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Capítulo #28

| Incógnitas |

La mañana había llegado a la aldea y la mayoría de las criaturas sonrientes se encontraba ocupada con sus actividades habituales, sin cambiar en nada la rutina matutina. A excepción de Bobby y Hoppy, quienes ya habían salido en busca de sus amigos. Hoppy se encargó de llamar a Kickin, Bubba y Piggy, mientras que Bobby fue por Craftycorn. Solo faltaba Dogday.

Bobby tocaba con urgencia la puerta de Dogday, sabiendo que el perro se levantaba temprano, así que no tardaría mucho en salir.

—¡Dogday! —llamó, golpeando la puerta con insistencia— Abre la puerta, es una emergencia.

—T-Tal vez siga durmiendo... —comentó Craftycorn en tono bajo—

—No importa, lo necesitamos. ¡Dogday!

La puerta finalmente se abría con lentitud dejando ver al perro con una taza de té en su mano, parecía que estaba desayunando. El can estaba confundido a la par que sorprendido por ver a Bobby tan temprano, pero al ver que Craftycorn estaba detrás suya se sintió un poco nervioso a la par que incomodo... ¿Era acaso que estaban ahí para hablar de lo sucedido?

Buenos días chicas... eh... ¿Qué las trae por aquí...?

Ante la pregunta, Dogday pudo notar que Crafty parecía bajar la mirada para evitar verlo... eso le dolía en el alma, estaba claro que la unicornio no iba a superar fácilmente su rechazo.

—Necesitamos tu ayuda —dijo Bobby con una expresión de urgencia— Creo que algo le pasó a Catnap...

El perro se quedó perplejo al escuchar a Bobby tan preocupada. Algo le había pasado al gato... pero apenas ayer lo había visto. ¿Qué podría haber ocurrido?

—¿Qué sucedió? —preguntó Dogday, dejando su taza a un lado y enfocándose en las palabras de Bobby—

—Anoche fuimos a su casa para sorprenderlo con una pijamada, pero encontramos todo hecho un desastre —explicó Bobby— Había marcas de zarpazos por toda la casa, y su colgante de luna estaba en el suelo. Vimos una sombra saltar del tejado y dirigirse al bosque.

—¿Al bosque? —Dogday frunció el ceño, la preocupación evidente en su rostro— No es seguro adentrarse en el bosque de noche, eso ya lo sabe. ¿Están seguras de que era Catnap?

—Vimos su cola, Dogday. ¿Quién más tendría una cola morada? —respondió Bobby con firmeza—

P-Pero... —Alzando la mirada para preguntar— ¿Por qué iría al bosque...?

—No lo sé, Hoppy insistió en que teníamos que esperar a la mañana para buscarlo... me preocupa mucho

Dogday asintió, su expresión se endureció con determinación.

—De acuerdo, vamos. No podemos perder tiempo.

Ante esas palabras, Dogday dejó su taza en la mesa para salir con prisa en compañía de ambas chicas, Bobby, Craftycorn y Dogday se dirigieron rápidamente al punto de encuentro donde Hoppy, Kickin, Bubba y Piggy ya los esperaban. La casa de Catnap era el punto ideal para empezar con su búsqueda, al llegar pudieron notar que todos ya estaban en la entrada esperando.

Ya era hora —Comentaba el pollo con poca paciencia— ¿Fueron a desayunar o por qué tardaron tanto?

—¿Ya entraron? —Preguntaba el perro ignorando la pregunta del pollo—

—Todavía no —Aclaraba el elefante— Creí que lo mejor era esperarlos para empezar a buscar todos juntos alguna pista

—Entonces entremos, quiero ver el estado de la casa de Catnap, luego podemos salir a buscarlo —decidió Dogday—

El grupo de amigos entró a la casa de Catnap con cautela. La escena dentro era desordenada y preocupante. Las marcas de zarpazos en las paredes y muebles, confirmaban que algo terrible había sucedido. Dogday inspeccionó cada rincón, mientras que Bubba analizaba todo tratando de encontrar alguna pista que explicara lo ocurrido.

—Esto no tiene sentido —murmuró Dogday, observando las marcas en las paredes— Las garras de Catnap están por todos lados...

—Parecen marcas de una pelea... —Comentaba el elefante mientras analizaba la profundidad de los zarpazos—

¿Insinúas que alguien se llevó a Catnap? —Preguntaba la unicornio con curiosidad—

Es una posibilidad, pero no estoy seguro... las marcas no son tan profundas y están por toda la habitación, así que me resulta complicado imaginarme el escenario... —Aclaraba el elefante mientras observaba la habitación—

¿Qué tal si le paso lo mismo que hace dos días? —Preguntaba con curiosidad, Kickin—

Mmmhh tampoco es una mala hipótesis... Chicas —Mirando a Hoppy y Bobby— ¿La casa estaba en las mismas condiciones cuando vinieron de noche?

—Si, bueno... anoche había rastros de humo rojo por el suelo... —Mencionaba Hoppy—

—Su gas somnífero —Aclaraba el perro— Eso significa que Catnap debió usarlo, pero ¿por qué tanto desorden?

—Chicos, vengan a ver esto —Interrumpió Piggy llamándolos desde la habitación del gato, señalando un pequeño rastro de zarpazos que se dirigía hacia la ventana abierta— Los arañazos terminan en la ventana...

Ante lo señalado todos fueron hasta la habitación para inspeccionarla un poco. Fue ahí cuando Dogday recordó lo que Bobby le había dicho.

Bobby, hace un rato dijiste que algo salto del techo hacia el bosque ¿verdad?

—Si... Encontré el colgante de Catnap tirado en el suelo frente a la ventana, llame a Hoppy y luego escuchamos ruido venir del techo, las dos nos asomamos para intentar ver algo y fue ahí cuando vimos una sombra saltar en dirección al bosque

—Creemos que se trataba de Catnap —Agregaba la coneja— Las dos vimos su cola morada con claridad...

Dogday asintió, reflexionando sobre la información. La preocupación era palpable en su rostro mientras observaba la ventana abierta.

¿Dónde está su colgante? —Preguntaba el elefante— Tal vez pueda analizarlo

Yo lo tengo —Aclaro la osita mientras lo buscaba en la bolsa que traía consigo— Aquí tienes —Entregándoselo a Bubba—

Mmmm... —Tomando el colgante para analizarlo un poco— El cordón está intacto y la luna no tiene daños... No se lo quitaron a la fuerza

—¿Catnap se lo quito por su cuenta? —Preguntaba el pollo algo intrigado—

—Así parece...

El grupo se miró entre si con preocupación y confusión, la sospecha de que alguien pudiera haberse llevado al gato era descartada rápidamente con el comentario del elefante.

Hay que salir —Decía el perro repentinamente— Tal vez podamos encontrar sus huellas o algo parecido si entramos en el bosque

El grupo asintió y todos salieron de casa del felino para adentrarse en el bosque, aprovecharían la luz del día para buscar a su amigo. Quienes lideraban la búsqueda eran Dogday y Bobby, el perro al ser el líder tenía que tomar ese papel y la osita simplemente caminaba junto al perro debido a su preocupación.

En un momento dado todos se detuvieron al llegar a una zona un poco abierta del bosque. Tenían que organizarse mejor para buscar.

Creo que lo mejor va a ser separarnos —Sugería el elefante—

—Pienso lo mismo, así abarcamos más distancia —aceptó Dogday—. De acuerdo... Kickin, Hoppy, ustedes irán juntos. Bubba, Piggy y Crafty, ustedes tomarán otro camino. Bobby y yo vamos juntos. Cualquier cosa que encuentren, no duden en gritar y todos iremos rápidamente, ¿de acuerdo?

—¡De acuerdo! —respondieron todos al unísono, con determinación en sus voces—

Los grupos se dividieron y comenzaron a moverse en diferentes direcciones, cada uno atento a cualquier pista o rastro que pudiera llevarlos a Catnap. El bosque era denso y lleno de sonidos de la naturaleza, pero eso no disminuía su determinación.

Dogday y Bobby avanzaban con cuidado, observando cada detalle del suelo y los árboles. El aire estaba lleno de tensión y la preocupación de encontrar a su amigo se reflejaba en sus rostros.

—¿Crees que estará bien? —preguntó Bobby, rompiendo el silencio—

El perro se sorprendió un poco por la pregunta, pero no dudo en responderla con seguridad.

