17| Inestabilidad
—¿Mamá?.—más que una pregunta, sonó como una afirmación.
Mi voz salió de forma ronca y extraña, después de... ¿Cuánto tiempo ha pasado?. No lo sé. Pero, me sentí ajeno al mundo por tanto tiempo, fuera de mí, en un sueño tan vivido y sin sentido; soñé con papá. Mi vista dejo de ver los alrededores y se fijó en la puerta, de ahí, de ahí salió el tarareo de mamá… ¿Como conozco el tarareo de alguien que jamás conocí?. Necesito verla.
Me impulse de forma brusca y sin cuidado de la camilla para quedar de pie, pero apenas mis piernas se apoyaron en el suelo sentí como las fuerzas me abandonaron, en menos de un segundo sentí que caería al piso. ¿Por qué... No siento las piernas?.
—¡Carajo!.—escuché de parte de Oliver.
Antes de siquiera poder tocar el piso el pelirrojo me agarró, logro detenerme por poco. Luego sin más dejo mi brazo descansar alrededor de su cuello y me tomo de la cintura, yo, Me siento tan débil, mis piernas, ¡Mierda!. Mi hombro arde, ¿Qué demonios me pasa?. Lo último que recuerdo es...
—Dante.—un susurro se escapó de los labios de Oliver. Se oye esperanzado.
—¿Qu-qué?.—le pregunté con un hilo de voz.
—Estas bien.—soltó sin más.—Enserio estás bien.—añadió dejando escapar lágrimas.
—Y-yo... ¿Qué pasó?.—le pregunté.—¿Qué me pasó?.—me corregí con rapidez sintiendo miedo de la respuesta.
Oliver permaneció en silencio mientras que con lentitud me dejó sobre la camilla, el tarareo se detuvo, ¿Por qué?, ¿Qué se hizo?. Quiero salir, quiero verla, quiero ver si sigue aquí, pero no puedo moverme, después de esos "pasos" mis piernas colapsaron por completo.
—Dan, ¿Recuerdas qué pasó?.—me pregunto con lentitud Oliver. ¿Cree que estoy loco?.
En ese momento trague grueso, sentí como unas fuertes náuseas se apoderaron de mi. ¿Qué si lo recuerdo?. Por más que desee empujar los recuerdos a la esquina más oscura de mi mente no puedo, simplemente no puedo olvidarlo... Papá murió.
—Si, lo recuerdo… Mi padre murió.—le respondí tomándome mi tiempo e intentando no llorar. Ese intento fue en vano.
—Dan. ¿Crees que estarás bien si te cuento qué pasó?.—me pregunto con dificultad, puedo imaginar lo destrozado que está.
—No… Sin importar que hagas, más nunca estaré bien.—le conteste mientras un nudo se formaba en mi garganta.
—Dante.—dijo a secas mientras unas pequeñas lágrimas lo abandonaban.
No tengo fuerzas, ya no puedo seguir. Deje el dorso de mi mano contra mi rostro, tapando mis ojos, ocultando mis lágrimas; esto se siente horrible, me siento tan solo ahora, tan desolado... Papá murió, murió. Murió.
El silencio de la habitación fue roto por mi sollozo, por mi lastimero sollozo, y en ese momento, pude oír también el sollozo de Oliver, así que, justo ahora ambos estamos rotos, sin fuerzas, cansados, ya nada será como antes, nada volverá a estar bien… Sin importa que haga, nada nunca volverá a estar bien, nunca seremos normales de nuevo.
[———————]
—Esta bien. Mi nombre es Dante Sullivan, tengo 17 años, solo conocí a dos de mis familiares, papá me decía que mis abuelos murieron, tampoco conocí a mi madre, solo vivía con mi padre, Tony Sullivan... Quién.—hablaba de forma lenta hasta que un nudo se forma en mi garganta.
—Murió.—completo el hombre delante de mí.—¿Como te sientes respecto a ello?.—me pregunto mientras anotaba algo en su libreta.
En ese momento aparte la vista de mis manos y vi bien al hombre delante de mí. De piel morena, ojos café, con su cabello negro bastante corto y lentes de lectura; vistiendo un simple suéter negro con cuello de tortuga y una bata encima del mismo, junto a pantalones de mezclilla y zapatos negros causales, en una de sus manos descansaba un blog de notas, y en la otra un lápiz. Este hombre, toda su apariencia grita "psicólogo" y justamente eso es, mi psicólogo. En ese momento el hombre tosió para llamar mi atención, y yo solo me encogí de hombros algo incómodo, no es tan fácil hablar de esto.
—¿Cómo se supone que me sienta?.—solté desanimado.—Me siento del asco, mi padre murió. Lo asesinaron, y yo no pude hacer nada, solo me quedé viendo como pasaba, no pude ayudarlo.—respondí su pregunta mientras sentía como las lágrimas se agolpaban en mis ojos.
—¿Te sientes culpable Dante?. ¿Piensas que esto fue tu culpa?.—me pregunto con cierta preocupación en su tono.
Y yo simplemente le respondí con mi silencio, no me siento culpable… Fue mi culpa, lo se. No fui capaz de hacer nada. En ese momento oí como un suspiro se escapó de los labios del psicólogo.
—Dante, tu no eres un superhéroe, eres un solo un chico. No había forma de que supieras que eso iba a pasar, y tampoco había forma de detenerlo. Esto simplemente ocurrió, tu no lo provocaste, no fue tu culpa.—me dijo de forma tranquila y una voz llena de compasión.
Pero se equivoca "Doc", fue mi culpa, yo sabía que eso pasaría, lo sabía, lo vi. Sabía que mi padre moriría, y no pude salvarlo, no fui capaz de salvarlo, no le permite rehacer su vida, no le permite ser feliz… Le arrebate todo, incluido su vida. Yo soy culpable, todo fue mi culpa.
—No puedo ayudarte si tú no me lo permites Dante, y el primer paso es aceptar que nada de esto fue tu culpa.—soltó con una voz algo afligida y en ese momento me pasó un pañuelo.
Acepte de forma confusa el pañuelo, y no fue hasta que el señaló mi rostro que note las lágrimas que bajan por mis mejillas, ¿Cuando empecé a llorar?. Me seque las lágrimas con lentitud mientas que el "Doc" permaneció en silencio, y para cuando termine le devolví el pañuelo y pose mi vista de nuevo en el piso.
—Bien, entonces, vayamos al otro punto. ¿Lamentas lo qué hiciste?.—me pregunto con suma seriedad y en ese momento la confusión me atacó.—Fue en defensa propia, pero aún así quiero saberlo, ¿Lamentas haber matado a ese hombre?.—añadió yendo directo al punto al notar mi desconcierto.
En ese momento otro nudo en mi garganta apareció, sentí como todo el aire se escapaba de mis pulmones, sentí un nauseabundo vacío en mi estómago; ¿Lamentaba matar al Minotauro?.
—Si. Yo, yo no quería matarlo.—deje que la mentira se escapara de mis labios.
—¿Seguro?.—me pregunto con duda.
—Yo.—dije sin saber que más decir.
—Fue en defensa propia, así que no serás condenado por ello, pero quiero asegurarme de que no lo disfrutaste, de que no serás como ellos. Así que, ¿Sientes que estuvo mal asesinarlo?.—me pregunto de forma tranquila pero seria.
—Yo... Se que estuvo mal, nada justifica quitar una vida; pero, me sentí a salvo después de jalar el gatillo, sentí que había vengado a papá.—le dije como susurro mientras miraba el piso.
—Bien, podemos dejarlo por hoy Dante. Necesito que descanses, que dejes de castigarte por lo que pasó, no fue tu culpa. Estaré esperando nuestra siguiente sección, y espero que hayas aceptado su muerte, no te castigues más, piensa en tu padre, él estaría feliz de verte bien, sigue adelante por él.—me informo aún con su tono tranquilo, anoto algo en su blog, y sin más se fue.
Enserio, ¿Así son las citas con un psicólogo?. Me siento exactamente igual de miserable, no siento nada distinto… ¿Se supone que solo acepte la idea de que no soy culpable por qué alguien lo dijo?. No importa cuanto lo repitan, o quien lo diga, yo sé que fue mi culpa, yo lo vi.
Al fin abandone la horrible silla, y en ese momento mi cuerpo gritó de alivio, enserio era algo incomodo. Sin más me estire, salí de la pequeña sala blanca que poseía una estantería junto a unas sillas, y me encontré en la recepción, sin darle una mirada a la recepcionista ni fijarme donde estaba el "Doc" me fui del lugar con pasos rápidos, necesitaba aire fresco, no podía soportar más la sensación de encierro que me provoca este edificio. Una vez afuera, y por mero instinto voltee a ver el edificio, nada del otro mundo, un simple edificio grisáceo con unas cuantas ventanas repartidas, se ve simple pero sofisticado al mismo tiempo, nadie esperaría encontrar a un psicólogo ahí adentro.
—Y, ¿Como te fue?.—me pregunto una voz detrás de mí sacándome de mi trance.
—No estoy seguro.—le respondí algo desanimado.
—Harás avances en tus siguientes consultas.—me señaló con un tono esperanzado.
—Eso espero tío Rick, eso espero.—solté sin compartir sus expectativas.
—Ya verás chico, todo estará bien.—dijo más esperanzado y sin más me abrazo.
Sentí como nuevas lágrimas querían salir… No, ya no más. Acepte el abrazo y contuve todas las lágrimas; después de un rato Rick deshizo el abrazo y me vio con una sonrisa de lado.
—¿Vamos por unas hamburguesas?.—me ofreció tranquilo.
—Yo, en realidad.—solté en voz baja.—me gustaría ir a ver a alguien.—terminé mi oración casi como susurro mientras me sentía apenado.
—Así, ¿A quién?.—me pregunto con una ceja alzada.
—Cam.—le respondí casi como susurro.
En ese momento pude ver como una mueca se formó en el rostro de Rick, parecía preocupado por mis palabras, ¿Por qué?. Antes de que pudiera decirle algo oí como un suspiro escapó de sus labios.
—Si es lo que quieres está bien chico, te llevaré.—me ofreció con una seriedad extraña.
—Genial.—solté de forma seca.
Sin más ambos nos adentramos al auto de Rick y nos dispusimos a viajar a casa de Cam. Y así tuve uno de los viajes más incómodos de mi vida, Rick abandonó por completo toda su faceta habladora, se dedicó a llevarme en silencio, y viéndolo así de serio y callado me recordó a papá, se comportaba así cuando estaba molesto, estresado… Decepcionado; para cuando llegamos a la casa solo me dijo que le llamará cuando quisiera irme, que estaría en la ciudad haciendo otras cosas. Sin más me baje del auto con pasos lentos, y apenas salí pude ver a Cam, descansaba sentada sobre el porche de su casa, en sus manos portaba un cuaderno junto a su lápiz, se ve tan hermosa.
La chica apartó su mirada del cuaderno y se estiró, en ese momento nuestras vistas se encontraron, la sorpresa se pintó en su rostro, y unas pocas lágrimas se asomaron de sus ojos. Dejo de lado sus materiales de estudio y con pasos lentos se acercó a mí, yo me dispuse a acortar nuestra distancia hasta que quedamos a solo unos cuantos centímetros de distancia.
—Dan.—soltó como susurro y dejó su cálida mano contra mi mejilla.
—Aquí estoy.—le dije a secas.
—Me alegra ver que estás bien, verte de pie.—soltó con las lágrimas amenazando salir de sus ojos.
—Pero.—solté algo desanimado.
—No estás bien.—soltó ella y sin más me abrazo.—Aquí estoy Dan, déjalo salir.—me pidió sin aflojar su agarre.
En ese momento volví a sentir como unas lágrimas amargas corrían por mis mejillas, no pude detenerlas, no puedo detenerlas; abrace con más fuerzas a Cam mientras sentía como las lágrimas corrían, me dejaba llevar por el refugio que son sus brazos, quiero estar así por siempre. En ese momento alguien tosió para llamar nuestra atención, Cam deshizo el abrazo con rapidez y vio al sitio de donde provino el ruido, yo hice lo mismo, pero tomándome mi tiempo, y en ese momento la vi, Leydi. La mujer me veía con una mueca que juntaba compasión y repulsión, la mirada que le darías a un animal descuartizado, una mirada totalmente contradictoria e hipócrita.
—Dante.—me llamo de forma reacia y yo solo la vi mientras secaba mis lágrimas.—Lo lamento todo.—añadió con lo que parecía ser verdadero pesar.
Yo solo asentí de forma lenta mientras me concentraba en detener por completo el llanto, por su parte Cam abrazo mi brazo y vio a su madre.
—Pasa.—ofreció de forma reacia después de un rato.
Con un mal presentimiento que dominaba mi cuerpo me dispuse a adentrarme a la casa junto a Cam, quien se aferraba a mi brazo con fuerza. Leidy nos guío hasta su comedor y me hizo tomar asiento, ella se sentó justo al frente y Cam quedo a mi lado. Esto me recuerda a ese día, un nuevo nudo se presentó en mi garganta y de nuevo el vacío en mi estómago apareció, duele, mierda.
—¿Como sientes el brazo?.—me pregunto la mujer para "romper" la tensión.
—Ya no duele.—respondí a secas y por instinto deje mi mano sobre mi hombro.
—"Despertaste" hace cuatros días, ¿Cierto?.—me pregunto con seriedad y solo asentí.—¿Y aún no visitas a tu padre?.—más que como una pregunta sonó como un reclamo lleno de veneno.
—Y-yo.—intente defenderme mientras sentía como el nudo se apretaba.
—¿No has ido?.—de nuevo sonó como un reclamo, uno indignado.—¿Por qué no has ido a ver a tu padre Dante Sullivan?.—me replicó con un tono amenazante.
—Mamá.—la llamo Cam en voz baja.
—No.—le dijo a secas con el mismo tono amenazante y pude sentir como su agarre se intensificó.—Dante, ¿Por qué?.—repitió una vez más.
Yo solo negué de forma lenta con mi cabeza, por más que las obligara las palabras no salían, se quedaban atrapadas en ese nudo que se había formado en mi garganta, no podía decir absolutamente nada, por más que deseara defenderme y callar a esta mujer no podía hacerlo.
—¿Eres tan mal hijo que ni siquiera puedes ir a verlo?.—me replicó con un tono venenoso.
En ese momento deje de ver la mesa delante de nosotros y alce la vista para ver a la mujer, todo signo de compasión hacia mi había sido borrado de su rostro, me veía con un genuino desprecio, y a la vez se veía sumida en la tristeza. Ella también extraña a papá, pero eso no le da el derecho de tratarme así, yo no soy su hijo.
—¿Ni siquiera vas a contestarme?. ¿Qué demonios ocurre contigo?.—gritó repentinamente y golpeó la mesa.
—Ma-mamá Dan no.—intento defenderme Cam y en ese momento otro golpe a la mesa la interrumpió.
—¡Cállate, mocosa!. ¡No estoy hablando contigo!.—grito a todo pulmón la mujer.
El agarre de Cam se intensificó aún más, y sin notarlo clavo sus uñas en mi piel, la chica solo se encogió otro poco sin soltar mi brazo, y en ese momento escuche como un pequeño sollozo escapó de sus labios, está mujer... Esta haciendo llorar a Cam. Podía sentir como el poco control que tenía sobre mi mismo iba desapareciendo, toda la rabia que había reunido desde que desperté siendo un huérfano inútil hasta ahora quería salir, quería estallar; pero, yo no puedo perder el control, no ahora... No puedo.
—Tu fuiste la peor desgracia para tu padre.—soltó con un tono repleto de veneno y aparte mi mirada de Cam para verla.—El lo abandonó todo para cuidarte, desperdicio toda su vida para poder cuidarte, y tú, tu solo fuiste el peor hijo que pudiste ser.
Sus palabras resonaban por toda mi cabeza y sentía como la rabia aumentaba.
—Tu padre abandonó toda felicidad por ti, tu nunca lo dejaste ser feliz.—su tono venenoso se mezcló con un uno triste.
Una parte de mi quería sentir lastima por esta penosa mujer, había perdido al "amor de su vida", pero, por más que lo quisiera, no podía, toda la compasión había abandonado mi cuerpo, y usaba todas mis fuerzas para mantener a raya mi rabia.
—Eres tan infeliz, tan mal hijo, que eres incapaz de ir a ver su tumba, de ir a pedirle perdón por arrebatarle todo, ni siquiera eres capaz de pedirme perdón a mi por no darme la oportunidad de ser feliz con él.—el veneno abandonada su tono y cada vez se oía más como una mujer desolada.
No. Debo mantener el control, ella está igual de mal que yo, no puedo perder el poco control, ella solo está dejándolo salir todo, debo soportarlo. Yo debo...
—Nunca amaste a tu padre.—soltó su réplica con su tono venenoso.—Nada de lo que hacía era suficiente para ti, tu no lo amabas, ¡Tú mereces este sufrimiento!. ¡Al fin tu padre puede descansar de su hijo de mierda!. ¡El está en paz ahora que está muerto, y es mejor que lo este!.—gritó con todo su odio reunido.
Un gran estruendo callo los sollozos de Cam y las réplicas de Leidy… No se en que momento me moví, no se en que momento me puse de pie y golpe una de las placas de vidrio en vez de la madera de la mesa. Mi vista viajo a mi puño, apretado y lleno de pequeños cortes por todos lados, pero no duele, realmente no duele para nada. Pero, puedo sentir con claridad como toda la rabia quema mi pecho y deshace todos mis esfuerzos de detenerla.
—¡Vas a tener que pagar eso!.—chillo con cierto asco al ver mi mano.—Tu moco.
—¡Cállate!.—le grité dejando escapar toda la rabia.—¡Por una sola vez en toda su puta vida callese!.—replique escupiendo todo mi veneno, no hay vuelta atrás.—¿Qué no ame a mi padre?. ¡Lo único que tuve en toda mi puta vida fue a mi padre!. Yo no tuve familia, siempre estuve solo, yo solo tenía a mi padre, ¡Y lo perdí!.—le grité sintiendo como nuevas lágrimas corrían por mis mejillas.—No quiero ir a ver su tumba porque no lo acepto, no acepto a verlo pedido todo, ¡No quiero ver su tumba y recordá como murió una vez más!. ¡Mierda, ni siquiera puedo dormir una noche completa sin tener una pesadilla donde muera!. ¡No quiero sufrir más!.
>>Y usted, usted no entiendo una mierda mi sufrimiento.—le replique mientras la señalaba.—Usted no sabe lo que se siente quedar a la deriva, estar solo, ¿Enserio cree qué puede gritarme solo por qué se siente mal?, ¿Por qué perdió a mi padre?. El único hombre que sería capaz de hacerle el amor y estar con usted apesar de la persona de mierda que es. No puede, no puede gritarme como si fuese mi maldita madre solo porque lo perdió, porque yo también lo perdí. Usted puede remplazarlo, pero yo no, yo lo perdí para siempre.—escupí todo mi veneno hasta quedar casi seco, solo con una sensación de vacío revolviendo mi interior.
—T-tu... Como te através a hablarme así.—me replicó con la poco valentía que le quedaba.
—Usted como se atreve a siquiera verme a la cara, mi padre murió, no pude ir a su funeral, ¿Y se atreve a gritarme así?. No soy su maldita mascota, y gracias al cielo no soy su hijo.—le replique con un tono venenoso.
—No te quiero cerca de mi familia.—me señaló de forma amenazante.
—Entonces. No la quiero cerca del cementerio, no la quiero cerca de la tumba de mi padre, y si la veo ahí.—le decía mientras mi rabia me dominaba.—Le juro por el alma de mi padre.—continúe y moví mi mano a la cintura.
¿Qué estoy haciendo?… Con las puntas de mis dedos podía rozar la culata de mi arma, yo. ¿Yo estaba por amenazarla con mi arma?. N-no, yo no soy así, yo no soy un monstruo, o...
—¿Me juras qué?.—me replicó la mujer queriendo aparentar valentía.
—Le juro que la sacaré por los cabellos y la traeré a su casa, no me interesa que me vean y me denuncien, tampoco me interesará arrancarle su espantoso cabello y dañar todo su rostro con el pavimento.—le señale con un tono sombrío y el ceño fruncido. Y pareció funcionar, porque la mujer retrocedió unos pasos de forma torpe.—Queda advertida, no se meta más en mi vida. Que tenga una asquerosa tarde y que algún día pueda dejar de ser tan perra.—añadí y escupí el piso para retirarme.
Sin más solo me fui de la casa, una vez afuera llame a Rick y solo le dije que viniera por mi, aún siento como la rabia burbujea dentro de mi pecho, aún siento ganas de... Dios, ¿Qué me pasa?. Estuve a punto de apuntarle un arma a la cabeza, mierda.
—¡Cam vuelve en este mismo instante!.—escuche de parte de Leidy.
Seguido a ese gritó sentí como alguien me abrazo con fuerza por la espalda, Cam. La chica solo siguió abrazándome y dejó su rostro contra mi espalda.
—Lo lamento.—susurro mientras me abraza más fuerte.
—No es tu culpa.—le respondí para deshacer el abrazo y darle la cara. Aún tiene lágrimas en sus ojos.
—Lo lamento tanto Dan.—repitió y tomó mis mejillas con ambas manos.
—No llores más, no es tu culpa.—le pedí y seque sus lágrimas.
Sin previo aviso la chica me besó y me abrazo, yo solo acepte y me deje llevar por la sensación que me hacía olvidar el mundo, la sensación que me hacía creer que todo estaba bien y lo estaría para siempre. El sonido del auto de Rick me hizo separarme de Cam, ella solo me vio con una muy pequeña sonrisa en su rostro y beso mi mejilla.
—¿Nos vemos el lunes?.—me pregunto esperanzada.
—Por supuesto, no dejaré que tú madre me arrebate la felicidad.—le respondí y la bese con rapidez.
—Adiós Dan.—se despidió con una pequeña sonrisa.
Yo solo le devolví la misma sonrisa de forma algo desanimada y me fui junto a Rick. De nuevo el viaje fue algo silencioso, o al menos así fue hasta que vio mi mano herida y cubierta de sangre; me hizo contarle casi todo lo que ocurrió... No me atreví a decirle que estuve apunto de usar mi arma para aterrorizar a la mujer. Rick me confesó que una parte de él sabía que algo así pasaría, pero tenía esperanzas de que la desgracia no ocurriera, supongo que ambos tuvimos mala suerte.
[———————]
—Ha sido una semana difícil, demasiado difícil. Todos me ven raro, me tienen lástima, odio que me vean así, no quiero su lástima. Akira ha hecho todo lo posible por animarme, Cam igual, de hecho no se ha separado ni por un momento de mi, ella es la mejor, y Oliver, está igual… Ambos te extrañamos papá.—solté de pie mientras veía la lápida y sentía las lágrimas correr.—Lo lamento tanto, me tomo demasiado venir papá, pero no me sentía listo, para nada listo. Odio tanto está mierda, Rick hace lo mejor que puede, pero no es igual, no eres tú quien me recibe, no eres tú, y no me acostumbro papá, simplemente no me acostumbro a que no estés conmigo. Cada día te extraño más, cada día duele más y ya no lo sé, me duele tanto seguir aquí, sin ti me siento tan solo, tan perdido, mierda, daría lo que fuera para que tú vivieras, aunque eso no te gustaría, me gustaría haber muerto en tu lugar… Te extraño tanto.—sentí como algo se rompió en ese momento, me siento débil, desolado, miserable. Patético.
Deje que todas las lágrimas salieran mientras veía la tumba, ya no lo soporto; le di la espalda a la tumba e intenté secar todas las lágrimas que no dejaban de salir, debo estar tranquilo, él odiaba verme llorar, debo volver a la normalidad y despedirme, debo intenta ser fuerte. El silencio del cementerio fue roto por un tarareo, y en ese momento todo mi cuerpo se tensó, mi mirada busco a quien tararea y mi cuerpo se movió por sí solo hacía el frente, hasta que la persona se reveló. Una mujer alta de cabellera negra hasta sus hombros, ojos café y piel clara; vistiendo una simple pero elegante camisa blanca de mangas largas, pantalones negros y botas negras, toda su ropa la hacia lucir elegante, como una empresaria de alta gana. Esta mujer es Karina James...
—Dante.—me llamo con una... ¿Falsa?. Tristeza.
—Tu.—le respondí con un tono ausente.
Esta mujer es Karina James, una de las fundadoras de "Lobekarye"… La silueta que tararea.
—No estarás solo, te lo prometo, no estarás solo… Hijo.—me respondió con compasión y extendió sus brazos.
Mi madre…
Continuará...
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Hasta aquí el capítulo, estrellita y compartir ayuda mucho y motiva a seguir. Y sin más, hasta otra amigos.
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