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02| ¿Día Normal? (2)

Camine con rapidez hasta la salida del instituto, y en la salida un hermoso Mazda 3 plateado descansaba. Sin esperar más me acerque al auto y el conductor de lentes oscuros posó su atención en mi.

—Dan.—me saludo con su mano.

—¿Qué hay Frank?.—respondí su saludo y me subí al asiento de copiloto.

—¿Vamos por unas hamburguesas?. Aún falta media hora para tu otra clase.—se ofreció Frank.

—Claro, tu pagas amigo.—le respondí con tranquilidad.

Sin decir más nada el auto salió con rapidez de la entrada del instituto. Frank, de piel morena y rastas negras, más alto que yo y en buena forma, vistiendo una camisa de mangas largas blancas y un pantalón negro, un universitario... El auto siguió su camino hasta que llegamos a un auto-servicio, un pequeño local de comida rápida que solo vendía hamburguesas. A simple vista este sitio puedes ser un local más, pero la calidad de la comida es de otro mundo... Son las mejores hamburguesas de la ciudad.

—Dan, reacciona.—me llamo Frank y me arrojó un envoltorio.

De forma torpe logré tomar la hamburguesa y sin esperar la saque del envoltorio para comer. Por su parte Frank paro en el estacionamiento y se dispuso a devorar su comida.

—¿Podrás encontrar mercancía para esta noche?.—me pregunto sin rodeos el moreno.

—Ayer les conseguí mercancía, ¿Enserio harán otra fiesta tan pronto?.—le respondí serio.

—Si, ¿No puedes encontrarla?.—me pregunto serio.

—Puedo, solo dime a donde y a que hora llegar.—le respondí igual serio.

—La vieja casa abandonada, sabes dónde queda, ¿No?.—me respondió con una sonrisa de burla.—Ven a la media noche.

—Ahí estaré... Y espero mi paga.—le respondí con una pequeña sonrisa.

—Así será pequeño Dan, te esperaré.—me respondió serio y volvió a encender el auto.

Y sin más charlas el auto salió de ahí directo al instituto. No esperaba tener que "trabajar" hoy, pero me será útil... Podré distraerme de Akira por lo que queda de día.

                    [———————]

Por poco llegue a mi clase... Debo aprender a manejar mi tiempo. Al entrar casi todos ya esperaban en sus asientos, Akira me miró por unos segundos y luego desvío su mirada con tristeza, Cam hizo lo mismo solo que con una expresión que reflejaba molestía. Por su parte Oliver me miró y me saludo solo con su mano; no tuve tiempo de hablarle, las clases habían empezado de nuevo.

Al fin, al fin podía irme. Me estire en mi asiento mientras que el resto de mis compañeros se iban, de reojo pude ver como Cam se escabulló con rapidez sin siquiera mirarme, enserio se molestó esta vez; por su parte pude ver como Akira fue rodeada por un grupo de chicas y como se fue charlando con todas, pude sentir que su vista se posó en mi por unos pocos segundos... Suficiente para despertar todas las alertas en mi. Solo Oliver y yo nos quedamos en nuestra aula arreglando nuestras cosas.

—¿Frank?.—me pregunto Oliver sin verme.

—Si.—le respondí a secas.

—Voy contigo, puedo ayudarte a pagarle a tu primo.—se ofreció con tranquilidad.

—Solo quieres ir a la fiesta.—le replique sonriendo.

—Si, ¿Y qué mejor forma de ir que contigo?.—me respondió sonriendo.

—Ya, vayamos con él antes de que se haga más tarde.—le recordé serio.

Sin decirnos más nada ambos salimos de nuestro aula. Es sorprendente lo rápido que se vacía este sitio, y también lo lúgubre que se ve sin nadie a su alrededor... Si las luces no funcionarán y las paredes estuvieran llenas de moho, se podría grabar una película de terror.

—¿Pensamientos lúgubres?.—me pregunto el pelirrojo tranquilo.

—Si, este sitio siempre me ha dado malas vibras... Vámonos.—le respondí tranquilo.

Caminamos por las llenas calles de la ciudad, empresarios y obreros salían de sus trabajos; y otros pocos apenas se dirigían a sus trabajos, unos cuantos padres caminaban con sus pequeños que recién salían de sus clases... Niños junto a su padre y madre, que raro, no hay tantos pequeños afortunados que los tengan a ambos, que mala suerte tuve. Nuestros pasos se detuvieron delante de un edificio lleno de apartamentos; saque mi teléfono y le marqué a un número sin registrar que yacía en mi teléfono.

—¡Pequeño Dan!.—escuche con emoción desde mi teléfono.

—Jon, estoy aquí afuera.—le respondí tranquilo.

—¡Vaya que frío pequeño Dan!, Espérame, estaré ahí en un segundo.—me señalaron aún con esa emoción.

Después de colgar todo quedó en silencio, Oliver me vio con una ceja alzada y yo solo alce mis hombros; esa emoción era rara pero explicable. Unos pocos momentos más pasaron y alguien bajo; un adulto joven alto de piel pálida y cabello rizado negro, de mi tamaño y algo gordo; vistiendo un suéter largo negro y pantalones grises, junto a unos zapatos negros y lentes oscuros. El chico abrió la puerta y sin previo aviso me abrazo con fuerza... Olía a alcohol, después se separó de mí y fue a abrazar a Oliver, quien correspondió con el rostro arrugado, también lo golpeó ese olor.

—¿Por qué no me dijiste que el pequeño pelirrojo vino?.—me pregunto un sonriente Jon.

—No tenemos tanto tiempo, solo vinimos a comprar.—le dije algo serio y su sonrisa se borró.

—Vamos pequeño Dan, afuera no se habla de negocios.—me señaló serio.

En silencio los tres nos adentramos al edificio, un sitio no tan bien cuidado, con una luz parpadeante y polvo... No será un sitio de cinco estrellas pero al menos es un sitio donde se puede tener un techo. Habitación 107, en la primera planta, los tres entramos al apartamento y fuimos golpeados por el olor a tabaco y alcohol; Jon se sentó en un sillón de su precaria habitación, un sillón descuidado en una sala algo sucia junto a una televisión algo antigua, el chico se quitó sus lentes oscuros dejando a la vista sus ojos azules enrojecidos; que sorpresa, estaba drogándose.

—Entonces, ¿Qué necesitas pequeño Dan?.—me pregunto más calmado.

—Lo mismo de ayer.—le dije sin rodeos.

—Coca, un poco de marihuana, y alcohol, ¿Me equivoco?.—me pregunto y negué con la cabeza.—Aquí tengo unos bolsos preparados con eso, llévalos y pagame.—añadio tranquilo.

Oliver saco un pequeño fajo de dinero y se lo entrego a Jon; este sin contarlo lo guardo y nos sonrió. Yo tomé los bolsos y luego volví a ver a Jon.

—Cuídate pequeño Dan... Espero nunca verte consumiendo eso.—me replicó algo serio.

—No es para uso propio, lo sabes. Vendré a visitarte en otra ocasión Jon, adiós.—me despedí con una pequeña sonrisa.

—Adiós gran Jon.—le dijo con ánimos Oliver.

Ambos nos fuimos de ahí con pasos lentos y Jon nos abrió la puerta para salir del edificio, ya afuera me quedé viendo el edificio... Este sitio es tan precario, parece sacado de una película llena de clichés... Pero es aún peor, no es un sitio de una película, es un sitio real; lleno de malas personas y lacras, un antro de criminales.

—¿Tienes miedo de este sitio?.—me pregunto Oliver.

—Ni un poco... Jon no dejaría que alguien de aquí me tocara.—le respondí a secas.

—Sabes a lo que me refiero.—me replicó serio.

—Si, este sitio al igual que el instituto me da mala espina... Como si algo malo pasará tras bambalinas.—le conteste serio.

—Ya... Vámonos.—me pidió serio.

—Si, vayamos a mi casa a prepararnos.—acepte serio.

                   [———————]

Otra rareza, papá no está en casa, de nuevo trabajará hasta tarde. Su pequeña nota sobre la mesa solo decía que pidiera pizza para cenar. Y así lo hice, ordene una pizza para Oliver y para mí; luego simplemente nos arreglamos para la "fiesta", me vestí con un simple suéter negro y pantalones de mezclilla junto a unos botines de cuero, Oliver solo se puso una de mis camisas blancas y un pantalón negro junto a unas convers negras. Apenas el reloj marco 10:30pm ambos salimos de mi casa, no sin antes cerrar todo menos la ventana de mi cuarto, para llegar solo debería escalar hasta el segundo piso y entrar por ahí, sería fácil para mí, pero no para los otros.

Después de caminar por tal vez una hora llegamos a un bosque, nada del otro mundo, unos cuantos árboles torcidos y sin mucho follaje se alzaban, y más allá de ellos una pequeña casa de madera podía ser vista, con pocos focos expuestos que iluminaban sus afueras. Delante de la entrada nos esperaba Frank, quien nos saludaba con una de sus manos, la parte trasera de la casa parecía estar llena, podía escuchar la música... ¿Como es que esa rústica casa de madera aún tiene electricidad?.

—Dan, Oliver, llegan justo a tiempo.—nos gritó al vernos llegar.

—Hola Frank.—saludo con una sonrisa Oliver.

—Tu mercancía.—le señale entregándole los bolsos.

—Siempre podemos confiar en ti pequeño Dan.—comento sonriendo.—Tu paga.—añadió y me paso un fajo de billetes que acomode y guarde en mi cartera.

—¡Vamos a la fiesta!.—grito con emoción Oliver y se adentro a la casa.

—Pequeño Dan.—me llamo Frank.

—Si vamos, debo cuidar al pelirrojo.—le respondí sonriendo.

Música a todo volumen, gritos de universitarios, "bailes", drogas y alcohol. Las "fiestas" de los universitarios enserio que son un caos sin sentido, y en medio de ese caos estaba Oliver, ya había tomado pero seguía estando sobrio; sonriente mientras estaba rodeado de chicas universitarias. Deben ser cerca de la 1 de la madrugada, puede que las 2; descansaba sobre el pequeño porche de la entrada de la casa abandonada, sentado sobre las escaleras viendo como algunas chicas salían del bosque tambaleándose... ¿Qué tan ebria deben estar?.

—Miren miren, es Dan.—señaló una castaña mientras arrastraba las palabras.

—El chico de la mercancía es sexy~—solto una rubia mientras mordía su labio.

—Besa lo.—le reto otra de las chicas.

La chica rubia se acercó a mí con rapidez, y sin previo aviso me robo un beso. El olor y sabor a alcohol irrumpió en mi boca, me revolvió el estómago; la chica se separó de mí y solo soltó una risa tonta para volver con sus amigas y adentrarse a la casa... Que experiencia más desagradable, odio el alcohol.

¡Mierda!. Tome mi cabeza con mis manos mientras sentía que algo chorreaba de la parte trasera de la misma, ¿E-esto d-de nuevo?. No, duele más... Siento que algo palpita, mi cerebro... Mi cráneo... ¿La cabeza me sangra...? ¡Duele!, ¡Mis ojos!. ¿Se salen, sale sangre?. ¡Duele!...¡Duele demasiado!. ¡DUELE!.

Oscuridad, oscuridad de nuevo... ¡Mis ojos arden!. ¡Mierda!. Cerré mis ojos esperando que así desapareciera el dolor, pero el ardor me hizo parpadear varias veces hasta que recupere mi vista... Sigo sentado en el porche... Nada ha pasado... ¿Qué demonios?.

—¡Oye Dan!.—me llamo Oliver.

¿Qué ocurre?.—le pregunte aún confuso.

—¡Solo ven!.—me gritó con un tono serio.

Con pasos lentos entre de nuevo a la casa... Pero detrás de mí, desde el bosque, podía sentir una mirada que se clavaba en mi espalda; y allí estaba, el miedo había vuelto. La música descansaba en el tope del volumen y los "bailes" desenfrenados llenaban la casa, el olor a marihuana ya había invadido todo el lugar; y en una esquina apartada me esperaba Oliver, se veía algo serio.

—¿Qué ocurre rojito?.—le pregunté con una pequeña sonrisa.

—Ya solo queda marihuana y coca, ya deberíamos irnos antes de que empeore.—me señaló serio.

—¿Te besaste con un trans verdad?.—le pregunté con burla.

—¡Eso solo paso una vez!.—me replicó molesto.—Ya todas las chicas se están llendo, pronto no será una fiesta... Será una orgía.—añadió incómodo.

—Esta bien, vámonos.—le dije tranquilo... ¿Como las palabras salen con naturalidad si estoy aterrado?.

Estábamos por irnos cuando un gritó resonó por todo el sitio, lo suficientemente fuerte para llamar la atención de todos y detener la música; el gritó de una chica... Un gritó como ese... Es de alguien que está por morir. La casa permaneció en silencio, nadie se atrevía a decir algo o moverse, la tensión se sentía en cada rincón; por instinto mi cuerpo reaccionó, tome a Oliver de su camisa y lo jalé hasta la segunda planta de aquella casa, los gemidos habían sido silenciados por le gritó, supongo que todos estaban aterrados de hacer otro movimiento.

—¡M-Ma-Mary!.—gritó alguien desde la planta baja.

—¡Que gran fiesta, una lástima que no nos invitaron!.—gritó otra voz en un tono melodioso... Esa voz... Siento haberla oído antes... Me aterra.

Después del gritó de esa otra persona un golpe seco recorrió todo el lugar, y seguido un montón de gritos llenaron la casa; esos gritos... Eso es miedo puro.

—Hagan una masacre familia mía, es hora de nuestro festín.—gritó la misma voz melodiosa y luego rió.

¡Por la mierda!. Sin pensarlo mucho retrocedí un poco y salte por la ventana sin importar cuantos cortes podría hacerme... Mejor cortes a disparos. El silencio había sido roto por un sin fin de disparos, podía seguir escuchando los gritos y los casquillos que caían, podía imaginarlo. Adentro era una jodida masacre. Al caer al piso rodé para evitar más daños, y detrás de mí salto Oliver, quién cayó de manera torpe pero sin hacerse daño según vi; con rapidez y sin esperar más ambos nos pusimos de pie y huimos del sitio, aún podía escuchar los disparos y gritos, y de fondo una risa algo infantil macabra... ¿Qué-qué demonios está pasando?.

Oliver y yo corrimos hasta que nuestras piernas no dieron más, estábamos bastante lejos... Ya no podía oír absolutamente nada; el bosque se había vuelto más tétrico de lo que solía ser. Caminamos con lentitud esperando salir de él... ¡No!... Pose mis manos sobre la tierra con rapidez para evitar golpearme, caí de rodillas mientras miraba la escena delante de mí.

—¿Da-Dan qué ocurre?.—me pregunto un aterrado Oliver.

—Fra-Frank.—al fin las palabras lograron escapar de mi garganta.

Contra uno de los árboles del ahora gran bosque descansaba el cuerpo sin vida de Frank, su cuello había sido rebanado y de el ahora salía sangre como si de una pequeña fuente se tratase, por alguna razón tenía su pantalón abajo y ropa interior llena de sangre, sus negros ojos sin vida miraban el interminable mar de estrellas... Si su cuello no estuviera así podría decir que esta vivo... No. ¿Enserio está muerto?.

—¡.Da-Dan!.—me gritó Oliver y se arrojó sobre mi.

Seguido de ese sonoro gritó ambos caímos al suelo, y una lluvia de balas nos rozo. Con rapidez voltee a ver quien... ¿Qué demonios?.... ¡¿QUÉ DEMONIOS ES ESO?!. Delante de ambos algo descansaba, un ser con un rostro demacrado, lleno de cicatrices y con pedazos de carne faltante, con grandes cortaduras al rededor de sus ojos y sin ojos visibles, con los labios cocidos dando ilusión a no tener, el ser más alto que ambos vestía una larga camisa blanca llena de sangre y mugre, junto a unos pantalones deportivos negros, mientras que en su mano descansaba una pistola.

—Dos pequeños corderos escaparon del matadero.—soltó el ser con un tono melodioso... No es la misma voz de antes... ¿Esta usando máscara?.

—¿Qui-quién demonios eres?.—le gritó Oliver reuniendo todo su valor.

—El lobo.—respondió y disparó su arma... Ese click. ¿Esta vacia?.—Oh, que corderos más suertudos.—añadió el ser.

Y sin decir nada tome la mano de Oliver y lo saqué de allí arrastras, no pensaba quedarme esperando a que recargara... No. No puedo acabar como Frank, no... Aún no. Y mientras huí solo oía su risa... ¡Mis ojos!. ¡Arden!.

¡Arden!, ¡Arden!, ¡ARDEN!. En ese mismo momento me agache y lo deje salir todo, solté un gritó de dolor y seguido vomité, ¡Duele demasiado!.

—¡Mierda!.—grito Oliver mientras se acercaba a mi.—¿Es-estas bien?.

—No... No estoy bien.—le respondió con sinceridad... Ya no tiene sentido ocultarlo.

—¿Qué te ocurre Dan?.—me pregunto un preocupado pelirrojo.

—Va-vámonos.—respondí a secas mientras el dolor desaparecía.

—Bien... De todas formas ya es hora de irnos.—me comento Oliver.

Con mi brazo rodee el cuello Oliver y emprendimos nuestro camino, sin su ayuda no podría volver a casa... ¡Si sigo por este camino no llegaré vivo a casa!. Con las pocas fuerzas que conservaba mi cuerpo arrastre con rapidez a Oliver hasta uno de los árboles y nos ocultamos detrás de el.

—¿Qué diablos Dan?.—me reclamo un confuso pelirrojo.

Yo solo pose mis dedos sobre mis labios y vi de reojo hacia el sendero que llevaba a la casa... Podía escuchar voces. Voces melodiosas que parecían entretenidas.

—Pudimos quedarnos con la cabeza del chico.—dijo una de las voces con burla.

—Llevar la cabeza de una chica da más impacto, y mira a esta puta, murió dando una mamada.—replicó con burla una voz armoniosa... La misma que ordenó la masacre en mi "visión".

De reojo pude ver bien que llevaba en su mano... Mary... La cabeza de Mary, aún chorreaba sangre de su cuello desmembrado y su antes cabello negro ahora estaba teñido de rojo... Vi como Oliver se llevó su mano a la boca y ahogo un gritó de terror; un paso en falso y ambos moríamos. Las voces siguieron mientras el grupo se alejaba de nosotros y acercaba a la casa, eran al rededor de 15 personas armados con pistolas, sería una masacre... Todos iban a morir.

—D-Dan los chicos, de-debemos.—me decía de forma entrecortada el pelirrojo.

—N-no, si volvemos morimos... Debemos huir.—le respondí aterrado... Aún no deseo morir.

—¿Co-como sabías qué esto pasaría?.—me pregunto asustado.

—Ahora no, luego.—le dije a secas.

Ambos seguimos nuestro camino, ya era "seguro" seguir, de no haber visto que eso pasaría, ¿Qué me hubiera pasado?. ¿Estaría muerto?. Pero vi algo más. Con pasos lentos seguimos caminando hasta ver el cuerpo muerto de Frank, la pequeña "fuente de sangre" salía con un poco más de presión, y la sangre que salía de su entrepierna estaba manchando su ropa interior; Oliver aguanto el vomitó, pero no pudo retener las lágrimas, yo... Siento como las lágrimas calientes bajan por mis mejillas, ¿Esto es impotencia?. Yo sabía que moriría... Y no hice nada para evitarlo. Mierda.

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Con algo de dificulta logré entrar por la ventana, al fin parte del dolor había desaparecido. Me recosté en mi cama sin pensar mucho en todo; este día... Vaya día. De reojo pude ver como Oliver se sentó frente a mi pc y luego me vio con cierta preocupación.

—¿Cómo lo supiste?.—me pregunto sin rodeos.

—Lo vi... Simplemente vi que pasaría.—le respondí sin rodeos... Estoy cansado de afrontar estás "visiones" solo.

—¿Lo viste?.—me pregunto desconcertado.

—No estoy loco Oliver, lo vi... Pero hoy quiero descansar, por favor.—le pedí con calma.

—Esta bien... Ha sido un largo día, descansa.—me respondió tranquilo y se acostó en el puff de mi habitación.

—Tu igual.—le respondí a secas y apague las luces.

Sin cambiarme la ropa, sin tomar agua, sin hacer más nada me acosté esperando dormir. Necesito dormir y despertar, esto solo fue un mal sueño, no puede ser real... Yo no estoy loco, no puedo estarlo. ¿Qué demonios le acaba de ocurrir a mi vida?. Yo no puedo superar esto solo, no puedo, no quiero... Necesito ayuda, no quiero volverme loco.

Continuará...

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Aquí termina el segundo capítulo de esta nueva historia, espero que les haya gustado, ya saben, estrellita y compartir ayuda.

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