Todo por mi faraón
Despierto de la contusión recibida por la magia de los sacerdotes del tramposo de Dyeser. Mana esta protegiendome valientemente mientras ve como Hathor lucha contra el enemigo de Egipto con gran potencial y autoridad. Trato de levantarme, pero la debilidad de mi cuerpo me hace regresar al suelo. Toco mi cabeza con delicadeza para tratar de mitigar el dolor que siento, pero al sentir un líquido caliente fluir de mi cabeza, llevo mi mano a la altura de mis ojos para ver de que se trata.
-Sangre, esos malditos tramposos por un momento me dejaron fuera de la jugada -pienso mientras veo el líquido rojo de mis dedos.
Me levanto del suelo una vez que adquiero fuerzas, para después de ello colocarme a lado de Mana, quien no deja de ver a la diosa Hathor para intervenir si alguien intenta atacarla por la espalda.
-¿Qué es lo que sucede Mana? -le pregunto sin dejar de ver la batalla entre Dyeser y Hathor.
-¡¡Faraón, en verdad me alegra que haya despertado!! -exclamó con alegría sin dejar de mirar a una de las diosas de Egipto. -Seré breve, cuando fue atacado por la magia del sacerdote de Dyeser, Hathor tomo su lugar en la batalla hasta que estuviera en condiciones de concluir con lo que inició.
-Muy bien, entonces volveré a la contienda -respondí con firmeza mientras me acercaba al rey Dyeser para lanzarle un poderoso pero inofensivo conjuro de parálisis. -Shalal -conjure, para que inmediatamente Dyeser quedara inmobil y Hathor se alejará.
Los sacerdotes enemigos al ver a su rey inmobil lanzaron un contra hechizo que le devolvió la movilidad de su cuerpo, para de nuevo comenzar a luchar por mi reino.
***
La lucha del faraón con Dyeser estaba a un punto máximo. Estoy preocupada a causa del sueño en el que Atem muere, sin embargo, algo muy en el fondo me dice que debo estar al pendiente de lo que sucede a nuestro alrededor, debido a que la gente del rey enemigo son unos desgraciados tramposos.
Mahad, quien estaba al otro lado de la sala pendiente al igual que yo de Atem, me grita para advertirme sobre el un nuevo peligro para mí rey.
-¡Mana, el faraón! -grito lo más fuerte que le permitía su voz mientras señalaba a uno de los solados de Dyeser, el cual lanzó una daga hacia mi faraón.
La daga vuela por los aires en dirección al faraón, así que corro lo más rápido que puedo para tratar de impedir que se clave en la espalda de mi rey. Mientras me dirijo hacia Atem invoco el escudo mágico que me protegió cuando era niña de la espada pérdida del príncipe. Me posó detrás de Atem con las manos extendidas con mi hechizo activado, sin embargo, este no pudo protegerme del todo por lo que la filosa daga se clava en mi espalda del lado derecho.
Me siento débil, mi vista se ha nublado y creo que me he quejado a causa del impacto ya que débilmente veo como Atem lanza con ira un poderoso conjuro que ha dejado a Dyeser inconsciente y gravemente herido, para enseguida impedir que caiga al suelo bruscamente.
-¡Mana, Mana, por favor resiste! -dice mi amado faraón mientras acaricia mi cabello con desesperación.
Miro sus hermosos ojos, los cuales están llenos de lágrimas al verme sangrando y al borde de lo que podría ser mi muerte. Deseo hablar y decirle por última vez que lo amo, pero me siento tan cansada que no puedo ni siquiera moverme para acariciar su rostro. Cierro los ojos lentamente, hasta que de la nada dejo de oír ruido a mi alrededor.
***
Estoy aturdido, mi Mana, mi hermosa Mana ha impedido que muriera. Me siento furioso y lleno de dolor por lo que deseo tomar venganza contra Dyeser y su gente. Le ordenó a Mahad que lleve a Mana a un lugar seguro y que trate de salvarle la vida, mientras yo me encargo de ponerle fin a esta batalla.
Una vez que Mahad se llevó al amor de mi vida activo la magia de los artículos milenarios para ordenarle a los monstruos espíritu de mi pueblo que ataquen a los soldados de Dyeser, mientras me encargo de darle una muerte segura al enemigo de Egipto.
-Maldito Dyeser, en verdad estaba dispuesto a tener una batalla justa contra ti, pero tuvo que entrometerse tu gente. Si hubieras hecho algo para que tu gente no siguiera interfiriendo en nuestra batalla les hubiera perdonado la vida a tus subordinados, pero a causa de tus malas decisiones ahora el amor de mi vida está alejándose más y más de mí -dije molesto, mientras miraba el rostro inconciente del soberano del reino vecino.
Tome la espada de aquel hombre, para después de ello clavarsela en el corazón, mientras los Ka de mi pueblo culminaron con cada uno de los solados enemigos.
Todo había concluido, por lo que recite el cántico para regresar a todo Ka al cuerpo de sus dueños, y como se me había dicho, algunos espíritus se negaron a volver a sus cuerpos, por lo tanto fueron sellados en lápidas santuario por medio de la magia del cetro milenario.
Abandono la sala del tronó una vez que confirmo que mis soldados se encuentraban bien para buscar a Mahad, quien ha de estar con mi dulce Mana, pero no tengo idea de donde pueda estar.
-Por favor dioses de egipto, no me arrebatan a Mana -pienso mientras corro por los pasillos del palacio.
Me topo con Hathor quien me detiene con tristeza en su semblante cerca de la habitación médica. No decimos palabra alguna ya que entiendo perfectamente lo que quiere decirme, Mana murió.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Holaaa holaaa bueno he aquí otro capítulo, espero les haya gustado, ya falta de uno a dos capítulos para terminar esta historia, así que no se lo pierdan, gracias por votar y seguirme en mi loca imaginación. Saludos a todos y gracias por sus votos y comentario, sayonara 😀
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro