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Capítulo #14

| Programación habitual |

El sol se alzaba sobre los tejados de SmileVille, pintando el cielo con tonos cálidos que anunciaban el inicio de un nuevo día. Dentro de la acogedora habitación de Bobby Bearhug, el sonido insistente del despertador rompió la tranquilidad matutina. La osita, con su característico colgante de corazón, se despertó con calma, dejando escapar un suspiro perezoso mientras se levantaba de la cama y se estiraba con placidez.

La noche anterior había sido notablemente más tranquila que la agitada búsqueda de Catnap. Bobby salió de su habitación con pasos lentos y relajados, indicando que había tenido un buen descanso. Al atravesar la puerta, no pudo evitar sonreír al ver a su invitado durmiendo apaciblemente en el sofá. Catnap parecía estar en un sueño profundo y reparador, lo cual reconfortó a Bobby. Pensó que el gato quizás estaría preocupado por la ausencia de Dogday el día anterior, pero aparentemente estaba aprovechando el momento para reflexionar sobre lo que diría cuando llegara el momento de disculparse.

(Voy a tener que revisar su herida...)

Bobby recordó que Catnap había resultado herido el día anterior durante una "práctica" de bateo organizada por Hoppy y Kickin. Preocupada por la herida en la parte trasera de la cabeza del gato, decidió verificar si la gasa seguía en su lugar para evitar cualquier posible complicación como una infección. Con pasos suaves y cuidadosos, se acercó al sofá donde Catnap descansaba plácidamente, procurando no perturbar su sueño.

Con gestos delicados, Bobby acarició la cabeza del felino para moverlo suavemente y acomodarlo en la almohada, permitiendo así un acceso más fácil para revisar la gasa sin perturbar el descanso de Catnap. La osita quería asegurarse de que la herida estuviera protegida y en buen estado para evitar cualquier problema de salud para su amigo gatuno.

(Todo parece estar en orden...) —Pensaba la osita mientras terminaba de acomodar la gasa del gato—

Bobby suspiró aliviada al ver que la gasa estaba en su lugar y la herida de Catnap parecía estar bien protegida. Después de esta pequeña revisión, la osita se quedó observando al gato dormir pacíficamente. Catnap parecía estar en un profundo sueño sin preocupaciones aparentes, lo que transmitía una sensación de paz a Bobby. La osita se sintió reconfortada por esa tranquilidad que emanaba el sueño del gato y, sin dudarlo, comenzó a acariciar suavemente la cabeza de Catnap. Los ronroneos del felino resonaron suavemente en la habitación, añadiendo una melodía relajante al ambiente. Bobby continuó acariciando al gato con ternura, disfrutando de ese momento de conexión y serenidad entre.

Bobby continuó acariciando la cabeza de Catnap con una sonrisa cálida, sumergida en la serenidad de ese momento. Los ronroneos del felino le brindaban una sensación de paz, como si todo estuviera en armonía en ese instante.

(Tal vez le guste probar los wafles... ¿Le gustarán con mantequilla o con ja...?)

—¡MIAAAAUUU!

En un momento dado, Bobby detuvo sus caricias con la intención de ir a la cocina y preparar el desayuno para ambos, pensando en sorprender a Catnap con unos waffles. Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos abruptamente por un fuerte maullido de dolor.

La osita sintió un ardor intenso en su brazo derecho y escuchó un quejido de dolor propio mientras sujetaba la zona afectada. Al mirar, se dio cuenta de que había pisado la cola de Catnap y el gato, reaccionando instintivamente por el dolor, había lanzado una zarpada que hirió a Bobby.

¡Auch! —Quejaba Bobby mientras sujetaba la zona de su brazo con fuerza al notar que no solo era el ardor, estaba sangrando un poco por la herida generada—

... —Observando la herida de Bobby—

Al levantar la mirada, Bobby vio la expresión de asustada culpabilidad en el rostro de Catnap. El gato parecía angustiado por lo ocurrido, mirando la herida que había causado. Bobby, a pesar del dolor, rápidamente cambió su expresión a una de preocupación por el gato, tratando de calmarlo y asegurándole que todo estaba bien.

Bobby... —Expresaba el gato en tono preocupado mientras miraba su herida— Te lastime...

—D-Descuida, estoy bien —Apresuraba la osita a responder para tranquilizar al gato— Pise tu cola sin querer, supongo que me lo gane —Sonriendo de forma un tanto nerviosa— Solo no te asustes... voy a estar bien... ¿Catnap...?

Mientras la osita hacía el intento por tranquilizar al gato; pudo darse cuenta de que Catnap parecía empezar a respirar agitadamente y su mirada se dirigió hacia sus propias garras solo para ver la sangre residual de la herida...

Sangre... —Susurraba el gato mientras temblaba—

Bobby se dio cuenta de que la situación estaba asustando mucho a Catnap, quien parecía estar al borde de querer huir. Rápidamente, la osita se abalanzó sobre su amigo para abrazarlo, impidiendo que pudiera escapar.

B-Bobby... y-yo... —Expresaba el gato con temor—

Está bien... —Susurraba la osita con tranquilidad sin separar su abrazo— Solo respira...

—P-Pero te hice daño...

—Fue un accidente... —Respondía la osita con rápides— Solo trata de relajarte...

El abrazo reconfortante de Bobby parecía estar surtiendo efecto, ya que Catnap dejó de temblar y, tras unos segundos, el gato respondió al abrazo de manera delicada. Ambos permanecieron en silencio por un momento, el suave olor a rosas de Bobby parecía calmar al gato, y habrían seguido así de no ser porque la osita quería entender mejor la situación y el repentino miedo de Catnap.

—Vi que estabas mirando la puerta principal —Explicaba la osita con preocupación— Ibas a salir corriendo... ¿verdad?

—...

Catnap simplemente asintió con lentitud para confirmarle que, en efecto, eso pensaba hacer...

... Catnap... ¿Te da miedo ver sangre...? —Preguntaba con curiosidad y preocupación—

...

Ante la pregunta, Catnap no respondió verbalmente, simplemente se aferró más al abrazo de la osita. Bobby sintió cómo Catnap la abrazaba con fuerza, interpretando eso como una afirmación.

El abrazo se prolongo por unos segundos más, todo estaba tranquilo hasta que la osita suspiro y se separo un poco de su abrazo con el felino.

Catnap, tengo que ir a limpiar mi herida... —Explicaba la osita mientras miraba al felino con una ligera sonrisa para transmitirle tranquilidad— Voy a separarme así que trata de cerrar los ojos, no quiero que veas mi herida y tampoco quiero que veas tus garras, no podrás abrir tus ojos hasta que yo lo diga... ¿de acuerdo?

—... Esta bien...

Las palabras de Bobby sonaron calmadas y llenas de seguridad, lo que llevó a Catnap a obedecer sus indicaciones y cerrar los ojos. Una vez que estuvieron cerrados, Bobby se separó del abrazo para atender su herida. El gato mantuvo los ojos cerrados durante unos minutos, notando que Bobby se estaba tomando su tiempo. Estaba a punto de preguntar si todo estaba bien cuando captó nuevamente el suave aroma a rosas de Bobby, indicándole que ya estaba de regreso en la sala.

Lamento la tardanza —Disculpaba Bobby mientras regresaba hasta donde estaba el gato— Estaba buscando unas cuantas vendas para que no se notase mucho la herida... jeje —Acercándose al gato con un pañuelo— Voy a limpiar la sangre que tienes en las garras, voy a usar agua así que trata de no asustarte ¿de acuerdo?

—... —Asintiendo sin abrir los ojos todavía—

Bobby simplemente sonrió para empezar a limpiar la sangre que Catnap tenía en sus garras, no le llevo mucho tiempo ya que no era demasiada, cuando termino, Bobby simplemente fue a dejar el pañuelo en la cocina para regresar junto al gato nuevamente.

Ya puedes abrir los ojos Catnap

El gato abrió los ojos con cuidado, solo para ver que Bobby estaba sentada a un lado suyo en el sofá, no le tomo mucho tiempo notar que la osita ahora tenía una venda rodeando una parte de su brazo derecho. El gato al ver la zona vendada solo pudo dirigir su mirada al suelo mientras mantenía una expresión arrepentida.

Oh Catnap... —Exclamaba la osita al ver el desanimo de su amigo— Vamos, no debes sentirte mal, ya te dije que fue un accidente, no dejes que esto te afecte, solo voy a tener la venda hasta que mi herida sane, así como con la gasa en tu cabeza

El gato asintió ante las palabras de Bobby... Aunque de cualquier manera no parecía mejorar su estado de ánimo, el gato se sentía culpable por haber lastimado a una de sus amigas. La osita estaba por decir algo más, pero el sonido de alguien llamando a la puerta los alerto a ambos.

Que raro... no espero visitas... —Comentaba la osita mientras se levantaba del sofá para ir a abrir la puerta—

. . .

Espero quiera escucharme... —Suspirando con nervios mientras llama a la puerta—

Dogday se despertó temprano, a pesar del cansancio que aún lo abrazaba, consciente de que debía disculparse con Catnap. Los nervios lo punzaban, pues desconocía el estado emocional del felino, aunque sabía que al menos físicamente estaba bien. Decidió salir de casa temprano en la mañana para buscar a Craftycorn y preguntarle por Catnap. La unicornio todavía estaba algo adormilada por haberse levantado más temprano de lo habitual gracias a Dogday, pero de todas formas le brindó su ayuda, informándole que Catnap se encontraba alojado temporalmente en casa de Bobby Bearhug.

Dogday estaba esperando paciente frente a la puerta de la casa de Bobby, esperando que la osita ya estuviera despierta... Tras unos cuantos segundos, la puerta finalmente se abrió, dejando ver a Bobby quien al ver al perro inmediatamente forma una expresión de sorpresa y una sonrisa.

Oh, Dogday, bueno días, no esperaba verte tan temprano, creí te encontraría más tarde en tu casa —Comentaba la osita mientras seguía en el marco de la puerta—

Buenos días Bobby, trate de convencerme de esperar, pero la verdad es que no quiero seguir teniendo problemas con Catnap entonces quiero hablar con él y disculparme por lo que sucedió... ¿Está contigo...?

—Sí, Catnap está aquí. Ha pasado una noche tranquila, de hecho, el día de ayer también estuvo bastante tranquilo —respondió la osita con una sonrisa acogedora— Ven, entra, podemos hablar con él

Dogday siguió a Bobby hacia el interior de la casa. Al llegar al sofá donde Catnap estaba sentado, el gato levantó la mirada, mostrando una expresión de sorpresa al ver a Dogday.

—Dogday... —murmuró Catnap, sin saber exactamente qué decir en ese momento—

El can lo miró con una expresión algo preocupada, manteniendo una distancia respetuosa por si acaso Catnap se sentía incómodo o molesto. Sus ojos reflejaban una mezcla de preocupación y complicación, sin saber exactamente cómo empezar con su disculpa. Sin embargo, Bobby, que estaba al lado del perro, le dio un suave golpecito en el hombro para indicarle que era momento de hablar.

Vine a disculparme Catnap... —Explicaba el perro— Yo... no puedo explicarte completamente qué fue lo que me paso, quiero explicarlo, pero creo que no es un buen momento, todavía tengo que procesar algunas cosas, pero quiero que sepas que realmente me siento arrepentido por haberte golpeado

...

El gato de las siestas permanecía en silencio, su expresión mostraba una calma que en cierto modo incomodaba a Dogday. Esperaba alguna reacción o respuesta por parte de Catnap, pero al no recibir ninguna, interpretó que el gato quizás esperaba una disculpa más elaborada. Entonces, Dogday decidió continuar con sus palabras, buscando expresar su arrepentimiento de manera más detallada.

Comprendo si prefieres no volver a mi casa o si no deseas estar cerca de mí. No quiero incomodarte; mi objetivo es resolver las cosas y mantener nuestra amistad sin que se vea afectada por lo que ocurrió...

El silencio llenó la sala después de las palabras de Dogday. Tanto él como Bobby observaban a Catnap con una mezcla de ansiedad y esperanza, preguntándose si el gato aceptaría las disculpas con tanta facilidad. La tranquilidad con la que Catnap asintió sorprendió a ambos.

Acepto las disculpas... pero... quiero una explicación de tu parte y quiero la verdad, no simplemente una excusa

Dogday se sorprendió un poco por la condición de Catnap, no esperaba escucharlo decir eso, pero sentía que era lo justo, además... el perro sabía que en un momento tendría que hablar con todos con lo que respectaba a la verdad de sus recuerdos. Sería cuestión de tiempo así que no tenía problema en aceptar.

Claro... te prometo que cuando pueda, voy a explicártelo

La condición de Catnap tomó a Dogday por sorpresa, no esperaba que el gato planteara tal exigencia, pero comprendió que era lo justo. Además, Dogday sabía que eventualmente tendría que hablar con todos acerca de la verdad detrás de sus recuerdos. Sería cuestión de tiempo antes de que pudiera hacerlo, así que no tuvo problema en aceptar.

—Por supuesto... Prometo que te explicaré todo en cuanto pueda —respondió Dogday con sinceridad—

De acuerdo...

La tensión de la sala parecía disiparse un poco y para ayudar con la situación, Bobby rápidamente recordó algo importante.

Bien, ya que los dos hablaron y arreglaron las cosas... ¿Catnap quieres desayunar? Todavía tengo un sobre de café que me regalo Piggy

—... —Asintiendo con tranquilidad—

Perfecto ¿Qué hay de ti Dogday? ¿Quieres desayunar con nosotros? Tengo que decirte que solo tengo café...

—Oh, me gustaría quedarme, pero que tengo que ver a Crafty —Negando la invitación con sutileza— Le prometí que iría a su casa luego de ver a Catnap, me dijo que tenía un regalo para mi y que quería dármelo cuanto antes

Ante el rechazo de quedarse a desayunar y la mención de CraftyCorn, Bobby parecía ponerse en estado de alerta mientras una sonrisa aparecía en su rostro. Su personalidad de "cupido amoroso" estaba saliendo a la luz.

Oh, ya veo jeje... Bueno, entonces supongo que puedes ir retirándote, no me gustaría molestar a Crafty porque te quedaste más tiempo del necesario —Comentaba la osita con una sonrisa—

—Oh, no tengo problema con quedarme un poco más, sabes que yo...

Dogday no pudo terminar su frase, Bobby portando una sonrisa "amenazante" tomo a Dogday de su colgante para pasar a "guiarlo" amablemente hasta la puerta de su casa.

Nada de eso, Crafty debe estar esperándote Dogday

—¿B-Bobby? —Preguntaba el can sorprendido por la acción de la osita— ¡E-Espera! —Siendo sacado de la casa de Bobby—

Dale mis saludos a Crafty —Cerrándole la puerta en el rostro—

El perro no pudo si quiera decir nada porque Bobby ya le había cerrado la puerta delante suya, se quedó sorprendido mientras procesaba lo que acababa de pasar.

¡Se supone que soy tu líder! —Gritaba Dogday con un poco de molestia al otro lado de la puerta—

¡Y CraftyCorn es mi mejor amiga! ¡Ve con ella! —Respondía Bobby mientras limpiaba las palmas de sus manos como si acabase de hacer una limpieza— Jeje bien, espero que Crafty tenga algo pensado —Sonriendo— Ahora sí, hay que desayunar Catnap —Volteando a ver al felino con una sonrisa—

... —Inclinando la cabeza levemente al no entender el motivo de la acción de Bobby— ¿Sacaste a Dogday de la casa?

—Oh, pues si, eso hice jeje —Respondía la osita con cierta gracia— Descuida, solo lo hice para que pueda ver a Crafty —Tranquilizaba la osita al gato—

—... ¿Por qué quieres que vaya a ver a Crafty con tanta urgencia? —Cuestionaba el gato—

Es un secretito gatito —Respondía de forma risueña mientras tomaba rumbo a la cocina— Ahora vamos, hay que desayunar antes de que se haga mucho más tarde

—... (Bobby es muy rara a veces...)

. . .

Las calles de SmileVille cobraban vida con el sol de la mañana, llenas de criaturas sonrientes que iban y venían en sus quehaceres diarios. El plan inicial de Dogday era quedarse un poco más en casa de Bobby antes de ir a encontrarse con Crafty, pero la insistencia de la osita lo llevó a cambiar de planes. Mientras salía de la casa de Bobby, su mente se enfocaba en otro asunto: la construcción de la casa para Catnap. No quería descuidar ese proyecto; el gato merecía un hogar digno.

Caminando por las animadas calles, Dogday se dirigió hacia la zona donde se estaba levantando la nueva casa de Catnap. La estructura ya estaba casi completa, solo faltaban unas cuantas partes del techo, el perro sonrió al ver el progreso. Se acercó al equipo de construcción, compuesto por diversas criaturas trabajadoras, y preguntó por el estado del proyecto. Después de recibir informes positivos sobre el avance, Dogday se aseguró de que todo estuviera en orden y dejó algunas instrucciones adicionales antes de continuar su camino hacia la casa de Craftycorn.

A medida que se acercaba al hogar de la unicornio, Dogday notaba cómo la energía de la mañana se volvía aún más vibrante. Los jardines coloridos y las casitas pintorescas de SmileVille creaban un ambiente acogedor y alegre.

(Ahora que conozco la verdad, esté lugar parece incluso más mágico que antes...) —Pensaba el can con cierta curiosidad—

Dogday no podía evitar maravillarse ante la magia que impregnaba cada rincón de SmileVille. Con sus recuerdos recuperados, el lugar adquiría un brillo especial, lleno de sorpresas y curiosidades que antes pasaban desapercibidas. Aunque no profundizó mucho en ese pensamiento, pues prefería disfrutar del presente y dejar atrás cualquier rastro de aquel lugar que ahora recordaba como una fábrica de juguetes. Sabía que a Cat-bee le habría encantado este lugar, con su encanto y su atmósfera acogedora.

Al llegar a la casa de Crafty, Dogday tocó la puerta con una sensación de paz y expectación. La puerta se abrió rápidamente, revelando a la unicornio con una sonrisa radiante y un leve sonrojo en las mejillas al ver a Dogday tan puntual.

Hola de nuevo Crafty —Saludaba el perro con una sonrisa—

—Hola Dogday, creí que tardarías un poco más en hablar con Catnap, si te soy honesta, esperaba que verte hasta la tarde jeje —Comentaba Crafty mientras le cedía el paso a su casa al perro—

Bueno, la disculpa con Catnap fue más simple de lo que creí que sería... —Explicaba el perro mientras entraba a la casa de Crafty— Es por eso que volví tan pronto

—Comprendo... bueno, s-supongo que ahora si puedo darte el regalo que mencione en la mañana ¿Puedes esperar un momento aquí?

—Claro, aquí te espero —Respondía el can mientras tomaba asiento en el sofá—

Después de que Crafty se retirara hacia su habitación, Dogday quedó solo en la sala. Aprovechando el momento, se permitió observar su entorno. La pasión de Crafty por el dibujo se reflejaba claramente en cada rincón de su hogar. Siempre se podía encontrar a la unicornio con un cuaderno y unos cuantos crayones en mano, inmersa en su mundo creativo.

Era evidente que Crafty era una persona especial cuando se trataba del arte, y no solo en el dibujo. Los cuadros y dibujos que decoraban las paredes de su casa eran una muestra de su talento y dedicación. Cada vez que Dogday la visitaba, notaba que los diseños cambiaban, reflejando la constante evolución y creatividad de Crafty.

Dogday aguardó unos momentos en la sala, preguntándose si debía ir a la habitación de Crafty para ofrecer su ayuda. Estaba a punto de levantarse del sofá cuando notó que la unicornio regresaba, sosteniendo un cuadro.

P-Perdón por tardar, es que no recordaba en donde lo había dejado —Explicaba la unicornio con algo de pena mientras le entregaba el cuadro al perro con un poco de pena— E-Espero te guste...

Dogday solo pudo sonreír para aceptar el cuadro, sin mucho problema lo miro y su sonrisa solo pudo aumentar, era un retrato de él mientras tenía un sol brillante de fondo junto al cielo azul. 

(Créditos a su respectivo autor)

Oh Crafty... es un dibujo hermoso —Expresaba el can con una sonrisa mientras admiraba a detalle su dibujo— No tenías que molestarte haciendo un dibujo para mi

—Q-Quería darte un regalo, hace ya un buen tiempo que no te daba un dibujo... —Respondía la unicornio con un poco de pena y una sonrisa— Además... Bobby y Piggy me dijeron que darle un regalo a alguien era especial y yo... q-quería que s-supieras que esa especial para m-mi Dogday...

En cuanto Dogday escucho la frase de Crafty, simplemente dirigió su mirada a la unicornio para dedicarle una sonrisa de agradecimiento.

Gracias Crafty, aprecio tus palabras en verdad, todos significan mucho para mi

A pesar de la sinceridad y el encanto de las palabras de Dogday, Craftycorn parecía aguardar una respuesta diferente, algo más revelador sobre sus sentimientos. Ya no era un secreto para nadie en el grupo que Crafty tenía un interés especial en Dogday que iba más allá de la amistad. Sus gestos, miradas y palabras estaban teñidos de un afecto más profundo, uno que no pasaba desapercibido para ninguno de sus amigos. El ambiente en la habitación se cargó de una tensión suave pero palpable mientras Dogday esperaba la reacción de Crafty ante sus palabras.

N-No es nada Dogday... —Respondía la unicornio con una sonrisa algo forzada, tratando de ser optimista—

El Perro no pudo evitar darse cuenta de que algo estaba molestando un poco a Crafty, al ser el líder, sabía reconocer fácilmente cuando alguno de ellos no estaba del todo bien. Sabía cuando una sonrisa era sincera y cuando una era forzada...

¿Estás bien? —Preguntaba el perro en un tono más preocupado y ligero—

—S-Si claro, no tienes que preocuparte, estoy bien...

—Crafty... sabes que conozco a todos perfectamente, sé cuando uno de ustedes miente... dime, ¿hay algo que te molesta...?

Yo... Y-Yo...

Craftycorn no estaba segura de sí ese era el momento adecuado para abordar el tema. Aunque sentía cierta frustración por la falta de percepción de Dogday respecto a sus sentimientos, también se encontraba en conflicto consigo misma. La idea de confesarle directamente el tipo de cariño que sentía por él le parecía abrumadora y, por alguna razón, siempre había una voz interna que le susurraba que no era el momento adecuado.

Esa dualidad de emociones la mantenía en un estado de indecisión constante. Por un lado, anhelaba expresarle a Dogday lo que realmente sentía, pero por otro, temía las posibles repercusiones y cómo podría afectar su amistad. Además, se preguntaba si él realmente vería más allá de la amistad que habían cultivado juntos.

Yo... estoy bien —Cambiando su expresión para mostrarle una sonrisa un tanto más convincente al perro— Solo estoy pensando que tal vez... podría mejorar la iluminación del sol en la pintura, ya sabes...

La respuesta no había dejado del todo convencido a Dogday, quería insistir con el tema, pero si Crafty no quería hablar de ello entonces tampoco la iba a forzar. No quería obligarla a nada.

Comprendo, pues a mi gusto el sol se ve maravilloso —Respondía el can con una sonrisa—

Tras ese comentario Crafty le regreso la sonrisa a Dogday... 

. . .

La tarde avanzó sin mayores complicaciones para Dogday. Salió de la casa de Craftycorn con el cuadro que ella le había regalado en sus manos, apreciando el gesto y la obra artística que le había dedicado su amiga unicornio. Con paso tranquilo, llegó a su hogar y colocó cuidadosamente el cuadro en una pequeña mesa junto a su cama, donde pudiera admirarlo cada vez que entrara a su habitación. La sonrisa de satisfacción en el rostro del perro era evidente; apreciaba mucho ese regalo y lo valoraba como un símbolo de la amistad que compartía con Craftycorn.

Sin embargo, Dogday no planeaba quedarse mucho en casa. Recordó la conversación con Crafty, quien le había mencionado que Bubba lo había estado buscando el día anterior. Esta noticia le intrigaba, pues si Bubba lo estaba buscando, seguramente tenía algo importante que compartir. Decidido a averiguar el motivo de la búsqueda, Dogday se preparó para salir nuevamente. Con paso alegre y curioso, salió de su casa con rumbo a la biblioteca de Bubba, ansioso por descubrir qué era lo que el elefante tenía para contarle.

Dogday no tardo mucho en llegar a la biblioteca, al entrar se dio con la sorpresa de que Bubba estaba terminando de colocar unos cuantos libros en una de las repisas de la entrada.

Hola Bubba —Saludaba el perro en tono bajo mientras se acercaba a él—

Hola Dogday —Saludándolo de vuelta mientras dirigía su mirada hacia él— ¿Todo bien?

—Si, todo bien, vine porque Crafty me comento que ayer me estuviste buscando así que pensé que lo mejor era buscarte para preguntar si necesitabas ayuda o algo por el estilo

Oh, claro, bueno... no era algo urgente, era más para saber si te ibas a presentar en los avances de construcción, hoy también iba a ir a avisarte, pero Zeen me hizo saber que fuiste a ver el avance está mañana

—Ya veo —Respondía el can con una sonrisa tranquila— ¿Necesitas ayuda con algo aquí? No tengo muchas cosas que hacer hoy así que quiero intentar pasar el rato con algo

Ante la pregunta Bubbaphant pareció pensar si había pendientes en la biblioteca, busco entre sus recuerdos y posteriormente asintió, parecía que tenía un trabajo para el perro.

Pues ya que lo mencionas, si tengo un trabajo pendiente —Respondía el elefante— Rascal vino a la biblioteca el día de ayer y buscando un libro termino haciendo un desastre, termino tirando todos los libros de la repisa y unos cuantos más durante su lectura, ya organicé los libros que tiro, pero me falta recolectar los libros que fue dejando por toda la biblioteca, son unos cinco libros ¿Crees poder buscarlos mientras termino con los deberes de hoy?

—Oh, claro... ¿Me puedes dar una lista? Sería más fácil saber el título de los libros que debo buscar

—Claro dame un momento y te doy la lista

.

.

.

Bien... ya tengo cuatro de los cinco libros que debo buscar —Comentaba Dogday para sí mismo mientras verificaba el título de la lista— Me falta uno y debería ser de los más simples de buscar...

Dogday se sumergió por completo en la tarea que Bubba le había encomendado, como si se tratara de una misión personal. Repasaba la lista de libros con los títulos que faltaban por encontrar y, con determinación, se propuso localizarlos lo más pronto posible. Sus ojos recorrían cada estantería de la biblioteca, escudriñando entre las filas de libros con una atención casi obsesiva.

Solo me falta uno —Expresaba el can con felicidad mientras movía su cola de un lado a otro— ¿Dónde puede... estar? ¡Aja!

De repente, su mirada se detuvo en uno de los títulos que buscaba, pero estaba estratégicamente colocado en lo alto de una estantería, fuera del alcance de su pata. Sin embargo, eso no detuvo a Dogday. Con decisión, se acercó a una escalera cercana y la desplegó con destreza, asegurándose de que estuviera estable antes de subir con cuidado. Sus pasos eran precisos mientras ascendía, concentrándose en alcanzar el libro que se le resistía.

Al llegar a la altura necesaria, Dogday extendió su pata con habilidad y tomó el libro con una mezcla de satisfacción y alivio. Lo tomó y con cuidado marco su lista como completada, marcando así uno de los últimos pendientes de la tarea. Se tomó un momento para observar la biblioteca desde esa altura, apreciando la vasta colección de conocimiento que rodeaba a Bubba y sintiéndose parte de ese mundo de historias y sabiduría.

(Si que tiene muchos libros...) —Revisando su lista— Creo que ya terminé

—¡Oye Dogday!

—¡Aaaahh!

El silencio de la biblioteca fue interrumpido por una voz que tomó a Dogday por sorpresa, provocando que se sobresaltara y perdiera momentáneamente el equilibrio en la escalera. Sus patas se tambalearon, y el perro sintió cómo el mundo parecía moverse de un lado a otro bajo sus pies. En un instante de desesperación, trato de aferrarse con fuerza a la escalera, tratando de estabilizarse, pero la sensación de caída era inminente.

Fue entonces cuando, justo en el momento crítico, Dogday sintió cómo alguien lo sujetaba. La sensación de alivio inundó su cuerpo cuando se dio cuenta de que no iba a golpearse. Al abrir los ojos, se encontró con la mirada serena de Bobby, quien lo había rescatado justo a tiempo.

La osita había logrado atraparlo y ahora lo estaba sujetando con firmeza, asegurándose de que Dogday estuviera estable antes de soltarlo lentamente. Dogday se incorporó, sintiendo aún la adrenalina recorrer su cuerpo por la experiencia cercana a la caída. Agradecido, miró a Bobby con una sonrisa nerviosa pero agradecida.

Gracias por atraparme jeje —Riendo de forma nerviosa y temblorosa por el susto—

Bobby Bearhug al rescate jeje —Respondía Bobby con una sonrisa— ¿Estás bien?

—Si, eso creo... supongo que simplemente fue el susto del momento —respondió, sintiendo cómo la tensión se disipaba gradualmente— ¿Puedo preguntar qué haces aquí? —Preguntaba un tanto curioso— Creí que estarías pasando el día con Catnap o algo parecido

—Eso pensaba hacer, pero Catnap dijo que quería pasar a comer algo en la cafetería de Piggy —Explicaba la osita con tranquilidad— Iba a ir a casa de Crafty a buscarte, pero me dijo que probablemente estarías aquí con Bubba

—¿Me buscabas? —Preguntaba el can con curiosidad ante sus palabras—

Sip, creo que descubrí algo con respecto a Catnap —Explicaba Bobby mientras alzaba su brazo y señalaba su venda— Seguro te disté cuenta en la mañana con respecto a esto....

El can miro atento la venda en el brazo de Bobby, era cierto que había notado ese detalle en la mañana, pero no quiso preguntar nada al respecto.

Pues si... me preocupé un poco, pero no quise preguntar nada... ¿Lo hizo Catnap? —Preguntaba el perro con algo de preocupación—

Fue un accidente —Explicaba la osita con una ligera risa— Pise su cola sin querer y bueno... digamos que se defendió —Argumentaba su explicación para evitar que el perro pudiera molestarse o preocuparse de más— El caso es, que ya sé porque Catnap salió corriendo de tu casa esa noche

—¿Eh? —Exclamaba el perro con algo desconcierto— Creí que había escapado porque le grité...

—Bueno... en parte fue por eso, pero también por otra cosa... ¿Sabes qué es la hematofobia? —Preguntaba la osita con curiosidad—

Eh... No, la verdad es que no, Bubba podría darte una mejor respuesta, yo no llego a tanta información je —Expresaba el perro con una sonrisa de vergüenza ligera—

—Se lo pregunte de camino mientras te buscaba y me dijo el nombre científico... al caso, Catnap parece tenerle terror al hecho de ver sangre

—¿Le aterra ver sangre? —Preguntaba el perro con cierta sorpresa puesto que eso no se lo esperaba—

En la mañana cuando me araño, vio que tenía sangre en la herida y él en sus garras, lo vi Dogday... Estaba horrorizado... tenía tanto miedo que estuvo a punto de escapar como hizo contigo —Explicaba la osita con algo de seriedad— Tuve suerte de reaccionar a tiempo y abrazarlo para que no pudiera correr y para que se pudiera tranquilizar...

Las palabras de Bobby sobre la fobia de Catnap hacia la sangre dejaron a Dogday completamente sorprendido. Revolvió entre sus recuerdos en busca de alguna situación similar en la guardería, pero no encontró nada que pudiera explicar esa fobia en el felino. En la guardería, Catnap siempre había sido alguien solitario y enigmático, manteniendo una distancia que lo hacía parecer un poco extraño para los demás. Lo curioso era que ahora le tuviera miedo a la sangre, especialmente considerando que, durante la Hora de la Alegría, él estaba cubierto de sangre sin mostrar ningún temor. Incluso recordaba las veces en que, mientras aún estaba encarcelado en las celdas del PlayHouse, Catnap llevaba pequeños juguetes para simular asesinatos frente a él, algo que siempre había encontrado inquietante.

La contradicción entre estos recuerdos y la fobia de Catnap le parecía muy desconcertante. ¿Cómo alguien que parecía disfrutar de la violencia en el pasado ahora tenía miedo de algo tan común como la sangre? Dogday se quedó reflexionando sobre esto, sintiendo que había algo más profundo detrás de la actitud de Catnap. Era claro que la falta de recuerdos habían cambiado un poco su personalidad... ¿pero tanto? 

.

.

.





Nota del autor: Hola c.c/

Estamos entrando en el segundo arco de la historia... si... el segundo. Descuiden, tendremos unos cuantos capítulos "especiales" llenos de tranquilidad y momentos curiosos, pero les recomiendo poner atención, porque las cosas van a empezar a ponerse un poco raras.

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