Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1

-¿Quieres, por favor, decirme cómo te fue en la cita?-me pregunta Julia, mientras diseña un vestido en el pobre maniquí.

Suspiré mientras recordaba cómo estuvo mi cita de anoche.

-Pues después de que salí del hospital, fui donde Apolo y él me llevó a cenar a un restaurante.

-Oh, oh... ¿Y de allí para dónde fueron?-me dijo con una sonrisa pícara en su rostro.

-A su departamento-dije mordiendo mi labio y recordando lo que hicimos.

-Oh, Dios, mátame, me dará un infarto.

-Fué genial.

-Madre mía, claro que te fué genial, Apolo es un hombre majo.

-Lo sé.

-Ya tenían que ser novios, es que de verdad, son tal para cual.

-Quizás se nos están dando bien las cosas después de todo-dije mordiendo mi mejilla y sintiendo una presión en mi pecho.

-Después de que Brad y tú terminaran-continúa ella, con una sonrisa burlona-. Ay Kimberly, salgas con quien salgas, tu corazón siempre será del engreído.

Hice una mueca. No quiero recordarlo, no. Siempre que lo hago, una presión se instala en mi pecho.

-No sigo enamorada de Brad. Lo nuestro fue pasado. Ahora sé lo que quiero en mi vida y es estar con Apolo.

Julia se echó a reír como loca.

Suspiré pesadamente.

Brad...

Brad se convirtió en una persona importante para mí. No voy a negar que nuestra separación me afectó al cien por ciento y me dejó sin estabilidad emocional durante unos cuatro meses. Pero ahora debo alejar todos esos recuerdos y enfocarme en mi nueva vida. Una vida bien ordenada y estresada, para ser sinceros. Brad y yo llevamos casi un año de ruptura; según Julia, Matteo le dijo que Brad es novio de una mujer muy hermosa y sí, llegaron al límite del matrimonio. Están comprometidos.

¿Cómo me sentí yo? Jodida, despechada, desesperada y con ganas de decirle al muy idiota que el amor de su vida soy yo y recordarle todas esas promesas que me hizo.

Todas las putas promesas; esas promesas no significaron nada. El año después de mi graduación como médico lo pasamos genial. Él y yo seguíamos como antes; nos divertíamos, pero un día todo eso cambió. Recuerdo todas las palabras que me dijo:

-Quería hablar contigo-me dijo; su voz sonaba seria y decidida.

Él y yo llevábamos una semana en discusiones sin sentido y temía a lo que me iba a decir.

Estábamos en su departamento. Suspiró y me tomó las mejillas con sus manos.

-No quiero que esto termine, pero creo que es lo correcto.

Negué lentamente; ya las lágrimas estaban a punto de brotar.

-Kimberly, he tomado una decisión.

Sí, desde que comenzamos a tener problemas, empezó a llamarme por mi nombre; ya no usaba apodos ni mi apellido.

-Brad...-murmuré con voz entrecortada.

-Kimberly... Es lo correcto; yo... No podemos seguir así.

Volví a negar lentamente, sintiendo esa presión en mi pecho.

-Es mejor darnos un tiempo.

¡Boom! Ganas de llorar; mi corazón partido en mil pedazos.

-No Brad, no quiero alejarme de ti-le dije; mi voz temblaba.

-Yo tampoco, pero es lo correcto.

Todos estos años se fueron a la basura; él no pensó en cómo solucionar las cosas quiso darnos un tiempo. Se mudó a Italia; sí, a Italia. Alice, su hermana, lo estuvo agobiando todo este tiempo, pero él solo decidió alejarse.

-Ves, sigues enamorada de Brad-me dice Julia.

Negué lentamente.

-No, ya deja de hablar de Brad; me da dolor de cabeza.

Mentira: me da un dolor profundo en el corazón.

-Y ya, nena, vive la vida; Brad ya se va a casar con otra. Déjalo en paz; disfruta la poca juventud que te queda; ¡que te están saliendo arrugas!

Le hice una mueca.

-Julia, ni que tuviera ochenta años -le dije.

Ella se rió.

-No, vas para veinticuatro, y créeme, los veinticuatro te hacen ver vieja. Te lo dice la mujer que ya los tiene.

Puse los ojos en blanco.

En eso, su móvil vibró y vi su amplia sonrisa al ver que era Matteo.

Matteo y Julia han sido la relación más duradera. Han tenido muchos problemas, pero ellos sí los solucionan, no como alguien por allí que decidió tomarnos un tiempo. Julia ha montado su propia tienda de ropa que ella misma diseña con una marca reconocida.

Después los sigue Dominik y Ally:

Dominik y Ally... Ellos dos duraron un año entero saliendo y, por cierto, son novios. Siempre que salimos de fiesta vienen con nosotros, la única soltera del grupo soy yo.

Nicolás y Dara, ellos sí que todavía tienen una relación de amigos con derechos, aunque Nicolás me ha dicho que sí la quiere como novia. Todavía no se atreven a llegar más lejos.

Y está Jonas... Solo Jonas, porque Sofía y él no duraron mucho.

Las cosas cambiaron radicalmente; el señor Pascual ya no tiene el bar. Discobar ya no existe; el señor Pascual tuvo su propia empresa de marca de licores reconocida en todo el país. Él, Brad y Nicolás no dormían casi en reuniones importantes con otras empresas.

Yo trabajo en el hospital privado de la ciudad; mi vida se ha convertido en aburrida. Ya no bailo, pero sí me divierto con Julia cada vez que salimos.

Y no puede faltar nuestra gruñona. Mi Leire, ¿que si todavía sigue siendo gruñona? Pues sí, ella ha estado viajando con una discográfica.

Parece que de nuevo anda en eso de manager; es manager de una banda poco reconocida en el país, aunque no sé cómo ahora le da tiempo de todo, hasta de trabajar en el hospital. Todavía lleva ese peso en la conciencia de Kyler, nuestro precioso guitarrista; si estuviera vivo, todo fuera diferente.

La puerta de la tienda de Julia se abrió y entró Apolo con su sonrisa cautivadora.

Al verme esbozó una pequeña sonrisa y me guiñó el ojo. Apolo es rubio, de ojos entre verdes y azulados; tiene un increíble perfil y un físico que te mueres. Aunque tenga músculos y sea perfecto, hay algo en el que no es del todo perfecto. Ah, y es primo de Jonas.

-¿Cómo está mi florecita? -me dice dándome un beso tierno en los labios.

-Bien, justo iba a llamarte.

Él se cruzó de brazos y me miró burlón.

-¿Justo? -me dice frunciendo el ceño.

Si me quejaba de Aran y de Brad por ser celosos, no puedo ni decir cómo es Apolo.

-Sí, justo; estaba hablando con Julia.

Asintió y miró el vestido de Julia.

-Ha hecho un gran trabajo -dijo bajándole las mangas-; así está mejor.

En eso aparece Julia y mira a Apolo con desdén al darse cuenta del vestido.

-Que también seas diseñador no quiere decir que debas meterte con mis diseños.

Apolo me miró burlón.

-Solo date cuenta de lo precioso que se ve. ¿No es así, amor?

Amor...

-Sí, además creo que deberías bajarle las mangas así como lo hizo Apolo.

Apolo me dio la razón.

-Los odio, pero Apolito tiene razón.

Apolo y yo sonreímos burlones. Julia me miró y sonrió entre burlona y nerviosa.

-Nos vamos, amor -me dijo Apolo.

Asentí pero Julia me detuvo.

-Kim, quiero decirte algo...

-Será en otro momento ¿vale? Nos vemos en la fiesta de Dominik.

Ella negó y me guiñó el ojo; tomé la mano de Apolo y salimos de la tienda no sin antes lanzarle un beso en el aire a Julia, que me veía preocupada.

Mientras Apolo y yo caminábamos, él me contaba cómo le había ido en su trabajo. Aparte de ser diseñador, es gerente de una empresa familiar. Jonas también forma parte de esa gerencia, aunque trabaja con el señor Pascual en la empresa.

Aún recuerdo cómo conocí a Apolo:

Estaba en el bar con los chicos, todavía despechada por la separación de Brad. Jonas había llevado a su primo, quien me pareció interesante. No sé si era por el despecho, pero me llamaba la atención. Tuvimos toda la noche intercambiando miradas. Hubo un momento en que estaba en la barra y él se me acercó y me dijo:

-Parece que alguien está de mal de amor.

Me encogí de hombros mientras bebía un chupito.

-¿Que uno quiera embriagarse, quiere decir que está despechada?-le dije con una mueca.

Él se rió.

-No, pero así como lo estás bebiendo, supongo que sí estás despechada.

-¿Quieres dejarme tranquila?-dije con mi voz entrecortada ya por el efecto del alcohol.

-Yo también estoy despechado. Cuéntame lo que te pasó y yo te cuento mi historia; quizás nos hacemos amigos y nos entendemos mejor.

Lo miré con fastidio, pero decidí abrirme a él y contarle todo lo que me había pasado. Al igual que él, me compartió su historia.

Creo que teníamos historias diferentes, pero esa noche ambos llevábamos una carga pesada en nuestros sentimientos. Desde esa noche supe que teníamos muchas cosas en común, hasta el mes pasado cuando comenzamos a salir y a disfrutar juntos hasta que anoche nos hicimos novios.

-Te tengo una sorpresa esta noche-me dijo dándome besos en la mejilla.

Apolo es la excepción a lo que Brad fue conmigo; él me trata súper bien, es tierno, cariñoso, burlón y bromista, aunque a veces se pasa de cursi. Pero Brad era muy diferente.

-Me encantan las sorpresas-le dije sonriendo.

Al entrar a casa, me iba besando lentamente hasta que un ruido en la cocina nos hizo separarnos.

Caminé a pasos apresurados y escuché un chillido.

Un chillido que conozco muy bien.

-Joder, me asustaste, Kim-me dice Leire con el ceño fruncido.

-Vaya, no sabía que habías regresado de viaje-le respondí burlona.

-Llegué hace un par de horas-dijo ella y luego miró a Apolo-. Ah, hola Apolo.

Apolo ladeó la cabeza en forma de saludo. Sí, Apolo y Leire no se llevan bien; según Leire, nadie reemplaza a su chico pianista que me partió el corazón.

-¿Hablaste con Julia?-me pregunta Leire mirando a Apolo y luego a mí.

Pude notar en su mirada un poco de disgusto y una mueca extraña que reconocí como mala.

-Vengo de la tienda-le respondí frunciendo el ceño.

-Ah, pensé que no sabías... En fin, iré a mi habitación.

Noté algo extraño en su comportamiento; aunque no sigue siendo la misma Leire, esta vez parece más madura. Algo en su tono de voz me hizo dudar.

Apolo comenzó a besarme nuevamente y yo le correspondí mientras caminábamos hacia mi habitación.

*

-Te ves preciosa-me dice Apolo mientras me coloca un collar.

Hoy, los chicos quedamos en ir a la fiesta de Dominik por su cumpleaños. Recuerdo todos los cumpleaños de los chicos que celebré junto a Brad. Odio esos recuerdos. Hasta recuerdo el primer cumpleaños de Matteo, cuando Julia se embriagó y yo le dije a Brad que era mío.

Odio, odio, odio recordarlo en estos momentos. Mi corazón ahora pertenece a Apolo.

Mientras él espera sentado en mi cama a que termine de maquillarme, miro un collar que cuelga en un lugar especial entre mis joyas. Es la linda mariposa morada con la melodía grabada en ella. Suspiré; hace tiempo que no me la pongo desde que él y yo terminamos. La tomé y pasé mi dedo por la mariposa. Nadie sabe que me la regaló; que me la ponga hoy no quiere decir nada, ¿verdad? Me la coloqué encima del collar que me puso Apolo.

-Ven, te ayudo a colocarte ese-me dice Apolo levantándose de la cama y colocando el collar.

Apolo me miró en el espejo.

-Es lindo, ¿quién te lo regaló?

Carraspeo.

-Mi madre-mentí.

Él asintió.

-Debemos irnos. Tus amigos están insistentes-me dijo mostrándome mi teléfono con varias llamadas perdidas.

Julia, Leire, Matteo y... ¿número desconocido?

Fruncí el ceño al ver el último número. No sé quién es; supongo que son los chicos.

Al llegar frente a la casa de Dominik veo muchos autos estacionados. Dominik fue el único que no continuó tocando las baterías. Matteo sigue cantando como solista y es él que por ahora tiene muchos fans, incluso algunos de que todavía existen de los Invencibles. Y Brad... pues no me interesa lo que haga con su vida.

Caminamos hacia la casa de Dominik adentrándonos; Apolo me tomó de la mano mientras avanzábamos. Al estar dentro del lugar, todo era como siempre: luces de colores, música de fondo, fans, conocidos y amigos. Apolo me hizo una señal hacia donde estaban los chicos.

Caminamos hacia ellos; allí en una mesa estaban todos excepto Leire, que supongo que está hablando por teléfono.

-Vaya, pensamos que no vendrían-dice Jonas elevando su voz por encima de la música.

-Por nada del mundo nos perderíamos esta fiesta de Dom-respondí sonriendo.

Dominik me entregó un chupito.

-¡Salud!-me dijo mientras bebía también uno.

-¡Felíz cumpleaños!-le dije dándole un beso en la mejilla.

Apolo lo miró mal y Dominik ni siquiera lo miró; ellos también se llevan mal. Muy mal.

En ese momento, Apolo se sentó y me dijo que me sentara a su lado, pero Matteo me tomó de la mano.

-¡Vamos a bailar Kim!

Miré a Julia; ella sonrió de manera burlona. Apolo negó con la cabeza, pero Matteo me llevó hasta la pista de baile.

No entendía por qué se estaba comportando así; me resultaba extraño, supongo que estaba embriagado. Mientras bailábamos al ritmo de la música, Matteo me susurró al oído:

-No debiste haber traído a tu novio.

Fruncí el ceño mientras él tomaba mi mano y me giraba hacia el otro lado de la pista, tratando de alejarnos de la mirada de Apolo.

-¿Qué rayos te pasa?-le pregunté, confundida.

-La noche va a estar intensa.

-No entiendo nada, Matteo-le dije mientras él me daba otro giro.

De repente, mis ojos se abrieron de par en par al ver una silueta entrar en la fiesta con una chica agarrada de la mano.

Oh, no, no, no...

-Por eso digo que no debiste traer a tu novio-me dice Matteo con una sonrisa burlona.

Me quedé atónita, parada en medio de la pista; mi mundo se detuvo y mi corazón dio un vuelco cuando nuestras miradas se encontraron.

-¿Ves? La noche apenas comienza-dijo Matteo con un guiño.

Nota del autor:

No me odien más de lo que ya me odian por favor 😭, gracias 🫢, si, esto apenas es que comienza😏💜🦋.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro