Nos dirigiremos de vuelta al palacio una vez que Sinuèh y Kyari se alejan rápidamente de nosotras. Miro el cielo y notó que está a punto de amanecer. Recuerdo mi sueño, Atem se enfrentaba a Dyeser al salir el sol y fallecía en mis manos. Muevo la cabeza para quitar esa escena de mi mente ya que en verdad no se que ocurre en el palacio en estos momentos, es más, tal vez solo se trató de un mal sueño provocado por mi mal estado de salud, sin embargo, algo muy en el fondo me indica todo lo contrario.

-Diosa Hathor, hace algunos días tuve un sueño bastante extraño, y la verdad es que no se como deberíamos interpretarlo, ¿podría ayudarme aclararlo? -digo un tanto sería mientras cabalgo a lado de ella.

-Por supuesto, aunque la verdad no soy muy buena interpretando, pero haré lo mejor que pueda.

-Todo comienza a las afueras del palacio, en donde me escabullo por un pasaje secreto que usábamos Atem y yo para salir del palacio. Al entrar hay muchos soldados muertos. Corro hacia la sala del tronó, en donde presenció la eminente muerte de Mahad, quien intento proteger al faraón de un par de soldados enemigos que intentaron interferir en la batalla de reyes por Egipto. Atem, lucha contra Dyeser tan diestramente como siempre, sin embargo, durante su lucha hubo muchos que intentaron interferir, y casi lo lograron pero los que estábamos presentes no lo permitimos. Recuerdo que el faraón luchaba con gran valor y destreza a pesar de que en un momento dado estaban siendo dos o más contra uno, pero apesar de su gran habilidad fue herido de muerte por el rey Dyeser -digo nerviosa mientras observo el paisaje desértico que nos rodea.

-¿Hay algo más en ese sueño?

-Si. Cuando Atem muere en mis manos usted hizo uso de un don que posee para obligar a Dyeser a entregarle el tronó egipcio, para después de ello pedirle al nuevo faraón arrebatarse la vida.

Hathor al escuchar la última parte de mi sueño se detuvo de golpe, por lo que sin dudarlo hice lo mismo. Algo andaba mal, podía saberlo tan solo con mirar su rostro lleno de preocupación. Me acerque a ella junto con mi corcel para preguntarle sobre la interpretación de mi sueño, sin embargo, no fue necesario fórmular mi pregunta ya que me la respondió como si hubiera leído mi mente.

-El faraón esta en grave peligro, y la única forma de impedir que muera es por medio de la intervención de alguien con el mismo poder y autoridad que el faraón de Egipto -me mira angustiada mientras observa el Ank's de mi cuello. -La última parte de tu sueño me ha mostrado que soy la única que puede tomar el lugar de Atem en la batalla por Egipto, y que si no lo hago el faraón morirá y tu sufrirás más que cualquier persona allegada a él.

-¿Entonces mi sueño ocurrirá tal cual?

-No, tu sueño es solo una especie de alerta, lo que quiere decir que no es necesario que ocurran las cosas tal cual las soñaste -responde gentil pero preocupada mientras ve el cielo anunciando que se acerca la mañana. -Debemos continuar Mana, según los indicios de tu sueño, la muerte de Atem puede ser hoy, así que andando.

Después de aquellas palabras cabalgamos retomando nuestro camino. Una vez a la afueras de Egipto, notamos que todos los ciudadanos de Egipto están sumidos en un profundo sueño, lo que me hace pensar que Atem activo la magia de los artículos milenarios. Cabalgo velozmente, ya que si activo dicho poder es porque algo no anda bien dentro del palacio.
Llegamos a las puertas del palacio, pero estas están cerradas a causa de que los guardias que vigilan la entrada están inconscientes.

-¿Y a hora que hacemos? -me pregunta Hathor al ver la gran puerta del palacio de piedra cerrada.

-Usaremos la entrada secreta de mi infancia, pero le advierto que sus ropas se ensuciaran.

-Eso no importa, así que andando.

Nos dirigimos a los muros traseros del palacio, en donde en una esquina se encuentra un pequeño agujero en el que solo se pasa pecho tierra. Una vez que ingresamos al palacio nos sacudidos la arena de la ropa para iniciar nuestra carrera contra el tiempo.

-¿En donde crees que encontraremos al faraón? -pregunto a Hathor, quien corría a lado mío mientras esquivabamos los cuerpos inconscientes del personal del lugar.

-En la sala del tronó -respondo agitada sin dejar de correr por los largos pasillos. -Solo espero que Mahad este a salvo y proteja al Faraón.

-Lo hará, pero debemos darnos prisa sino la muerte de Mahad dejara de ser solo un sueño.

Después de varios minutos arribamos a la sala del tronó, en donde Mahad esta muy al pendiente del duelo entre Atem y Dyeser, por lo que no se ha percatado del gran peligro en el que se encontraba. Al ver que mi maestro esta apunto de ser apuñalado por la espalda, lanzó un conjuro que deja inconciente a esa serpiente del desierto que deseaba asesinarlo.

-'iighma' -lanzó mi encantamiento para proteger a mi maestros, quien al darse cuenta de nuestra presencia acude a nosotras.

-¿No se supone que tendrían que estar lejos de Egipto? -dice seriamente sin dejar de ver la batalla por la lucha de Egipto.

-Si, pero no íbamos a permitir que Atem y tú mueran. Así que dame permiso Mahad -digo valerosamente mientras trato de acercarme a Dyeser, sin embargo, Mahad me lo impide tomándome del hombro.

-No puedes interferir Mana, no por el momento -dijó Mahad al observar que más de uno de los solados de Dyeser deseaban romper las leyes que rigen a ambos reinos.

Vemos la batalla rogando a los dioses que ayuden al faraón a ganar esta batalla, hasta que de la nada presenciamos como Atem es lanzado por los aires por medio de un ataque mágico proveniente de uno de los magos de Dyeser, quien claramente desea la victoria de su regente. Hathor, quien conoce mucho mejor las leyes que rigen a ambos gobiernos nos da la orden de intervenir en la batalla, por lo que comenzamos a lanzar conjuros mágicos a nuestros enemigos.
Corro hacia el faraón, quien a causa del conjuro quedo inconciente al golpearse la cabeza al momento de caer.

-Faraón, por favor despierte -digo mientras hago uso de mi magia para ayudarlo a recobrar la consciencia.

Atem abre lo ojos, pero al hacerlo siento como la espada de Dyeser toca ligeramente mi espalda.

-Aléjate de el si no quiere morir -dijó Dyeser mientras movía ligeramente la punta de su espada por mi espalda.

Estaba aterrada, éste hombre es capaz de matarme a sangre fría. Siento el frío metal tocar mi piel, sin embrago, prefiero morir antes que darle en charola de plata al amor de mi vida.

-Para tocarlo primero tendrás que matarme -respondo valientemente mientras protejo con mi cuerpo al faraón, el cuál aun continua aturdido por el golpe.

Dyeser estaba a punto de clavarme su filosa espada, pero le fue impedido por la diosa Hathor, quien al ver lo que estaba sucediendo lazo un conjuro bastante potente hacia nuestro gran enemigo.

-laqad adlit -dijó con voz clara y fuerte, mientras a su alrededor podía contemplarse un aura mágica color morado.

Después de aquellas palabras por parte de Hathor, Dyeser salio volando por lo Aires con heridas en el cuerpo, causadas por el conjuro de la diosa.

-Soy Hathor, hija de Rá y diosa del amor. Reclamo el derecho de sustitución, así que yo peleare en lugar de Atem hasta que esté en condiciones de volver a la batalla -dijó autoritariamente al posarse frente al faraón y a mi.

Dyeser estaba aturdido, adolorido y con un gran número de heridas en el cuerpo causadas por la magia de Hathor, sin en cambio, a pesar de su gran dolor se levantó y acepto el reto de la chica que empezaba admirar.

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Holiiii como están? Espero que bien, espero este capítulo del haya gustado, ya mero voy a terminar el fic, así qué estén al pendiente, gracias por su apoyo, comentarios, votos, etc. Le ma do un gran abrazo y nos vemos en el siguiente capítulo, sayonara XD