MEMORIAS DE UNA VIDA PASADA
Capítulo 7
El tiempo dejó su huella imborrable y aunque nuestras vidas son distintas, esta noche todo vale.
Tu piel y mi piel ves que se reconocen, es la memoria que hay en nuestros corazones.
-No te voy a negar que existió -respondió con serenidad -pero no del modo en que lo conoces. Jesús era un hombre muy adelantado a su época, él decía que su reino no era de este mundo ¿Cierto?
-Cierto -afirmé.
-Y también dijo que, todo aquel que viere con sus dos ojos, andará ciego por el mundo, más todo aquel que vea con su ojo único conocerá el reino de los cielos ¿Vas de acuerdo? -preguntó mirándome a los ojos.
-Si, algo escuché sobre eso alguna vez -concedí.
-Sin embargo, la definición de reino se puede interpretar de diferentes maneras. En muchos cuadros y pinturas dónde aparece Jesús o algún otro santo, se les ha visto con una especie de aureola por encima o detrás de sus cabezas como símbolo del aura que emanaban y la verdad es, que eran personas que conocían y dominaban los chakras, eran personas iluminadas y estaban en completa conexión con el universo.
La Élite vió una oportunidad para ocultar toda esta información en busca de un beneficio propio, de este modo se creó la sociedad Illuminati, con la finalidad de eliminar gobiernos y reinos del mundo, erradicar a todas las religiones y creencias para dirigir a las naciones bajo una Nueva Orden Mundial, estableciendo una moneda única y una religión universal y, así lograr que el ser humano alcance su perfección en el plano terrenal, con el fin de esclavizar aún más el alma de la humanidad.
A pesar de ser una sociedad secreta y, por ello la imposibilidad de confirmar la veracidad de los hechos, existen testimonios que revelan que los illuminati se han infiltrado en partidos políticos de Estados Unidos, han organizado sectas para crear confusiones entre los cristianos, controlan bancos y prensa, asimismo, indican que han estado junto a los masones detrás de guerras como por ejemplo: Revolución Francesa, Revolución de Italia, Primera y Segunda Guerra Mundial, entre otras.
Los símbolos más conocidos de los illuminati son:
La pirámide o triángulo.
El ojo que todo lo ve.
En el billete de un dólar se observa este símbolo junto a una pirámide egipcia con 13 escalones.
El búho, que vigila todo desde las sombras.
El pentagrama, que se usa en rituales y brujerías para conjurar espíritus.
El 666.
Incluso algunos investigadores sostienen que la estatua de la Libertad, en New York, es un símbolo de los Illuminatis.
Chakras, tercer ojo y todo lo demás eran palabras que solo había escuchado en videos de la red y que no comprendía por completo, quería largarme de ahí y olvidarme de todo cuánto me había dicho, sin embargo, ya comenzaba a comprender de a poco, el rumbo que tomaba esto.
-Suponiendo que las teorías de las que hablas sean ciertas, sigo sin encontrar la relación con nuestras manchas.
-Al principio te conté que son una prueba tangible de nuestro pasado ¿A dónde te has transportado con tus recuerdos? -preguntó Sam acercándose a mi.
-No lo sé -respondí aclarando la garganta, busqué la ventana y perdí mi vista en la nada -solo escucho gritos y disparos -agregué un tanto confundido.
-Concéntrate -replicó una vez que estuvo junto a mi, sentí su cuerpo pegado al mío y cerré los ojos escuchando nuestra respiración que se aceleraba cada vez más -recuerda bien, esas manchas representan marcas de una muerte violenta en nuestra vida pasada -la escuché decir nuevamente, casi como si estuviera alejándose...
Mi entorno gradualmente se matizó de un color gris y sólo podía escuchar gritos desesperados, sentí que me sujetaban con fuerza la mano izquierda y pude oír a una mujer hablándome -date prisa -decía desesperada, fue entonces que logré ver todo con suma claridad.
Corría a través de un campo de cultivo llevando a una mujer de piel blanca de la mano, había disparos por todos lados, soldados en caballos asesinando a personas que no conocía, pero cuyos rostros me resultaban familiares, me invadió una ira repentina y sin darme cuenta le disparé a uno de los soldados quien cayó muerto.
-¡Corre no te detengas! -exclamó la chica.
¡Era Samantha! La reconocí al verle a los ojos, sólo el tono de piel era distinto pero en verdad era ella.
-Debemos llegar al jardín -gritaba desesperada.
Civiles caían casi por igual, instintivamente miré hacia el patio; un hombre de mediana edad esperaba por nosotros con un rifle en las manos, manteniendo a raya a los soldados para evitar que entraran, de pronto un caballo sin jinete se abalanzó contra el hombre, quién no dudó en disparar para matar al animal, sin saber que se trataba de una trampa, ya que un soldado estaba detrás y disparó casi en seguida que se desplomó el caballo al hombre, este a su vez, nos lanzó una última mirada, llena de impotencia por no poder hacer más.
Contraataqué furioso y el canalla murió por un disparo en la cabeza, un tirón sorpresivo me frenó casi al instante. Sam había caído de rodillas producto de un disparo en la pierna y mi desesperación creció, levanté la vista y maté a tres soldados que ya se aproximaban, de pronto, un fogonazo por la espalda me hizo estremecer. Una bala se había incrustado en mi cintura y sentí la sangre fluir de inmediato, me giré y le disparé justo en la frente al desgraciado que me había atacado.
Más civiles aparecieron de no sé dónde para ayudar y entonces mi atención se centró en Sam, para descubrir con horror que al recibir el disparo, la bala me había atravesado, incrustándose en su cuello, Sam intentaba con vano esfuerzo tomar aire, mientras la sangre emanaba a borbotones sin control... no podía creerlo, me dejé caer al suelo con ella para tomarla en mis brazos sintiéndome morir también, no tenía palabras para expresar mi dolor, sólo una presión enorme invadía todo mi pecho extendiéndose hasta la garganta, inconscientemente destrocé ese nudo que me asfixiaba con un lamento gutural que surgió de lo más profundo de mi ser.
-¿Ahora lo entiendes? -preguntó Sam casi en un susurro cerca de mi, sacándome de ese espacio en el tiempo donde me encontraba.
-¡Estás viva! -exclamé con alegría al abrir los ojos y verla frente a mi, tan hermosa y radiante, con ese brillo en su mirada y, sin darle tiempo a responder, la besé... La besé intensamente, casi como lo había hecho antes o quizá aún más.
Me sentí aliviado y feliz de estar con Sam en ese momento y mientras nos besábamos con pasión desmedida, mi mente reflexionaba en todas las dudas que tenía sobre ella, ahora todo cobraba sentido y... Al mismo tiempo una calidez extraña comenzaba a recorrer todo mi cuerpo, muy diferente al calor del sexo, era una sensación que me hacía sentir poderoso. Mis manos buscaron la cintura de Sam y luego sus caderas, ella me llevó hasta su habitación al tiempo en que las prendas caían, dejando un rastro que llegaba hasta el colchón.
-No sabes cómo deseaba esto de nuevo -dijo Sam al estar sobre mi -a pesar del tiempo, tu recuerdo sigue vivo en mi mente, aunque ahora nuestra vida y nuestro tiempo sea otro, esta noche nada más importa.
-Sería increíble tener tu memoria -dije sin pensar.
-No hables -replicó ella con ese vaivén de caderas -no pienses en nuestro pasado, deja que tu piel y la mía se reconozcan, deja que fluya la memoria de nuestros corazones, concéntrate en el ahora y siénteme, viajaremos juntos a las estrellas.
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