〃capítulo 9〃
Jimin se había encerrado en el salón de baile que había encontrado unas puertas más allá de la sala donde Yoongi tocaba el piano.
Para pensar y aclarar sus sentimientos se pasó el resto del día bailando libremente, sin coreografías, sin gritos de su director, sin los ojos del violinista o el pianista sobre él.
Cuando se sintió exhausto, apagó la música de su teléfono casi sin batería y se dejó caer en el suelo. Allí, con la fría madera contrastando su cuerpo caliente y húmedo, volvió a reproducir la conversación con Yoongi. Pero a los segundos la imagen de Jungkook le vino a la mente y se preguntó si había sido demasiado pronto aceptar ser su Juramento. Sí, haber conocido a Yoongi le había hecho dudar.
Sin embargo, no tuvo mucho tiempo de recrearse en su dilema interno, pues un grito lo sacó de sus pensamientos.
──Joder, que susto me has dado. ──Rió una voz poco familiar.
Jimin se guardó el teléfono y se puso en pie para recibir al que recordaba como Hoseok.
──Lo siento, no sabía que vendrías...
Pero el de pelo castaño negó con una amplia sonrisa. El labio superior le daba una forma parecida a un corazón y a Jimin le pareció adorable.
──En realidad te estaba buscando, pero al verte así pensé que te había pasado algo ──murmuró con una mano en el pecho──. Vamos a cenar, Jungkook cocinó por primera vez desde que lo conozco.
Aquello sonó tentador para el peliazul, pero al sentir una gota de sudor caer por su mejilla hizo una mueca.
──Primero tendría que ducharme, doy asco ──comentó con una risa.
Hoseok asintió y siguió la broma al fingir que hacía mal olor.
──Ven, te enseñaré uno de los baños. ──Asintió.
Lo guió a través de los pasillos hasta las puertas que reconoció como su habitación y la de Jungkook. Allí le dejó, indicándole que estarían esperando en el comedor que ya conocía.
Jimin se lo agradeció, necesitaba asearse con urgencia así que agarró de una caja prendas de ropa limpias, su toalla y jabón, y después se duchó en cinco minutos para no hacerles esperar demasiado.
Al salir no se secó el cabello, que ya dejaba ver sus negras raíces, y se colocó una camisa negra y unos pantalones a juego, porque pensó, por muy estúpido que pareciera, que así no desentonaría con su alrededor.
Al llegar al comedor, Seokjin y Hoseok ya estaban cenando, pero el primero se tomó la molestia de mirarlo con pena.
──Teníamos mucha hambre, perdón. ──Se disculpó.
──Está bien ──musitó Jimin mientras se sentaba al lado de Jungkook.
Este dejó de hablar con Taehyung a su derecha para prestarle atención a su Juramento. En cambio Jimin no se atrevió a devolverle la mirada, si no que se concentró en el plato de carne y verduras frente a él.
──¿Todo bien? ──preguntó el vampiro.
Jimin asintió con la boca llena y el corazón a mil, pero cuando sintió la gélida mano sobre su rodilla le entró una calma sin igual. Sólo en ese momento se percató del hambre que tenía y lo agotado que seguía estando.
──No te vi en horas ──comentó el vampiro.
El peliazul sintió un extraño dolor en su pecho que decidió ignorar por el resto de la cena.
──No te vi al despertar así que supuse que te habías marchado ──respondió al tragar un trozo de carne.
Jungkook hizo una mueca mientras su pulgar trazaba círculos en la rodilla de Jimin.
──Salí un momento pero cuando volví yo pensé que te habías ido ──replicó──. Entonces me puse a prepararte comida pero esos dos también tenían hambre y tardé un poco más. ──El vampiro señaló a los dos humanos restantes.
──Yo te vi en pañales, ¡más respeto! ──gruñó Seokjin con la boca llena.
Jimin rió un poco. ¿Cuántos años tendrían esos humanos eternos?
──Estuve hablando con Yoongi ──comentó, recibiendo todas las miradas sobre él al instante──. Y después encontré la sala de baile así que practiqué.
Jungkook deslizó su mano hasta llevarla a la espalda de Jimin. Pero sus ojos parecían ser más duros que las caricias.
──¿De qué hablaste con Yoongi? ──musitó.
Lejos de sonar duro, realmente pareció interesado, pero justo cuando Jimin iba a responderle, el nombrado apareció para sentarse junto al humano.
──De nada que te importe ──masculló el rubio.
Jimin volvió a sentir su corazón desbocarse con su aparición, así que evitó mirar a su izquierda y sólo miró a Jungkook al otro lado.
──Si le pones un sólo dedo encima...
──¿Qué pasa? ──cortó Yoongi al otro vampiro──. ¿Es tu Juramento o tu esclavo?, sabes que no le mordería, el resto no es asunto tuyo.
Jungkook gruñó a su lado pero el golpe en la mesa de Namjoon los calló a ambos.
──Basta, a pelearse fuera de mi mansión, parecéis perros. ──Les reprendió.
Jimin, incómodo, solamente volvió a llenarse la boca de comida como si así pudiese ser invisible.
──Vais a ahuyentar al pobre chiquillo ──refunfuñó Taehyung──. Si te cansas de ellos puedes venir a pasear conmigo, Jimin.
El apelado rió un poco, pero se le notaba tenso.
Jungkook bufó y rodeó a su Juramento con un brazo, pero Yoongi no hizo nada, se quedó mirándolo de la misma forma impasible que había hecho anteriormente en el piano.
Jimin quiso evaporarse.
Había algo mágico en el escenario, algo que hacía a Jimin sonreír nada más pisarlo, era a donde pertenecía y por muchas cosas que tuviese en la cabeza allí arriba se esfumaban todos sus problemas. Cuando terminó su audición, esperó junto al resto, colocándose en su asiento respectivo al número de su dorsal.
Llevaba días esperando y ensayando ese momento, esperando poder mover su cuerpo para demostrar que podía ser el personaje principal en la obra. Todo su corazón se volcó en la presentación, si no conseguía aquello moriría.
──Has estado increíble. ──Lo felicitó Rosé a su lado, con unas palmaditas.
Jimin asintió en agradecimiento.
──Tú también, de seguro obtienes el papel.
La chica cruzó sus dedos y cerró sus ojos.
Después de una media hora eterna para Jimin, el director de la compañía subió al escenario y los miró desde arriba antes de prestar atención a los documentos que llevaba consigo.
──Ya tenemos los resultados de las audiciones, colgaremos este papel en el tablón de anuncios para quienes deseen verlo ──comentó con pocas ganas──. Suerte a todos.
Rosé lanzó un chillido al lado de Jimin, quien hizo una mueca por ese motivo. ¿Cuánta energía guardaba en ese diminuto cuerpo?
──¡Vamos, vamos! ──Exclamó la chica.
Prácticamente arrastrado por ella, Jimin llegó hasta el tablero de anuncios, donde buscó su nombre en la larga lista.
──¡Oh Dios mío! ──gritó Rosé.
──¡Felicidades!
──No puede ser...
──¡Lo conseguí!
──Oh mierda.
──¡Por fin!, ¡mira esto!
Tras leer los resultados Jimin se apartó del tablón y dejó al resto hablando y gritando entre sí. Se sentía algo fuera de lugar, no se había relacionado tanto con ellos y no merecía la pena compartir sus resultados.
Sin embargo, sí quiso hacerlo con Jungkook, quien esperaba en la puerta de entrada con un estuche de violín en su mano.
Jimin corrió hasta él con una amplia sonrisa y saltó a sus brazos, siendo atrapado al segundo.
──¡Has venido! ──exclamó.
Jungkook asintió mientras repartía besos por su mejilla y cuello.
──Te lo prometí ──canturreó──. ¿Obtuviste el papel?
Jimin se deslizó hasta volver a sostenerse de sus propios pies, pero siguió apoyando sus brazos en los hombros del vampiro. Y aunque seguía sonriendo, negó.
──Soy el segundo personaje.
Jungkook, lejos de estar calmado como él, frunció el ceño y bufó.
──¿Están locos?, ¿quién podría ser mejor que tú en... nada?
El peliazul soltó una carcajada. Se sentía afortunado de tener a alguien cercano que lo apoyase en los aspectos más importantes para él, como lo era el baile.
──Habrán más ocasiones ──se encogió de hombros──. ¿Cómo te fue a ti?
Mientras se quitaba el cartel con su número, Jungkook se apartó un poco para colgar el estuche del instrumento a su hombro.
──Como siempre, otro ensayo más ──replicó──. Aún podemos hacer algo para salvar este día de mierda.
Jimin soltó una risa genuina. Era cierto que la noticia no le había gustado, incluso se había entristecido, pero Jungkook siempre lograba sacarle una sonrisa.
──Sí, salgamos de aquí. ──Suspiró.
El vampiro asintió y le tendió su mano, pero Jimin recordó algo.
──Espera, tengo que ir al baño, no tardaré.
Tras recibir un asentimiento, se agarró fuerte de la bolsa de mano que llevaba con algunas cosas innecesarias y corrió al aseo del estudio. Allí se acercó a un espejo y comprobó el aspecto de su cara, quería estar presentable para Jungkook, pero el maquillaje seguía intacto.
Ahora bien, eso no era lo que más le preocupaba.
Se quitó la camiseta y descubrió el corset que usaba a veces, sobretodo en las audiciones después de algunos días de saltarse la dieta, eso le hacía lucir mejor pero le costaba respirar, así que era prioridad deshacerse de él. Sin embargo, cuando intentó desabrocharlo pareció quedarse atascado.
──No me falles ahora ──masculló en mitad de la soledad del baño.
Pero por más que tirase de los cordones el corset no parecía ceder, o al menos no hasta que un segundo par de manos se interpusieron en su camino. Jimin se habría asustado de no haber aprendido, en esos días, a vivir con personas que caminaban a la velocidad de la luz. Alzó la mirada y descubrió en el reflejo unos cabellos rubios que conocía bien, pero que no había vuelto a ver desde la cena que preparó Jungkook.
──¿Yoongi? ──susurró.
De pronto todo su cuerpo se enfrió al caer en la cuenta de su aspecto, casi desnudo. Pero el vampiro parecía ajeno a esa información, solamente miraba el broche del corset para deshacerlo.
──Ha sido hermoso, tu audición ha sido la mejor sin duda alguna ──respondió este último.
──Pero no ha sido suficiente ──replicó Jimin antes de rodar sus ojos.
Yoongi terminó de aflojar el corset al tiempo que dejaba ir un soplido.
──De haber sido yo el juez te habría dado el papel principal, te lo mereces ──musitó, esa vez con su mirada en el reflejo de Jimin.
El peliazul se terminó de quitar el dichoso complemento, pero no dejó de observarlo. Sus ojos escarlata brillaban bajo las luces de las bombillas que rodeaban el espejo.
──Gracias, Yoongi ──musitó──. Por venir y... por todo.
El apelado sonrió como sólo lo hacía en su presencia. Jimin sabía que habría notado lo mucho que le importaba ese momento a través de sus pensamientos, o eso creía.
──No tienes que dármelas ──susurró.
Sus pálidas manos se atrevieron a posarse en los hombros del humano, sólo para descender lentamente y acariciar su espalda, deleitándose en la vista de los tatuajes que decoraban su espina dorsal: las fases lunares.
──Yoongi...
Jimin tragó saliva sin poder decirle lo que tenía pensado, así que el vampiro siguió acariciando su piel. Pero él no terminaba de sentirse bien con ello, Jungkook lo esperaba ahí afuera.
──Tengo que irme ──susurró al fin.
Se giró para poder enfrentarlo cara a cara, sin ser un reflejo el que conversaba con él. Pero fue mucho peor, porque Yoongi pareció adquirir confianza y tomó su cintura sin previo aviso. Jimin contuvo el aire, pero no dijo nada.
──Jimin ──murmuró la voz grave del vampiro.
Este, a falta de palabras, acercó su rostro al suyo muy lentamente, como si temiese espantar a una presa. En cambio, Jimin sintió esos segundos como una tortura que no acababa nunca.
Sí, quería besarlo, lo quería desde el primer momento en que conversó con él al piano.
Pero no quería engañar a Jungkook, aunque no se habían hecho llamar pareja en ningún momento.
──Puedes detenerme ──susurró Yoongi de nuevo.
Sus narices rozaron y el aliento se sintió tan cerca de sus labios que Jimin se estremeció. Sabía que eso estaba mal, que debía detenerlo, decirle que se alejase, salir corriendo de allí...
Pero no hizo absolutamente nada.
En cambio, Yoongi se apartó.
“Te dejarías besar por mí”, resonó en la cabeza de Jimin.
Este sintió su cuerpo arder de la vergüenza.
──Tengo que irme.
──Eso ya lo has dicho antes ──replicó el vampiro, aparentemente divertido con su reacción.
Jimin arrugó la nariz y le dio un suave empujón para apartarlo. Entonces se colocó la camiseta y tomó su bolsa para guardar el corset y salir de allí tan rápido como había entrado, dirigiéndose a la salida.
Jungkook esperaba junto al coche, con sus brazos cruzados y la mirada perdida en el cielo, todo vestido de negro. Jimin sintió que su corazón se encogía al apreciar su belleza recortada por el atardecer a su espalda.
Se apresuró a ir con él, de algún modo lo había extrañado.
──Jungkook ──canturreó al abrazarlo y hundir la cabeza en su cuello, aspirando el aroma a perfume caro──. No quiero volver a casa, vayamos los dos solos a algún lugar.
El vampiro sonrió contra su cabeza mientras le dejaba un beso allí.
──Contigo iría al fin del mundo, ¿lo sabes? ──musitó.
Jimin alzó la cabeza para observarlo de cerca, deleitándose en el ámbar de sus ojos y la rojez de sus labios.
──Lo sé ──susurró.
Jungkook se inclinó hasta besarlo de forma lenta y casi dolorosa para Jimin, pero después se separó y abrió la puerta del copiloto para él.
──Sube, te llevaré a un lugar especial ──comentó.
Jimin se mordió el labio inferior unos instantes, sentía unos nervios clásicos de la primera cita, algo irónico teniendo en cuenta su tipo de relación. Esos días habían comido, reído y dormido juntos.
──¿A dónde?
El vampiro cerró la puerta y se tomó su tiempo hasta sentarse a su lado, al volante. Sólo entonces esbozó una sonrisa ladeada y sonrió.
──A las estrellas.
JUNGKOOK VAMPIRO ES REAAAAAL 🤸
Perdón por tardar en actualizar, tengo unos meses duros entre trabajar mucho y estudiar para exámenes, encima empezaré las prácticas de mis estudios y no sé cuánto tiempo tendré ª
Espero que lo entiendan, intentaré actualizar cada que pueda ❤️
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