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〃capítulo 8〃

Jimin estaba seguro que haber dormido tantas horas a mitad del día le pasaría factura. Anotó mentalmente dejarse morder por la noche, así recuperaba el buen horario de sueño.

Totalmente renovado, se despertó cuando el reloj marcaba las cinco de la tarde. Sin embargo, Jungkook no estaba a su lado en la cama, como habría esperado. Con el ceño fruncido se levantó en dirección a la única sala que conocía su entrada y salida: el comedor, pero tampoco estaba allí. Quizá tenía trabajo o algo por el estilo, recordó que sus vidas seguían transcurriendo aunque hubiesen tomado un paso importante.

Se propuso volver a la habitación y así mirar las fechas y horarios de las audiciones, pero tomó un pasillo distinto y acabó en un corredor de puertas que no había visto antes. Sin embargo, la curiosidad siempre ganaba la batalla en él, así que se asomó por una de las ventanas de cristal de la primera puerta.

Había un salón de baile, parecido al que usaba en su compañía, por ello se preguntó si alguien más se dedicaba a su profesión. También recordó que debía seguir entrenando o perdería la costumbre. Aunque en ese momento algo más le llamó la atención y se trataba de una suave melodía de piano, procedente de algunas puertas más allá. Era una canción nueva para sus oídos, pero algo en su pecho cosquilleó de alegría, como si la hubiese escuchado miles de veces.

Casi hipnotizado llegó a la tercera puerta del panel derecho, la única que no tenía ventana en la parte superior. Normalmente habría llamado primero, porque estaba claro que había alguien allí dentro, pero en ese momento abrió sin previo aviso, descubriendo al único vampiro rubio de toda la casa tocando el piano.

Yoongi se había percatado del intruso, ese humano recién llegado a la mansión, pero seguía tocando teclas sin molestarse a mirarlo.

Jimin observó cómo sus dedos se hundían en cada nota con una delicadeza y pasión que le parecía hermoso de ver. El vampiro ni siquiera miraba la partitura, tenía sus ojos cerrados, pero eso sólo le añadía más vida a la melodía, que era lenta y romántica.
Cuando estuvo en medio de la sala, cerca del piano, Yoongi dejó de tocar súbitamente y le observó, pero no dijo nada. Jimin notó el temblor de sus manos como efecto secundario a su mirada.

──No quería molestar. ──Se excusó.

El rubio no lo había acusado o reprendido, pero en sus iris vio algo que atribuyó a la decepción. No obstante, este negó.

──No he insinuado que lo hiciera ──respondió Yoongi, igual de impasible.

Palmeó el banquillo donde estaba sentado, indicándole que tomase asiento. Jimin, no muy convencido, terminó accediendo y se acomodó a su izquierda.

──¿Sabe tocar? ──murmuró Yoongi.

Jimin se sintió observado, estaban demasiado cerca y el vampiro no dejaba de mirarle, pero logró negar. Ante eso Yoongi tomó sus manos, lo que le erizó la piel por el contraste de temperaturas, y las colocó sobre las suyas para comenzar a tocar la misma melodía que sonaba segundos atrás, aunque más despacio. Jimin sonrió porque se veía como un niño; sus manos eran pequeñísimas sobre las de Yoongi, cuyos dedos eran largos y finos.

──Es bonita ──comentó Jimin.

Giró su rostro para mirarlo, pero el vampiro no se había movido en ese rato, así que sus rostros quedaron tan cerca que comenzó a sentir sus latidos incrementar el ritmo.

──Gracias ──susurró Yoongi──. Aunque es una de mis composiciones más viejas.

Su aliento chocó contra los labios de Jimin y él no pudo evitar mirar su boca mientras hablaba. Tenía unos labios finos, o al menos más que él, y su forma le invitaba a averiguar si serían tan fríos como sus manos. Pero no quería centrarse en eso, así que observó sus pupilas algo dilatadas y sus iris escarlatas. Esa vez no encontró decepción, parecía haber un brillo distinto, más alegre.

Tan ensimismado estaba Jimin que no se percató del movimiento en su cuerpo hasta que su nariz tocó la contraria. De esa forma pudo despertar al fin del trance y asimilar la respuesta, alejando sus ojos del rostro del vampiro.

──¿Es tuya? ──preguntó rápidamente, aunque la respuesta era obvia──. ¿Compones música? ──farfulló.

Yoongi asintió, aún impasible y concentrado en sus facciones.

──Siento si le asusté esta mañana ──murmuró en cambio, cambiando de tema──. No era, ni es, mi intención alejarlo de mí.

Jimin frunció el ceño, pero se negó a girar su rostro de nuevo. Pasaron unos segundos hasta que comprendió a qué se refería.

──No pretendía alejarme, por el momento no tengo motivos para hacerlo, creo ──respondió en un susurro, concentrado en ignorar su fija mirada──. Pero no comprendo qué pasó...

Yoongi chasqueó la lengua.

──El viaje me afectó, eso es todo. ──Se apresuró a justificarse──. No reaccioné bien ante la noticia, pero me alegro por Jungkook y usted, deseo que sean felices.

Giró sus manos sobre las del humano para poder tomarlas y, con delicadeza, acercarlas a su boca para dejar un beso a cada una.

──Gracias ──farfulló Jimin, que no pudo evitar observar sus ojos en ese momento──. Pensé que no te agradaba y...

──Al contrario. ──Le detuvo Yoongi, estrechando sus manos con suavidad──. Aún sigo creyendo que es demasiado bueno para Jungkook, pero no quiero entrometerme entre ustedes, así que olvidemos mi impertinencia esta mañana.

Jimin se mordió el labio inferior para callarse. Quería hacerle muchas preguntas, pero tampoco era su intención agobiarlo, así que prefirió dejar el tema.

──¿A dónde viajaste? ──preguntó en cambio.

Yoongi esbozó la primera sonrisa que Jimin pudo ver en su rostro, la cual se le contagió.

──A París ──respondió el rubio──. Es contradictorio porque amo el lugar y es hermoso, pero ya vio que no fue un viaje alegre.

Jimin hizo una mueca de disgusto, aunque siempre había querido ir a París, uno de sus destinos más deseados. Pero en ese momento se le quitaron las ganas.

Jungkook había pintado a Yoongi como alguien amargado y triste, pero en sólo unos minutos conocía más de él que del propio pelinegro, y le parecía alguien incomprendido y calmado.

──¿Sucedió algo en París? ──Adivinó.

Yoongi arrugó la nariz y volvió a adoptar un rostro impávido.

──Hace muchos siglos, ahora lo único malo que quedan son los recuerdos ──explicó──. Imagino que le habrán contado sobre mi pasado.

Jimin asintió con lentitud, dudando si decirlo.

──Sé sobre su... difunta esposa.

Yoongi asintió y soltó sus manos poco a poco mientras también apartaba la mirada.

──Ella murió allí, en París ──susurró──. Cada año viajo para recordarla. No me he olvidado de hacerlo en todos estos siglos.

Jimin volvió a asentir, pero en realidad era un acto inconsciente mientras se concentraba en ahuyentar las lágrimas.

──Siento tu pérdida ──farfulló.

Yoongi se giró a tiempo para ver una lágrima descender su mejilla. Él, acostumbrado al dolor, se la limpió con una sonrisa sutil.

──No importa, fue hace muchísimo tiempo, Jimin ──musitó──. Siempre estará conmigo, aquí dentro.

Al posar su mano sobre el pecho del humano, este sintió su corazón saltarse un latido. Siempre había sido sensible a las historias trágicas, sobretodo si incluían amor.
Se sentía tan mal por el vampiro que no se percató de que lo había llamado por su nombre sin siquiera él habérselo dicho.

──Perdón. ──Rió, irónicamente, entre lágrimas──. Sólo espero que pronto encuentres a alguien, aunque no pueda llenar el mismo vacío que ella dejó.

Se limpió el rostro rápidamente, intentando calmarse, y vio a Yoongi colocar sus manos de nuevo sobre el piano, más serio.

──Ya lo encontré ──comentó──. Se dice que sólo existe un Juramento para cada vampiro, pero volví a hallar el mío.

──¿De verdad? ──replicó Jimin, con una gota de esperanza en su pecho.

En tan sólo unos minutos había conectado con el vampiro, le deseaba lo mejor y no comprendía la tensión de los demás alrededor suyo.

──Sí ──murmuró Yoongi, comenzando a tocar de nuevo la misma melodía──. Pero él ya está tomado por otro vampiro.

Jimin se paralizó en el asiento hasta que pudo encontrar de nuevo la fuerza suficiente para hablar.

──¿Qué? ──replicó, sin saber qué más decir.

Yoongi soltó una suave risa nasal, casi irónicamente.

──Es una pena que Jungkook le haya encontrado antes ──musitó, ajeno a la reacción del humano──. Usted habría sido mi Juramento de otro modo.

Jimin sintió que el tiempo se detenía a su alrededor y que el aire le pesaba en los pulmones como acero puro.

──¿Por qué...? ¿Cómo...? ──farfulló──. Es imposible que yo sea...

“Hay tantas cosas que desconoce sobre mi mundo”.

La voz de Yoongi en su cabeza sonó como un eco grave, asustándolo y haciendo que diese un respingo.

──¿Qué ha sido eso? ──exclamó, levantándose de golpe del banquillo.

──Lo siento, se me ha escapado ──Se disculpó Yoongi, siguiéndolo──. No quiero asustarlo, fue involuntario.

Jimin no pudo evitar pensar en Crepúsculo pese a que Jungkook le había dicho que se olvidase de esas historias. Quizá Yoongi tenía poderes mentales, era una mala comparación para la situación, pero fue lo único que pensó.

──Está bien, sólo no me lo esperaba ──balbuceó──. Yo... Hay tanto que debo asimilar...

Yoongi asintió rápidamente, con la preocupación presente en el rostro. Se acercó un paso más para tomar su mano y, como Jimin no la apartó, dejó un beso allí.

──Siento haberlo abrumado. ──Suspiró.

Jimin se percató de que sus pupilas no estaban tan dilatadas y sus ojos ahora eran más bien rosados en lugar de rojo intenso.

──N-no importa ──farfulló con una sonrisa tensa──. Sólo tengo que pensar.

El vampiro volvió a asentir y lo soltó al fin.

──Tómese su tiempo ──respondió──. Pero le ruego que no me aparte de su vida.

Jimin negó. No sabía por qué, pero no entraba en sus planes excluirlo o alejarlo, sentía la misma confianza y confort en su presencia que con Jungkook.

──He de irme ──concluyó en un susurro, más calmado──. Y... la próxima vez no me trates de usted, no estoy acostumbrado.

Yoongi curvó apenas las comisuras de sus labios antes de inclinarse para despedirlo. Jimin juró sentir una esperanza mutua por verse de nuevo.

──Como desees ──susurró.

El peliazul se inclinó también y, sin saber qué más añadir, se giró y caminó hasta alcanzar la puerta. Al abrirla se volteó para guardar una última imagen del vampiro en su mente: de pie frente al piano, observándolo con unos ojos brillantes en contraste con su impávida expresión, y su silueta recortada por la luz de los candelabros.

Sólo entonces Jimin salió de allí, sintiendo el corazón en su cabeza y su pecho agitado.

Por fin apareció Yoongi <3 es mi personaje favorito de la historia sin hacer spoilers!!
Espero que también lo amen, les gustó el capítulo??

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