—Dante Sullivan —me llamaron con una voz autoritaria pero con una chispa de orgullo.

Un montón de aplausos rompieron el silencio, pero también un montón de susurros; no podía comprender ninguno, pero imaginaba de que eran.

Me puse de pie con lentitud y caminé hasta la tarima, me subí a la misma, firme el manuscrito que estaba delante de mí y de mi profesor, y tome mi título; al fin me gradué. El fotógrafo me tomo varias fotos, incluso uno cuando me baje de la tarima, y pude ver a papá, vistiendo su traje, sonriendo, mientras que unas lágrimas bajaban por sus ojos, al fin lo hice sentir orgulloso; y a su lado estaba Leidy, sonriente, feliz... Son una pareja feliz.

Me devolví a mi asiento y de reojo vi a Cam, a unos cuantos puestos del mío, absorta en su propio mundo. Un suspiro escapó de mis labios, lo decía enserio, se apartó de mi, aunque ahora que nuestros padres salen no es muy fácil ignorarme, pero aún así lo hace... Ella nunca sabrá todo lo que hice por ella, nunca sabrá que todo fue por su bien.

Por mero instinto mi mirada viajo a la nada, a un asiento vacío, Akira; su padre, un hombre asiático, vino a buscarla, la dejo estudiar, pero ya no le quitaba un ojo de encima, la mantenía alejada de todos, sobre todo de mi, Akira se quedó sola, y por la expresión ausente que siempre tenía lo pude adivinar, ya no era la misma chica, algo había cambiado, nunca volvería a hacer la misma... Mi madre arruinó su vida, y no le quedó de otra que volver a Japón con su padre, no creo que vuelva a ver a su madre, al fin y al cabo los "James" ahora son tabú.

"James". El apellido maldito, el apellido del monstruo, el apellido de la asesina y todo su legado, mi segundo apellido, así que también estoy maldito.

Nada volvió a la normalidad, en los pasillos del instituto me miraban con miedo, con repulsión, con asco, creían que podría convertirme en un monstruo como mi madre —si supieran que yo la detuve— más de una vez recibí amenazas de muerte, más de una vez alguien intento "detener al mal antes de que se desarrollará", más de una vez oí a mis compañeros preguntarse porque esa bala no me mato, y yo también me lo preguntó, ¿Por qué no me mato? ¿Por qué me convertí en un repudiado social?.

Al menos no saben que soy un asesino, no lo consideran, porque si lo supieran, ya me hubieran matado.

Jack, no me traicionó, me salvó la vida, él llamo a la policía antes de llegar a la casa, él me disparó para cubrir mis huellas, él se culpó a sí mismo por algo que no cometió... Me salvó la vida condenando la suya. Aunque no le fue tan mal. "Lobekarye" no cayó, no por completo, pero toda la unidad de Karina, todo lo que construyó, se fue al carajo, y lo que quedó de "Lobekarye" no es más que una empresa olvidada, ya nadie confía en ellos, nadie invierte en ellos, nadie cree en ellos. Y por detener a la cabecilla de todo este desastre Jack podrá salir antes, aunque salir de una cárcel a un psiquiátrico no mejora las cosas... Pero, es mejor que estar encerrado.

Nadie sabe lo que hice, nadie sabe lo que pasó realmente, desconocen la tragedia que se evitó y agradecen por vivir un día más, pero no me lo agradecen a mi, yo no soy más que el deshecho de la humanidad, de Karina... La detuve, pero arruinó mi vida, ¿Realmente gane?.

La ceremonia acabo, todos empezaron a irse, yo solo me acerque a mi padre y él me abrazo con fuerza, Leidy me felicitó con una sonrisa en su rostro, y yo —me tragué todo mi odio— solo sonreí. También felicitaron a Cam una vez se acercó a ellos, y cuando yo lo hice solo soltó un gélido "gracias". Oliver y su familia se acercó, el mismo proceso, felicitar y agradecer; y una vez estuvimos todos listos nos dispusimos a irnos, todos a nuestra casa, ya que papá haría una parrillada.

Papá, Leydi y Cam se fueron en el auto de papá; yo me fui con Oliver y sus padres —para evitar molestar e incomodar a Cam... Ya se que nada será igual— ambos nos fuimos en la parte trasera, en silencio. Llegamos a casa, y afuera de la misma el oficial Mason nos esperaba. Vi que mi padre hablo con él, me lanzo una mirada furtiva y luego asintió.

—Quiere hablar con ustedes —nos dijo a Oliver a mi.

Nos dedicamos una mirada confusa y sin más fuimos con él, ya había olvidado que se veía joven; él nos vio, nosotros lo vimos, entonces suspiro y una sonrisa se dibujo en su rostro.

—Felicidades —nos dijo sin perder su sonrisa.

—Gracias —solté confuso.

—Bien, sin rodeos. Se que el video que el joven Tood nos dio lo grabaste tu, también se que esa pareja universitaria los ayudo, la señorita Arlet y el joven Trejo; pero lo que más me sorprende es que ustedes dos se enfrentaron a esto, sin entrenamiento, y evitaron una desgracia —nos informo bastante serio.

—Si. Fuimos nosotros —solté la verdad esperando una reprimenda.

—Perfecto —soltó el oficial sonriente y nos provoco duda a ambos—. Quiero proponerle algo a ambos, tienen talento, podrían ser investigadores, ¿Les gustaría ser becados en la academia militar Hijo Rojo? Ambos conseguirán trabajo de investigadores rápido, y podrán dejar atrás la ciudad —nos propuso aún sonriente.

—¿Dejar atrás nuestra ciudad? ¿Dejarlo todo atrás? —pregunto Oliver incrédulo.

—Si, pero eso es dará la mayor oportunidad de su vida —le respondió el oficial tranquilo.

—Lo haré —solté decidido—. Será un nuevo comienzo —añadí más tranquilo.

—¡Ja! Perfecto, te estaremos esperando Sullivan, Tood, ¿Tu qué dices? —le pregunto ansioso.

—Necesito tiempo —le respondió a secas el pelirrojo.

—Bien, si te decides, ven con Sullivan a Nueva York, los estaremos esperando chicos —soltó tranquilo y sin más se fue.

Oliver me dedico una mirada intranquila, estaba en conflicto, no sabía que hacer. Pero yo no puedo decir por él.

—Tranquilo rojo, piénsalo. Apenas estamos en enero, las inscripciones serán en marzo lo más seguro —le dije tranquilo para lograr aplacar sus nervios.

—Bien, bien —soltó él tranquilo y emprendió camino a mi casa—. No quiero pensar en más nada por un tiempo, quiero descansar.

—¿Tu piensas? —le pregunté fingiendo sorpresa y luego reí.

Él también rió, sus nervios se calmaron y yo logré relajarme. Nunca pensé en ser un investigador, pero ahora se ve interesante, será una gran oportunidad, dejar este ciudad, empezar de nuevo en un sitio donde no me conozcan, donde mi apellido no esté maldito, dejar la ciudad de "Las Colinas" en el pasado e ir a la gran manzana, ja, quien creería que habría una ciudad como está en medio de la "nada", una ciudad con grandes bosques en sus afueras, con buena naturaleza en su interior, con una mina y ciudad subterránea... Con una maldita asesina que casi provoca el apocalipsis bajo tierra, quien creería que una ciudad como está pasaría por tantas desgracias. Que sería la sede de una asesina que experimentó con muchas personas.

¡Mierda!. Mi mente viajo atrás, a un detalle que olvidé, a una persona que "conocí" nada más por leer su hoja de vida.

—Adan —solté por lo bajo cuando ya estaba "solo".

¿Como pude olvidarlo? El experimento más joven de Karina, aquel que nunca vi en persona, aquel que no padeció de locura, Adan. ¿Dónde puede estar ese chico? ¿Qué le habrá hecho Karina?... ¿Si quiera seguirá vivo? Mierda, ¡Mierda!.

Tome mi cabeza recordando lo poco que sabía del chico, su apariencia y su nombre. ¿Por qué no averiguamos más nada de él? ¿No lo consideramos peligroso?... ¿No es un asesino?.

—Dan vamos —me llamo Oliver desde la puerta de la casa.

No lo investigamos, no le tomas importancia. En ningún registro de desaparecidos había alguien como él, Rachel nos hubiera hablado de él, aterrada, pero algo nos fuera dicho del chico. Entonces, ¿No es nadie peligroso?.

Sacudí mi cabeza, aleje todo lo relacionado con ese chico, con Karina, con los asesinos, con los experimentos; lo aleje todo y lo encerré en un rincón de mi mente. Yo la detuve, evite el apocalipsis, esto acabo.

Yo me gane esta nueva vida, me gane vivirla... Me gane el ser feliz de alguna manera.

—¿Dan? —me llamo Oliver algo preocupado.

—Tranquilo, ya voy —le respondí recuperando la compostura y emprendí camino a casa.

—¿Paso algo? —me pregunto aún preocupado.

—Nada rojo, no pasa nada —le mentí y le mostré una sonrisa falsa.

No se si creyó mi mentira o si simplemente ignoro lo que pasaba porque quería descansar, pero solo asintió, me mostró una sonrisa y entro a casa. Apresure mi pasos para también entrar.

Esto acabo, todo lo relacionado con mi madre, con Karina, acabo. La detuvimos... Ya no queda nada por descubrir.

Este es el fin, nosotros le pusimos un fin. Formamos nuestros futuro.

Ganamos

Fin.

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Ufff, pensar que llegue a este punto; casi un año completo trabajando esta idea y ahora está aquí, terminada, y me siento satisfecho por el desarrollo y final de esta historia. Si llegaron a este punto, se los agradezco con todo mi ser, por haberle dado una oportunidad al libro, por leerlo y darme apoyo.

Espero que les haya gustado leerlo tanto como a mí me gustó escribirlo, espero seguir recibiendo su apoyo, y sin más, hasta la próxima amigos.