Parece contagioso
9/11/2020
Hoy es el cumple de Xime. Si todo sigue como ayer nos iremos con Ma. Noel hasta Durazno y volveremos mañana. Siempre hay soldados haciendo la guardia, pidiendo licencia, días libres o ratos libres, con el único fin de que la gordita esté acompañada y tranquila.
Y parece que nos vamos, nomás. Bueno, a no ser que nos internen a nosotras.
Estamos un poco torcidas. Yo estaba para salir hacia mamá, pero antes comencé a preparar el mate autocebador ( ese que te saca del apuro, sí, pero que no es como el verdadero). Agarré el termo - mate, lo limpié, lo preparé y le fui a mostrar a Lile, que es la experta. La verdad es que yo trago medio litro de aire antes de que el agua llegue a mi boca. Lile observó con atención y me dijo:
- Agregale un poquititito más de yerba. Y si te parece, prepará el tuyo.
- ¿Este es el tuyo?
- Sí. Mirá - y me señaló mi bello termo - mate de color fucsia (el de Lile es azul), que dormía plácidamente sobre el bargueño.
- ¡Pero el mate es igual! - le dije, sin entender cómo lo había diferenciado.
- ¡Siii! Pero yo te vi cuando te llevaste el mío y no te dije nada para que me lo limpiaras - dice riendo.
- ¡Se ve que me levanté mal! - respondí, también riendo.
- ¡Peor yo, tía! ¿Sabés lo que le pregunté a Ricardo?
- No. ¿Qué le preguntaste?
- ¿Cómo está el abuelo Cacho?
- ¡Nooo! ¿Y qué dijo Ricardo?
- ¡Lo más bien! - me contestó Ricardo, riendo.
- ¡Jajajaja! ¡Mamá nos contagió!
No podíamos parar de reírnos, pues Cacho, el querido abuelo de Ricardo, hace como tres años que falleció.
Últimamente estamos tan acostumbrados a pasearnos entre el mundo de los vivos y el de los muertos, que no sería nada extraño sentarnos a tomar mate con papá y los abuelos, en una linda tarde de charlas animadas. ¡Tenemos tanto para contarnos!
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