MEMORIAS DE UNA VIDA PASADA
Capítulo 13
Desde que Sam había aprendido a controlar su mente para ver ciertas cosas, las visiones habían dejado de ser espontáneas e impredecibles y casi nunca se remontaban a los acontecimientos de su muerte a excepción de hoy.
Recordó que justo antes de que el ejército llegara a su hacienda, supo de un general despiadado que además de asesinar a los rebeldes, destruía toda evidencia y rastro de creencia ajena al catolicismo.
Lo vió por primera vez cuando los tomaron por asalto y lo escuchó dar la orden para atacar, fue entonces que entendió el porque le resultaba tan familiar la otra voz.
Samantha comprendió que, al igual que Héctor, él coincidió en el mismo tiempo y lugar y era muy probable que otras personas también coincidieran y en tal caso, ambos corrían nuevamente peligro de muerte.
-Voy a preguntarte una vez más -dijo Pablo un tanto exasperado -¿Dónde se esconden tus amigos?
-¿Qué te hace pensar que hay otros? -replicó Sam mirándolo a los ojos.
-¡Detesto los juegos! -exclamó colocando un cuchillo en el rostro de Sam -y mi corta paciencia te lo dejará muy claro si no me dices lo que quiero saber -agregó con una sádica sonrisa.
-No hay nadie más -respondió sin bajar la mirada.
-¡Es mentira! -me dijeron que visitaron a alguien más y casualmente tu acompañante no estaba contigo en ese lugar, así que dime ¿Dónde están? Es la última vez que te lo preguntaré.
-No pudiste ver por estar enfocado sólo en mi -respondió Sam, advirtiendo una oportunidad para intentar ganar tiempo -todos estábamos reunidos por una razón especial.
-De nuevo con mentiras -interrumpió Pablo furioso -comenzaré a marcarte ese lindo rostro, te lo juro -agregó iracundo.
-Estaban meditando -contestó con serenidad -por eso no lograste ver a nadie más ¿Sabes qué es curioso? -preguntó con cierto sarcasmo -que hables y creas en la palabra de Dios cuando en realidad haces todo lo contrario a lo que marca su mandato.
-¿Qué sabes tú de su palabra? ¿Qué sabes tú de sus deseos y sus planes para la humanidad? Nosotros somos su más perfecta creación y ustedes solo amenazan lo que él más ama.
-¿Realmente crees conocer a nuestro verdadero creador? -replicó Sam desafiante -no tienes ni la más remota idea de quién es en realidad, eso es más que obvio, lo que en verdad no me queda claro, es el porque te refieres a «nosotros» como si fuésemos algo ajeno a la creación de tu Dios.
-¿Y acaso no lo son? Ni siquiera tienes derecho a mencionarlo -replicó Pablo ofuscado -ustedes han buscado el modo de desprestigiar el Reino de Dios con sus tontas teorías baratas sobre el poder espiritual con cuánta blasfemia se les ha ocurrido, pero es mi misión terminar con eso de una buena vez.
-No hay registro alguno en toda la historia de que la espiritualidad haya dañado personas en algún momento -replicó Sam -en cambio la iglesia católica creó la inquisición para asesinar a todo aquel que se oponía a su ley y entonces dime tú ¿Dónde queda la palabra de tu Dios? ¿Dónde se queda ese libre albedrío del qué tanto se jactan? ¿Dónde está la piedad en esos actos de masacre y tortura desmedida?
La espiritualidad en cambio, nos permite conocer la verdad por nosotros mismos y no a través de algo que escribieron hace siglos y que muy posiblemente haya sido alterado o modificado a conveniencia de otros.
-Tu espiritualidad no tiene un Dios a quién puedas acudir en momentos de angustia, no tiene una congregación dónde te puedas reunir para hacer oración y al igual que los dioses de tus amigos politeístas, la espiritualidad se resume a nada más que mitos fantásticos en comparación con la doctrina del Vaticano. Sus dioses están muertos y dejaron de existir cuando la verdad del Cristo los opacó.
-¡En eso te equivocas! -replicó Sam -nuestros dioses no están en los templos que derribaste, tampoco en los ídolos que destruiste. Nuestros dioses viven en la tierra, en el cielo y el agua, viven en el maíz, en la semilla del cacao y en los campos de frijol. ¡Mis dioses nunca se van, porque viven en el alma de un pueblo al que nunca le podrás arrebatar su libertad!
La espiritualidad no te pide «limosnas para la iglesia» la espiritualidad no te cobra por cualquier cosa y mucho menos lucra con la fé de sus seguidores. La espiritualidad muestra la verdad sin condiciones. Fueron nuestros dioses quienes nos enseñaron a conocerla y lo más importante...
La espiritualidad no tiene sacerdotes que se aprovechen de la gente y abusen de los niños sexualmente.
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Una enorme ansiedad y desesperación se apoderó de mí cuando al salir del sótano, descubrimos que Sam no estaba y más aún por encontrar la puerta abierta.
Instintivamente corrí hacia afuera confiando en nada más que en mi intuición... Era hora de probar si realmente era cierto todo lo que me habían contado acerca de la percepción. Cuando estuve en el pasillo, busqué la salida más cercana y de pronto un fuerte dolor de cabeza me asaltó, era como una punzada que parecía bloquear mis ideas al igual que el resto de mis sentidos, no podía pensar en otra cosa que no fuera encontrar a Sam...
Súbitamente creí tener una revelación cuando ví al tipo que nos siguió desde que llegamos al mercado, parado al otro lado de la calle, se veía un tanto pensativo, casi distraído, pero aún así no me importó caerle encima a golpes, no contaba con las pruebas de que tenía algo que ver en la desaparición de Sam pero le sacaría la verdad a como diera lugar.
Corrí hacia él y en cuanto me reconoció comenzó a escapar. Dió la vuelta en un negocio que decía: «VOLZAZ» con letras mayúsculas, blancas y muy grandes. De inmediato crucé la calle y el sujeto derribó enormes rollos de plástico y cajas repletas de bolsas para bloquearme el paso en su desesperado intento por escapar, esquivé y salté por encima de lo que tiraba a su paso, sobre la acera más comerciantes ambulantes le frenaban le obstruían su alocada carrera junto con la gente que estaba de compras, pero no le importaba si eran mujeres, ancianos o niños, empujaba a todos por igual.
La bulla y reclamos de la gente no se hizo esperar pero ambos seguimos sin parar.
De lejos lo podía ver, asustado, desorientado y sin saber hacia donde correr, se detuvo en la siguiente esquina y lo ví cruzar la avenida hacia el lado izquierdo, ignorando el tráfico. Salí de la acera y un fuerte golpe de auto me lanzó dos metros adelante, sentí una molestia en la pierna izquierda pero lo ignoré de inmediato.
-¡Fíjate cabrón! -escuché decir al del auto -¡Has de ser de hule buey!
El tipo giró la cabeza para comprobar si aún le seguía y justo en eso, otro auto lo golpeó cuando intentaba cruzar por los carriles contrarios, permaneció en el piso sujetándose la rodilla derecha con ambas manos, intentó levantarse pero el dueño del vehículo lo tomó del brazo.
-No se levante joven, usted se me atravesó pero ahorita pido la ambulancia para que lo revisen -dijo nervioso.
Intentaba soltarse del hombre cuando le caí encima. Noté que la gente comenzaba a juntarse y supe que sería complicado salir de aquí.
-Este canijo me quiso robar hace un rato -le dije al conductor tratando de recuperar el aliento.
-¡Hermano! -exclamó Samuel de pronto tomándome por el hombro -que bueno que lo agarraste, vente hijo -dijo abrazando al tipo de forma amigable -vamos a platicar un rato nosotros tres. No se preocupen todo está bien -anunció a los curiosos -me sigues el juego o aquí te quiebro chamaco -le susurró Samuel al tipo -es un conocido mío que se le perdió un tornillo, pero ahorita se lo ponemos ¿Verdad hijo? -palmeó el hombro de aquel chico y este se limitó a sonreír nervioso.
Mientras caminabamos de regreso al mercado, el muchacho dijo llamarse Travis y nos explicó que únicamente seguía órdenes.
-¿Órdenes de quién? -preguntó Samuel con tono mesurado.
-Mi pareja trabaja para alguien y me pidió que los siguiera -explicó.
-¿Dónde está tu pareja? -pregunté.
-No lo sé, me dijo que buscara un hotel y le enviara la ubicación para después alcanzarme.
-Bueno, así va a estar la cosa hijo -anunció Samuel con serenidad -nos vamos a ir a un hotel, yo creo que lejesitos de aquí para que tú camarada no sospeche, le mandas la ubicación y lo esperamos a que llegue y mijo, tranquilo chingao... Si uste nos está diciendo la neta, no le pasa nada, nomás entreguenos al que planeó esto y uste se va como si nada ¿De acuerdo?
El chico asintió con la cabeza y bajó la mirada.
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