—Ese gato se sabe defender... puede parecer callado, pero estoy seguro de que no es alguien indefenso...

—¿Estás seguro...? —Preguntaba la osita con algo de inseguridad—

Lo estoy... digamos que tengo una corazonada

—Espero estés en lo correcto... —Suspirando con preocupación—

Solo piensa en otra cosa, eso te mantendrá tranquila

Tras esa conversación ambos permanecieron en silencio mientras revisaban el entorno. No dieron nada por un breve periodo de tiempo hasta que finalmente la osita puso su mirada en Dogday. Parecía que había recordado algo.

Dogday... —Hablaba nuevamente la osita para llamar su atención—

—¿Sí? —Preguntando para que note que está escuchando, buscando marcas de pisadas en el suelo—

—No quería abordar este tema tan pronto, pero me preocupa el bienestar de mis amigos... tu lo sabes más que nadie... entonces siento que es mi obligación preguntar —Explicaba la osita mientras formulaba su pregunta— Rechazaste a Crafty... ¿verdad?

El pelaje del perro se erizo rápidamente mientras que su cola permanecía alerta y sus orejas se esponjaban... ¿Cómo es que Bobby lo sabía?

—¿Cómo...? —comenzó Dogday, sin poder ocultar su sorpresa—

—Lo noté en su mirada cuando llegamos a buscarte. Crafty no podía ni verte a los ojos, en un inicio creí que estaba emocionada, pero no es tan difícil darse cuenta que solo estaba triste —respondió Bobby con voz suave— No tienes que darme detalles, solo quiero saber lo que piensas...

Dogday suspiró, sabiendo que no podía esconder la verdad.

—Sí, la rechacé —admitió con voz baja— No fue fácil, y sé que la lastimé. Pero pensé que era lo mejor para ambos... No podía forzarme a sentir lo mismo que ella y tampoco quería ilusionarla con una falsa esperanza...

Bobby asintió, comprendiendo la situación.

—Lo entiendo... para ser honesta Dogday, esperaba que ustedes dos fueran algo más que amigos, pero me alegra que fueras sincero con ella

—¿De verdad? —Preguntaba el can con sorpresa— ¿No estas molesta conmigo? Ustedes dos son muy buenas amigas, creí que...-

—¿Qué? ¿Qué te asesinaría por romperle el corazón a mi mejor amiga? —Preguntaba la osita con una sonrisa ciertamente macabra—

—P-Pues... si...

—Jeje —Reía la osita mientras negaba con la cabeza— Una parte de mi esta furiosa contigo, pero tampoco puedo molestarme completamente... No sería justo para ti, solo fuiste honesto después de todo

Dogday exhaló, aliviado por la comprensión de Bobby.

—Gracias, Bobby. Aprecio que lo entiendas.

La osita sonrió, reconociendo la sinceridad de Dogday.

—Solo no olvides que, aunque fuiste honesto, Crafty necesitará tiempo para sanar... Es posible que no esté lista para hablar contigo a solas, tal vez incluso no quiera pasar tiempo contigo, solo te pido que no dejes que se aleje de ti... sé su amigo, ahora más que nunca ¿de acuerdo?

Dogday asintió, sabiendo que Bobby tenía razón.

El silencio volvió a caer entre ellos, pero esta vez era un silencio más cómodo. Ambos sabían que estaban en la misma página, y la conversación había aliviado algunas de las tensiones y dentro de la mente del perro.

Después de un rato de búsqueda poco efectiva, el elefante parecía haber encontrado algo interesante.

¡Chicos! ¡Creo que encontré algo! —Gritaba el elefante para alertar a los demás—

El grupo escucho al elefante claramente y todos sin perder el tiempo corrieron hasta donde se encontraba Bubba, curiosos de saber qué había encontrado.

¿Qué encontraste Bubba? —Preguntaba el perro—

Marcas de garras —Señalaba el elefante al árbol frente a él— Y son profundas, sin duda alguna tuvo que pasar cerca de aquí

—Eso quiere decir que podría estar cerca ¿verdad? —Preguntaba Hoppy con esperanza—

No estoy seguro, Hoppy... Catnap podría haber recorrido mucha distancia durante la noche, solo nos queda seguir buscando y esperar ver otra pista, por ahora sabemos que paso por aquí en algún momento

Mientras el grupo observaba atento las marcas de garras en el árbol, Piggy sintió que algo los miraba desde sus espaldas así que al voltear la mirada pudo observar una figura moverse con velocidad para esconderse entre la espesura del bosque.

¿Eh...? —Frotando sus ojos—

—¿Qué pasa Piggy? —Preguntaba Kickin mirando a la cerdita—

... Creí haber visto algo moviéndose...

—¿Moviéndose? —Preguntando con curiosidad— ¿Dónde?

—Justo en esa dirección... —Señalando en dirección al norte—

Vamos a investigar todos juntos, nadie se aleje, tal vez Catnap esté cerca —Comento el perro—

El grupo se movió en silencio, siguiendo la dirección que Piggy había señalado. La tensión era palpable, y cada crujido de ramas o susurro del viento hacía que todos se detuvieran y observaran con más atención.

Dogday lideraba el grupo, su nariz y orejas alerta ante cualquier signo de Catnap. La espesura del bosque dificultaba la visibilidad, pero avanzaban con determinación. Tras un par de minutos de camino, Kickin finalmente hablaba al estar harto de tanto silencio.

¿Y si nos tomamos un descanso? Llevamos buscando un buen rato... Catnap no va a estar más perdido solo porque descansemos... ¿no? —Intentando bromear con la situación—

Ante el comentario todos voltearon a verlo con una cara molesta, parecía que el pollo era el único que no se estaba tomando en serio la situación.

—Kickin, sé que estás cansado, pero debemos seguir buscando —dijo Dogday con firmeza—

Kickin se encogió de hombros, un poco avergonzado por la reacción del grupo. Y sin decir nada más, todos continuaron avanzando por el bosque; hasta que de pronto todos se detuvieron al escuchar el sonido de una rama rota a sus espaldas. Ante el sonido todos miraron hacia atrás para poder ver que la cerdita parecía estar estirándose en un intento de alcanzar una manzana que colgaba de la rama de un árbol.

... —Todos mirando a Piggy—

... —Sintiendo la mirada de los demás, volteando a verlos sin dejar de estirarse en dirección a la manzana— ¿Qué...? Tanto caminar da hambre... —Logrando alcanzar la manzana— No piensen que voy a compartir...

—Sigamos avanzando... —Dijo el perro mientras le restaba importancia—

¿A ella no la vas a regañar? —Preguntaba el pollo con cierta ofensa—

—Solo camina —Dijo la coneja mientras empujaba al pollo ligeramente con una sonrisa—

Nuevamente el grupo siguió avanzando y buscando por el bosque, estuvieron varios minutos mirando a su alrededor en un intento por encontrar a Catnap con la mirada, pero no parecían tener señales de él... No había huellas en el barro, no había arañazos en los árboles... ¿Tal vez habían tomado el camino equivocado?

Deberíamos regresar... tal vez tomar otro camino —Sugería Bubba—

—Tal vez sea lo mejor... un momento... snif snif... —Moviendo su nariz— ¿Huelen eso?

—¿Qué cosa? —Preguntaba la osita con curiosidad—

—Yo no huelo nada... —Negaba la unicornio con confusión—

Lavanda... —Murmuraba el perro—

—Catnap huele a lavanda —Decía Bobby con un tono más esperanzador— Tal vez esté cerca ¿puedes seguir el rastro Dogday?

—Puedo intentarlo, no es un olor tan fuerte... síganme

Dogday los guio con cuidado, siguiendo el tenue rastro de lavanda que flotaba en el aire. La pista los llevó más profundamente en el bosque, donde los árboles eran más altos y las sombras más profundas. Después de un rato, llegaron a la entrada de una cueva oculta entre la vegetación.

—Creo que está ahí dentro... —dijo Dogday, bajando la voz mientras señalaba la cueva—

—Vamos con cuidado —añadió Hoppy—

El grupo entró en la cueva con cautela, avanzando lentamente mientras sus ojos se ajustaban a la oscuridad. En las paredes rocosas, notaron arañazos profundos, confirmando que Catnap había estado allí. El aire estaba cargado de un aroma a lavanda, más fuerte que antes aunque solo era notado por Dogday al tener la nariz más sensible del grupo.

Finalmente, llegaron a una cámara más amplia dentro de la cueva. Allí, Catnap estaba de rodillas, mirando una pared con rasguños en la superficie de la piedra que formaban la palabra "Mentiras".

—¡Catnap! —gritó Bobby con alivio—

Bobby estaba por ir corriendo a abrazar al gato, cuando de pronto fue detenida por Dogday rápidamente antes de que pudiera acercarse.

—Bobby, espera —sujetando el brazo de la osita— Algo no anda bien...

—¿E-Eh?

Dogday tiene razón... míralo...

Bobby le tomó la palabra a Dogday y Bubba, se dispuso a retroceder un poco para mirar al gato más detenidamente. Se veía distinto en cierto modo, no se movió de su lugar incluso después del grito de Bobby. El gato observaba fijamente la pared y casi podía jurar que su pelaje se veía ligeramente más oscuro que antes. Tal vez era la iluminación de la cueva, pero no había forma de saberlo concretamente.

—¿Por qué escribió "Mentiras" en la pared? —preguntó Hoppy con intriga.

Dogday solo podía observar al gato con preocupación y cierta desconfianza. Verlo de rodillas mirando a la pared le daba la misma sensación de tensión que tuvo cuando estaba encerrado en el PlayHouse. Todas esas noches en las que el gato lo miraba desde la oscuridad. Era exactamente la misma sensación y sentía en sus orejas que algo no estaba bien con Catnap.

—Chicos, voy a intentar acercarme... no se muevan de aquí, por favor. Si las cosas se ponen feas, huyan. ¿De acuerdo?

El grupo lo miró con confusión, sin entender por qué les decía eso. Pero Dogday tampoco les daría explicaciones. A paso lento se acercó hasta estar a unos cuantos pasos del gato, quien no reaccionaba a su presencia. Finalmente, Dogday lo rodeó para ver su cara; el gato simplemente mantenía sus ojos mirando la pared. Un gesto positivo en ese momento para Dogday era que Catnap no tenía una sonrisa. Era como si estuviera dentro de un trance, completamente perdido en sus pensamientos.

—Catnap... —susurró Dogday, poniéndose al lado del gato para ver si reaccionaba—

Dogday esperaba que el gato reaccionara en cuanto se puso a su lado, pero Catnap permanecía estático.

—Catnap... —colocando una mano en su hombro con cuidado.

Ante la acción, el gato finalmente parecía reaccionar. Se sobresaltó un poco y dirigió su mirada al perro, desconcertado y asustado de ver a Dogday tan repentinamente. Pero no se alejó, simplemente se quedó mirando al perro con una mirada complicada.

—¿Estás bien? —preguntó Dogday al notar su reacción—

Catnap se tomó unos cuantos segundos, pero finalmente respondió. No dijo nada, simplemente asintió levemente.

—Vamos a casa —dijo Dogday suavemente—

Catnap asintió de nuevo, su mirada aún perdida pero un poco más consciente de su entorno. Dogday lo ayudó a levantarse y, juntos, caminaron hacia donde estaba el resto del grupo. Sus amigos los esperaban con una mezcla de alivio y preocupación en sus ojos.

—Catnap, nos tenías muy preocupados —dijo Bobby, acercándose para darle un suave abrazo lleno de cariño—

El grupo solo pudo ver la escena con algo de alivio, se veía desde lejos que Bobby era una de las más preocupadas con respecto a Catnap, Hoppy también se iba a unir al abrazo, pero algo la detuvo, la mirada del gato estaba perdida y ni siquiera estaba correspondiendo el abrazo... parecía ni siquiera estar poniendo atención a lo que estaba sucediendo en ese momento.

Me alegra que estés bien... —Comentaba la osita mientras se separaba del gato— Toma, es mejor darte las cosas que encontré en tu casa

La osita rápidamente tomo un par de cosas de su pequeña mochila que llevaba consigo; siendo estos objetos, el lápiz y la libreta que el gato usaba para comunicarse, se los dio en las manos directamente, el gato bajo su mirada para ver los objetos. Estaba tan perdido que ni siquiera se dio cuenta de lo que Bobby había hecho, en un movimiento rápido logro ponerle su colgante de luna nuevamente.

Listo, ahora si eres tú completamente —Decía la osita formando una sonrisa—

—...

El grupo solo pudo observar como el gato parecía mirar sin parpadear su colgante, todos sentían que algo había sucedido con el gato, pero no querían preguntarle a Catnap directamente... En especial Dogday, él podía notar que el gato parecía estar procesando algo... un mal presentimiento crecía dentro de su mente.

¿Te gustaría ir a casa...? —Preguntaba la osita con curiosidad—

La pregunta para sorpresa de todos logro ser respondida con el gato, está vez no mantuvo su silencio, tampoco dijo una palabra, pero hizo un leve quejido a modo de afirmación.

—Vamos entonces —dijo Dogday, tomando la iniciativa— Te llevaremos a casa, Catnap.

El grupo se puso en marcha, guiando a Catnap fuera de la cueva y de vuelta a la seguridad del hogar. Mientras caminaban, Dogday no podía evitar preguntarse qué había pasado con su amigo y por qué había estado tan ausente. Pero decidió no presionar al gato, confiando en que, con el tiempo, Catnap les contaría lo que había ocurrido.

El transcurso del camino fue muy silencioso, todos tenían curiosidad sobre lo que había pasado con el gato, pero nadie se atrevía a preguntarlo. Catnap se veía afectado mentalmente... ni siquiera prestaba atención al camino. Dogday y Bobby lo guiaban con cuidado para que no chocara contra un árbol o se resbalara.

Cuando finalmente llegaron a la casa de Catnap, el grupo se sintió aliviado. Habían logrado encontrar a su amigo y llevarlo a un lugar seguro. Catnap se dejó caer en su cama, aun sosteniendo su lápiz y libreta, su mirada reflejaba confusión. El ambiente en la habitación era tranquilo, pero la preocupación era palpable entre sus amigos.

—Descansa, Catnap... Estaremos en la sala por si necesitas algo —dijo Bobby suavemente, arropándolo con una manta—

Catnap no respondió, simplemente cerró los ojos, Bobby se acercó y le dio un último abrazo antes de alejarse.

. . .

El perro y la osita salían de la habitación del felino para ir con el resto del grupo a hablar en sala, tenían que entender y aclarar sus dudas con respecto a la situación.

—¿Creen que estará bien? —preguntó Hoppy en voz baja, rompiendo el silencio— Se ve bastante afectado...

—Esperemos que pueda recuperarse con tiempo... ¿Qué crees que pudo haber pasado Bubba? —Preguntaba la osita mientras dirigía su mirada al elefante—

—No lo sé... —respondió Bubba con seriedad— El escenario me indica que tuvo una pelea en su casa, tenía miedo, así que huyó hacia el bosque para ocultarse... pero no tiene sentido. Catnap no tiene rastros de lucha en su cuerpo, y el hecho de que la cueva en donde lo encontramos tuviera marcas de rasguños junto con esa palabra... "Mentiras" escrita en la pared, no me da ningún tipo de indicio claro...

—Es como si algo o alguien lo hubiera asustado —Comentaba Piggy, frunciendo el ceño— Pero, ¿quién o qué podría haberlo hecho?

—Esa es la gran pregunta —respondió Dogday, apoyándose en una pared— Algo lo hizo huir y refugiarse en esa cueva, pero no sabemos qué fue

—¿Podría tener algo que ver el tamaño que tenía? —Preguntaba Hoppy con curiosidad—

—¿Tamaño? —Preguntaba el elefante con confusión— ¿A qué te refieres Hoppy?

—Anoche cuando lo vimos escapar al bosque... en realidad no lo vimos claramente —Explicaba la coneja— Solo vimos una sombra enorme saltar del techo de la casa hacia el bosque, todo lo que vimos fue su cola morada perderse en la oscuridad

—Mmmhh... —Murmuraba el elefante mientras tomaba una pose pensante— Eso si que es raro... ¿Estás segura?

—Dice la verdad —Interrumpía Bobby— También vi el tamaño de la sombra, era mucho más grande que Catnap... tal vez el doble o más

Ante lo dicho, el elefante se quedó pensando. Todos comenzaron a hablar un poco de lo acontecido, formulando teorías sobre el comportamiento del gato. Sin embargo, no todos participaban en la conversación. Dogday estaba pensando por su parte en lo raro del actuar del gato. No quería decirlo a los chicos, pero sentía un mal presentimiento sobre todo ese asunto.

Dogday dirigió su mirada a la puerta de la habitación de Catnap. Sus orejas dejaron de poner atención al sonido de la conversación de las demás criaturas sonrientes. Por algún motivo, sentía que toda la iluminación a su alrededor se apagaba y solo quedaba la puerta en un oscuro vacío sofocante. Dogday formó una expresión preocupada mientras sentía que algo horrible pasaría en cualquier momento. ¿Por qué se sentía de esa forma?

Dogday... ¿Dogday? ¡Dogday!

—¡¿E-Eh?! —Exclamaba el perro mientras se sobresaltaba por el grito, volteando a ver a Kickin—

—Amigo, llevamos hablándote desde hace diez minutos —Quejaba el pollo mientras se cruzaba de brazos—

Dogday arqueó una ceja ante lo dicho y miró con atención al grupo. Parecía que todos esperaban una respuesta a una pregunta que habían hecho, aunque tenían una expresión preocupada. Rápidamente, se avergonzó y formó una sonrisa nerviosa para dar a entender que no estaba prestando atención a la conversación.

—Lo siento, estaba distraído —admitió Dogday— ¿Qué estaban diciendo?

—Te preguntábamos qué deberíamos hacer ahora —dijo Bobby— Sabemos que Catnap necesita descansar, pero ¿cómo podemos ayudarlo a sentirse mejor?

Dogday reflexionó por un momento, tratando de sacudir el mal presentimiento que lo invadía.

—Creo que lo mejor es darle su espacio para que pueda descansar —Respondía el perro finalmente— Pero no hay que dejarlo solo —Explicaba el perro rápidamente— Hay que tenerlo vigilado así que propongo que tomemos turnos para venir a visitarlo —Sugería—

—Buena idea —asintió Hoppy—. No dejaremos que se sienta solo en ningún momento.

—Yo tomaré el primer turno —dijo Bobby con firmeza— Quiero asegurarme de que Catnap esté a salvo

Dogday asintió, aliviado de que el grupo estuviera de acuerdo. Aunque el mal presentimiento persistía, sabía que por lo menos podía confiar en sus amigos para cuidar al felino.

De acuerdo, siendo el caso todos vamos a cuidar de Catnap —Comentaba el perro con una sonrisa— ¿Todos están de acuerdo?

El perro preguntaba con curiosidad la opinión de sus amigos, esperaba que todos estuvieran de acuerdo, pero para su sorpresa, no fue así... Craftycorn, PickyPiggy, Bubba Bubbaphant y Kickin Chicken levantaban la mano para tomar palabra mientras formaban expresiones complicadas.

¿Qué sucede chicos? —Preguntaba el líder con curiosidad—

Lo que pasa es que nosotros ya teníamos planes... —Comentaba el pollo sin muchas complicaciones—

¿Planes? —Preguntaba el perro algo desconcertado—

El festival de invierno es dentro de unos días Dogday —Aclaraba el elefante—

—¿El festival? —Preguntaba Bobby algo molesta— ¿Les importa más el festival que su amigo? ¿Es en serio?

Ante el regaño de la osita, todos bajaron la cabeza con algo de pena, aunque parecía que todos mantenían su refutación.

No es que no nos importe Bobby —Decía la cerdita— Es solo que el festival también es importante...

—Sabes que somos los organizadores Bobby —Recordaba el elefante— No podemos cancelar el evento en la aldea por estar cuidando a Catnap... Sé que suena insensible, pero no podemos aplazarlo o cancelarlo solo por Catnap

Aunque las palabras de Bubbaphant tenían la intención de tranquilizar la molestia de la osita, en realidad lograron realizar todo lo contrario, Bobby ahora tenía el ceño fruncido, Hoppy solo podía mirar la escena con complicación, ella también quería ponerse del lado de los chicos, pero le daba cierto miedo el como pudiera reaccionar su amiga cupido, mientras tanto Dogday trataba de mantener la sonrisa, aunque era una generada por la incomodidad gracias a la discusión.

B-Bobby... —Llamaba la atención la unicornio— Llevamos planeando el festival de invierno desde que el anterior invierno finalizo... n-no podemos simplemente olvidarlo...

—Hagan lo que quieran... —Decía Bobby con un tono molesto, yendo hacia la habitación de Catnap—

Ante lo dicho por Bobby; El grupo solo pudo ver como la osita entraba a la habitación del gato y cerraba la puerta tras de sí... Todos formaron una mueca de incomodidad, no esperaban una reacción tan severa de la osita.

Genial... Catnap está traumatizado por algo que no entendemos y ahora Bobby está molesta con nosotros, solo falta que Piggy se vuelva caníbal para completar el comodín —Comentaba el pollo con ironía y cierta burla—

Un pollo asado no suena mala idea... —Decía Piggy con molestia mientras observaba al pollo—

No discutan más por favor... —Suplicaba el can con un rostro cansado—

Dogday suspiró, sintiendo el peso de la tensión en el aire. Sabía que el festival de invierno era importante para la comunidad de SmileVille, pero también entendía la preocupación de Bobby por Catnap.

Haremos esto, Crafty, Kickin, Piggy y Bubba, ustedes se encargarán de los planes para el festival, Bobby, Hoppy y yo cuidaremos de Catnap... Si llegan a necesitar ayuda entonces pueden venir a vernos ¿Suena justo?

Los cuatro amigos que habían expresado sus preocupaciones intercambiaron miradas y, tras un breve silencio, asintieron con la cabeza.

—Sí, suena justo —respondió Craftycorn— Vamos a necesitar mucha ayuda con la decoración y los preparativos, pero haremos lo posible para manejarlo entre nosotros.

—Entendido —dijo Dogday con un leve suspiro de alivio— Nos aseguraremos de que Catnap esté bien mientras ustedes se encargan del festival.

—Gracias, Dogday —dijo Kickin, su tono más relajado— Intentaremos no molestarlos a menos que sea absolutamente necesario.

—Perfecto —asintió Dogday— Entonces, comencemos. Cada uno a sus tareas.

El grupo se dividió, cada uno asumiendo sus responsabilidades. Dogday, Hoppy y Bobby se quedaron cerca de la habitación de Catnap, mientras que Craftycorn, Kickin, Piggy y Bubba se dirigieron a la plaza del pueblo para empezar con los preparativos del festival de invierno.

Dentro de la habitación de Catnap, Bobby se sentó junto a la cama del felino, la iluminación apenas entraba en la habitación así que estaban prácticamente a oscuras, todo lo que hacía el grupo de amigos era seguir observando su respiración tranquila. Hoppy se acercó y colocó una mano en el hombro de Bobby, ofreciendo un gesto de apoyo.

—Va a estar bien, Bobby —dijo Hoppy con suavidad—

—Lo sé, Hoppy —respondió Bobby con un suspiro— Es solo que... no puedo evitar preocuparme...

Mientras Hoppy intentaba animar a la osita, Dogday simplemente miraba todo desde la entrada. Seguía pensando en lo sucedido, todo le parecía extraño, y ya se estaba tornando molesto enfrentarse a cosas que no entendía así que sin previo aviso, tomaría una decisión.

Chicas, voy a salir, tal vez no regrese hasta mañana temprano —Avisaba el perro repentinamente—

¿Eh? —Exclamaban ambas chicas mientras miraban a Dogday con confusión—

¿Vas a salir? ¿A dónde?

—Iré a ver al primo de Catnap, le avisaré personalmente que se encuentra en un estado complicado, tal vez... eso ayude a Catnap anímicamente ¿no?

La excusa del perro era perfecta, si quería ayudar a Catnap, pero también necesitaba entender y aclarar sus nuevas dudas, era necesario...

Bobby y Hoppy intercambiaron miradas, todavía algo confusas, pero asintieron.

—Ten cuidado, Dogday —dijo Bobby finalmente— Y si encuentras algo que pueda ayudar a Catnap, avísanos de inmediato.

—Lo haré —respondió Dogday con una sonrisa— Cuídense y cuiden a Catnap mientras tanto

Las chicas solo pudieron asentir mientras que ambas miraban a Dogday salir de la habitación con prisa.

¿Deberíamos preocuparnos por su actitud? —Preguntaba Hoppy con curiosidad—

No lo creo —Respondía la osita con tranquilidad— Estuve hablando con él mientras buscábamos a Catnap, él también tiene problemas, pero se los guarda para si mismos... por ahora se ve bien así que... creo que solo tenemos que confiar en Dogday

—Si tu lo dices...

.

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