Estoy aturdida, preocupada, asustada y alterada ya que no reconozco el lugar en el que me encuentro, ¿qué hago aquí? me preguntaba una y otra vez, hasta que recibí respuesta de una señora muy amable que respondió a mis preguntas sin ningún cuestionamiento.

-Me alegra que haya despertado señorita, el faraón estaba bastante preocupado por usted -dijo con amabilidad mientras se acercaba a mi con una charola de comida.

-¿El faraón estaba preocupado por mi? Acaso el fue el que me trajo aquí o es solo un decir.

-El faraón llego aquí con usted en terribles condiciones, sin embargo no pudo quedarse hasta que recobrara el conocimiento ya que tenía que atender asuntos del reino -respondió con gentileza mientras tocaba mi frente para asegurarse de que la fiebre haya bajado de mi cuerpo.

Cierro por un momento los ojos para imaginar la preocupación de Atem al verme al borde de la muerte, hasta que por un momento recuerdo que esta comprometido con Hathor, la diosa egipcia del amor.

-Supongo que ha de ver regresado para planear su boda -digo con tristeza mientras mi semblante cambia repentinamente.

-Hay señorita Mana, en verdad lamento tanto el dolor que usted y el faraón están sufriendo a causa de un amor prohibido, pero en realidad el faraón ha tenido que volver al palacio para atender los asuntos de reino -dijo con dulzura mientras tomaba mi mano para darme pequeños golpecitos que daban una clara muestra de sinceridad.

-¿Asuntos del reino? 

-Si señorita, hace unos días el reino vecino declaro la guerra contra Egipto atacando nuestras aldeas, ya que exigen que el faraón renuncie a la corona para darle al rey Dyeser el poder del alto y bajo Egipto.

-¡¡¡¿Qué?!!! eso es imposible -expreso bastante sorprendida y alterada, ya que es claro que si el faraón no llega a un acuerdo de paz  se iniciara una guerra contra Egipto. -Tengo que volver al palacio de inmediato -digo mientras trato de levantarme sin mucho éxito de la cama, debido a que mi cuerpo esta bastante débil gracias a la deshidratacion y el veneno que estaba siendo expulsado de mi cuerpo por medio del sudor y la fiebre.

-Señorita, me temo que no puede volver al palacio en estas condiciones, además de que el faraón nos ha pedido que cuidemos de usted hasta que el vuelva.

-Pero... pero... pero tengo que estar con el, tal vez la diosa Hathor también este tratando de evadir esta guerra a su lado, pero aun así es mi deber protegerlo y mas aun si tiene que ir al campo de batalla.

-En verdad no puedo dejar que vaya, ademas de que es muy arriesgado para usted andar por el desierto sola y mas aun en la condición en la que se encuentra.

-¡¡¡Pero quiero ir con mi faraón!!! Que acaso no entiende que si se inicia una guerra podría morir -exclamo bastante alterada ya que el simple hecho de imaginar sin vida a mi amor imposible me parte en mil pedazos.

-Señorita, es imposible que el faraón Atem muera ya que claramente se ve que es una persona ágil y muy inteligente.

-Si , pero también es una persona intrépida que aveces olvida su propia seguridad con tal de proteger a su pueblo. 

-Señorita Mana por favor tranquilícese, en verdad estoy segura que el faraón sabrá ponerle fin a este conflicto con sabiduría.

-Atem es muy joven como para tratar asuntos de guerra. No es que no confié en el pero...

-Tiene miedo de no volverlo a ver. Comprendo su preocupación ya que ustedes son muy cercanos, pero debe confiar en el y en sus habilidades, no por algo fue coronado faraón del alto y bajo Egipto.

-Atem es un joven hábil, inteligente, educado, valiente, intrépido al cual le confiaría mi vida sin dudarlo, pero debo de admitir que si temo por su vida -respondo con emoción al describir a mi apuesto faraón, sin embargo al hacer mención de mi mayor temor aprieto la sabana que cubre mis piernas con fuerza ya que me siento impotente e inútil.

-Tranquila señorita, estoy segura que todo saldrá bien, tanto así que podría apostar que mañana el faraón volverá por usted -dice mientras toma mi mano nuevamente para otorgarme seguridad en cada una de sus palabras.

-Tiene razón, debo confiar en el faraón y en los dioses de que el estará bien.

-Bien dicho señorita, bueno la dejo sola por un momento pero si necesita algo solo llámeme y vendré de inmediato, mi nombre es Aneity.

