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〃capítulo 11〃

Los días pasaron y Jimin fue aprendiendo más sobre su nueva vida. Conoció al matrimonio, que llevaban más de cincuenta años juntos y que habían conocido al resto después de casarse.

Al primero que invitaron a formar parte de su familia fue Yoongi, que se hizo como un hermano para Namjoon. El rubio era un vampiro solitario, mucho más mayor que ambos. Le contaron que al principio se veía triste por la pérdida de su esposa, pero que empeoró con los años. Sin embargo, Jimin notó que le ocultaban algo más, aunque no se atrevió a preguntar.

Después apareció Jungkook, sobre los años sesenta, un vampiro hijo de amigos del matrimonio que había quedado huérfano tras un ataque de seres salvajes en Busán. Era bastante pequeño además de inexperto en comparación con ellos, así que decidieron hacerse cargo de él y se convirtió en el hijo que Namjoon y Seokjin siempre quisieron tener. Yoongi, sorprendentemente, era el tío que lo cuidaba en silencio, algo que Jimin no entendió porque parecían bastante distantes cuando él llegó.

Poco tiempo después Taehyung encontró la mansión por casualidad, mientras vagaba apareció allí y como amó la forma en que aquellos otros vampiros le trataban, prácticamente se auto invitó, pero nadie se opuso porque Taehyung era como un rayo de luz. Aunque unos años después él llevó a la mansión a Hoseok, que era como un sol en medio de tanta oscuridad. Ellos dos se conocieron en una discoteca, el humano bailaba y reía con sus amigos y Taehyung lo vio, sabiendo al instante que era su Juramento.
Pero esperó, quiso asegurarse de que Hoseok era consciente de todo lo que implicaba el pacto, aunque finalmente llegó a ser uno más en la familia.

Jimin conocía el resto, porque muchos años después Jungkook encontró a su Juramento, él mismo.
Y el baile en su honor por fin llegó, sería aquella misma tarde.

──¿Seguro que estarás cómodo esta noche? ──preguntó Jungkook.

Jimin escondió el rostro en su cuello y acarició su pecho desnudo, mientras que el vampiro masajeaba su cabello y espalda, también desnuda.

──Claro, confío en vuestros criterios ──susurró el peliazul.

El matrimonio de la casa había invitado a viejos amigos, así como Taehyung y Jungkook esperaban visitas de familiares lejanos. Pero Jimin confiaba en que todos seguían las reglas de Rahiz, además que habrían Juramentos acompañándolos, así que no le quitaba el sueño.

──Si llegases a sentirte incómodo podríamos escabullirnos ──comentó Jungkook con una sonrisa adormilada.

Jimin asintió y dejó un beso en su cuello antes de tomar distancia.

──Está bien, pero por el momento voy a desayunar ──susurró──. Y después saldré.

Jungkook balbuceó algo y le dejó un beso en su frente.

──Nos vemos en el baile ──concluyó el peliazul.

Jimin desayunó con Seokjin, el resto estaba demasiado ocupado con los preparativos para el baile.
Después se reunió con Rosé en el centro comercial; tras muchos intentos de ella por verlo de nuevo Jimin encontró un buen motivo para aceptar, mataría dos pájaros de un tiro. Esa vez no podía salir de allí sin un traje, sí, uno de última hora.

──¿Y cuál es la ocasión? ──preguntó la rubia.

Jimin sorbió de su batido unos segundos de más para poder pensar en algo creíble.

──Tengo... Me han invitado a una boda, de... un primo lejano. ──Forzó una sonrisa.

──¿Y cuándo es?

──Hoy ──murmuró él──. A la tarde, soy un desastre, necesito el traje cuanto antes.

Rosé se llevó una mano a los labios para cubrir su sorpresa y, tan nerviosa como era, corrió a la primera tienda que alcanzó a ver.

──¡Vamos, no hay tiempo que perder!

Jimin la siguió con una risita, pero poco a poco el humor le cambió porque de nuevo nada le gustaba, así que decidió dejarlo totalmente en manos de Rosé. Ella escogió un traje granate, demasiado ajustado para su gusto, pero no podía negar que era precioso.

──¿Demasiado sexy? ──preguntó la rubia.

Jimin tomó la percha con el conjunto y negó.

──Es justo lo que necesito, quiero impresionar a mi acompañante ──canturreó.

──Entonces es perfecto ──concordó Rosé.

Jimin giró sobre sus talones para ir a la caja a pagar, porque era su talla, además de la única que quedaba, y debía tener fe en que le encajaba o de lo contrario estaría acabado. Aunque no tenía máscara, y convencer a Rosé de que necesitaba una para asistir a la boda no era una opción.

Sin embargo, cuando se despidieron Jimin pasó por delante de una tienda de artículos de fiesta. Allí habían muchas máscaras, disfraces, globos, sombreros, tarjetas de felicitación...
Caminando por los pasillos llegó a olvidar el verdadero motivo de su compra, pero logró dar con una máscara que ocultaba la parte superior de su cara y dejaba los labios al descubierto. Era blanca, con plumas de cisne negro y algunos diamantes falsos alrededor de los ojos. Le encantó.

Mientras volvía a casa en transporte público, se preguntó si Jungkook quedaría con la boca abierta al verlo, era lo único que esperaba. También quería que todo el mundo lo pasase bien, no quería una celebración aburrida. Pero en el fondo sabía que sin Yoongi, a quien hacía algún tiempo que no veía, no sería lo mismo.

El salón estaba decorado con pequeñas luces cálidas en el techo, de columna a columna e incluso rodeando estas. Las sillas y las mesas habían sido decoradas con sábanas blancas y lazos de pequeños ramos de flores, casi parecía una boda a ojos de Jimin. Cuando él llegó, todo el mundo le esperaba.

Automáticamente los cuchicheos se esparcieron por toda la sala, en su mayoría entre los vampiros, reconocibles por sus pupilas altamente dilatadas. Jungkook se acercó para tenderle su mano con una sonrisa y su mirada ámbar fija en su máscara, como si intentase ver a través de ella.

──Estás perfecto ──susurró al acercarse a su oído.

Jimin sintió un cosquilleo en su estómago y manos. Completamente nervioso ante la idea de ser uno de los pocos humanos allí, le dedicó una sonrisa y tomó su mano para acercarse al centro de la sala.

──Tú también lo estás ──murmuró de vuelta.

El vampiro se había echado atrás el cabello negro, dejando ver el rapado a cada lado de la cabeza. Además el traje era solamente con un chaleco y la camisa remangada hasta los hombros, para dejar visibles sus tatuajes, y la máscara negra solamente cubría un cuarto de su rostro. A Jimin le pareció muy provocador y su mente viajó hasta el momento en que el baile acabase y estuviesen solos.

En cuanto estuvieron en el centro de la sala, el resto de sus conocidos se acercaron y la música pareció subir de volumen.

──¡Me encanta! ──chilló Taehyung──. El granate te sienta de muerte, no literalmente ──añadió.

Jimin rió un poco y chequeó con la mirada el traje negro de él, justo el mismo que habían comprado semanas atrás.

──El tuyo fue una buena elección ──aseguró.

──¡Lo sé! ──Rió mientras se ajustaba la máscara negra.

Hoseok apareció tras el vampiro para tomarlo de la cintura.

──Así que te debo las gracias a tí ──murmuró hacia Jimin, con una sonrisa traviesa.

El Juramento de Taehyung llevaba un traje morado de terciopelo, muy al estilo de los setenta u ochenta, supuso que de su época, y una máscara del mismo color que cubría el lado derecho de su cara.

──En parte ──canturreó Jimin──. Aunque la belleza es mérito de él.

Taehyung le dio un suave manotazo en el brazo y Jungkook apretó el agarre en la mano del peliazul.

──¿Debería estar celoso? ──bromeó.

──Ya están peleando. ──Se quejó Seokjin mientras se unía al grupo de la mano de su marido.

Ambos llevaban máscaras a juego, una especie de Ying y Yang que cubría sólo un ojo.

──Fue culpa de Tete ──se quejó Jungkook.

──Ni un minuto de paz ──murmuró Namjoon, claramente divertido.

Jimin sonrió a la familia, pero poco a poco se giró hacia Jungkook y se alzó sobre sus puntillas para hablarle al oído.

──¿Quieres bailar? ──sugirió, deseando tener un momento privado con él.

Jungkook, en lugar de responder, simplemente cambió su mano por la cintura y lo empujó consigo en la dirección contraria.

──Disculpadnos un segundo ──dijo por encima de la música.

El resto de la familia apenas se giró a despedirlos, estaban acostumbrados a sus desapariciones esporádicas.

Al colocarse entre las parejas de baile, Jungkook lo tomó de la cintura con su diestra y usó la contraria para sujetar su mano y guiarlo en el baile. Jimin se sorprendió cuando se movió con destreza al son de la lenta melodía.

──No sabía que bailabas tan bien ──comentó con una sonrisa juguetona.

Jungkook se humedeció los labios y se infló de orgullo al mirarlo.

──Quería impresionarte ──confesó.

──Yo también ──susurró Jimin──. Por eso compré este traje, casi no puedo respirar.

Jungkook prensó sus labios mientras recorría el cuerpo de su acompañante, con sus ojos ámbar totalmente dilatados.

──Estás increíble, aunque también sería un placer para mí quitártelo ──susurró cerca de su rostro.

Jimin alzó un poco el mentón para hacer que sus narices y bocas rozasen.

──Cuando acabe todo, quiero bailar toda la noche ──replicó con un puchero.

Jungkook no pudo resistirse y mordió con levedad el labio abultado de Jimin para transformar la mueca en una sonrisa.

──Tendré paciencia ──aseguró el vampiro.

Tras terminar la canción, un golpecito en su hombro le hizo prestar atención a tres caras completamente ocultadas tras máscaras de tonalidades rojizas. Jimin esperó atento, sin soltarse del vampiro, y Jungkook les sonrió.

──Que bien que hayan venido, ¿cuánto pasó?, ¿dos décadas? ──Les saludó.

La figura central, una mujer de cabello negro y ondulado, se quitó la máscara para dejar ver un rostro femenino de facciones marcadas y únicas.

──Creo que más, apenas te pasas por Busán. ──Le regañó la vampira de ojos ámbar──. Aunque con semejante Juramento no te puedo culpar, ¿cómo te llamas, ricura?

Jimin hizo un esfuerzo por sonreír, pero sabía que podrían escuchar su corazón golpeando rápidamente contra su pecho.

──Park Jimin ──farfulló.

──Yo soy Hwasa, cielo. ──Se presentó la vampira──. Y ellas son Sunmi y Jessi.

Las otras dos vampiras tenían el mismo color de ojos, pero no se quitaron las máscaras que iban a juego con sus ajustados vestidos.

──Eres una dulzura ──dijo la otra pelinegra de cabello liso.

──Literalmente, ¿has olido su sangre?, parece algodón de azúcar ──añadió con una risa la que tenía una voz más grave.

Jungkook apretó un poco la mano de Jimin para hacerle saber que todo estaba bien.

──Son primas muy lejanas mías, pero no te preocupes, siempre son así ──susurró en su oído.

──Te podemos escuchar ──gruñó la única que llevaba el cabello castaño recogido en una cola.

Después le dio un golpe a Jungkook en el brazo, a lo que él le enseñó los colmillos.

──No empieces, Jessi ──masculló Hwasa.

La restante, Sunmi, se rió un poco mientras la alejaba del grupo. A Jimin se le contagió su actitud.

──Perdona por eso ──añadió Hwasa──. Os dejaremos a solas por un rato.

Tras guiñarle un ojo a Jungkook desapareció con las otras dos, dejándole a él con un ceño fruncido.

──Son divertidas ──canturreó Jimin.

Quería llevarse bien con la familia y los conocidos de Jungkook y el resto de los que vivían en la mansión, lo sentía como una prioridad.

──Necesitan Juramentos para desahogarse y gastar energía. ──Bufó el pelinegro, llevándolo de la mano a la zona de bebidas.

──¡Oye!, ¿sólo soy un desahogo? ──dijo Jimin.

Por supuesto, no iba en serio, incluso se parecía a algunas bromas casuales entre ellos, pero Jungkook se giró hacia él con sus manos temblando.

──No, claro que no, mi amor, lo eres todo para mí ──farfulló.

Jimin rió con algo de culpabilidad y negó.

──Tranquilo, sólo bromeaba ──musitó, aunque poco a poco fue deshaciendo la sonrisa.

──¿Seguro? ──preguntó el vampiro al ver su cambio de actitud.

Jimin asintió en silencio y estiró de su mano para llegar a la barra para pedir un refrigerio.

──Es sólo que... ──comenzó al no poder callárselo. Al menos allí estaban algo más alejados del resto──... nunca antes me habías llamado 'amor'.

Jungkook también fue perdiendo la sonrisa conforme se percataba de ello.

──Yo... Lo siento si te incomodé ──murmuró.

Ante la preocupación en sus ojos Jimin volvió a negar, pero también se acercó hasta tomar su rostro con las manos y acariciar sus mejillas con los pulgares. Su corazón latió más deprisa aún y llegó a olvidarse de la situación a su alrededor.

──No me incomoda, sólo me ha sorprendido un poco ──murmuró conforme se acercaba a su rostro y Jungkook lo tomaba de la cintura──. Para bien.

El vampiro pegó su cuerpo al suyo como si estuviesen en su habitación, una noche más, a solas.

──Eres el amor de mi vida, Jimin ──susurró al pegar ambas frentes con un sonido metálico de las máscaras──. Ya te lo dije, pero puedo seguir recordándotelo por el resto de nuestras vidas: me enamoro de ti minuto a minuto.

Jimin cerró sus ojos para grabar esas palabras y el momento en su mente, era algo que no quería olvidar jamás.

──Pequeño...

Pero antes de que pudiese estropearlo, Jimin unió sus labios al fin. Ese beso fue, sin duda, la única fuente de paz que había tenido en toda la noche.

Jungkook correspondió, sus bocas encajaron a la perfección y sus cuerpos se pegaron tanto que casi parecían una sola persona, pero debió recordarse que no estaban solos allí.

──Jimin ──susurró con la voz algo ronca, aún sobre sus labios.

El humano se dio por aludido y rompió el beso con un chasquido dulce.

──Jimin, te-

──No lo digas ──farfulló el peliazul, luchando por respirar con normalidad y negándose a abrir los ojos──. Por favor, aún no lo digas, no puedo responderte.

Jungkook llevó su diestra hasta la mano más pequeña y se la sujetó con cariño.

──No me importa, mis sentimientos no cambiarán por eso ──afirmó.

Jimin abrió sus párpados poco a poco para observar su rostro desde cerca. Nunca había tenido tanto miedo y tantas ganas de escuchar una sola frase.

──Te quiero ──susurró Jungkook.

Jimin exhaló.

──Y no importa que no me respondas ahora, te voy a querer con o sin réplica ──aseguró.

──Lo haré ──murmuró el humano──. Te responderé, pero aún necesito tiempo.

Jungkook asintió con calma y una sonrisa leve, aparentemente contento por sus palabras.

──No estamos en una carrera, tienes todo el tiempo del mundo ──dijo con una suave risa.

Jimin volvió a alzar las comisuras de sus labios antes de dejarle un último y rápido beso.

──Está bien ──musitó.

Jungkook tomó el vaso que el peliazul había pedido y se lo tendió en tanto volvían a la realidad. Y esta no era nada menos que muchos ojos de distintos colores mirando en su dirección. Con las mejillas rojas Jimin tomó el vaso de tónica y volvió a estirar de la mano del vampiro hasta encontrar un lugar agradable: la esquina donde estaban Taehyung y Hoseok.

──Buen baile, la próxima vez en lugar de máscaras podría ser nudista ──bromeó el de ojos morados.

──Oye Tete, sólo fue un beso. ──Se quejó Jungkook.

Hoseok soltó una carcajada tras la mano y negó.

──Yo he tenido que apartar la mirada y todo ──mintió.

Esa vez fue Jungkook quien le dio un golpe amistoso a Hoseok, pero él en vez de callarse siguió riendo con más intensidad, al menos hasta que la música cambió a una más retro y tanto él como Taehyung chillaron de emoción.

──¡Es nuestra canción! ──dijo el vampiro──. Ahora volvemos. ──Se excusó, llevándose a Hoseok con él.

Jimin les despidió con un incómodo gesto de su mano y decidió volver a centrarse en Jungkook, pero una de sus primas, Hwasa, estiraba de él en la dirección contraria.

──¡Ahora te lo devuelvo! ──gritó por encima de la música.

A Jimin no le importó, de hecho le gustaba que Jungkook tuviese más contacto con sus familiares lejanos y amigos que no veía hacía tiempo, era algo bueno. Pero se sintió solo.

Aferrándose a su bebida como única compañía, se quedó apoyado en la pared más cercana, mirando al resto bailar. Parecían pasarlo bien, sobretodo Hoseok, que también bailaba como profesión. Jungkook parecía estar amenazado para bailar con su prima, pero era casi adorable por ello.
Más allá de ellos, Jimin no veía a nadie conocido, ni siquiera sabía dónde estaban Namjoon o Seokjin, así que bebió de la tónica rápido para calmar sus nervios; seguía siendo un humano entre bastantes vampiros.

Cuando terminó la bebida, miró el vaso con una nostalgia extraña en su pecho y lo meneó para darle vueltas al hielo con tal de hacer algo más que mirar la multitud. Sin embargo, la salvación apareció frente a él en forma de unos zapatos negros. Jimin paseó con la mirada por ese traje rojo brillante, llegando a una camiseta negra y luego dos cadenas plateadas al cuello. Finalmente encontró el rostro portador del atuendo, el que menos esperaba ver esa noche: el de Yoongi.

──Siento aparecer así ──murmuró él──. Nadie me dijo que era un baile de máscaras.

Jimin siguió en silencio porque la voz no le salía, solamente podía estudiar ese rostro que conocía y había extrañado, sin máscara que lo cubriese.

De pronto sus músculos se sintieron demasiado débiles, el vaso y el aire mismo le pesaban y ni siquiera tenía fuerzas para mantenerse en pie.

Por suerte la música logró cubrir el sonido del golpe.

¡Perdón! Por error subí el capítulo anterior al actualizar, este es el capítulo 11 real, gracias a las personas que me avisaron 💜

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