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Dazai Osamu, en su vida, ha tenido que lidiar con muchas cosas.

Pruebas de casi cinco horas que el completa en dos, desafíos musicales, desafíos artísticos (como cuando hizo una copia de la Mona Lisa compitiendo contra Fyodor, ahora descansa en el pasillo frente a la sala de baile, gano, por supuesto), estúpidas lecciones de etiqueta y de baile por la aterradora Tia Kouyou.

También tuvo que lidiar con el suicidio de su madre y la indiferencia de su padre. Y aquí esta. Llorando en su habitación, recibe palmaditas en la espalda por Yosano Akiko. La cual esta teniendo mucha diversión viéndolo gritar y llorar por su mas reciente problema Sasaki Nobuko.

— Ya cállate, Dazai, no me dejas escribir mis tareas del próximo año. — Demanda apático Kunikida, el joven rubio obsesionado con su agenda de mierda. Yosano es la única que le presta atención de los otros tres (además de el) en la sala, Rampo come los dulces que Osamu nunca se comió de la fiesta de cumpleaños de Atsushi (que tuvo lugar hace un mes) el mencionado no se encuentra ahí. Y Kunikida escribe en su libreta.

Dazai Osamu nunca ha tenido una decepción amorosa, natural a sus casi 15 años de vida (cumple los 15 en un par de semanas).

— Esta pasando por el momento mas difícil de su vida hasta ahora. — Dice dramáticamente Edogawa, Yosano voltea los ojos. — Deberías hacer algo por el, como Yosano.

— Tu tampoco estas haciendo algo. — Akiko lleva ambas manos a sus caderas y le envía una mirada sucia. 

— Ya se le pasara, por eso no hago nada, pero ustedes no saben eso, así que deben ayudarlo. — Explica como si fuese obvio. Rampo tiene un presentimiento, el cual tiene lugar unos segundos después de decir eso, puesto que la ventana se abre de la nada y segundos después todos los presentes observan una persona deslizarse apoyado en el alfeizar adentro, Kunikida se congela cuando escucha una voz grave.

— Oye, Dazai, te traje algo para... — Oh, mierda. Chuuya mira atónito a tres desconocidos desperdigados alrededor de la habitación de Osamu, este ultimo arrojado en su cama como una estrella de mar, ya sabe porque, y es por eso que le trajo algo de helado a la mano para que el castaño no tenga que bajar a su cocina y traerlo el mismo con lagrimas en el rostro.

Ellos dos se reconciliaron, hace algunos días, y Chuuya esta 'apoyándolo' en este momento difícil (se sintió como una perra cuando Osamu le conto que Sasaki y el terminaron, y, en lugar de lamentarlo, Chuuya tuvo una serie de sentimientos felices, luego enojados cuando Osamu le conto la razón, y después enojados otra vez consigo mismo por ser tan hijo de puta.

Ya se le paso, queda la lastimera y falsa empatía inmadura que es un manto sobre su felicidad y alivio de razones desconocidas aun.) 

Ahora viene, y encuentra a mas personas. Perfecto. Bueno, el ya tiene que irse.

— ¿Chuuya? — Osamu levanta la cabeza que tenia hundida en la almohada para ver con sus propios ojos llorosos al pelirrojo, es divertido verlo, porque incluso Osamu se puso algo de rímel para que su llanto parezca mas dramático, este tiene una sonrisa incomoda y estirada, Dazai se apresura a tirarse sobre el y pegarse como garrapata a su torso, Chuuya se tambalea y deja caer la bolsa con el helado de chocolate al suelo. — ¡¿En donde demonios estabas?! ¡Estoy muriendo! ¡Agonizando! ¡Estos idiotas no me ayudan y moriré sin ella! ¡Chuuya! ¡Chuuya! ¡Te odio! ¡Eres de lo peor! 

— Yo... — Abraza al castaño para que no se caiga, trata de explicar con la mirada a la pandilla de adolescentes en la habitación del castaño que en realidad el no es un intruso y bueno...

— Al menos supero a Sasaki rápidamente, nuestro trabajo esta terminado, muchachos. — Rampo esta dispuesto a levantarse e irse, pero Yosano para su carro con viveza.

— Alto, un momento, ¿Quién es el? Porque de repente Momiazai parece estar a punto de pedirle el divorcio por alguna cosa... 

— ¿No es obvio? Ellos... — Rampo se queja por sus preguntas que a su parecer son obvias, Kunikida coloca bien sus lentes y sigue a Yosano.

— Yosano tiene razón, ¿Qué demonios esta pasando? — Chuuya esta congelado en su sitio, mira con incomodidad a los tres, y Osamu sigue lloriqueando cosas en su cuello. Chuuya oye un quejido frustrado del mas alto.

— Bueno, yo... ¡Mierda! ¡Dazai! — Se queja y el castaño saca la cara de su cuello con una expresión ofendida.

— ¡Préstame atención, o volveré a morderte! — Demanda apretando su cuerpo contra el mas bajo. Akiko dispara sus cejas exigiendo una respuesta ante eso. Porque es jodidamente raro. — ¡Y no me llames Dazai, soy Osamu, Osamu para ti! ¡Siempre complicas todo! — Chuuya suelta un quejido ante eso, Osamu olfatea y su tono lloroso desaparece. — Oye, hueles bien.

Chuuya esta vez se sonroja y balbucea porque Dazai no esta ayudando, la tensión sube como espuma hirviendo y reventando cada microsegundo en la habitación.

— Yo... Bueno... Chuuya... Esto no es lo que parece, Daz- Osamu, en realidad, es que... — Chuuya esta a punto de tener un ataque de pánico, la pelinegra de cabello corto desliza miradas inquisidoras por todo su cuerpo, el castaño mas bajo lo analiza con un manto de aparente indiferencia y un rubio de aspecto furioso y serio lo observa con lentes brillosos, parece una enorme paleta de limón enojada y explosiva. 

Baja la mirada hacia el castaño menor y lo sostiene con un brazo rodeándolo por la cintura, desciende con una expresión de angustia y recoge la bolsa de papel en el suelo, la levanta para que puedan verla y hace que una sonrisa brote en su rostro a la fuerza.

— Traje helado. 

"Yo y ella estábamos en la fiesta..." 

— Ella y yo. — Corrige pragmáticamente Kunikida, interrumpiendo el relato que Osamu empieza con una voz oscura, vacía, y visiblemente exagerada.

 Las cejas del castaño se juntan, la comisura de su boca se arruga y Yosano voltea los ojos dándole un zape a Kunikida.

— ¿Lo ves, idiota? Ya lo hiciste llorar otra vez. — Después de eso ella también junta las cejas, y revisa si sus afiladas uñas rojas están bien después de eso, luego sube la mirada una vez todo esta bien. 

— ¡Y entonces ella trato de besarme, pero....! — Las lagrimas amenazan las esquinas de sus ojos moca, Chuuya se apresura a tomar la copa de helado que sostiene en sus manos por que Osamu tapa su rostro rápidamente, chillando lastimeramente. Rampo voltea los ojos.

— Esta bien, eh, Dazai, no tienes que contarlo si no....— Intenta sugerir Kunikida, incomodo.

Chuuya desliza su mirada hasta topar con el rubio, entonces con seriedad lleva un dedo a sus labios y le pide silencio.

Audaz, sin duda. Kunikida guarda silencio con una expresión amarga. 

— Desde el principio, con calma. — Instruye Chuuya, le devuelve el helado y Osamu asiente, afectado.

"Estábamos en una fiesta, tal vez era de Kajii, o de Tanizaki, no estoy seguro.

Cuando la invite a bailar, ella acepto, con su angelical sonrisa. La música era lenta, y perfecta.

Tal vez ella vio algo que yo no, o lo sintió, porque empezó a verme de forma muy rara, y entonces trato de besarme.

Y yo...."

— ¡Demonios, la rechace! — El castaño arruga las cejas y Chuuya pasa saliva. Chuuya quiere intentar estar en la misma sintonía pero en realidad siente una punzada de alivio. 

"Yo... No estoy listo."

Respondió Osamu a su acercamiento, fue realmente lo primero que se le ocurrió, deteniéndola con una mano en su pecho y la cabeza apartada, esta alzo una ceja, encontrando incomprensibles sus palabras.

"Pensé que los chicos siempre están listos para esta clase de cosas"

Mierda, prácticamente acaba de decirle subnormal.

Luego de eso, Osamu divago en sus pensamientos, tan aislado como se es posible en una fiesta llena de adolescentes (algunos ebrios).

Luego de un par de horas, abandono la fiesta sin avisarle.

Y entonces esa noche realmente fue tortuosa, llena de interrogantes que nunca pudo externar porque no había nadie ahí.

Odia pensar en ese día.

Saber que pronto estará lejos de casa, no vera al idiota de Dostoyevski, a Sasaki, o a Chuuya.

Ni siquiera pudo encontrar tratar de preguntarle a Chuuya que debió hacer después de todo lo que ocurrió ese día, porque el no estaba ahí, y tres días después Sasaki lo cita, el día después de esa noche que el planeaba invitarla al festival que se aproximaba para recompensar los últimos errores, esa noche, ella le termina.

Chuuya trata de disculparse por lo que sucedió entre ellos, estuvieron alrededor de una semana sin hablar, y cuando Chuuya regresa, el esta realmente hecho una mierda. Pero no planeaba demostrarlo, acepto las disculpas de Chuuya secamente, y cuando este, en un intento de amenizar, pregunta por Sasaki, el simplemente estalla.

(Martillea en su pecho, porque no pudo decirle que pronto van a separarse.)

Chuuya es un desastre tratando de consolarlo, cuando sale excusándose con tratar de buscar algo para hacerlo sentir mejor, el trio de chicos con los que suele pasar el tiempo llegan a su habitación súbitamente, entrando con confianza dado que se conocen desde hace mucho, porque son herederos de empresas con las que su padre trata.

— Muy bien, entonces, ¿Cuál es el punto de todo esto? — Rampo atrapa mordazmente la atención de el resto, entonces corta el hilo de melancolía e incomodidad sufridas hasta el punto. Las miradas son dirigidas hacia el — ¿Por que demonios lloras?

Osamu escanea su pregunta, y nunca se le ocurrió que esta era la forma en la que atravesaba esta crisis, ¿Qué hay de malo conmigo? ¿Acaso soy tan anormal? ¿Existe un problema conmigo?

(¿Eso tiene que ver con el hecho de que su madre lo haya dejado?)

Las respuestas no llueven, pero las preguntas siguen martilleando.

No pudo besar a Sasaki porque hay algo mal en el, y tiene la ligera sensación de insuficiencia, lo irónico es la cantidad de halagos que recibe frecuentemente por sus capacidades a la edad que tiene. Las cuales no llenan el vacío, lo hunden en su miseria y autocritica destructiva. Es incapaz de ser normal, de encajar. No puede enorgullecer a nadie, y todos se van. No puede hacer algo como besar a una chica sin pensar en...

O mas bien, no puede besar a una chica pensando en lo linda que es, y que quiere realmente besarla, emocionarse porque este sucediendo. Ahora ya no importa, porque el se va.

— Yo... — Lleva vistiendo una mirada seria, su linea de pensamientos lo conducen al camino equivocado. Consigue retroceder y borrar su errores utilizando sus huellas.

— Quiero decir, ¿por que demonios lloras por esa perra? — Su parpadeo perplejo demuestra que no había pensado eso, que jamás culparía a Sasaki por tratar de besarlo cuando ambos se suponía que sentían una atracción mutua, el problema es el. 

— ¿Qué demonios es eso de "pensé que lo chicos siempre están listos para esta clase de cosas"? Hay algo mal en su cabeza. Quiero decir, si lo ponemos así, ¿en realidad todas las chicas siempre están listas para organizar una cita, o para asistir y cuidar de una persona, o para cualquier basura sexista que se espere de ellas? Es lo mismo con un chico, no naces sabiendo hacer algo o esperando algo basado en tu pene o tu... ya sabes. 

Bueno, carajo.

Chuuya ríe por lo ultimo que Rampo dice, y Yosano suelta una sonrisa cansada. Kunikida gruñe incomodo. Tal vez Osamu no lo hace porque esta procesando todo lo que acaba de oír. 

Decide no refutar lo que Rampo dice.

— Dazai. — Le llama Chuuya, colocando una mano sobre su hombro con una sonrisa brillante. — Si ella no quiere ir al festival contigo, podemos ir juntos. 

 Extraño ese sol, lo extraño tanto durante la tormenta.  

— Eres el idiota mas grande que el mundo ha conocido. — Esa, es otra indirecta, Fyodor esta inusualmente mas pasivo-agresivo con el, después de enterarse lo que sucedió con Nobuko. — ¿Quién demonios mueve su caballo a las esquinas? Tarado.

Si, el se lo dijo, y esta enojado con el porque no hizo caso. Dostoveisky insultando es algo extraño pero divertido.

— Es como si... Avanzaras cuatro casillas y cuando yo avance retrocedas con una duda existencial, porque te lo dije. — Dostoveyski dispara ambas cejas, Osamu arruga la expresión.

— Oye, eso fue muy directo. — Se queja.

El de cabellos lacios suspira, entre decepcionado y agotado. Decide ignorarlo y cambiar el tema de conversación. Apenas Dazai mueve un peón en un movimiento rápido el lo sigue y van de esa forma.

 — Entonces — Desliza su mirada por el tablero y atrapa una torre que Osamu dejo libre en un movimiento distraído. El castaño gruñe. — ¿Te iras a ese instituto en Osaka? 

Osamu exhala y levanta la mirada, serio.

"¿Sabes que? Iré a ese maldito lugar, y seré el mejor, ¿eso es lo que quieres? ¿Qué siga siendo tu estúpido orgullo siempre y cuando no me veas la cara?"

— Después de mi cumpleaños. — Gorgojea, relame sus labios y atrapa un peón y su caballo en un movimiento. — ¿Vas a extrañarme? 

Fyodor arruga la nariz ante su burla, finalmente, encuentra el camino que Osamu ha dejado todo este tiempo para acercarse a su reina y atraparla. El ha ganado, esta vez. Porque se lo dijo. y Dazai sabe eso, por ello lo deja. Fue un estúpido. Fyodor responde en algo entre lo burlón y nostálgico.

— Siempre fuiste el mas emocional de los dos.

Ay Dios mio, ¡gracias por todos los que han estado siguiendo esta historia! Lo agradezco mucho, a pesar de la tardanza. Planea estar mas activa con esto, tengo cosas tan softs preparadas para estos dos pero tambien mucho sufrimiento, y a medida que hago uno se acerca el otro y no quiero avanzar ajajsk. 

Mucho texto, de todos formas, ¡Muchas gracias por leer, votar y comentar 💕! Sus comentarios me salvan a mi y salvan 1 gatito callejero cada uno, sean sabios y salven nuestra vidas 😼.

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