-Muchas gracias Aneity.

Después de aquella conversación me quedo completamente sola sumergida en mis pensamiento. Temo por la vida de mi faraón aunque se que Mahad y los demás guardianes se encargaran de cuidar de el, pero aun así no puedo dejar de imaginarlo muerto a causa de una espada atravesada en su corazón. Cierro los ojos para calmar mi mente, hasta que de la nada empiezo a recordar un fragmento de mi niñez que involucra a Mahad, al príncipe y a mi.

.....RECUERDO.....

Era tarde, aproximadamente la novena hora según la forma de medir el tiempo en Egipto. Tenia hambre ya que no había desayunado bien, así que busque un árbol frutal para poder comer de su delicioso fruto, sin embargo era demasiado pequeña para tomar la fruta de la parte mas baja del árbol. Comencé a saltar para tratar de alcanzarla sin éxito alguno, así que opte por tomar una vara para comenzar a golpear con desesperación la rama que no dejaba caer mi comida; quiero llorar a causa de la desesperación, sin embargo no lo hago ya que a lado mio veo al príncipe, quien sin dificultad alguna alcanza uno de los frutos para ofrecérmelo con gentileza.

-Toma Mana -dice el príncipe mientras me ofrece tan jugoso manjar.

-¡¡¡¡Gracias príncipe!!!! -digo con alegría mientras tomo de sus manos el tesoro del día que deseaba con tanto apuro. -Por cierto me alegra mucho que haya llegado, ¿cómo le fue en sus clases con el maestro Akunadin.

-Muy bien Mana, la próxima semana tendré un examen sobre mis conocimientos en la escritura egipcia, pero anda come.

Muerdo con gusto mientras que mis manos se endulzan con el jugo que escapa de tan suculento regalo de los dioses. Estoy fascinada por el sabor que este provoca en mis papilas que exclamo con entusiasmo lo delicioso que es.

-¡¡¡¡Es delicioso!!! 

-Me alegra que te haya gustado -dice mientras muerdo nuevamente la delicia que sostengo con las manos, para después de ello ver como Mahad hace acto de presencia.

-El futuro faraón no debería salir sin protección -dice Mahad mientras caminaba con tranquilidad hacia nosotros.

-Déjame adivinar, mi padre te ha pedido que cuides de mi, cierto -respondió con gentileza mientras embozaba una agradable sonrisa que provoco que Mahad riera discretamente.

El príncipe estaba encantado de que Mahad se nos uniera, ya que por lo general siempre estaba preparándose para ser el próximo guardián de la sortija milenaria.

-Deja de ser tan recatado y diviértete un poco Mahad -dijo acompañado de una gran sonrisa, sin imaginar que su vida estaba en peligro a causa de una serpiente que colgaba del árbol frutal en el que nos encontrábamos cubriendo del sol.

-¡¡¡Príncipe cuidado!!! -exclamo mientras corría hacia Atem para impedir que la serpiente lo mordiera.

-¡¡¡Mahad, estas bien!!! -dijo el príncipe con preocupación ya que vio como su amigo recibió la mordida del reptil en su lugar.

-Váyanse de aquí y vuelvan al palacio -respondió Mahad mientras se trataba de cubrir la herida.

El príncipe tomo el brazo herido de Mahad para comenzar a succionar el veneno, ya que si no lo hacia de manera inmediata el futuro guardián de la sortija milenaria moriría.

-No, el futuro faraón no debería hacer esto.

-Si yo estuviera en tu lugar se que harías lo mismo y sabes porque, porque somos amigos.

-Gracias príncipe.

.....FIN DEL RECUERDO.....

 Abro los ojos para observar nuevamente lo que hay a mi alrededor mientras le suplico a Ra por la seguridad del faraón, creyendo con todo mi corazón que Mahad cuidara de el aunque tenga que dar su vida para ello.

-Por favor maestro Mahad, cuide de Atem ya que usted es su fiel guardián y su mejor amigo -digo en un susurro esperanzada de que mis palabras llegaran a el.

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HOLAAA HOLAAAA BUENO HE AQUÍ UN NUEVO CAPITULO, QUE ESPERO LES HAYA GUSTADO, POR FAVOR NO OLVIDEN VOTAR Y DEJAR SUS COMENTARIOS, HASTA EL PRÓXIMO CAPITULO SAYONARA xD