19| La Extraña (Jodida) Realidad
Recorría con rapidez las vacías y oscuras calles, por alguna razón se que debo apresurarme, debo correr. Sin más empecé a correr con todas mis fuerzas, sea a donde sea que vaya se que debo llegar ya; delante mi descansaba mi casa, estaba corriendo a casa, ¿Por qué?… ¿Qué mierda pasa?. Un aullido de dolor resonó por todo el sitio, esa voz, ¡Papá!. Corrí adentro de la casa—esto no es real—abrí la puerta de una patada—papá está muerto—y allí descansaba un cuerpo rodeado por un charco de su propia sangre—no es real, no es real, no es real—delante del cuerpo yacía el Minotauro, quieto cual estatua viendo el cuerpo—yo lo mate, esto no es real.
—Su carne, ¿Sabrá bien?.—pregunto al aire con un tono ausente.
No, está muerto, yo, yo lo mate, yo. Mi cuerpo se movió por sí solo hacia delante, saque mi arma de mi cintura y sin previo aviso le dispare directo a la cara, sin darle oportunidad de decir algo más; le di la espalda y escuche el golpe seco de su cuerpo contra el piso, con pasos lentos me acerque hasta el cuerpo de papá, me agache dispuesto a tomar su cabeza... Este no es papá, papá no tiene ojos verdes, ni cabello dorado, ni piel pálida y no es joven. Está persona es el Minotauro, entonces, yo mate…
—¿Por qué lo hiciste?.—pregunto alguien con voz ausente e hizo eco.
—¿Qui-quién está ahí?.—pregunté con un hilo de voz mientras el miedo se filtraba.
—¿Por qué, Dante?.—repitió y está vez note de donde vino el eco.
Con pasos lentos y temblorosos me dirigí al eco, al cuerpo del Minotauro. Sentía miedo de acercarme solo un paso más, pero la asquerosa curiosidad me obligó a arrodillarme al lado al lado del cadáver, con mis manos temblorosas me animé a sacarle la máscara... No... No.
—¿Por qué?.—me pregunto quien se ocultaba detrás de la máscara. Papá.
—Y-yo.—intente responder mientras sentía lágrimas salir de mis ojos.
—¿Por qué no me salvaste?.—soltó y en ese momento un intenso chorro de sangre escapó de la herida que acababa de recibir.
—Papá yo.—intenté responder una vez más.
—Por tu culpa... Todo es tu culpa.—me replicó con unos ojos vacíos y algo de espuma salió de su boca.—Tu... Debiste, morir.
Yo... Yo debí morir.
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Me desperté algo alterado mientras sentía lágrimas correr, mi respiración estaba entrecortada, mi vista pérdida, ¿Dónde estoy?. Maldita pesadilla. Me puse de pie con pasos lentos, y de reojo pude ver a Cam, arropada hasta su cuello, se ve tan hermosa, una sonrisa escapó de mis labios y recordé todo lo que pasó ayer, el mejor día de mi vida. Me dispuse a asomarme por la ventana para tomar algo de aire, cuando un gritó de terror lleno las calles; con rapidez saque mi cabeza por la ventana para ver que pasaba, las calles yacían decoradas por centenares de cuerpos, la sangre había pintado por completo el pavimento... ¿Qu-qué demonios ocurre?.
—¡Cam!.—la llamé alterado.—¡Debemos irnos!.—añadí sin controlar mi tono.
Silencio… Grité lo suficientemente fuerte como para que despertara, ¿Qué pasa?.
—¿Cam?.—la llame asustado y me acerqué a ella.
De nuevo silencio. Un nudo se formo en mi garganta y sentí como todo el aire se escapaba de mis pulmones, no… No puede estar pasando. De nuevo la maldita y asquerosa curiosidad me hizo avanzar, me detuve justo al lado de Cam, y sin previo aviso le quita la cobija. ¡No!. Por más que quería gritar ningún ruido salía. Cam yacía desnuda, y su desnudez yacía cubierta por la sangre que salió de su cuello, muerta... Cam está. No. No puede ser... ¡No!.
—Nadie se salvará.—replicó una voz delante de mí y alguien me retuvo por la espalda.
—¿Qui-quién anda ahí?.—pregunté aguantando las lágrimas.
—No escaparse.—repitió la voz.
Delante de mí apareció cierto rubio de ojos verdes y piel pálida, el Minotauro, desenmascarado, y con agujeros de bala, uno que relucía desde su mentón y otro desde la parte alta de su cabeza; de reojo puede ver quien me retenía. ¿Papá?, Su cabeza casi decapitada colgaba violentamente... ¿Por-por qué?. Mi mirada viajo por última vez a Cam, con su cuello cortado de lado a lado y sangre cubriendo todo su cuerpo y tiñendo su cabello. Cuando vi al frente pude ver a la perfección el cañón de un arma, apuntada directamente a mi ojo.
—No-te-salvarás.—me dijo haciendo énfasis en cada palabra.—¡No te salvarás!.—me gritó denotando demencia.
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—¡No!.—grite con todas mis fuerzas. Y mi gritó logro despertarme.
Cam se sobresalto y sin previo aviso me rodeo con sus brazos con fuerza, su respiración agitada competía con la mía; podía jurar que mi corazón latía tan rápido, tan rápido que quería parecer escaparse de mi pecho.
—¿Qué ocurrió Dan?.—me pregunto Cam con un tono tranquilo después de un rato en silencio.
—Y-yo.—no tenía fuerzas para contestar, seguía afectado por las pesadillas.
—Ya, tranquilo, tomate tu tiempo.—me indico tranquila y se concentró a darme caricias para calmarme.
Deje que un suspiro intranquilo escapará de mis labios, me deje llevar por sus caricias mientras sentía mi cuerpo relajarse; vaya forma de empezar el día después de la noche que tuvimos, maldita suerte.
—¿Ya?.—me pregunto con un tono suave sin parar sus caricias.
—Ya.—le respondí más tranquilo y me aparte.
—¿Dan?.—me llamo ahora algo preocupada.
—Vi a papá morir.—solté sin verla.—Yo lo mate, le dispare por error. Y luego.—me detuve en seco y dejé escapar otro suspiro.—Luego te vi muerta... En esta cama, también vi a papá, al Minotauro. Los tres muertos.
—Ho, Dante.—soltó preocupada y me abrazo por la espalda.
—Solo fue una pesadilla.—comenté viendo a la pared.—Solo una pesadilla.
Una pesadilla jodidamente real, la peor que he tenido hasta ahora, una de la que deseaba despertar.
—Amor, si quieres nos quedamos aquí.—me ofreció abrazándome con más fuerza.
—No, vayamos a clases.—le respondí y la vi de reojo para ofrecerle una sonrisa.
—Si es lo que quieres.—comento y luego beso mi nuca.—Iré a bañarme, te espero.—añadió con picardía.
Sin más la chica se puso de pie sin la intención de cubrir su desnudez, y fue al baño mientras dejaba balancear su trasero de lado a lado; esta es la mejor distracción que podría tener.
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Cam y yo caminábamos por las ahora solas y frías calles, el frío del invierno se está empezando a intensificar. Recorríamos las calles como una pareja adolescente, sin soltarnos de la mano, hablando entre nosotros, riendo, siendo normales, esto es perfecto. Para cuando llegamos al instituto los susurros no se hicieron esperar, Cam y yo llegamos juntos, con la misma ropa de ayer, tomados de la mano, si, eso da mucho que pensar. Oliver esperaba cerca de la puerta y una expresión divertida yacía pintada en su rostro; pero, Akira, quien estaba a su lado poseía una expresión bastante desanimada, con pasos lentos nos acercamos a ambos, las chicas se saludaron solo por educación, se notó en los tonos venenosos que se dedicaron, luego Akira me saludo de forma distante.
—Casanovas.—susurro Oliver contra mi oído y luego retrocedió para reír.
—¿Qué es tan gracioso?.—le replicó Akira totalmente irritada.
—Nada nada.—soltó el pelirrojo defendiéndose.—¿Vamos por algo de comer?.—ofreció tranquilo.
—Si, tengo mucha hambre.—soltó Cam con una sonrisa llena de picardía.
Sentí de nuevo como mis mejillas ardían, de seguro debo parecer un jodido tomate... ¿Como es qué me pude enfrentar a un "atracador" y esto me pone nervioso?. De reojo pude ver a Akira, quien también estaba roja, pero su expresión denotaba ira.
—Iré a buscar una mesa.—soltó igual de irritada y se fue.
Los tres nos quedamos en silencio, al parecer le daba completamente igual demostrar sus celos... Mierda.
—¿Vamos?.—me pregunto Oliver algo incómodo.
—Si. Debemos hablar de algo.—solté lleno de seriedad ganando la atención de ambos.
—¿De qu-qué?.—pregunto Cam repleta de confusión y nervios.
—Aquí no.—dije a secas y fui a la cafetería.
Una vez llegamos Oliver fue directo a pedir algo de comer para los cuatro, por nuestra parte Cam y yo fuimos hasta donde Akira, puede que ambas se odien, pero ambas saben acerca de mis visiones y las sospechas del rojo y yo, merecen también saber esto.
Un pequeño gruñido escapó de los labios de Akira al ver a Cam, y ella por su parte le dedicó una mirada llena de odio; para mí suerte Oliver llegó con cuatro sándwiches y una ensalada de frutas sobre una bandeja, la deja sobre la mesa, y sin más se sentó al lado de Akira.
—¿De qué debemos hablar?.—se ánimo a preguntar Oliver, llamando la atención de Akira.
—Algo que paso ayer.—solté serio.
De reojo pude ver como las mejilla de Cam se volvieron totalmente carmesí, está totalmente avergonzada, luego vi a Akira, con la mandíbula apretada denotando por completo su ira, y por último vi a Oliver, algo incómodo. Los tres piensan que voy a hablar acerca de mi noche con Cam, que pervertidos, aunque no los culpo.
—Aunque, antes de eso. ¿Crees poder ocultar mis armas?.—le pregunte en voz baja al pelirrojo.
La expresión avergonzada se borró de Cam, la de ira también desapareció de Akira, y ambas quedaron con una auténtica expresión de intriga y confusión.
—¿Armas?. ¿Plural?.—me pregunto Oliver confuso.
—Plural, de eso voy a hablar. Pero, ¿Puedes ocultarlas por hoy?. No las quiero seguir llevando en mi bolso.—le pregunté serio.
—Si, dame las, las dejaré escondidas en el salón de arte abandonado.—me señaló algo intranquilo.
Voltee a mi alrededor, justo ahora no hay casi nadie en la cafetería. De forma rápida saque ambas armas de mi bolso y las pase por debajo de la mesa para dárselas a Oliver, él las tomo y las guardo sin más.
—¿Tenías eso en tu bolso?.—me replicó Cam algo alterada.
—Son para defensa propia.—le respondió Oliver mientras le restaba importancia.
—¡Las llevan a todos lados!.—le replicó Akira sin controlar bien su tono.
—Si no las lleváramos no serían para defensa propia.—le respondí y alce mis hombros.
—¿De qué nos hablaras?.—pregunto con rapidez Oliver antes de que las chicas pudieran soltar otro reclamo.
—Alguien intento herirme ayer.—les dije serio y solté un suspiro.—Cuando me quedé solo en el salón tuve una visión, en ella un tipo me llevaba a un callejón gracias a un arma. En la visión ese tipo sabía mi nombre y que era mi cumpleaños.—les explique algo intranquilo.
—¿Co-como es posible que sepa eso?.—pregunto una preocupada Cam.
—¿Intento herirte?.—pregunto Akira confusa.
—No se cómo lo sabía, pero lo cierto es que lo sabía. Y si, en la visión me noqueó.—les respondí serio.
—¿Qué pasó en la realidad?.—me pregunto igual de serio Oliver.
—Me defendí, le apunte con mi arma una vez que llegamos al callejón. Pero eso fue lo raro, en ese momento note su desesperación, su arrepentimiento, incluso me pidió que lo matara... Actuó como si no quisiera hacer lo que hacía. También me dijo que era un aliado y me dio esto.—le explique serio y dejé caer con lentitud la carpeta sobre la mesa.
—Intento herirte, ¿Y es un aliado?.—soltó de forma venenosa Akira.
—Yo tampoco creo que quiera ayudar.—comento de forma reacia Cam. Hasta estar en acuerdo con Akira la molestaba.
—Solo sabremos si es un aliado viendo lo que hay dentro.—dijo Oliver y dejó su mano sobre la carpeta.—¿Ya viste que hay aquí?.—me pregunto.
—No, no lo he revisado.—solté con seriedad viendo la carpeta.—¿Crees que nos ayude?.
—Eso estamos por verlo.—me dijo a secas y abrió la carpeta.
Adentro yacían unos cuantos papeles, parecían ser muchos, en ellos había una foto, desde mi perspectiva a la izquierda, a la derecha unas pocas palabras, y más abajo unos cortos párrafos, sobre el papel que veíamos ahora descansaba un gran círculo rojo con la palabra "Fallido" escrita en mayúsculas e igual en rojo. Oliver empezó a hojear, el siguiente papel era igual, la única alteración era la foto, era de otra persona, el siguiente también era igual, y el siguiente, y el siguiente; después de pasar unas siete hojas vino una distinta, en vez del "Fallido" rojo, la hoja estaba decorada por un "Aprobado" igual en mayúsculas pero en verde. Las hojas empezaron a alterarse, varias tenían el sello de fallido, otras tenían el sello de aprobado, y mi confusión crecía, ¿Qué mierda es esto?. Oliver se detuvo en una hoja, pude ver como su rostro palideció, así que me dispuse a mirar la foto...
De un movimiento rápido le arrebate la carpeta para ver bien la imagen, ojos verdes—no puede ser—cabellera dorada—el—piel pálida y joven; y su nombre es Harris Sandoval—el Minotauro. El resto del papel hablaba de su condición física y mental, de su carrera como chef, de su familia... Y un pequeño párrafo que decía: "su mente no soporto bien el tratamiento, fue capaz de darnos buenos resultados, pero a cambio su mente se fragmento, ya no diferencia a los humanos de los animales, debe mantenerse vigilado". Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, ¿Qué es esto?. ¡Qué mierda es esto!. Esto significa que ellos... ¿Son víctimas?. Seguí recorriendo los papeles, fallido, fallido, aprobado, fallido, aprobado, aprobado; y entre esa ola de papeles vi la imagen de la chica que me apuñaló. Vi su nombre en su "hoja de vida": Ely Díaz, ella desapareció, ella se convirtió en asesina, mi mente siguió corriendo y no me pare a leer el párrafo, seguí buscando. La imagen de un chico de ojos avellana, nariz enrojecida y cabello castaño claro apareció, su nombre es Jack Daniel's, y con solo ver sus ojos recordé al "atracador" ¿Es posible?.
Los sellos siguieron, habían más de fallidos que de aprobados está vez, y para cuando llegue al final la imagen me tomo por sorpresa. En ella había un chico, se veía bastante joven, de cabello castaño claro, piel bastante pálida, y unos ojos con un brillo anti-natural verde, no parecían esmeraldas, parecían luces navideñas de color verde. Sobre su hoja el sello de aprobado relucía, y su nombre era: Adan; ya no había más "hojas de vida", logré contar 19 sellos de aprobado, y 72 de fallidos... 81 personas usadas como ratas de laboratorio. Me dispuse a leer los párrafos, cuando la campana sonó, las clases van a empezar.
—Y-yo iré a esconder las.—soltó Oliver de forma ausente y se fue con rapidez.
Akira se fue sin decir nada, con una expresión de horror poseyendo la.
—Dan, debemos ir.—me señaló Cam intranquila.
—Lo se.—solté a secas mientras mi mente iba a mil por hora.
Ella me dio un corto beso, pero ni eso logro apartar mi mente de esos pensamientos, de forma automática acepte el beso, tome su mano, y fui con ella a clases, pero en ningún momento deje de pensar, nada podía traer mi mente de regreso. ¿Ellos son inocentes?. ¿Son víctimas?. ¿Fueron simples experimentos?... ¿Qué demonios está pasando?. Esto, esto ya no tiene sentido. ¿Qué esta pasando?.
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Durante todas las clases estuve disperso, me llamaron la atención varias veces, pero no importó, no estaba consciente de la realidad, estaba en mi propio mundo, divagando, esos archivos, esas hojas de vida. Es lo más importante e inútil que hemos encontrado, son simple hojas de vida, no están adjuntas a ninguna compañía, solo están firmadas por el doctor que reviso a los pacientes, aunque es información confidencial e importante acerca de muchas personas, no está relacionado de forma directa a "Lobekarye", no lo tomaran como prueba contra la compañía, pero en esas hojas hay fotos de dos asesinos ligados a "Lobekarye", e incluso una de un desaparecido... Dios, esto solo hizo más grande el misterio, ellos fueron usados como ¿Experimentos?, Pero, ¿Para qué?.
—Tierra a Dan.—oí a la lejanía y sentí unos dulces labios unirse a los míos.—¿Hacía falta besarlo?.—replicó la misma voz, Oliver.
Volví a la realidad, salí de mi santuario mental. Delante de mí estaba Cam, nuestras frentes estaban unidas mientras sentía su aliento golpear contra mis labios, de reojo pude ver a Oliver con una expresión tranquila, y detrás de él a Akira con una expresión irritada, deberé acostumbrarme a verla amargada.
—¿Volviste?.—pregunto Oliver tranquilo.
—Si, aquí estoy.—le respondí de forma algo ausente y me aparte un poco de Cam para verlo.
—Si, claro.—soltó con sarcasmo Oliver y suspiro.
—Te regañaron unas 10 veces.—soltó Akira abandonado un poco de su molestia.
—¿Quieres que investiguemos?.—me pregunto Cam de forma tranquila.
—Podría llamar a Rachel y pedir su ayuda también. Iríamos a la biblioteca todos juntos.—ofreció Oliver.
—Claro eso se.—hablaba tranquilo y de la nada ahogue un gritó.
¡Mierda!. Duele, duele. Siento que la fuerza abandona mi cuerpo, siento las piernas de gelatina y como la ¿Sangre?. ¿Agua?. Lo que sea, chorrea de mi cabeza, escapa con más presión que antes, ¡Por la mierda cuanto duele!... ¡Mierda!.
Una luz cegadora me obligó a parpadear. Para cuando fui capaz de ver bien note donde estaba, saliendo del instituto, junto a los chicos, Cam iba a mi lado, con una expresión bastante triste y desolada—¿Qué le pasa?—A mi otro lado iba Akira, abrazando mi brazo mientras sonreía—...¿Qué esta pasando?—y al lado de Cam iba Oliver, tranquilo.
—¿Enserio investigaremos acerca de esos archivos?. Literalmente golpearon a Dan para dárselos.—soltó Cam algo irritada.
—No tenemos alguna mejor pista.—comento Oliver intranquilo.
—Aunque, yo sé que otra cosa hacer en vez de investigar.—soltó Akira de forma coqueta y me sonrió.
—Aquí no amor.—solté de forma automática mientras me sentía avergonzado.
Seguí mi andar con ellos—¿Qué carajos fue eso? ¿Por qué le dije amor?. Cam es mi novia, no Akira—Cam se notaba más desanimada que antes mientras nos íbamos a la salida—quiero animarla, ¿Por qué no puedo hacerlo?, ¿Por qué no puedo moverme?—y sin más salimos, afuera fui sorprendido por la persona que me esperaba, Karina.
—Al fin salen.—soltó la mujer con una sonrisa tranquila.
—¿Karina?.—pregunté confuso mientras sentía un poco de felicidad—¿Por qué?. Yo la odio, ella no hace nada por mi.
—Si hijo, aquí estoy.—dijo tranquila y sonriente.
Sentí como las uñas de Akira se clavaron en mi piel—sentí como mi piel era rasgada y ardía—voltee a ver a la chica, quien poseía una expresión de horror pura.
