Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15: Cosas nuevas

Desperté en la mañana, Laura estaba a mi lado, recostada, estaba dormida y parecía muy cansada, por lo que no la quise interrumpir y despertar. Salí de la cama y bajé a la cocina a hacerle el desayuno, quería que fuera algo lindo para ella.

Preparé algo sencillo, con fruta fresca y saludable, y subí cuidadosamente para no tirar la mesita que traía conmigo. Llegué a la habitación en donde estaba Laura despertándose, se sentó en la cama y me miró confundida.

—Buenos días, dormilona —sonreí.

—Buenos días, mi amor, ¿cómo amaneciste?

—Bien, muy feliz porque estás conmigo. Te traje el desayuno para que comas, necesitarás fuerzas para hoy.

Me acerqué a ella, dejé lo que tenía en las manos a un lado para poder besarla, y cuando eso sucedió le entregué lo que había hecho para ella.

—Gracias por ser tan dulce, amor —dijo tiernamente.

Me acerqué a ella para sentarme a su lado y que ambos comamos plácidamente, algo que amaba con toda mi alma. En este lugar podía tener todo lo que quería, un lugar para hacer las comidas más deliciosas de todo el mundo y la mujer que amo ver todas las mañanas. Eso es algo que no cambiaría por nada ni por nadie, aquí lo tenía todo.

Terminamos de comer, bajamos de la cama y empezamos a alistarnos para nuestro viaje. Laura estaba vestida solo con unas bragas y un corpiño negro, me encantaba ver su cuerpo y disfrutar visualmente de él.

Nos dimos una ducha, algo tranquilo, ya que no queríamos llegar tarde al aeropuerto y por ende perder nuestro vuelo, aunque resistir los impulsos de hacer algo pervertido en la ducha no fueron fáciles de controlar.

—El vuelo sale en 4 horas, no debes olvidar nada —dije vistiéndome.

—Lo sé, lo tengo muy presente. ¿Qué pasará cuando todo esto termine?

—¿A qué te refieres? —dije poniéndome los zapatos.

—Estamos de vacaciones y tú en un mes regresarás a dar clases, y en poco tiempo yo al trabajo, nos tendremos que regresar a Milán, y sabes lo que eso significa.

—Lo sé, no quiero pensar en eso ahora, solo quiero disfrutar de este momento juntos y ser felices.

Me acerqué a ella para darle un beso en la frente y después continuar poniendo las cosas necesarias en las maletas y valijas. No es que no quisiera vivir con ella en Milán, al contrario, eso me encantaría, lo que no sabía era si era en el mismo lugar donde yo viví o si sería en otro, ya que no me gustaría estar en un lugar que me recordara muchas cosas malas, eso no sería bueno para nadie.

Después de pasado el tiempo y de terminar de arreglar las cosas que necesitaríamos para el viaje, llegamos a la puerta, y como si fuera una despedida la cerramos lentamente, aunque sinceramente pensaba en qué es lo que pasaría en Barcelona.

Llegamos en taxi al aeropuerto. Mientras revisaban nuestros documentos y nuestro equipaje, íbamos platicando de cosas varias, algunas sin importancia y en otras ocasiones nos demostrábamos afectos de amor, algo que amaba con toda mi alma.

Entramos al avión después de entregar nuestros boletos de pasaje, nos sentamos en los asientos asignados y por fin pudimos descansar un poco de nuestro viaje. Lo bueno es que el viaje era de poco más de una hora.

—Amor, una pregunta, ¿tu hermana sabe que somos pareja? —pregunté curioso.

—No, aún no, no he tenido tiempo de decirle, ha estado muy ocupada, así que este será la oportunidad de que lo sepa.

Eso se me hacía un poco extraño, pero entendía lo que me decía. Solo esperaba que ella me aceptara, esperaba que sí porque era mi amiga, una gran amiga y que mejor que tener la aprobación de su hermana.

El avión despegó de la pista y continuó su trayecto por los aires. Me encantaba ver el paisaje que se podía ver desde la ventana. Me encantaba sentirme sobre las nubes, me preguntaba que se sentía sentir la brisa del viento recorrer tu rostro mientras estás tan arriba del suelo.

Llegamos al aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona en tiempo y forma, no hubo contratiempos lo cual fue bueno, bastante bueno de hecho. Bajamos de la aeronave, caminamos por todo el vestíbulo hasta el área de arribos y salidas, en donde estaba publicado el itinerario de cada vuelo.

—Amor, tengo que ir al baño, ¿me esperas aquí? —dijo Laura un poco apurada.

—Claro, solo no tardes.

Tomé sus cosas y ella se fue a paso veloz para buscar el sanitario. Quedé viendo los anuncios de los vuelos, cuando, de pronto, algo chocó conmigo, ya que una fuerza me empujó hacia adelante, eso me había movido un poco. Me di la media vuelta y vi a una chica en el suelo, su cabello oscuro un poco desarreglado y una piel bastante blanca.

—Te ayudo a levantarte —le extendí la mano.

Ella la tomó y se levantó, al igual que acomodó su valija. Intentó arreglarse su ropa y se veía muy apenada.

—Lo siento mucho, no veía por donde venía, una disculpa, soy una torpe —dijo la chica.

—Tranquila, no eres ninguna torpe, solo ten cuidado al caminar.

—Es que estaba apurada, tengo que tomar un vuelo, creo que ya se me hizo tarde, aunque no sé en donde es.

—Te ayudo, ¿puedo ver tu boleto? —dije sonriente.

Ella asintió aceptado y me entregó su pase de abordar, lo vi y busqué entre los anuncios y horarios de despegues, para ver si coincidía con algún vuelo. Cuando lo encontré se me hizo curioso, ya que había llegado con anticipación.

—Tu avión sale en 2 horas —dije.

—Oh, lo siento, que distraída soy, no sé qué haría sin vos —dijo apenada.

—No es nada, fue un gusto ayudarle.

—Su acento me parece curioso, no es de por aquí, ¿cierto? —preguntó intrigada.

—No, ¿usted es de Barcelona?

—No, soy de Bilbao, pero voy a Sevilla a cuidar a mi prima Rocío, está enferma.

En ese momento sentí unas manos abrazarme por atrás, al sentir esas manos pude recordar el tacto tan fino y delicado que era, Laura estaba a mi espalda.

—Veo que hablas con mi esposo —dijo Laura a la chica.

La chica se asustó ya que no esperaba a una mujer que me abrazara, yo me asusté en menor medida, porque no me esperaba que llegara tan de repente y de manera abrupta.

—Lo siento, me tengo que ir, tengo que esperar un vuelo, un gusto hablar con vos.

La señorita se despidió y continuó su camino rumbo a la zona de abordaje para encontrar su vuelo. Yo me di la media vuelta y Laura me miraba un poco molesta, creo que son celos.

—¿Acaso me estabas engañando? —preguntó divertida.

—Claro que no, amor, yo sería incapaz de engañarte, solo te amo a ti, aunque, ¿por qué dijiste que soy tu esposo?

—Me gustaría que eso pasara en un futuro, ¿a ti no?

—Me encantaría —dije sonriente.

Era cierto, me encantaría en un futuro casarme con ella, tener una linda familia y todo eso, aunque para llegar a esa meta todavía faltaba mucho camino, que en el fondo de mi corazón esperaba que se hiciese realidad.

Llegamos a la parada de taxis, esperábamos tomar el nuestro, había un poco de gente, por lo que la espera no fue mucha.

—¿En dónde veremos a tu hermana? —pregunté curioso.

—Enfrente de la Basílica de La Sagrada Familia.

Nunca había conocido ese lugar, pero era el más emblemático de todo Barcelona. Mientras veía las calles hasta llegar allí, me di cuenta que había lugares que estaban escritos en catalán, nunca había visto algo así en mi vida.

Llegamos al lugar indicado, bajamos pagando la respectiva cuota y caminamos el camino restante. Había muchos turistas por el lugar, hasta que, por fin, en un momento de emoción, encontramos a Gaby Des Fleurs, la hermana de Laura.

Gaby era una chica alta, jugaba basquetbol, más alta que su hermana, y era poca la diferencia entre su altura y la mía, su piel era blanca y su cabello era negro chino.

—Hola, Gaby, tanto tiempo sin verte.

—Así es, Alejandro, varios años han pasado, y como los buenos vinos, te has puesto mejor. También extrañaba a mi hermana.

Todos nos saludamos y nos presentamos. En unos minutos tratamos de ponernos al corriente de las cosas que habían pasado en este tiempo. Me encantaba ver de nuevo a Gaby, tenía que admitir que era genial ya que compartíamos una gran amistad.

Acordamos que iríamos a comer, ya que Gaby tenía unas pocas horas libres antes de volver a la concentración de su equipo para el juego de mañana.

En un momento mi celular sonó, era raro, porque no era común que me llegara un mensaje a estas alturas del tiempo, lo abrí y vi el remitente: "Karla". En ese momento me petrifiqué, no sabía qué hacer ni qué decir. ¿Qué era lo que quería ahora?, ¿por qué me había mandado mensaje?, ¿cómo se había dignado a hablarme después de lo que me hizo? Todas esas preguntas revolotearon en mi cabeza, algo que dolía y me confundía.

—¿Estás bien, Alejandro? —preguntó Gaby curiosa.

—Sí, estoy bien. Chicas, adelántense, yo tomaré unas fotos.

Ellas aceptaron y se alejaron, eso me daría tiempo para revisar el mensaje que Karla me había enviado. Tomé el teléfono, lo prendí, abrí el mensaje y leí el texto.

"Alejandro, necesito que me ayudes, estamos en peligro."

—Karla.

Eso me confundía más que nunca. ¿A qué se refería con que estábamos en peligro?, no comprendía nada, no entendía lo que sucedía. Todo me daba vueltas y me debatía entre responderle o no hacerlo.

Hubo una mano que tocó mi espalda para llamar mi atención, salí de mi trance y di la media vuelta, y cuando vi aquella persona, juro que mi sangre se fue de mi rostro.

—Camila, ¿qué haces aquí?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro