𝓠𝓾𝓪𝓽𝓽𝓻𝓸: 𝓵𝓪 𝓽𝓻𝓪𝓹𝓹𝓸𝓵𝓪 𝓭𝓮𝓵 𝓽𝓮𝓶𝓹𝓸
Los días en Portofino pasaban volando, y la relación entre Hoseok y Taehyung se volvía cada vez más intensa. Cada momento juntos era una dulce melodía de amor, pero también una cruel cuenta regresiva hacia la partida de Hoseok, sin poder evitarlo ya habían transcurrido más de cuatro meses. La noticia de que Hoseok se iría en pocas semanas se esparció rápidamente por el pequeño pueblo pesquero, pues el pianista no solo se había robado el corazón de Taehyung sino de la mayoría de los lugareños también, su carisma y pasión por seguir sus sueños cautivaban a cualquiera que pasara junto a él al menos 15 minutos.
En una cálida tarde de otoño, Taehyung y Hoseok se refugiaron en su lugar especial cerca de la costa. El sonido del mar y la brisa salada los envolvía mientras compartían miradas llenas de amor y complicidad.
—Tae, estoy asustado —confesó Hoseok, mirando fijamente el horizonte— No quiero perderte, pero también sé que debo seguir mi sueño y no detenerme.
Taehyung acarició suavemente la mejilla de Hoseok, transmitiendo su apoyo incondicional. —Lo sé, Hobi. No quiero ser egoísta y detenerte. Quiero que sigas tus sueños, pero también quiero que sepas que te amaré siempre, sin importar lo que pase.
Hoseok asintió, sintiendo un nudo en la garganta. —Te amo, Tae. Eres lo mejor que me ha pasado, y no quiero que esto termine.
—Yo también te amo, Hobi —dijo Taehyung con voz suave—. Y aunque me da miedo quedarme solo, sé que siempre llevaré nuestro amor en mi corazón. La intensidad y pureza de un amor no se define por el tiempo que duré, sino por las emociones que te hace vivir.
El tiempo pasó y los días se acortaron. La fecha de partida de Hoseok se acercaba, y cada momento juntos se volvía más valioso. Pero, a medida que la despedida se aproximaba, la tensión entre ellos aumentaba. Una noche, mientras tocaban juntos en el restaurante, una discusión acalorada se desató entre ellos. Las emociones estaban a flor de piel, y ambos se sentían atrapados en una encrucijada.
—¡No puedo soportar la idea de perderte! —exclamó Taehyung, con lágrimas en los ojos—. Pero tampoco quiero ser un obstáculo para tus sueños.
A pesar de ya haber hablado sobre esa situación, la tensión aumentaba más cada que la fecha de la partida de Hoseok se acercaba, ahora a solo dos escasos días de irse, ambos no sabían lo que pasaría tras su ida.
Hoseok agarró las manos de Taehyung con fuerza, sintiendo su corazón desgarrarse. —No quiero terminar con esto, pero es como si el tiempo se estuviera agotando, y no sé qué hacer.
Ambos se miraron, sintiendo la trampa del tiempo cerrarse a su alrededor. La presión de la despedida los ahogaba, y se enfrentaban a decisiones difíciles. Sin embargo, en medio de la confusión y el dolor, un sentimiento claro y profundo emergió en sus corazones: el amor que compartían era demasiado valioso para dejarlo escapar.
En un gesto de valentía y amor, Taehyung tomó la mano de Hoseok y dijo con determinación: —Hoseok, no sé cómo, pero sé que encontraremos una manera de estar juntos. No importa cuán difícil sea, lucharemos por nuestro amor.
Hoseok asintió, sintiendo un atisbo de esperanza. —Tienes razón, Tae. No podemos rendirnos tan fácilmente. Lucharemos contra todo, porque nuestro amor lo vale.
Sin embargo, los desafíos que enfrentaban no se detenían ahí. A medida que el tiempo se acababa, las presiones externas también se hacían presentes. Algunos amigos de Taehyung expresaron su preocupación por su relación con Hoseok, argumentando que el pianista eventualmente lo dejaría para perseguir su carrera y que las relaciones a distancia tarde o temprano fracasaría.
Sophia y Matteo, los amigos más cercanos de Taehyung, lo encontraron una noche antes de que Hoseok se fuera sentado solo en un banco, perdido en sus pensamientos. Preocupados, se acercaron a él —Tae, ¿estás bien? ¿Qué haces solo aquí? Deberías estar con Hoseok aprovechando el tiempo —preguntó Sophia, colocando una mano en su hombro.
Taehyung suspiró y miró a sus amigos con sinceridad. —Volvimos a discutir un poco y decidí salir para tranquilizarme. Es difícil, chicos. Estoy enamorado de Hoseok, pero también temo que me deje cuando se vaya.
Matteo se sentó a su lado, apoyándolo en su momento de vulnerabilidad. —Entiendo que tengas miedo, pero también has visto cómo se aman. No sabemos qué depara el futuro, pero mientras estén juntos, deben disfrutar cada instante.
Sophia asintió, agregando con dulzura —Tae, el amor siempre implica riesgos. A veces, las relaciones requieren sacrificios, pero también traen momentos hermosos que valen la pena.Taehyung se sintió reconfortado por las palabras de sus amigos. Sabía que enfrentarían obstáculos y que el tiempo los desafiaría, pero también sabía que su amor era lo suficientemente fuerte para superar cualquier adversidad.
Taehyung solo se limitaba a escuchar atentamente a sus amigos mientras intentaba subir sus ánimos.
Unos minutos después Taehyung decidió regresar con Hoseok, no permitiría que su miedo arruinara su última noche junto al pianista. Llegó hasta la puerta del mayor y tocó, esperando a que su amado abriera.
—Pensé que ya no regresarías — dijo Hoseok con un brillo de emoción en sus ojos al abrir la puerta y encontrarse con Taehyung.
—Ni loco desperdiciaría el poco tiempo que tenemos juntos. ¿Quieres ir a la playa?
Hoseok asintió con una sonrisa.
Mientras paseaban por la playa bajo la luz de la luna, Taehyung tomó la mano de Hoseok con un gesto de tristeza en su rostro.
—Hobi, no sé que haré cuando ya no estés aquí, me acostumbré tanto a ti que no se que pasará—susurró Taehyung, luchando contra las lágrimas.
Hoseok apretó la mano de Taehyung, sintiendo un nudo en la garganta. —No quiero irme, Tae, pero siento que si no lo hago, me estaría traicionando a mí mismo. No puedo renunciar a mi pasión por la música. Pero también sé que me volveré loco cada que despierte y sepa que no estarás esperándome en la playa, tomando el sol mientras escuchas música.
Los dos se quedaron en silencio por un momento, sumergidos en la complejidad de sus emociones. Ambos sabían que su amor era real y profundo, pero también sabían que el tiempo y la distancia podrían poner a prueba su relación y tenían que aceptar la posibilidad de que su amor moriría en cuanto Hoseok se subiera a aquél tren con destino a Alemania.
La noche terminó rápido y el día de la partida finalmente llegó, y la tristeza se instaló en el corazón de ambos. Taehyung acompañó a Hoseok a la estación de trenes, y los dos se abrazaron con fuerza, incapaces de contener las lágrimas.
—Prométeme que nunca me olvidarás —susurró Taehyung, con la voz quebrada por la emoción.
—Nunca podría olvidarte, Tae. Eres mi amor, mi inspiración, mi todo, dejarte es como sacar una parte de mi corazón, de mi energía vital—respondió Hoseok, acariciando suavemente el rostro de Taehyung —Estaremos en contacto todos los días y te aseguro, que volveremos a encontrarnos, nuestro amor puede con esto y más.
El tren partió, y Taehyung se quedó en la terminal, mirando por la ventana hasta que la figura de Hoseok se desvaneció en el horizonte. Sintió un vacío en su pecho y un miedo abrumador ante la incertidumbre del futuro. Las lagrimas comenzaron a invadir sus ojos y nublar su vista, él aseguraba que el dolor que sintió tras romper con Carlo era el más grande de todos, sin embargo nada se comparaba con lo que sentía en ese momento, su pecho ardía, su garganta se cerraba y unas inmensas ganas de vomitar se apoderaban de su cuerpo.
—Ciao amore— susurro Taehyung antes de comenzar a caminar de manera temblorosa hasta la salida.
De vuelta en Portofino, Taehyung enfrentaba la difícil tarea de seguir adelante sin Hoseok. Los días se volvieron grises y monótonos, y el pequeño pueblo pesquero ya no parecía el mismo sin la presencia del pianista. Mientras tanto, Hoseok se esforzaba por perseguir su sueño en Alemania, aunque estaba emocionado por las oportunidades que se le presentaban, también se sentía abrumado por la falta de Taehyung. Extrañaba su risa, sus miradas cariñosas y su voz suave. La magia que creaban cuando se unían en un dueto era algo que no podía replicar con los demás cantantes con los que colaboraba en sus presentaciones. Hoseok sentía que adquiría más y más experiencia y cada vez se hacía más reconocido entre los clubes de Berlín, llamando la atención de incluso productores musicales, eso le emocionaba, pero aún así una parte de él estaba apagada, casi muerta y solo sería capaz de revivir cuando los labios de Taehyung volvieran a encontrarse con los suyos.
Los dos intentaron mantenerse conectados a través de llamadas y mensajes, pero la distancia y la diferencia de horarios dificultaban su comunicación. Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses, y la ausencia del otro se volvió cada vez más dolorosa.En medio de la tristeza y el anhelo, ambos se preguntaban si su amor podría resistir la prueba del tiempo y la distancia. Cada uno luchaba con sus propios demonios internos, enfrentando la incertidumbre de si algún día estarían juntos nuevamente.La trampa del tiempo parecía estrecharse cada vez más, amenazando con separarlos para siempre.
Sin embargo, en lo más profundo de sus corazones, sabían que el amor que compartían era real y poderoso, y que valía la pena luchar por él, aguantar todo el dolor y seguir adelante por el otro. Así, con el drama y la incertidumbre como compañeros de viaje, Taehyung y Hoseok continuaron sus respectivos caminos, el destino se había encargado de unirlos de manera mágica en aquel pequeño pueblo pesquero, y el también decidiría si volverían a encontrarse y superarían juntos todas las pruebas que la vida les tenía preparadas. El amor que compartían era una melodía eterna que resonaría en sus almas, sin importar el tiempo y la distancia que los separaran.
Sometimes love is not enough and the road gets tough, I don't know why
Sé que casi nadie está leyendo está historia jajs, pero aún así me emociona actualizarla ❤️
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