Charla de Medianoche
— Buen juego, extraño. — Una vez Dazai termina los tramites de conseguir su nuevo peluche de oveja, encuentra a Chuuya afuera, comiendo otro dango. El sonríe, y no debería ser adorable que lo haga cuando tiene migajas y miel en la comisura del labio. El castaño aprieta la lana blanca del peluche y esta cede dócil bajo sus dedos. Mierda. — Gracias por el peluche.
— ¿Así que te diste cuenta? — Ronronea altivo el pelirrojo. Después de tres rondas, Dazai ganador consecutivo, recolecto suficientes puntos para elegir un buen premio. Se dio cuenta que en realidad era Chuuya dejándolo ganar.
— Por supuesto que lo hice, no soy bueno en los juegos de azar. Tu si. — Chuuya se sonroja y un poco limpia con su brazo el residuo de dango, Osamu aprovecha la oportunidad para tomar el palito y comer. Es cursi, pero el dango es su nuevo dulce favorito.
Lo cierto es que Chuuya tiene buenos instintos, podría atribuirlo a vivir en calles peligrosas toda su vida, aunque el diga que no es para tanto. Ya es bastante tarde, tal vez deban volver.
— Tómalo como uno de tus regalos de cumpleaños — Osamu voltea a verlo descolocado ante eso, ¿como sabe Chuuya que dentro de unas horas es su cumpleaños? O tal vez no lo sepa, y sea una broma. De lo contrario, ¿como podría saberlo?
Pero, si lo supiera, ¿a que se refiere con uno?
Después de convencer a Chuuya de quedarse, ya que ya es bastante tarde, el castaño lava su cara y sale del baño, tarareando algo pensativo. Su voz es extraña, no fea, es particularmente melodiosa pero agudamente espeluznante. Es divertida.
— Estaba pensando — Comienza después de secar su cara con una toalla, su flequillo esta mojado y un poco encrespado. El castaño parece notar eso pero solo sacude un poco su cabello y lo peina ligeramente con sus dedos. — Que realmente odio mucho mi cumpleaños, odio la fecha, el día en general. Todo. Realmente se vuelve un día de locos.
Chuuya, sentando en la esquina de la cama, piensa, su cumpleaños fue hace alrededor de dos meses, por las fechas en las que conoció a Dazai. No lo detesta, solo es... una celebración bastante pequeña y no demasiado particular para el tomando en cuenta el gran esquema de las cosas, es un poco pretencioso, pero el piensa que esas celebraciones van perdiendo emoción a lo largo de los años. Aunque Rimbaud se esfuerza en hacerlo sentir feliz y querido por su cumpleaños, ese viejo.
— Hm, entonces, ¿no te gusta la celebración? — Los ojos de Dazai dicen, semántica, si. Chuuya ríe porque sabe que odia que lo corrijan. Tararea y dice. — ¿Y si lo celebramos?
Aja, entonces Chuuya si sabia que mañana es su cumpleaños. Toma notal mental de indagar de como lo supo, sonríe un poco descolocado.
— Como... ¿ahora? — ¿A mitad de la noche? ¿Nosotros? Chuuya se avergüenza un poco.
— Bueno... sabia que mañana podrías estar conmigo porque estarías mas ocupado haciendo otras cosas... así que por eso te lleve al festival hoy y no mañana. — Eso capta la atención de Dazai, es... tierno. ¿Chuuya lo llevo a un festival... por su cumpleaños? Suena tan cursi como una cita sorpresa. Ríe bajito y tímido.
— ¿Chibi preparo algo tan romántico sin decirme y lo disfrazo como el favor de la apuesta? Estas aprendiendo trucos nuevos. — Guiña su ojo, Chuuya desvía la mirada.
— No... — Suena bajo, y falso. Osamu ríe. Con el cabello aun mas despeinado que antes de 'cepillarlo' con los dedos, se ve tranquilo y tal vez un poco mas guapo. Puaj.
— Esta bien. Podemos celebrarlo. Pero esta vez me toca preparar la sorpresa. — Eso capta la atención de Chuuya, ¿por que, si es su cumpleaños? Lo archiva como otra de las cosas extrañas que hace Dazai, extrañas y divertidas.
El castaño le da su teléfono, pidiendo específicamente que Chuuya por todo lo que quiera no entre a la carpeta de su galería 'Escuela', sonríe nerviosamente y se va por la puerta. Chuuya escucha música por como, cuarenta minutos, hasta que son las doce y el castaño vuelve, asomándose quedamente por la puerta y haciéndole una seña graciosa para llamar su atención.
Chuuya deja los audífonos de lado y el teléfono también. Siguiendo a Dazai por los extensos pasillos pobremente iluminados, el castaño saca su segundo celular, y van a la que, si mal no recuerda, es la sala de baile. El recuerdo de las tonterías que hizo con Dazai aquí es vergonzoso y palpita agradablemente en su corazón.
Osamu camina trotando y dando pasos largos mientras balancea sus manos infantilmente, se ve estúpido, tonto y para nada adorable. (Esta haciéndole mal a su corazón.)
Cuando llegan a el centro de la sala, el castaño activa la linterna del teléfono e ilumina el suelo. Hay una manta y sobre ella hay muchas cosas.
— Es una cita. — Revela el mas alto, con una voz cantarina y risueña, ¿el se esforzó por esto? Chuuya se sonroja. Repulsivo. — Al estilo victoriano.
¿Que...?
Chuuya alza una ceja, sonríe y se sienta en la manta, Osamu parece complacido.
— No estoy vestido para la ocasión. — Recuerda pragmáticamente el pelirrojo. Recordando los deslumbrantes vestidos enormes en las películas de época y trajes bastante elaborados que llevan las personas. También en los libros de Jane Austen que Dazai le comento.
— Esta bien. — Sonríe el de ojos caoba. —Yo tampoco, pero estamos comiendo en una sala de baile, debería ser suficiente, ¿no? — Su sonrisa es como la de un niño haciendo una travesura, saliéndose con la suya. Sirve torpemente el te en dos tazas. Tal vez por el cansancio.
El castaño toma una taza y estira su dedo meñique fuera de la oreja de la taza, bebiendo un sorbo suave. Chuuya lo observa descolocado e intenta repetirlo, con cierta vergonzosa torpeza. Lo lleva a sus labios y bebe ruidosamente.
— ¡Chuuya! — Protesta el castaño, riendo a carcajadas bajitas para que no los descubran. La perplejidad angustiada en los ojos de Chuuya es divertida. — No bebas así.
Toma la tetera y sirve mas en la taza del pelirrojo, ahora un poco mas preciso y elegante. Chuuya envidia eso.
— Bebe despacio, y en silencio. — El castaño levanta su dedo sobre sus labios en un ademan de quietud. Chuuya frunce el ceño, eso suena aburrido. Dazai aclara. — Me refiero a que no hagas ruido al beber. Darás mucho miedo si te quedas callado demasiado tiempo.
Chuuya le envía una mirada molesta, pero parece suficiente permiso para hablar, Chuuya come una galleta de avena y habla sobre lo estúpido que es el nuevo juego de Mario y sus nuevos comandos. Osamu rebate que en realidad es porque Chuuya es malo jugando videojuegos. El pelirrojo recuerda algunas acciones elegantes y graciosas que vio en películas de época que podrían llamarse educadas y distinguidamente discretas. Osamu sonríe ante sus imitaciones tontas.
Era tan tarde, pero Dazai quiere hacer esto toda su vida, hablar de todo y de nada con Chuuya, de cada cosa que al ruidoso pelirrojo se le ocurra.
Pasaron así, un par de horas siendo mocosos rebeldes juntándose a mitad de la noche. Le gusta hacer esto, enseñarle a Chuuya a tomar el te, o a hacer un saludo ridículo y elegante, adelantarle a Chuuya el final de la serie que el pelirrojo le dijo que estaba viendo, explicarle como jugar ajedrez y enojarse porque Chuuya hace un sonido de que se esta durmiendo del aburrimiento.
Después molestarlo con que es una babosa que no entendería la complejidad de un juego de estrategia. Chuuya lo reta a tener un duelo un día de estos.
Prometieron que verían Anne With An E juntos en algún momento, porque Osamu le comento las buenas reseñas que encontró en internet. Debatieron sobre sus gustos musicales, e hicieron una apuesta sobre quien podría encontrar mas información sobre la vida de Kurt Cobain, pero concordaron en que Axl Rose es un desgraciado con una voz increíble y una banda fenomenal.
Chuuya rio mucho, se avergonzó un par de veces y confeso y negó otras tantas. Rasca su nuca con un sonrojo en sus mejillas.
— Creo que en realidad hueles bien. — Admite, con la cabeza sobre el regazo de Dazai, con una pierna flexionada y la otra extendida. El castaño lo mira con sorpresa. — Dije eso porque me dio vergüenza acercarme a ti.
El castaño revolotea sus pestañas, Chuuya le da una pequeña bofetada desde donde esta.
— Oye, pero no es un cumplido. Perra vanidosa. — Su tono es cariñoso, sin su usual tosquedad, mientras mastica una galleta, y eso no debería ser la mitad de divertido y adorable de lo que es. El castaño se sonroja furiosamente y jala de su cabello.
— Chibi violento, voy a raparte con mis uñas. — Chuuya frunce el ceño. Pero luego ríe burlonamente.
— ¿Cuales uñas? Si te las comes. — Con eso Dazai le devuelve la bofetada y Chuuya salta sobre el, es una pelea por una razón tan estúpida, procuran no hacer tanto escandalo mientras ruedan por la sabana uno sobre el otro, riendo. Ninguno de los dos se lo toma en serio, Chuuya incluso tiene cuidado con el porque su brazo aun duele.
Dazai se burla de la risa maniaca de Chuuya y este le mete una galleta de avena a la boca. Luego se mete los dedos a la boca para comerse las migajas. Ew.
— No hagas eso, chibi tonto. — Dice Dazai con vergüenza. — Es como un beso indirecto.
— Literalmente me viste desnudo hace unas semanas. — Se encoge de hombros, y la idea de compartir saliva y momentos tan peculiares con Chuuya es vergonzoso. Lo que no dice es que se siente agradable, haciéndose un hueco en una lista de cosas que le gustaría hacer con Chuuya.
— ¡Eso es porque Chuuya es un chibi desvergonzado! — Jadea, debajo del pelirrojo. Dazai rara vez lucha por el dominio en estas peleas tontas, cuando lo hace es por llevarle la contraria. Ya que su fuerte es manipularlo con palabras para después burlarse.
Porque...somos amigos, ¿verdad?
Ah si, se supone que no debería hacer eso. Se supone que no debería sentir la necesidad de lamer sus labios cada vez que ve a Dazai muy concentrado en su tarea mordiendo un lápiz, o que su corazón se acelere cuando asaltan la cocina por la noche y Dazai se vea ridículamente guapo con el cabello despeinado a la luz débil de su teléfono. No debería querer cumplir sus caprichos como ganar un peluche en una estúpida feria para no decepcionarlo-
Ante eso, Chuuya suspira y se levanta súbitamente, quitándose de encima, el castaño se sienta en un movimiento corto. Se siente extraño, incorrecto pensar eso. Chuuya nunca le ha dicho amigo, no que el recuerde. El rostro del contrario es levemente molesto y decepcionado, ¿que es lo que esta esperando Chuuya? Hay una duda sembrada y esperanzada en su mente, Chuuya solo tiene que regarla un poco y florecerá como...
¿Es... lo que el piensa?
Flexiona sus piernas y las abraza contra su pecho, ¿que seria de Dazai si...
...le diera un beso a Chuuya?
Probablemente lo primero seria la vergüenza. Después tal vez... ¿seguiría? Puede que querría uno o dos mas.
Pensé que los chicos siempre están listos para esta clase de cosas.
Puede que realmente quiera besar a su amigo, y no a una chica. Si esa noche hubiese dejado que Sasaki lo besara, hoy en día probablemente los besos no significarían nada para el, porque el contacto con Sasaki seria áspero, insensible y desprovisto de anhelo y la característica curiosidad del primer beso.
Tal vez no seria como en un tonto shoujo. Un beso en una fiesta rodeados de gente, en la que cuando sus labios se conectan cualquier otra entidad, situación o ser pasa a segundo plano, y su único enfoque son los labios sobre los suyos, o un beso en el atardecer, plagado de las luces débiles y románticas del sol, dándoles privacidad para compartir espacio por unos minutos perdidos en el universo.
¿El querría hacer todo eso con Sasaki? Para nada.
¿Con Chuuya?
El pelirrojo lo mira serio, aunque estira nerviosamente la comisura de su labio, sus labios rosados y entreabiertos, disponibles y ojala que estén tan inexplorados e inexperimentados como los suyos. Quiere explorarlos a sus anchas por su cuenta.
— No. — Niega con la cabeza, aprieta la mandíbula y se acomoda frente a el. — Yo solo... quiero comprobar algo, antes de ser tu amigo... o bueno, es decir... no quiero ser tu amigo... ¡o no todavía! Solo... espera. — Tose ligeramente con un sonrojo en las mejillas, Chuuya dando vueltas sobre las mismas palabras le hace recordar a un perrito siguiendo su cola.
Lo mejor para descubrirlo, es experimentar.
¿Que se supone que debe comprobar? Ahora que lo piensa, si, Dazai quiere besarlo, pero luego piensa en las consecuencias de eso. El esta a punto de irse, lejos. A Tokio, otra vez siendo el muñeco perfecto de su padre, piensa en eso, y ni siquiera se lo ha dicho a Chuuya. No puede hacerle eso. Inspira temblorosamente, y apenas es consiente de que Chuuya esta acercándose.
Y ademas, si besara a Chuuya, ¿podría consigo mismo y sus pensamientos intrusivos mas tarde? Por supuesto que no, gritaría en su almohada y rodaría lleno de vergüenza por su cama. Pensaría en todo lo que estuvo mal y todo lo que le gusto hacer, también lo que le hubiese gustado.
Aun así, Chuuya no parece consiente del desastre que sus labios ahora mismo podrían hacer, así que solo se acerca, y Osamu observa esa tentación presentándose ante el, demasiado cerca, cuando Chuuya toma su mentón y le demanda suavemente que lo mire.
No necesariamente de forma visual....
—¿Puedo.... — Oh, esa tentación, tan rosada, tan suave, tan imposible. Tan cerca de su alcance y lista para perderla apenas la obtenga, así que tantea con su mano y un sonrojo en todo el rostro las sabanas a su alrededor, chocando con unos platos y tazas, y cuando esa cosa redonda y esponjosa toca su mano, aprieta los ojos y se aleja un poco. Ojala no fuera tan lento y doloroso como lo es.
Oh, Chuuya, por supuesto que puedes besarme, quiero hacerlo. Si, si, si. Tu puedes, pero yo no....
...es siempre mejor lo practico.
Chuuya piensa que eso suave instalándose en su pecho es la asimilación de los labios de Dazai sobre el, pero baja la mirada, y... en realidad....
Es la oveja de peluche que Dazai gano en la feria.
Chuuya esta completamente desconcertado, cuando esa oveja de cara estúpida se presiona contra su pecho y la expresión de Dazai es avergonzada y temblorosa.
— ¡No puedes besarme! — Niega con la cabeza, exclamando con la voz chillona y débil. Se endereza, sin apartar el peluche. — Porque... yo tengo un chaperón.
La determinación de Chuuya retrocede, su expresión es inquieta.
— Y su trabajo es que mi honor se mantenga intacto. — La expresión del castaño es todo menos acorde con su excusa, pero esta bien. Lo hizo por autopreservación. Es una puta cita de los 1800s, era obvio que no estarían solos sin un estúpido chaperón. Chuuya gime exasperado, Osamu insiste. — Así que no puedes hacer ese tipo de movimientos sin un cierto grado de formalidad. — Aja, formalidad, Chuuya mira con resentimiento al castaño, sin tomar en serio su rechazo. — ¡Ni esa clase propuestas indecorosas!
El pelirrojo chasquea los dientes. — ¿Lo dices tu o el chaperón? — Señala desganado el animal de peluche, Dazai recrimina receloso su cinismo.
— ¡El chaperón! —Rectifica, luego baja su mirada y la desvía. — No es que no quiera besarte...
Ante eso Chuuya esta un poco sorprendido, flexiona sus rodillas y las abraza contra su pecho, entonces apoya la cabeza haciéndose bolita, exasperado. Tonto Dazai, con todo el valor que tuvo que reunir para intentar besarlo. Pero las cosas no han terminado, aun tienen una ultima parada en este cumpleaños improvisado. Dazai suspira aliviado y luego lo escucha lloriquear acerca de las intenciones de Chuuya y que Chuuya es un desvergonzado.
Pero el realmente planea cumplir su cometido, sin tontos chaperones de por medio. Solo el y Dazai.
JAJAJAJ, este capitulo se me hizo bien mamón, pero, son chavos gente, que se puede esperar. Ademas, ¿yo actualizando sin una semana de por medio? Imposible. Aunque creo que el próximo capitulo tampoco tardara tanto, espero que les haya gustado. ¿Realmente esperaban el beso?
¡Gracias por leer, votar y comentar 💕!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro