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Capitulo 1

- Y con esto tu amiguito está como nuevo.

- ¡Si! ¡Dame, dame!

El pequeño niño miraba su figura de acción nuevamente funcional, pulsando el botón de su espalda mientras los ojos de este brillaban y sus extremidades comenzaban a moverse como si estuviese combatiendo.

- Detente malhechor en el nombre de los fundadores.

- ¡Realmente funciona otra vez! - El niño comenzó a saltar feliz. - ¡Si, si, si!

Frida mostró una sonrisa ante la felicidad del niño, la madre de este puso su mano sobre la cabeza de él.

- ¿Cómo se dice cariño?

- ¡Muchas gracias señorita!

Aunque le agradaba ver la expresión feliz del niño no podía realmente sentir la misma felicidad que este, esperando dentro de si que el muchachito se retirase pronto para poder volver a sus pensamientos cuando escucho la puerta abrirse, preparándose mentalmente para saludar con toda la amabilidad que podía reunir y rogando que no fuese el idiota de la sopa otra vez antes de fijarse que eran dos Minerva-bots.

- Atentos ciudadanos, estamos realizando una pequeña inspección estructural debido al sismo de esta mañana, por favor mantenerse en calma hasta terminar la inspección, por motivos de seguridad adicionalmente se tomarán pequeñas muestras de los presentes, todo es por su seguridad.

- Si Minerva lo dice, vamos cariño, deja que Minerva tome una muestra tuya.

- Esta bien mami.

- Buen chico, Minerva siempre nos cuida.

Mientras uno de los robots escaneaba el edificio, el otro tomo pequeñas muestras de sangre de la madre y el hijo en forma de un ligero pinchazo en el dedo, Frida no se sentía completamente cómoda ante la situación, mucho menos cuando el robot se paro frente a ella con su clásica y totalmente carente de emociones sonrisa.

- Por favor ciudadano, permítame tomar su muestra.

- Ah, claro. - Levanto su mano, permitiendo que el robot le diese un suave piquete en el dedo. - Muchas gracias, adicionalmente puedo ver que su rostro presenta señales de cansancio, se le recomienda que adelante su hora de descanso el día de hoy y se hidrate mejor.

En ese momento el otro robot termino su escaneo, caminando ambos hacia la entrada.

- Se le agradece la cooperación ciudadanos, que tengan buen día.

Y se retiraron tan tranquilamente como ingresaron.

- ¿Soy yo o últimamente ha habido más Minervas de lo habitual?

- Ella lo dijo, el sismo que afecto la torre principal pudo haber afectado la isla, Minerva nos quiere y protege, debe estar tan preocupada por todos nosotros, es una diosa enviada por los fundadores para protegernos.

- ¿La señorita Minerva es una diosa mami?

- Posiblemente cariño.

La interacción de Frida con aquella familia no duro mucho más antes de que se retirasen y está observase desde el interior de la tienda las calles, normalmente vería pasar una Minerva cada media hora o más por ese sector, pero ahora podía contar que cada aproximadamente 10 minutos una pareja de Minervas recorría el lugar, podía verlas haciendo sus funciones usuales como recoger la basura tirada, ayudar a alguien que hubiese sufrido algún accidente o todas las otras cosas usuales que ellas hacían, pero aquello no le terminaba de agradar.

Peor cuando aquel aumento de patrullaje hubiese sido exactamente el día siguiente desde que se reencontró con una vieja amiga suya.

- ¿Tendrá que ver con la aparición de Kara?

Llevando su mano izquierda a su mentón mientras mordisqueaba la uña de su pulgar pensaba en la situación, habían pasado muchos años desde la última vez que se vieron y todo lo que alcanzó a obtener fue una disculpa antes de verla correr en dirección hacía una pequeña multitud que se había formado por la calle frente a la tienda antes de perderse entre los edificios, luego de eso...

- Supongo que hoy no vendrá ni el señor de la sopa ni la señora grande, ¿Están preparando una fiesta sorpresa para Bmo?

Un pequeño robot jalaba de su pierna mientras le sonreía, algo a lo que la chica termino devolviéndole la sonrisa antes de tomarlo con las manos.

- Seguramente amiguito, y recuerda, si las señoritas con apariencia de doctora te ven arruinaras toda la preparación, por lo que debes seguir inmóvil y en completo silencio cuando aparezcan.

- ¡Hurra! ¡Bmo mantiene la sorpresa intacta!

Y al decir esto el pequeño robot saltó de sus brazos y se fue corriendo al interior de la tienda.

- Ese pequeño es toda una sorpresa tecnológica.

Marcando el reloj de su pulsera con 9 minutos se sentó en su puesto usual mientras el pequeño robot seguía balbuceando frente a ella antes de que Frida tocase su pantalla/rostro.

- Entonces, la última vez quedaste en que este chico Finn se envolvió en varias capas de aislante para acercarse a esta chica flama.

- Finn, Finn, ese muchacho no sabe cuando rendirse, ni tampoco cuando seguir la guía de consejos amorosos de Bmo para relaciones con princesas, ese Jake siempre le da consejos y los prefiere antes que a mí, pero así todo tonto lo quiero mucho.

- Jeje, Jake el perro que se estira, ¿No?

- Si, también prepara los mejores sandwichs de todo Ooo, las recetas secretas de Bmo no tienen nada que envidiarle, pero siempre va un paso delante de mí...

Aunque su mundo había cambiado ligeramente desde aquel extraño día, las conversaciones con ese pequeño robot habían comenzado a alegrar su diario vivir, siempre tenía alguna extraña historia que contarle sobre un tal Finn y un tal Jake, así como de diversas criaturas que solo podría encontrar en una historia para niños, tenía muchas dudas y realmente quería encontrarse con Kara para preguntarle donde había estado todo este tiempo, por que apareció con ese pequeño robot, si tenía algo que ver con el aumento de las Minerva-bots, pero siempre que se decidía a buscar a Kara sentía un vacío en su pecho y su determinación flaqueaba, momento en el que decidía refugiarse en las peculiares historias de ese pequeño robot.

- ...y así fue como el rey helado casi se acabo con la reserva de huevos en casa.

- Ese señor suena a que no está bien de la cabeza... y aun así se divierte más que yo, sigh, voy a cerrar la tienda por hoy, te veo mañana Bmo.

- No me dejes encerrado, Bmo promete ser un buen chico.

- Lo siento, es... para ver como están preparando tu fiesta, si... si estás conmigo podrías arruinar la sorpresa.

- Oh, tiene sentido para mí, nos vemos señorita.

Sentía algo de culpa por dejarlo encerrado, pero considerando la situación, prefería prevenir.

Entre más caminaba por las calles más patrullas de Minervas podía encontrar, se sentía extrañamente observaba por estas al punto que no se sentía tranquila, caminaba algo agitada entre las diversas personas y por mucho que no sintiese que alguno de los robots se fijase en ella le hacía acelerar un poco más, desde su re-educación había acatado todas las reglas, había sido una ciudadano modelo, vivía sus días con calma atendiendo la tienda de juguetes, pero ocultar ese pequeño robot y saber que Kara debía de andar por allí le hacía sentir culpable, la sola posibilidad de que volviese a pasar por re-educación le aterraba, bien podría entregar el robot y olvidarse de todo ello, pero aquellas historias le habían alegrado como hace mucho no lo hacía, imaginarse envuelta en todos esos disparates y cosas de ciencia ficción...

Termino acelerando un poco más intentando quitarse de la cabeza aquella idea, eran dos polos completamente opuestos los que chocaban en ella y no la dejaban estar ni tranquila ni controlada, al punto que termino impactando contra un joven que caminaba por la calle, cayéndose ambos al suelo debido a la fuerza con la que chocaron.

- Auch, lo siento.

- No se preocupe señorita, yo también iba distraído.

Al fijarse contra quien había impactado pudo notar a un joven, debería tener unos 15 o 16 años, aunque lo que se llevo por completo su atención era la prótesis metálica en su brazo derecho.

Antes de poder comenzar a levantarse rápidamente 2 Minerva-bots los rodearon, comenzando a revisar cualquier señal de daño en el joven.

- T..Tranquilas, estoy bien.

Frida pensó en que, tal como lo habían hecho con el joven le ayudarían rápidamente a levantarse y vigilarían que no tuviese ninguna lesión, pero en el momento en que el joven dijo esas palabras, ambos robots voltearon sus cabezas en su dirección en completo silencio, observando como los ojos de ambos se volvieron de un color rojo.

- Actitudes agresivas deben ser evaluadas psicológicamente en un centro de asistencia debido, por favor, acompáñeme ciudadano, es por su propio bien.

Antes de poder levantarse o siquiera quejarse uno de los Minerva-bots le tomo del brazo y comenzó a arrastrar, si de por si cuando vio esa mirada pudo sentir un fuerte escalofrió, en el momento en que tomaron su brazo y comenzaron a arrastrarla realmente un poderoso miedo se apodero de su corazón.

- Oigan, no se preocupen, solo estaba distraída al igual que yo, no creo que necesite una sesión psicológica.

- Confirmado, - El robot soltó a Frida. - Por favor, tenga en vista siempre su camino para evitar lesiones futuras y accidentes no deseados ciudadano, - La Minerva-bot que sostenía su brazo giro su rostro hasta quedar mirando fijamente a los ojos de Frida. - Que tenga buen día.

El corazón de Frida latía con fuerza, su instinto le gritaba que, de haber sido llevada por aquella máquina, algo muy malo le hubiese ocurrido, sosteniendo su cuello con una mano mientras se esforzaba por respirar normalmente, fingir que todo estaba bien, era todo lo que le quedaba, esperar que todo estuviese bien por más que en el fondo de su corazón supiese que nada estaba bien.

- Lo siento por eso, - Le tendió la mano para ayudar a levantarla. - Mamá ha estado un poco preocupada por mi estos días así que seguramente elevo los criterios de cuidado de los robots.

- ¿Tu... mamá?

- Si, hola, soy Finn Campbell, hijo de Minerva Campbell.

- El hijo de Minerva... Finn... espera, ¿Minerva tiene un hijo? Pero se supone... ¿Cómo?

- See, he vivido una vida algo extraña, pero después de un accidente decidí asentarme aquí. - Dijo mientras rascaba su cabeza con su brazo metálico. - En fin, lo siento por todo, nos vemos.

- Espera.

Finn había volteado para continuar su camino, pero aunque no lo había pensado demasiado, Frida termino llamando su atención.

Cosas raras habían estado ocurriendo desde hace un tiempo en la isla, tenía un extraño robot oculto en su trabajo y... Kara estaba por allí, tenía miedo, mucho miedo de todo lo que estaba ocurriendo, pero un pensamiento vino a su mente en el momento que el joven se presento y, tal vez, aquella idea podría ayudarle a calmar su corazón y despejar su mente de una buena vez, si lo que decía era real, si realmente tenía un lazo directo con la mismísima Minerva, tal vez él supiese algo... tal vez... supiese donde podría estar Kara.

- (Nerviosa) Ehh... ¿No quieres una malteada? Yo invito.

- Mamá me dijo que no debo consumir tanta azúcar, pero creo que una no me haría mal, además, sigo acostumbrándome a la isla, la sigo señora.

- Puedes llamarme Frida, tampoco soy tan mayor.

- Señorita Frida entonces.

- Je... Je...

No se sentía cómoda, aquel miedo que sentía previamente, la sensación de ser observada ahora era mucho más intensa que momentos antes, su vaga idea de conseguir información sobre Kara comenzaba a titubear al miraba de reojo y encontrarse con más robots de los habituales, incluso podía sentir como el sudor comenzaba a acumularse en su frente solo por caminar con el chico a su lado, pensando que tal vez no valía la pena, era nuevamente su interior luchando contra dos deseos completamente opuestos.

- Señorita Frida, solo por asegurarme, ¿La malteada no es como disculpa por empujarme o sí?

- No, si, digo... no lo sé.

Aquella pregunta la había sorprendido y no pudo evitar balbucear en su intento de responder, provocando algo de risa en el joven.

- Tampoco se ponga tan tensa, mamá es alguien importante pero yo soy más del estilo relajaaaado, un chico cool, aunque creo que no soy de socializar demasiado.

- Bueno, tampoco socializo con mucha gente pero tu te ves como alguien que se lleva bien fácilmente con la gente.

- ¿Solamente la gente? Diría que soy de llevarme bien con todos, ya sea gente, animales, dulces, vampiros, uhg.

El joven se llevo por un segundo su mano a la cabeza, fingiendo rápidamente una expresión calmada aunque, a la poca distancia que ambos tenían el uno del otro, Frida pudo notar que estaba forzando su expresión.

- ¿Estás realmente bien?

- Si, es solo que me duele la cabeza por momentos, tuve un accidente grande hace poco y entre las cosas que perdí fue mis recuerdos, mamá dice que mientras mi cabeza este inestable puedo ver visiones raras, confundir mis fantasías con recuerdos reales y esas cosas, creo que por eso el dolor.

- ¿Entonces no recuerdas a tus amigos?

- Si soy sincero, ni siquiera sé si tenía amigos.

Finn se detuvo por un momento, algo que Frida acompaño observándolo detenidamente, dejando por ese momento de lado su propio nerviosismo para enfocarse en la expresión agridulce del muchacho.

- Creía que, al volver a la escuela, algún conocido que hubiese hecho, aunque fuese hace mucho, me reconocería, mamá me dijo que la acompañe por mucho tiempo y no tuve una infancia muy normal pero sentía que algún buen amigo me esperaba, uno que estaría en las buenas y en las malas, pero todos me trataron con respeto y cuidado... si alguno de ellos hubiese sido realmente mi amigo estoy seguro que no se hubiera comportado así... una amistad es más... no lo sé, de la nada tirarte una bolsa llena de mantequilla por gastarte una broma o prepararte sopa cuando estás resfriado en cama.

- Suena a una amistad muy buena, supongo... que una amistad así es algo con lo que todos soñamos.

- Tal vez, supongo que deben ser mis recuerdos mezclados con mi fantasía como dijo mamá.

Frida ahora podía ver la expresión nostálgica que el muchacho había puesto, en sus años que trabajo creando y reparando juguetes había visto múltiples niños con toda clase de expresiones ante aquellas posesiones con más o menos valor sentimental, generalmente intentaba evitar sentirse comprometida por alguno de estos, pero en el fondo, no le agradaba que un niño tuviese una expresión triste.

- Oye, por el momento vamos por la malteada, luego nos preocupamos por otras cosas, ¿Te parece?

- Gracias señorita Frida.

No tardaron mucho tiempo en llegar al local ni en terminar sentados en una de las mesas fuera del local, la conversación entre ambos se había estancado ligeramente por momentos pero Finn había sido capaz de sobrellevarla, Frida, por su parte, prefirió escuchar al joven, entre más lo pensaba más rara podía ser considerada su petición y pensó en dejarlo así, que el muchacho creyese que fue por compensar la caída, pero entre más hablaba con este, más le preocupaba el como parecía divagar sobre los temas.

Más cuando había estado los últimos días escuchando sobre un "Finn" por parte del simpático aparato que estaba escondiendo.

- Finn, tengo algo que preguntarte.

- Dígame, estaría feliz de ayudarla luego de escucharme por tanto tiempo.

- ¿A ti... te suena el nombre de Bmo?

- ¿Bmo? Mmm, no, para nada.

- Oh, entiendo.

- ¿Es alguien importante para ti? Podría ayudarte a buscarlo.

- Ni siquiera lo dudaste, y apenas me conoces.

- No necesito conocer a alguien para saber que necesita de mi ayuda.

- Bueno, Bmo no es a alguien que realmente este buscando... sino a quien estoy buscando es a alguien diferente, una antigua buscadora, su nombre es Kara.

- ¿Kara eh? Buscadora... buscadora... mamá me ha hablado de los buscadores, creía que ya no quedaban después de que el programa Minerva-bot hubiese sido activado después de la plaga.

- Yo también lo creía, pero hace unos días... la vi, tengo mis dudas sobre su aparición y muchas otras cosas, pero me gustaría poder conversar con ella una vez más.

- Le preguntare a mamá si la ha visto, alguno de los Minerva-bot podría haberla visto.

- ¿En serio harías eso por mí?

- Por supuesto, te veías algo triste pero al hablar de ella note que te alegraste un poco, es alguien especial para ti, ¿No?

- Si... alguien especial...

- Si yo perdiera a mamá también me sentiría devastado, o si perdiese a mi hermano...

En ese momento un intenso dolor de cabeza golpeo la mente de Finn, tal como había practicado en ocasiones anteriores intento contenerlo, pero el dolor de esta ocasión fue especialmente fuerte al punto que su nariz empezó a sangrar y termino obligándose a apoyarse en la mesa para susto de Frida, aunque ni siquiera alcanzó a gritar por ayuda cuando 4 Minerva-bots aparecieron y tomaron al muchacho quien se esforzaba por contener su malestar y se lo llevaron sin dar la menor explicación a los preocupados espectadores.

- Finn...

Un par de horas pasaron y el cielo comenzó a teñirse de un potente naranja, siendo el momento donde finalmente Finn pudo abrir sus ojos, notando que estaba en su cuarto, su ropa había sido reemplazada por su pijama y tenía conectado a su brazo un cable el cual parecía estarle suministrando algún liquido trasparente además de tener su cabeza con una prenda húmeda.

- ¿Qué paso? Recuerdo que estaba con la señorita Frida cuando...

En ese momento entro a la habitación Minerva con una expresión aliviada.

- Por los fundadores, finalmente estás despierto hijo, no sabes el susto que me diste.

- Yo estaba...

- Tomando una malteada con una persona que conociste hoy, te dije que te cuidaras de los alimentos altos en azucares, tus niveles de glucosa todavía están muy elevados por el tratamiento y debes tener cuidado con tu dieta.

- No, estoy seguro de que no fue por eso, yo estaba conversando con ella cuando...

- Finn, yo se de lo que hablo, te hecho varios estudios y exámenes desde el accidente, se un buen y obediente chico y ahora descansa.

- Si... mamá...

- Buen bebé, - Le da un beso en la frente. - En un momento te llamare para que cenemos, si no te sientes con fuerza para ir al comedor puedo traerte a tu habitación la comida.

- Gracias... ah, mamá.

- ¿Si cariño?

- De lo que hable con la señorita Frida...

- Finn, te dije que no pensaras demasiado en eso.

- Lo sé, lo sé, pero le prometí que la ayudaría, me dijo que hace un tiempo se le apareció una amiga que no veía hace mucho, desde antes de la plaga, una buscadora de nombre Kara, ¿Por casualidad no la has visto o alguno de los Minerva-bot?

- ¿Buscadora? No ha habido buscadores desde que nos mudamos a esta isla...

Por un momento Minerva se quedo quieta, inhumanamente quieta para Finn quien comenzó a preocuparse ligeramente cuando juraría que vio cambiar el color de los ojos de su madre a un rojo carmesí por un instante.

- No cariño, no recuerdo, pero mañana buscare en la base de datos de las Minerva-bots, ¿Te parece?

- Mamá, por un momento tus ojos...

- ¿Qué paso con mis ojos Finn?

- No, nada...

- Bien, entonces espero que esa malteada no te haya quitado el apetito, te llamo en breve hijo.

Y con una sonrisa Minerva se retiro de la habitación, dejando en soledad a Finn.

- Sus ojos, ¿Brillaron? Pero no es posible, mamá... es una humana.

En ese momento, en el edificio principal una Minerva-bot se encontraba frente a un desmayado Jake escribiendo algunos apuntes en una hoja frente a ella cuando sus ojos brillaron de un color rojo intenso por un momento.

- Criatura N° 2 identificada, nombre clave, Kara la buscadora, nombre encontrado en base de datos, procediendo a buscar información, acceso denegado, permiso de la doctora Asco requerido, acceso denegado, re-intentando, acceso denegado, re-intentando, acceso denegado, calculando hipótesis de peligrosidad, creando patrón de reconocimiento, permiso de la doctora Asco requerido, re-intentando...

Mientras tanto, fuera de la vivienda Campbell, a una distancia prudente, una figura observaba a Finn descansando en su cama.

- Finn, no dejaré que sufras el mismo destino de Frida, lo prometo.

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