Mi entrenamiento
Era un día soleado como cualquier otro en Egipto, tengo siete años por lo que se me ha pedido que tome una clase de pelea con espadas y cuchillos con el maestro Seth. Sinceramente no me agrada mucho la idea de tener que blandir algún día la espada pero considero que es necesario que lo haga, además el príncipe estará conmigo practicando, aunque el ya es un experto usando toda clase de armas.
Es más de medio día, lo se porque el sol a cambiado de posición, sin embargo se supone que tendría que estar en mi clase de batalla, pero me he perdido ya que en lugar de salir a la arena de entrenamiento llegue al jardín principal.
-¿Por qué me tiene que pasar esto a mi? -me queje mientras de mis ojos escapaban varias lágrimas de frustración.
Me siento en el borde de la fuente que se encuentra en el centro del jardín para llorar tranquilamente, ya que estoy segura que recibiré un fuerte regaño de mi maestro Mahad por haber faltado a mi clase con el maestro Seth. Miro los peces que nadan en la clara agua de la fuente, hasta que escucho una voz bastante familiar.
-¡Mana, Mana! -gritaba el príncipe mientras me buscaba con desesperación.
-Príncipe, me alegra de verlo -dije mientras lo abrazaba para ocultar de él las lágrimas de mis ojos.
-Tenemos que irnos inmediatamente Mana o Seth estará furioso, aunque de por sí ya lo estará porque me escape para buscarte -dijo mientras me acariciaba con ternura el cabello.
-No debió hacerlo majestad, no me gustaría que lo amonesten por culpa mía, aunque agradezco mucho que haya venido a mi rescate porque me perdí -dije sonrojada mientras bajaba la mirada.
-Supuse que te perderías por eso me escape para buscarte, además me encantaría mucho practicar contigo.
-Gracias príncipe -respondí con alegría mientras le ofrecía una tierna sonrisa.
Después de aquella conversación me tomo de la mano para iniciar una carrera por el palacio. Estaba feliz que me tomará de la mano,ya que por alguna extra razón me hacia sentir en el estómago un millón de mariposa.
Pasaron algunos minutos y al fin llegamos a la arena de entrenamiento, en donde Seth y Mahad estaban esperándonos.
-Llegan tarde, ¿en donde estaban si se puede saber? -dijo Mahad un poco molesto mientras cruzaba los brazos y me miraba fijamente a los ojos.
Mahad era joven aun, tenía trece años por lo que aún no era portador de la sortija del milenio, sin embargo si era mi maestro ya que sus poderes mágicos sobrepasaban los de cualquier hechicero de la élite, por lo que se ganó el titulo de ser llamado "El más alto hechicero en su tipo", era estricto pero a la vez comprensivo por lo que se habia ganado mí admiración desde que tengo memoria. Le faltaban dos años para que pudiera convertirse en guardián de la sortija milenaria, ya que era prescindible que su portador fuera una persona espiritual y físicamente fuerte.
-Es culpa mía maestro, por favor no castiguen al príncipe por mi inpuntualidad -dije mientras miraba el rostro de Mahad.
-Imagino que nuevamente te perdiste, sin embargo lo que hizo el príncipe estuvo mal aunque sus intenciones hayan sido buenas, así que merece un pequeño regaño ya que tiene que aprender que su deber es primero -dijo Mahad tomaba del hombro al príncipe.
-Esta bien Mahad, asumo la responsabilidad de haber escapado del entrenamiento sin avisar -respondió el príncipe con seriedad en su voz, aunque en realidad no le importaba el castigo con tal de que Estuvieron con él.
Después de aquella conversación el maestro Seth empezó a instruirse con movimientos básicos de espada, mientras que Atem ya se encontraba en combate con Mahad. El futuro rey era bastante hábil, se movía con rapidez y agilidad que estaba bastante impactada con su entrenamiento.
-Es sorprendente lo hábil que es el príncipe verdad Seth -dije mientras observaba cada uno de sus movimientos.
-Es bueno pero aun le falta mucho por dominar, pero basta de hablar de él y empecemos contigo. Ya te explique movimientos básicos ahora ha practicarlos -dijo Seth mientras me ofrecía una espada de madera, ya que por ser novata podría lastimar a alguien.
Comencé a pelear contra el inocentemente, era pésima, me dio muchos golpes los cuales de haber sido una espada real tendría muchas heridas. Pasaba el tiempo y mi entrenamiento iba de en mal en peor, hasta que de la nada la espada de Atem salio volando por el aire a punto de herirme, provocando con ello que de mi mano apareciera una barrera mágica que me protegió del arma pérdida. Mahad estaba sorprendido con mi poder, jamás había visto algo similar por lo que dijo que con un buen entrenamiento podría ser la guardiana de la sortija milenaria después de mi maestro.
Atem al ver que casi me lastimaba corrió a verme, sin embargo Mahad no le permitió que se me acercara ya que mi magia estaba a un punto que el llamo "Meriader" un poder que se desarrolla con años de practica.
-¡¡Mana, eres magnífica con más práctica podrás conjurar sin necesidad de tu báculo!! -exclamo Atem con alegría mientras me observaba con detenimiento.
-Gracias príncipe y le juro que desarrollaré a la perfección mi habilidad para protegerlo siempre -respondí con entusiasmo mientras me aridillaba ante el futuro rey.
Atem correspondió con un ligero movimiento de cabeza, para después de ello proceder a tomar mi mano ya que la hora del entrenamiento había concluido. Huimos de la arena con rapidez para dirigirnos a jugar a las atrapadas, ya que ese era nuestro juego favorito dentro del palacio.
-Mana, te juro que pondría mí vida sobre tus manos -dijo mientras me cargaba en sus brazos.
-Encerio, porque yo no lo haría, no soy tan hábil como tu -respondí un poco sonrojada mientras acariciaba su cabello.
Después de aquellas palabras me devolvió al piso para comenzar con nuestro juego, momento mágico en el que comencé a enamorarme del futuro rey de Egipto.
Desperté de mi sueño con algunas lágrimas en mis ojos ya que aquel recuerdo estaba lleno de alegría, sin embargo aquel recuerdo solo permanecerá en mi memoria ya que Atem le pertenece a otra persona.
Observo con detenimiento el lugar y noto que estoy en un lugar extraño, por lo que intento levantarme con cuidado de la cama, sin en cambio una señora muy amable entro a la habitación para impedir que me levantará.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Holaaa holaaa perdón la tardanza, estaba actualizando otros fics, pero ya es momento que continúe con este, un saludo a todos los que disfrutan de esta historia, porfavor no olviden votar y comentar, hasta el próximo capítulo, sayonara XD
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro