Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Mi maestro

Me encuentro sola en la habitación del faraón pensando en su extraña reacción cuando le dije que no recordaba nada de él. ¿Qué soy para su vida? ¿Acaso seré algo importante para él? Vaya que mi memoria ahora es peor que una de esas operaciones matemáticas tan complicadas que me da a resolver Mahad.
¡¡Mahad!! Acabo de recordar algo del sujeto que menciono el faraón,  pero aun sigo sin recordarlo por completo.
Pasan varios minutos, para entonces me encuentro tratando de hacer memoria sobre mi pasado, pero nada surge por lo que me empieza a doler la cabeza. Trato de tranquilizarme respirando profundamente pero eso no ayuda, así que empiezo a derramar unas cuentas lágrimas de frustración hasta que llega el famoso Mahad.

-Mana ¿cómo te encuentras? -me pregunta con seriedad mientras entra a la habitación.

-Mal, no recuerdo nada sobre mí y los demás, soy como un papiro en blanco esperando a que escriban sobre el. Hace algunos minutos recordé algo sobre usted y un problema matemático que tarde dos días en resolver, y me doy cuenta que me siento igual o peor que ese pequeño recuerdo -respondí con un poco de nostalgia mientras me limpiaba las lágrimas de los ojos con la mano.

-Recuerdo a la perfección ese problema de matemáticas, tardaste dos días en darle solución mientras que Atem lo soluciono en treinta minutos. Como olvidar que llorabas y decías que no encontrarías la solución de aquel problema hasta que al final pudiste solucionarlo, tarde pero lograste encontrar la respuesta, y considero que eso mismo pasa contigo.

-En verdad cree que mis memorias se resuelvan aunque tarde demasiado tiempo como aquella vez con la operación matemática -dije con un poco más de ánimo.

-Si Mana, y la verdad me alegra que hayas podido recordar aunque sea un pequeño fragmento de tu vida, así que déjame ayudarte un poco. Mi nombre es Mahad y soy como un hermano para ti, aunque por lo regular me llamas maestro porque...

-Porqué tu me has enseñando desde pequeña sobre magia y conocimientos generales, ya que mi deseo es convertirme en una hechicera de la élite -interrumpo ya que al escuchar un poco más de Mahad pude recordar algo más sobre mí y mis deseos.

-Mana en verdad perdóname, cuando fuiste atacada mi anillo milenario no sintió el peligro que estaba a los alrededores del palacio, y gracias a ello perdiste la memoria. Pero debo reconocer que fuiste muy valiente y sin ti tal vez el faraón estaría en el valle de los reyes.

No sabía que decir ante sus palabras de reconocimiento, de culpabilidad y confesión, así que me límite a guardar silencio. Tenía muchas preguntas pero que debía hacer ante tal situación.

-Mahad, ¿Cuál es mi relación con el faraón?

-Crecieron y practicaron magia juntos, pero las habilidades de Atem siempre han sido mucho mayores que las tuyas, pero su relación sentimental no la se, el faraón y tu no acostumbran a expresar sus pensamientos abiertamente.

-Vaya, ojala pudiera recordar más sobre el faraón, pero bueno creo que tendré que ser paciente.

-Exacto Mana, ¿oye aun recuerdas sobre tus conjuros? -pregunto Mahad mientras tomaba el libro de hechizos de su pequeña alumna el cual estaba a lado de la cama.

-Lamentablemente no recuerdo nada.

-Bueno Mana te ayudaremos a recobrar tu memoria, así que por el momento si puedes lee tu libro, tal vez te ayude a recordar mientras que yo acompaño al faraón a realizar el juicio milenario de tu agresor.

-¿Juicio milenario? Acaso el faraón quiere venganza por mi causa -dijo un poco preocupada, ya que de alguna forma le aterraba que el faraón se dejará llevar por su propia ira.

-Tranquila, no dejare que abuse de su poder, mientras tanto descansa un poco más y cuando despiertes lee tu libro de conjuros, tal vez encuentres algo importante -dijo mientras dejaba el libro de Mana a lado de la cama y acobijaba a su pequeña estudiante.

-Muy bien Mahad, gracias -respondió para enseguida cerrar lo ojos y quedar profundamente dormida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro