12| ¿Sin Justificación?.
La misma canción de rock and roll que usaba como despertador resonó en mi teléfono. Debí haberla apagado antes de "dormir". Con toda la pereza reunida en mi cuerpo me dispuse a levantarme de la cama, y apenas lo hice todo mi cuerpo dolió y sentí punzadas en la herida, ¡Mierda!, Que horrible es esto.
Después de tener esa visión no pude dormir mucho, no podía dejar de pensar en esa silueta sin importar cuanto lo evitará, ¿Dé quién demonios será?. Ni dormido podía alejar esa pregunta de mi, incluso tuve sueños con esa jodida silueta, sueños donde me hablaba, me perseguía , me torturaba, sueños horribles; el doctor recetó descanso, y fue lo único que no pude hacer, maldición. Me estire un poco para espantar toda la pereza y poder empezar el día, pero en señal de reclamo todo mi cuerpo, incluida mi herida volvió a doler, mierda, ¿Tan mal estoy?. De forma adolorida me moví por mi habitación hasta mi escritorio, tome mi teléfono y me vi en el reflejo del mismo... Vaya ojeras, parezco un jodido mapache; vi la hora, 7:00am, genial, la alarma sonó diez minutos luego, que gran diferencia, aunque si fuera sonado tres horas luego fuera sido mejor. Sin más que hacer fui hasta mi escritorio y tome los apuntes de Oliver, ya que desperté temprano en contra de mi voluntad debo aprovechar el tiempo.
¿Cuánto tiempo llevo estudiando?. Podría jurar que he leído esto último al menos por media hora y aún no lo entiendo. Mi mirada viajo instintivamente a mi teléfono para ver la hora, 9:30am, entonces, llevo dos horas leyendo estos apuntes, y otra media leyendo tan solo tres páginas, entiendo todo menos esto, Dios, ese examen será bastante difícil.
Un bostezo se escapó de mis labios y de nuevo volví a estirarme, está vez nada dolió, pero igual un quejido salió de mis labios; tal vez debería salir de aquí, bajar a desayunar y pasar tiempo con papá, eso será divertido, hoy será un día normal con mi padre, genial. Al llegar a la cocina pude ver a mi padre cocinando, eso que huelo es lasaña, ¡Delicioso!, Pero, ¿Lasaña para desayunar?.
—Hola pa.—le saludé aún confuso.
—Dan, hijo, ven a probar esto.—me pidió con cierta emoción en su voz.
Con pasos lentos me acerque hasta donde estaba él, y me ofreció un poco de salsa que reposaba en una cucharilla.
—¡Esta delicioso!.—le grité mientras saboreaba la salsa.
—Me alegra oír eso.—soltó calmado y dejó escapar un suspiro de alivio.
—¿Vamos a comer lasaña para el desayuno?.—le pregunté esperanzado.
—No Dan.—me respondió entre risas.—Esto es para Leydi.—añadió tranquilo.
—¿Para la madre de Cam?.—le pregunto confuso.
—Así es, ella también estuvo preocupada por ti. Cuido la casa mientras estuve contigo en el hospital, y también me llevo comida, esta es mi forma de agradecerle.—me respondió con una sonrisa de lado.
—Oh.—fue lo único que pude decir. La madre de Cam, sin dudas es una gran persona.
—Iré a llevarle esto en la tarde, ¿Vienes?.—me ofreció tranquilo.—Podrás ver a tu chica.—añadió divertido.
En ese momento estuvo por aceptar la invitación sin dudar, pero vino a mi mente la charla de ayer, Cam debe seguir procesando lo que le dije, debe seguir debatiendo si estoy loco o no. Lo mejor que puedo hacer por ahora es darle tiempo; ¿Qué otra cosa podría hacer hoy?. "Click", mi mente encontró una respuesta rápida a eso, mi mente quería una respuesta ante una pregunta que nació después de que dispare mi arma contra una persona por primera vez, una respuesta que solo una persona podría darme.
—De hecho, quería ver al tío Rick.—le dije tranquilo.
—Ho, ¿Entonces quieres que te lleve?.—me ofreció algo confuso.
—Si, por favor.
—Bien, iremos cuando termine de preparar la lasaña, tu desayuno está en la mesa.—me informo más tranquilo.
—¿Enserio no comeremos lasaña?.—le pregunté con una pequeña esperanza y él solo rió.—Entonces no.—solté con falsa decepción y una sonrisa de lado.
Me tomé un rato para comer y disfrutar los huevos fritos con tocino y pan tostado que hizo mi padre, en realidad los disfrute mucho, estaba deliciosos. Tome una ducha rápida y me cambié de ropa, un simple suéter negro junto a un pantalón de mezclilla y zapatos negros, es la ropa más cómoda y sencilla que podría usar, perfecto para hoy; estaba por volver a la cocina para poder charlar con mi padre, cuando alguien toco la puerta, ¿Quién podrá ser?. ¿Tal vez Oliver?.
—Tuviste que llamara an.—hablaba con reclamo falso mientras abría la puerta, pensé que era Oliver. Que equivocado estoy.
—Joven Sullivan.—me saludo un oficial. El mismo oficial joven que me interrogó aquella vez.
—Oficial. Disculpe pensé que era un amigo.—me disculpe con rapidez al notar su mirada de reclamo.
—¿Esta tu padre?.—me pregunto ignorando por completo mi pregunta. Había olvidado lo simpático que era este tipo.
—Oficial Mason, ¿Qué lo trae por aquí?.—le pregunto mi padre que recién se acercaba.
—Su hijo debe venir conmigo a la estación, solo falta su testimonio sobre lo que pasó el domingo pasado.—le informo de forma serio.
—Tenemos cosas que hacer.—señaló mi padre igual de serio.
—Será rápido, se lo prometo.—le respondió Mason.
Un suspiro de frustración escapó de los labios de mi padre y me vio, yo solo asentí de forma desanimada.
—Bien, ve.—acepto a regañadientes mi padre.
—Gracias por la colaboración.—soltó tranquilo.—Vamos chico.
Sin más me dirigí junto al oficial hasta la patrulla, en este mes he hablado con mas oficiales que en toda mi vida, no es algo bueno, es algo bastante jodido. ¿En qué clase de película se convirtió mi vida?
[———————]
Y estoy aquí de nuevo, en una sala de interrogatorio, y de nuevo el oficial joven que parece llevar por apellido Mason será quien haga el interrogatorio, que gran deja Vu.
—Dante Sullivan, 17 años, tu padre es Tony Sullivan de 45 años, ¿Es eso cierto?.—me pregunto serio.
—Si, así es.—le respondí a secas.
—El jueves 5 de octubre, ¿Recuerdas que paso ese día?.—me pregunto lleno de seriedad.
—Si...—le respondí sintiendo escalofríos, ese fue el día de la masacre. El día que murió Frank.
—Entonces recordarás que el día siguiente, el viernes 6 de octubre, fuiste interrogado junto al joven Tood ya que fueron los únicos sobrevivientes.—me dijo afirmando en vez de preguntando.
—Si. Pero no sé a que punto quiere llegar.—le respondí confuso.
—Seis días después ambos fueron interrogados de nuevo, el jueves 12 de octubre, ¿Recuerdas por qué?.—me pregunto evadiendo mi anterior comentario.
—Nos acusaron de tráfico de drogas.—le respondí serio.
—Así es, la única pista que teníamos eran esas drogas, y ustedes estaban vi vinculados a ellas, pero resultó siendo una pérdida de tiempo. Y diez días después, el domingo 22 de octubre tú y tus compañeros fueron a un edificio abandonado y tú casi mueres.—me dijo serio.
—Si.—le dije a secas sintiendo escalofríos.
—Despartaste cinco días después, el viernes 27, y hoy sábado 28 de octubre vuelves a esta sala de interrogatorio.—me informo terminando con su repaso.—¿No te parece raro qué durante todo este mes tu vida a sido una montaña rusa?.
—Si, es una montaña rusa que no disfruto, la odio.—le respondí serio.
—Pero tu te montaste en ella. ¿Por qué decidiste investigar ese sitio?.—me pregunto serio.
—¿Investigar?.—le pregunte en shock.
—Lo note, desde el momento en que te ví, supe que harías algo estúpido... ¿Pero investigar?, Eso fue más allá de lo que esperaba, ¿Quieres vengar a tu amigo?. ¿Traer paz?.—me pregunto tranquilo. Vaya, puede estar tranquilo.
—Yo.—me quedé sin palabras, mierda.
—Me recuerdas a mi, antes de volverme oficial también hacía ese tipo de idioteces. Por eso llame la atención de Gutiérrez y termine volviéndome policía.—me comento tranquilo.
—Si. Quise investigar por mi mismo, quiero vengar a Frank.—le respondí de forma reacia, lo descubrió por sí solo, no vale la pena mentir.
—Chico, cuéntamelo todo, desde el momento que llegaste a ese edificio hasta el que saliste, dime todo lo que viste. Tal vez podamos descubrir algo, te lo pido, ayúdanos.—me pidió de forma decidida.
Un suspiro escapó de mis labios y me dispuse a contarle todo, como llegamos, el estado del edificio, los cadáveres, el gritó de aquella persona. Esa chica; le conté absolutamente todo como él pidió. Después de mi relato el oficial Mason se veía disperso, sin darme alguna excusa salió con rapidez de la sala, y unos pocos momentos después volvió con algo en su mano. Parece una foto.
—¿Estás seguro de que esa chica se veía exactamente como la describiste?.—me pregunto con suma seriedad.
—Si. Es díficil recordar todo, aún me provoca escalofríos, pero recuerda a la perfección su rostro, no puedo olvidarlo.—le conteste de forma oscura.
—Mira esa foto Dante.—me pidió y dejó la foto sobre la mesa.
Con ambas manos tome la foto con cierta duda y la vi... ¡Por la mierda!. Una chica de ojos verdes pálido, cabellera castaña hasta sus hombros y piel clara, sin sombra de ojos ni pintura de labio, poseyendo una gran y perturban te sonrisa, una que lograría aterrar y poner nervioso a cualquiera, esta chica. Es la misma chica que me atacó en el edificio abandonado.
—¿Qui-quién demonios... Quién demonios es esta chica?.—le pregunté. Más bien le ordené que me dijera.
—Se parecen, ¿No?.—me pregunto bastante serio.
—¿Quién es?.—repetí con seriedad.
—Esa chica... Tiene 22 años, y se llama Ely Muñoz, desapareció hace dos meses, más precisamente, desapareció el 15 de agosto.—me informo ahora intranquilo.
—Ely.—solté en forma de susurro.
—Ha estado desaparecida por dos meses, pero parece que no desapareció, ¿No es así?, Ha aprovechado estos dos meses al máximo. Esa chica es un peligro, una asesina.—soltó el oficial Mason. Parece cambiar de ideas rápido.
—Pero es imposible, desapareció poco después de que "Lobekarye" llegará a la ciudad y no se supo más nada de ella, ¿Por qué esta libre?. ¿Por qué "Lobekarye" la solitaria?.—solté mis dudas sin pensar y luego tape mi boca.
—¿Así que sospechas de Lobekarye?. No creímos que fueran ellos a pesar de su expediente, pero tal parece que si hay alguna conexión.—soltó Mason mientras se llevaba una mano a su mentón.
—¿Tu crees?.—le pregunté algo lo dudoso.
—Tal vez, debemos investigar más. Pero tú no seguirás, esto ya es demasiado peligroso para ti chico, agradezco tu ayuda, nos llevaste un paso más a la verdad, pero ya es hora de detenerse, no puedes seguir con esto, podría morir.—me dijo como consejo. Como orden.
—Pero, yo aún.—le decía serio.
—Ya fue demasiado para ti niño, ¿No es hora de bajarse de esa montaña rusa?.—me pregunto serio.
¿Bajarme?. Eso es imposible, una vez que empieza el recorrido es imposible detenerlo, y si me lanzo ahora solo conseguiré herirme, debo terminar este viaje, no importa lo horrible que sea, debo llegar hasta el final.
—Okey, dejaré de investigar.—le mentí de la forma más convincente que pude.
—Esta bien chico. ¡Y no quiero verte de nuevo por aquí!. Si vuelves será para agradecerme por capturar a los asesinos, ¿Okey?.—me replicó serio. Pero eso fue divertido.
—Okey, okey, no me meteré en más problemas.—volví a mentirle. Lo más seguro es que vengan muchos más problemas.
—Bien, te llevaré a tu casa, tu padre se veía molesto solo porque fui por ti.—señaló el oficial aún serio.
—Si, así es él.—solté al aire con una pequeña sonrisa.
Sin más el oficial Mason salió de la sala de interrogación y yo lo seguí, puede ser agradable, y sin duda es un gran oficial e investigador. Pero no es muy bueno detectando mentiras, yo no puedo detenerme, no ahora, no aún. Debo vengar a Frank, quiero descubrir la verdad. Cueste lo que cueste.
[———————]
El auto de mi padre viajaba de forma rápida hasta la tienda de armas del tío Rick; después de llegar del interrogatorio me pidió ayuda para terminar la lasaña... ¡Hizo dos!. Al final si comí lasaña, solo que no para desayunar. Me dejaría en la tienda y volvería por mi después de llevar la lasaña, eso tardará al menos dos horas y media, tiempo más que suficiente.
—Dan, llegamos.—me informo algo intranquilo.
—Ha, claro.—le respondí de forma dispersa y me baje del auto.
—Espérame, volveré por ti, ¿Okey?.—me pregunto aún intranquilo.
—Si pa.—le respondí algo aburrido.
—Bien, nos vemos Dan.—se despidió algo sonriente y se fue.
Eso fue algo raro, estaba muy ansioso por irse. Nah, tal vez fue cosa mía. Con pasos lentos me acerque hasta la tienda y sin más me adentre a la misma.
—¿No ve el letrero?. estamos por cerrar.—me reclamo sin siquiera verme.
—Vaya, ¿Entonces me voy?.—le pregunté sonriente.
—¡Pequeño Dante!.—gritó sorprendido.
—Hola tío Rick.—le saludé aún sonriendo.
Sin más el hombre salió del mostrador y fue a darme un fuerte abrazo, enserio esto se siente nostálgico, bien. Enserio se siente como si fuera un familiar real.
—Si viniste a ver a tu viejo tío.—me reclamo sonriente.
—Si, así es.—le respondí igual sonriendo.
De la nada el semblante de Rick se volvió serio, y sin previo aviso levantó mi camisa; está inspeccionando los vendajes, mi herida...
—Tu padre me contó, pero quiero que tu me digas que ocurrió.—me pidió. Más bien me exigió bastante serio.
—Mi padre te lo dijo. Supongo, fui a investigar acerca de la muerta de Frank, creí tener una pista sólida, pero había una psicópata en ese sitio y.—le decía serio y en ese momento me quedé en blanco.
—¿Y?.—me pregunto curioso.
—Quería preguntarte acerca de eso. La vi de frente, pude haberla detenido, incluso le apunte, sabía que mi vida estaba en peligro y debía hacer algo. Pero aún así dude, le dispare a la pared en vez de a ella. Yo no pude, puse en peligro a todos y mi propia vida por no poder disparar, y aún me lo preguntó, ¿Por qué no pude disparar?. ¿Por qué dude?.—le pregunté mientras tomaba mi brazo. Yo tengo la mejor puntería, pude detenerla, pero falle, yo falle.
—No fallaste.—soltó de la nada Rick.—Lo veo en tu rostro, estás frustrado, siente que les fallaste a todos, pero no fue así.—me señaló tranquilo.
—¿Entonces qué fue eso?.—le pregunté confuso.
—Tu humanidad. Dante aún eres un chico, tienes 17 años, y lo sabes, tu sabes que está mal asesinar a alguien; quitar una vida no tiene justificación. Querías detenerla, ibas a matarla, pero tú no eres un asesino, por eso dudas te, por eso fallaste el tiró.—me explico tranquilo.
—Acabas de decir que falle.—le señale decepcionado.
—No, tu solo cuidaste algo importante para ti, cuidaste tu humanidad, decidiste no ser como ellos, y eso no es un fallo, es una decisión acertada.—me señaló aún tranquilo.
—Mi humanidad.—solté viendo a la nada.
—Así es, no eres un asesino, solo eres un chico. Así que no pienses más en que fallaste, solo sigue adelante.—me pidió bastante serio y dejó su mano sobre mi hombro.
—Esta bien.—solté de forma cortante.
—¿Quieres practicar?.—ofreció sonriendo.—¿Qué tal una pequeña apuesta?.
—¿Qué apuesta?.—le pregunté con una pequeña sonrisa.
—El que de más veces en el blanco gana, y el que gane se queda con esto.—me dijo sonriendo y me mostró un gran trozo de pastel junto a unas placas.
—Ganaré, necesito un collar nuevo.—le respondí sonriendo.
Rick solo soltó una pequeña risa y me guío hasta el campo de tiró, esto sigue siendo bastante divertido.
Entonces una sola frase apareció en mi cabeza, algo que nunca había pensando con seriedad; "si deseo detener esto deberé matarlos". Siempre lo he pensando de esa forma, ¿No?. Los detendré sin importar que cueste, y puede que detenerlos me cueste mi humanidad, ¿Me volveré un asesino solo para acabar con esto?. Lo siento tío Rick, papá, Cam. Puede que no sea buena persona, debo matarlos así me cueste mi humanidad, ¿Podrán seguir queriendo a un asesino?. ¿Entenderán que solo deseo acabar con esto?.
Sin importa que me cueste, así sea un simple asesinato sin justificar. ¿Es esto un capricho?. ¿Me obsesione con buscar venganza?. Quien sabe, creo que estoy llegando a un punto bastante oscuro... ¿Podré volver?. Tal vez perdí esa opción desde que todo esto comenzó. Tal vez ya esté perdido en la eterna oscuridad, perdido para siempre.
¿Acaso podré salvarme y salvar mi humanidad al mismo tiempo o me volveré un simple asesino?.
Continuar...
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Hasta aquí el capítulo, estrellita y compartir ayuda mucho; y sin más hasta otra amigos.
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