—¿Amor qué pasa?.—le pregunté—sintiendo repulsión, el único amor de mi vida es Cam.
Unas palabras escaparon de la boca de Akira, no las logré oír, pero para cuando terminó de hablar sentí asco, asco de lo que había dicho—pero no oí nada, ¿Por qué reaccione así?, ¿Qué pasa?.
—¡Mierda!.—grité y me tomé el brazo con fuerza, arde.
Con rapidez vi alrededor, que suerte, solo nosotros cuatros estamos en el salón. El trío me veía con cierta preocupación, yo solo me puse de pie tomando mis cosas.
—Dan.—me llamo Cam algo preocupada.
—Vamos por nuestras cosas Oliver.—dije a secas viendolo.—Chicas, ¿Nos pueden esperar cerca de la salida... Sin matarse?.—les pregunté algo divertido.
Ambas se vieron con algo de duda y molestia y luego asintieron, sin más Oliver y yo nos fuimos con rapidez al salón abandonado.
—¿Qué viste?.—me pregunto mientras buscábamos nuestras armas.
—A mamá, no se que vaya a pasar, pero quiero estar preparado para lo que sea.—le respondí serio.
—¿Hasta para matarla?.—me pregunto sintiendo temor de sus propias palabras.
—No... Para eso no. Para defendernos de cualquier cosa que pueda pasar luego.—le explique tranquilo.
—Ho, genial... Piensas que tú mamá, la dueña de "Lobekarye" va detrás de nosotros.—soltó de forma pesimista.
—Es una posiblidad.—solté sin ganas.—Ya estoy listo, vamos.
Sin decirnos algo más fuimos hasta donde estaban las chicas, y una vez reunidos con ellas nos dispusimos a salir del instituto. Estando afuera la vi, Karina James, esperando delante de una limusina. El dinero no le sobra, así que, ¿Por qué no presumir?.
—James.—la saludé de forma cortante.
—Podrías ser más respetuoso, niño.—me replicó con molestia.—Aun no olvidó ese golpe.—me señaló dejando que un destello de ira saliera.
—Yo tampoco lo olvido.—le dije con burla sacando valor de donde no lo había.
—Más te vale respetarme, maldito mocoso. Puedo hacer tu vida miserable.—me gruño más iracunda que antes.
—Ni que seas mi madre o algo por el estilo.—le replique dejando escapar mi tono venenoso.
—Para tu información, mocoso.—me replicó acercándose a mi.—Soy tu madre, te guste o no, lo soy.—me dijo con un tono amenazante a solo unos pasos de distancia de mi.
De forma instintiva mi mano fue a mi cintura, estaba listo para sacar mi pistola y matarla, tal vez si la había buscado para matar a mi madre... ¡De que mierda estoy hablando!. ¡Yo no soy así!. Aparte mi mano de mi cintura con la misma rapidez con que la había movido la primera vez, de reojo vi a Oliver, con una expresión de terror por lo que estuve apunto de hacer, no lo culpo, y a su lado vi a Akira, con una expresión de repulsión y asco... ¿Qué le pasa?.
—¿Ti-tía Karina?.—la llamo con miedo y sentí como mi alma abandonó mi cuerpo.
—Ho.—soltó Karina al verla y dejó escapar un suspiro.—Ve al auto mientras hablo con tu primo, Akira.—le pidió de forma tranquila.
La chica solo vio con cierta repulsión la escena, se veía asqueada de ella misma; y sin decirnos nada se fue con rapidez al auto.
—Hijo.—me dijo Karina tranquila.
Akira. Akira es, ¿Mi prima?. Esa chica que me coqueteo desde que nos conocimos, a la que bese en mi visión, esa chica es mi prima... ¿Por eso le temía?, Porque está relacionada con la mujer que más odio, ¿Qué esta pasando?. ¿Por qué esta cuidando a su sobrina y no a mi?.
—Dante.—me volvió a llamar aún tranquila.
Akira es mi prima, mi familia... Mierda. ¿Por qué mi vida no puede ser normal?.
Continuará...
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Hasta aquí el capítulo, estrellita y compartir ayuda mucho, y sin más hasta otra.
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