo que eran las instalaciones de Playtime Co antes de los sucesos de la hora de la alegría. Los dos caminaron hasta entrar al ascensor que usaba el personal de seguridad para ingresar a esa zona, Crafty simplemente oprimió uno de los botones para hacer que el ascensor empezará a descender.

Había un silencio notorio entre ambos, Dogday estaba curioso de saber que es lo que encontraría mientras que Crafty parecía estar pensando en algo... finalmente cuando el ascensor bajo hasta el piso indicado y las puertas se abrieron, la unicornio detuvo el caminar de su amigo para decirle algo importante.

Dogday —Atrayendo la atención del perro—

¿Sí? —Preguntando con curiosidad por saber que tenía para decirle—

No puedo acompañarte más allá de esté punto... —Explico la unicornio con preocupación— ¿Puedo pedirte algo egoísta?

—¿Qué es? —preguntó Dogday, notando la seriedad en los ojos de Craftycorn—

—Si encuentras algo... algo que creas que no debería recordar... por favor, destrúyelo. No quiero revivir todo el dolor si no es necesario —dijo Craftycorn, con un tono de súplica en su voz—

Dogday se quedó en silencio por un momento, reflexionando sobre la petición de su amiga. Al final el perro suspiro y asintió con una sonrisa ligera.

Gracias Dogday... Te quiero —dijo, dándole un último abrazo antes de retroceder y dejar que Dogday continuara solo—

También te quiero Crafty —Respondió antes de empezar a caminar fuera del ascensor—

Dogday caminó con determinación por el oscuro pasillo, sintiendo una mezcla de nerviosismo y resolución. La atmósfera era opresiva, y las sombras parecían susurrar ecos del pasado. Mientras caminaba por los pasillos pudo notar fragmentos de cristales que se hacían presentes en las paredes, Dogday se detuvo un momento a inspeccionarlos y se acercó a uno de los cristales para tocarlo suavemente. Inmediatamente, una visión se proyectó ante sus ojos. Vio a Craftycorn atada a una especie de camilla, con los científicos monitoreando diversas cosas, en un punto dado de aquella visión uno de los científicos intercambió miradas con Craftycorn, mostrando una sonrisa cruel antes de inyectarle algo que la hizo gritar de dolor. Dogday se retiró del cristal, sintiendo una mezcla de ira y tristeza por lo que había visto.

Continuó su camino, encontrando más cristales con fragmentos de los recuerdos de Craftycorn. Algunos mostraban momentos de desesperación, otros de resistencia. Finalmente, llegó a una puerta pesada al final del pasillo, claramente la celda de contención mencionada por Craftycorn.

Dogday abrió la puerta y se encontró con una habitación oscura y opresiva. En el centro de la habitación, sobre un pedestal, estaba el colgante que buscaba. Emitía un brillo etéreo que llenaba la habitación con una luz suave y cálida. Se acercó con cuidado y lo tomó.

De repente, una serie de cristales apareció de la nada a los lados de la habitación, pero al contrario de los cristales que estaban en el pasillo; estos tenían una tonalidad mucho más oscura...

El perro sintió curiosidad y con precaución se acerco hasta uno de los cristales para inspeccionar los recuerdos... Lo que vio era algo horrible.

En la visión, Craftycorn estaba encadenada, su cuerpo cubierto de marcas y heridas recientes mientras que el sonido de un látigo resonaba en la habitación. El sonido de los gritos llenos de dolor por parte de Crafty invadían la habitación, aquellos gritos suplicantes y desgarradores llenaron de dolor el corazón de Dogday.

La visión terminó abruptamente, y Dogday se encontró de nuevo en la habitación oscura. Respiró hondo, tratando de calmarse mientras procesaba lo que había visto. Tenía que ser fuerte por Craftycorn, pero también se preguntaba si realmente debía cumplir su promesa de destruir estos recuerdos tan dolorosos.

Decidido a seguir adelante, Dogday se acercó a los otros cristales oscuros, aunque cada paso le costaba más que el anterior. Las siguientes visiones no eran menos horribles: en una, Craftycorn era sometida a su primera reeducación, pudo ver como cortaban una de sus piernas para posteriormente volverla a ensamblar sin preocupación alguna mientras aún estaba consciente; en otra, la unicornio intentaba desesperadamente resistir el dolor de una quemadura producida por uno de los trabajadores en un intento por probar si sus cuerpos eran resistentes al fuego.

Dogday comenzó a llorar, las lágrimas corriendo por su rostro mientras observaba los recuerdos de la brutalidad infligida a su amiga. No solo lloraba por presenciar la crueldad, en cierto modo podía sentir una fracción del dolor de su amiga mientras observaba esos recuerdos, y sabía que no se comparaba en nada a lo que Crafty tuvo que aguantar.

Finalmente, Dogday llegó al último cristal. Temblando, extendió la pata para tocarlo, preguntándose qué más podría descubrir. La visión se hizo presente y esta vez la unicornio estaba tumbada en el suelo junto a Bobby Bearhug, la osita la abrazaba con fuerza mientras las dos observaban con horror a Catnap, quien estaba manchado de sangre. En el suelo estaban los cuerpos de sus amigos en medio de un charco de sangre.

Dogday no tuvo que pensar demasiado para saber de que eran esos recuerdos, eran de la hora de la alegría...

Finalmente, el perro logro ver como Catnap utilizaba su gas somnífero para dormir a sus dos amigas y comenzar a despedazarlas sin piedad alguna.

La visión terminó y Dogday se sintió mareado por la magnitud de lo que había presenciado. Su corazón latía con fuerza mientras intentaba procesar la violencia y el dolor que Craftycorn había experimentado.

Dogday tomó un momento para respirar y centrarse. Sabía que no podía permitirse ser consumido por la desesperación. Craftycorn lo necesitaba, y él debía ser fuerte por ella. Miró el colgante que sostenía en su pata, brillando con un resplandor etéreo. Este era el objeto que Craftycorn necesitaba para recuperar sus recuerdos, pero también era una llave que podría desbloquear un torrente de dolor.

Espero no estarme equivocando... —Susurro con preocupación—

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Al salir de la celda de contención, Dogday volvió al ascensor, donde Craftycorn lo esperaba. Ella notó la expresión de angustia en su rostro y lo abrazó con fuerza.

—Dogday... ¿Qué viste? —preguntó Craftycorn con suavidad—

Dogday la miró con ojos llenos de tristeza sin saber cómo empezar a explicar lo que había visto. Finalmente, encontró las palabras.

—Vi... vi todo el dolor que sufriste... Vi lo que te hicieron... —dijo con voz quebrada— Lo lamento, sé que me pediste destruir lo que considerará oportuno, pero no pude, e-es parte de quién eres y yo... l-lo lamento, no pude...-

—Está bien... —Interrumpiéndolo de forma suave— No tienes que disculparte...

Dogday se sintió aliviado por las palabras de Craftycorn y devolvió el abrazo con gratitud. Había temido que su incapacidad para destruir los recuerdos hubiera decepcionado a su amiga, pero ella demostraba comprensión y aceptación.

Unos cuantos segundos de silencio se hicieron presentes mientras el perro terminaba de tranquilizarse... al cabo de unos cinco minutos, Crafty se separo para poder verlo con una expresión tranquila.

¿Lo conseguiste?

—Si... —Respondió el can mientras le mostraba su colgante—

Craftycorn observó el colgante que Dogday sostenía entre sus patas con una mezcla de alivio y curiosidad. El objeto emitía un suave brillo que parecía llenar la habitación con una calidez reconfortante.

En ese caso es momento de que salgas de aquí... —Dijo con melancolía— Prométeme que vas a estar cerca de mí, no quiero pasar por todo yo sola...

—Estaré a tu lado en todo momento —respondió Dogday con una sonrisa suave—

Tras esas últimas palabras; Dogday solo pudo observar que Crafty formo una sonrisa de esperanza a la par que todo el lugar se iluminaba en un fuerte destello color blanco.

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Dogday abría los ojos poco a poco y cuando finalmente logro observar su entorno, se dio cuenta de que estaba nuevamente en la casa de su amiga. Frente a él estaba Crafty quien también estaba aparentemente "despertando" de su trance, la unicornio abrió los ojos y miro al can con curiosidad.

¿Cómo te sientes? —Pregunto el perro con curiosidad y cierta preocupación—

Yo... no lo sé... —Respondió Crafty mientras miraba sus pesuñas— Me siento rara... ¿Qué hiciste?

—Entre en tu mente y de alguna forma, logre activar tus recuerdos, deberían de empezar a volver poco a poco así que tienes que estar calmada... —Quitándose el colgante de su amiga—

De acuerdo... —Susurro la unicornio mientras se quitaba el colgante del sol—

—¿Logras recordar algo que no esté relacionado a SmileVille...? —Pregunto el perro con curiosidad—

Craftycorn cerró los ojos por un momento, concentrándose mientras trataba de recuperar algún fragmento de sus recuerdos perdidos. Dogday la observaba con atención, esperando con paciencia mientras ella procesaba las sensaciones y las imágenes que comenzaban a emerger en su mente.

Después de unos momentos de silencio, Craftycorn abrió los ojos lentamente y miró a Dogday con una mezcla de sorpresa y emoción.

Recuerdo mi primer día en la ¿guardería...? Y-Yo... estaba asustada, me daba miedo todo, pero tú... me guiabas con tranquilidad y me asegurabas que todo iba a mejorar... y luego... l-luego...

—No te esfuerces —Interrumpió el can con una sonrisa ligera— Veo que si funcionó

Craftycorn miró a Dogday con gratitud y ternura, sintiendo un profundo vínculo de amistad y confianza entre ellos mientras continuaban explorando los recuerdos que comenzaban a resurgir.

Sin embargo, no todo sería bueno...

El día comenzó a pasar rápidamente y para cuando la tarde llego, los recuerdos de Crafty comenzaron a volverse más nítidos en su mente, ahora podía recordar a la perfección toda su vida en la guardería. En un punto dado, Crafty de la nada comenzó a llorar y tener miedo, Dogday no dijo nada y simplemente se dedico a darle un abrazo. Estaba más que claro que los malos recuerdos habían llegado.

Pasaron unas cuantas horas, pero finalmente la unicornio había logrado calmarse y ahora estaba tratando de procesar todo lo que ahora conocía.

Entonces estamos muertos... ¿verdad? —Pregunto la unicornio con curiosidad y preocupación—

Algo así... es complicado de explicar

—Es difícil de procesar... puedo recordar toda mi vida en este mundo... —Mirando a su alrededor— pero es falso... son recuerdos falsos

—Es mejor tratar de no darle muchas vueltas a ese tema —Comento Dogday intentando distraerla— Lo importante es que ahora sabes la verdad

La unicornio simplemente asintió con lentitud mientras veía a Dogday en un intento de organizar sus pensamientos.

Tengo tantas preguntas... ¿Cómo supiste que todo era falso? —Pregunto la unicornio con curiosidad—

Mmm... si te soy honesto, yo tampoco estoy seguro —Respondió el can con una sonrisa ligeramente nerviosa— Aunque tengo la sospecha de que fue gracias a Catnap

Craftycorn se estremeció al escuchar el nombre de Catnap, ahora que recordaba todo lo ocurrido. La idea de que Catnap les hubiera quitado la vida llenaba de confusión y dolor a la unicornio.

—Catnap nos mató... ¿verdad? —murmuró Craftycorn, buscando respuestas en los ojos de Dogday.

Dogday bajó la mirada por un momento, sintiendo la carga de la verdad que Craftycorn ahora enfrentaba.

Si... me temo que así es...

Craftycorn asintió, sin necesidad de decir más. Sentía una mezcla de dolor y enojo al pensar en lo que Catnap les había hecho. Recordaba cómo el gato había terminado con sus vidas sin compasión, y ahora vivía junto a ellos en aparente paz. No era justo, sentía tantas ganas de hacerlo pagar por lo que hizo... pero de pronto un leve pensamiento cruzo su mente.

Catnap... ¿recuerda lo que hizo? —Pregunto con curiosidad—

Dogday miró a Craftycorn con seriedad, reflexionando sobre la pregunta con cuidado antes de responder.

—No lo sé con certeza... La noche que recordé lo que sucedió durante la hora de la alegría; lo confronte, le grite y le di un buen golpe, pero cuando lo vi... parecía genuinamente confundido y asustado... —explicó Dogday— fue por eso que estaba arrepentido de haberle hecho daño... no se merece mi odio, al menos no por el momento...

Craftycorn asintió lentamente, procesando la información. Por un lado, sentía una especie de alivio de que Catnap no actuara con malicia consciente, pero por otro lado se sentía intrigada con respecto al tema, sin embargo, justo antes de que Crafty pudiera preguntar más al respecto; Dogday continúo hablando, pero esta vez. Era sobre otro tema.

Tus recuerdos regresaron Crafty y seguramente van a pasar cosas un tanto complicadas contigo en los próximos días ahora que sabes la verdad... —Colocándose su colgante de sol— Tienes que estar segura de que puedes aceptar esos recuerdos... de lo contrario, cuando te pongas tu colgante, volverás a perderlos y será como si nada de esto hubiera pasado

Craftycorn escuchó atentamente las palabras de Dogday, asintiendo con comprensión mientras procesaba la importancia de aceptar sus recuerdos recién recuperados. Tomó el colgante que le pertenecía entre sus pezuñas y lo observó con seriedad, sintiendo el peso de la decisión que tenía ante sí.

—Entiendo... Si no acepto mis recuerdos y decido usar el colgante, todo esto se perderá de nuevo —murmuró Craftycorn, sus ojos fijos en los colores brillantes de su colgante—

Dogday asintió con solemnidad, sabiendo lo difícil que era para su amiga enfrentar la verdad de su pasado y la realidad de su situación actual.

—Sí, pero recuerda que no estás sola en esto. Estoy aquí para apoyarte en cada paso del camino, sin importar lo que decidas hacer —aseguró Dogday con calidez, ofreciendo su amistad y su lealtad inquebrantable— Cuando estaba dentro de tú mente, prometí que no te iba a dejar sola en esto... y lo pienso cumplir

Craftycorn sonrió con cariño y cierto sonrojo ante sus palabras, todavía seguía sentimientos por el can y le iba a costar superarlos, pero por ahora, esto era mucho más importante que su batalla emocional personal.

—Gracias, Dogday... No sé qué haría sin ti a mi lado —confesó la unicornio con gratitud sincera—

El perro sonrió suavemente mientras observaba a Crafty pensar su decisión, para sorpresa del can. La unicornio le entrego su colgante con tranquilidad.

Creo que necesito tiempo para pensarlo... —Entregándole su colgante—

—¿Segura que quieres dármelo...? —Pregunto el can con duda mientras lo aceptaba—

No podría confiar en nadie más que tú para cuidarlo Dogday

—Si ese es el caso entonces prometo cuidarlo —declaró Dogday con sinceridad, asegurando su compromiso con ella—

Crafty simplemente pudo sonreír y Dogday devolvió la sonrisa con afecto. Tras ese momento, Dogday simplemente se levanto de su lugar y se despidió de Crafty para posteriormente retirarse y dirigirse hacia su casa.

Durante el camino Dogday no pudo evitar suspirar con alivio, había sido un día muy complicado mentalmente hablando. Necesitaba ir a dormir... y para su buena suerte Crafty se tomaría con tranquilidad la aceptación de sus recuerdos...

Sin embargo... las dudas comenzarían a llegar poco a poco... Sí Crafty tenía recuerdos dolorosos siendo la más tranquila del grupo... ¿Cómo serían las memorias de sus otros amigos? Todos habían sufrido... y a veces, el olvido era la solución para escapar de su dolor... Ahora entendía mejor a Luke cuando le dijo que tal vez estaban mejor sin recordar nada... ¿Estaba haciendo lo correcto?

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Nota del autor: Hey c.c/

Soy un poco tonto y me di cuenta qué olvide colocar la imagen de la cafetería de Piggy ya remodelada, así que... la pondré por aquí, por si tenían dudas de como es que se ve.

Sería algo tal que así, solo que claro... sin llegar a ser tan moderna porque pierde estética con lo que es SmileVille.


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