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El secreto del faraón Aknamkanon

Pasaron dos días desde el último recuerdo que tuve del faraón, aunque estos días he estado mucho más preocupada por él ya que a mi alrededor solo escucho rumores sobre la guerra que se avecina.
Me siento agusto con la familia de la señora Aneity, son muy buenos conmigo y me tratan como una hija, pero no puedo dejar de sentirme triste, traicionada y pérdida. Sinceramente a veces he pensado en jamás volver al palacio, pero no podría debido a mi gran amor hacia mi rey, aunque también sería doloroso volver porque se que para entonces él ya estará casado con otra persona.
Llaman a la puerta, por lo que me dirijo a ella para abrir, debido a que Aneity esta un poco ocupada preparando pan.

-¡¡Mahad!! -digo entusimada al verlo frente a mí, mientras me lanzó a él para abrazarlo.

-Mana, es un gusto ver que has mejorado -dice mientras corresponde mi abrazo.

-¿A que se debe su visita maestro?

-Buenos, pues he venido a dejar a dos hombres de mi confianza para que los protejan -dice mientras señala a dos soldados bastante fuertes, que si no mal recuerdo son de los hombres más fieles del faraón.

-¿Por qué?, ¿Acaso sucede algo?

-Fueron ordenes del faraón, Mana.

-Y supongo que su ordenen fue a causa de la guerra, verdad -digo mientras cruzó mis brazos y lo miro fijamente a los ojos para que me diga la verdad.

-Exactamente pero tú ¿Cómo sabes de la guerra? -dice mientras cruza sus brazos como típicamente lo hace.

-Todos en este lugar hablan sobre ello, además, hace algunas noches tuve un sueño sobre el faraón y su posible muerte -digo un tanto sería mientras bajo la mirada, ya que el solo hecho de recordar aquel sueño me provoca una gran tristeza.

-Mana, creo que debemos hablar, ¿puedo pasar? -pregunta un tanto desconcertado.

-Creo que si, adelante.

Me adentro junto con Mahad, quien saluda a Aneity y a su familia educadamente, para después de ello proceder a sentarse en una banca que estaba en lo que podía llamarse comedor.

-Mana, por más que desee protegerte ocultandote la verdad de lo que está sucediendo en el palacio, no puedo, así que tratare de ser breve. Para empezar, Isis ha visto la muerte del faraón gracias a su artículo milenario, pero también vio algo que podría llamarse "futuro alterno" que bien, podría cambiar su destino si la persona indicada apareciera en el momento indicado.

-¿Y quién es esa persona indicada que puede cambiar el futuro del faraón? -pregunto bastante sorprendida mientras miro la sería mirada de Mahad.

-No lo sabemos, el artículo solo le ha mostrado una figura humana a Isis, así que puede ser cualquiera.

-¡¡¡Mahad, tenemos que hacer algo para proteger al faraón!!!

-No te preocupes, estamos tomando medidas drásticas que impidan su posible muerte -dice serio, para después de ello decirme lo que no deseaba escuchar. -Mana, siempre he sabido que estas enamorada del faraón, pero lo tuyo con el no puede ser ya que tiene un compromiso con Hathor, sin embargo soy consciente de tu dolor, por lo que será mejor que no vuelvas al palacio. También se que tenias un sueño, pero prefiero cuidar de tu corazón -dice  mientras observa mi patética reacción, sin embargo creo que tiene razón.

-Supongo que tienes razón Mahad, creo que sera mejor que renuncie a mis sueños y me quede aquí -digo resignada mientras bajo mi mirada lentamente.

-Mana, eres para mí como una hermana por lo que prefiero apartarte del dolor que puede causarte el palacio, sin en cambio prometo que terminaremos juntos tu entrenamiento de hechicera, de acuerdo.

-De acuerdo Mahad, pero antes de que vuelvas al palacio podrías responderme con toda sinceridad una última cosa.

-Por supuesto Mana, ¿qué necesitas saber?

-¿El faraón mintió cuando me declaró su amor? -pregunto con la voz casi quebrada mientras que de mis ojos dejo escapar varias lágrimas.

-No, pero su compromiso con Hathor se acordó para salvarle la vida de la irá de Ra. Él te ama pero sabe que tiene un deber más allá de sus deseos y que por ello debe cumplir a la promesa hecha por el rey Aknamkanon.

-¿De que promesa hablas?

-No es mi deber decírtelo Mana, lo que si te digo es que debes alejarte del faraón si verdaderamente valoras su vida. Ahora con tu permiso, debo volver al palacio -dice serio mientras se levanta de la silla para proceder a retirarse.

Mahad abandono el lugar sin decir mas sobre el tema. No comprendía nada de lo que me dijo, ¿Acaso yo sabía sobre la promesa? Recuerdo que el faraón Aknamkanon enfermo de la nada cuando Atem tenía quince años, ¿pero a causa de qué? Camino hacia la habitación en la que me estoy quedando para tratar de recordar algo sobre la promesa que dijo Mahad, pero mi mente esta en blanco.

-dioses de Egipto, escuchen mis plegarias. Se que soy solo una plebeya y que no merezco el amor del gran faraón de Egipto, pero...  Hay tantas cosas que no recuerdo y quisiera poder aclararlas ya que algo en mi interior esta diciéndome "Atem esta en peligro más de una forma".

...RECUERDO...

Mahad viene a buscarme a mi habitación después de haberle salvado la vida al príncipe, pero no comprendo muy bien el porque.

-Mana, primero que nada te agradezco lo que has hecho hoy por el heredero al trono -dice mientras me ofrece una reverencia, para después de ello continuar con sus palabras. -Señorita, el Faraón Aknamkanon quiere hablar con usted en privado, así que me ha pedido que la escolte al salón del trono.

-De acuerdo Mahad, ¿pero sobre que quiere hablar conmigo?

-No lo se Mana, a lo mejor quiere agradecerte por dar una parte de tu vida a tu futuro rey -dice gentilmente mientras me toma del hombro con dulzura.

Tengo miedo a lo que pueda decirme el faraón. Reconozco que no sabía que podía hacer lo que hice por Atem, así que si me pregunta sobre el tema no se que debería decir.
Caminamos hacia el salón del trono, sin embargo antes de entrar le digo a Mahad lo que está sacudiendo mis pensamientos en estos momentos.

-Mahad, solo tengo diez años como para haber hecho lo que hoy realice, es más, no se ni como lo hice como para explicarle al faraón si me pregunta -digo mientras levanto la mirada para ver el rostro de Mahad, quien es mucho más alto que yo.

-Mana, nadie puede hacer lo que hoy tu hiciste por el príncipe, sin embargo estamos agradecidos de que hayas sido bendecida con tal don para salvar al futuro rey, así que no temas, todo estará bien -dice para después de ello abrazarme.

-De acuerdo Mahad, confío en ti -digo para que de manera inmediata proceda a abrir las grandes puertas que me dan paso a la sala del trono.

Camino lentamente hacia el faraón, quien se encuentra sentado en el trono. Hago una reverencia para después de ello dirigirme a él con propiedad.

-Me mando a llamar faraón.

-Si Mana, pero antes que nada quiero agradecerte por dar parte de tu vida a mi hijo, en verdad que no se como podre pagarte.

-No tiene que pagarme nada mí rey, Atem es mi mejor amigo así que haría cualquier cosa por él, pero dígame faraón ¿en que puedo ayudarle?

-Mana, se porque mi hijo escapó y de alguna forma comprendo su desacuerdo, pero es imprescindible que cumpla con la alianza cuando suba al trono.

-No entiendo lo que me dice. Atem me pidió que escaparamos, pero nunca me dijo el porque a causa de mi accidente en el Nilo.

-Supongo que Atem debe ser quien te diga ese asunto, pero debo confesarte algo muy importante y personal Mana, pero quiero que seas discreta, de acuerdo.

-De acuerdo Faraón.

Me llama para que me siente en sus piernas, así que voy hacia el para que comience a platicar conmigo.

-Mana, el poder que hoy le devolvió la vida a mi hijo se llama "fragmento de vida", muy pocas personas tenemos ese don, sin embargo el don es limitado para diferentes personas. Por ejemplo, yo solo puedo hacerlo una vez.

-¿Y como supo sobre el don y sus limitaciones mi rey?

-Las personas que nacen con el don tienen una marca que indica el poder y sus limitantes, la mía por ejemplo esta en mi espalda. Y el como se del don, bueno, mi padre me explico. Te explicare un poco más del tema; cuando fragmentamos el alma podemos proveer vida a quien ha muerto sin heridas física en un lapso de tiempo mínimo, o bien podemos sellar una parte de nuestro "Ka" en algún objeto para que continúe viviendo la esencia de la persona.

-Quiere decir que fragmente mi vida para darle vida al príncipe -digo bastante sorprendida.

-Excacto, ¿alguna vez has visto alguna marca en tu cuerpo?

-Sí, tengo una en mi muñeca izquierda, pero no se ve por el brazalete -digo mientras tomo con mi mano derecha el objeto mencionado.

-¿Me dejarías verla?

-Por supuesto mi rey -respondo con alegría para quitarme el brazalete, dejando al descubierto mi marca de nacimiento.

El faraón toma mi mano con gentileza para ver la marca de mi don, la cual es una especie de halcón con tres estrellas alrededor. Levanta la mirada para ofrecerme una gran sonrisa, la cual me indica que son buenas noticias.

-Tu don es muy fuerte Mana, puedes fragmentarla tres veces, pero debes ser cuidadosa con las dos faltantes ya que al hacer uso de la última podrías debilitarte y morir.

-Muy bien faraón, prometo que seré cuidadosa, ¿podría hacerle una pregunta?

-Por supuesto, ¿qué es lo que pasá?

-¿Usted ya ha fragmentado su alma? -pregunto mientras miro sus ojos color miel.

-No Mana, sin embargo muy pronto tendré que fragmentarla para proteger a Atem y a Egipto de la oscuridad que los rodea.

-¿Oscuridad faraón?

-Te confiere un secreto, pero esto solo quedará entre tu y yo, de acuerdo.

-De acuerdo, seré una momia metida en su sarcófago -digo mientras juro con mi mano derecha guardar el secreto.

-Cuando mande a crear los artículos milenarios no sabía cual era el precio de su creación. Para cuando me entere Atem quedo condenado por los dioses y por la oscuridad que rodea los artículos milenarios, así que tuve que hacer una alianza con Ra para proteger a mi hijo de la irá de los dioses, sin embargo con dicha alianza no puedo proteger a mi pueblo y a mi hijo de la oscuridad a menos que selle mi "Ka" en la piedra milenaria.

-¡¡¡Faraón, pero si usted sella su "Ka" podría morir, acaba de explicármelo!!

-Lo sé, pero prefiero proteger a mi hijo mientras enfrenta a la oscuridad -dice mientras me da unos golpecitos en la cabeza para darme a entender que todo estará bien.

-Esta bien faraón, guardaré su secreto y también prometo que daré mi vida al futuro rey si es necesario.

-Gracias Mana y se que mi hijo esta en buenas manos -dice para después de ello darme un tierno beso en la mejilla.

...FIN DEL RECUERDO...

-El faraón me confío su secreto y yo le hice una promesa. Debo proteger al faraón pase lo que pase -digo mientras me levanto de la cama en la cual me encontraba sentada.

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HOLAAA PERDÓN LA TARDANZA, HE TENIDO ALGO DE TAREA ESTOS DIAS Y CON LOS SISMOS EN MI PAIS PUES SE ME FUERON LAS IDEAS, PERO COMO SIEMPRE HE DICHO MEJOR TARDE QUE NUNCA, SALUDOS A TODOS LOS LECTORES DE ESTE FIC.
NO OLVIDEN COMENTAR Y VOTAR YA QUE ESO ES LO QUE ME INSPIRA VUA DO SE DESENCHUFA EL CEREBRO. Sayonara XD

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