Narrador Omnisciente

Draco caminaba esquivando y lanzando hechizos. Estaba preocupado, ¡Por supuesto que lo estaba! Su novia, su soporte, la única persona que lo conocía verdaderamente y, gracias al destino, la madre de su hijo.

Draco jugó con el pequeño anillo dentro de su chaqueta, pensaba en ella y eso lo ayudaba a dar lo mejor de sí, y sobre todo, a seguir vivo.

Cuando todo esto terminara, le pediría matrimonio.

Blaise reía mientras jugaba a su antojo con los Mortífagos que se atrevían a desafiarlo, Theo lo seguía y lo ayudaba rodando los ojos. Blaise parecía un niño pequeño en una zona de juegos.

De pronto el Mortífago delante de Draco desapareció junto a los demás, y ahí es cuando supieron que algo estaba muy mal.

Mientras tanto, Emma dejó a Fred en mando de Percy, a salvo de cualquier peligro. Seguía Sirius, Sirius y Alison.

Corrió hasta el Gran Comedor donde la peor batalla se hacía presente. Hechizos volando por doquier, Emma trataba de verlos entre tanta gente, pero no lo lograba.

Y ahí fue cuando lo vio, Sirius y Alison. Padre e hija, peleando juntos. Emma vio a Bellatrix acercarse y corrió a alcanzarles. Sirius fue el único que se dio cuenta y se puso al frente de Alison, recibiendo un golpe directo en el pecho y siendo expulsado contra la pared.

— ¡NO! — Gritaron Emma y Alison al mismo tiempo, pero ya era demasiado tarde

Emma apuntó a Bellatrix con su varita y con la mayor rabia del mundo lanzó el primer hechizo que se le vino a la cabeza.

– ¡Crucio!

Bellatrix la veía con una sonrisa siniestra, pensaba que Emma no le haría ni cosquillas. Pero estaba mal, Emma quería causarle daño, quería hacerla sentir dolor.

El primer grito causó una sonrisa de satisfacción en la cara de Emma, y no dudó en volver a usarlo. Cuando terminó, Bellatrix no podía moverse ni un poco, pero eso es lo que ella pensaba.

Emma corrió a ver si Sirius estaba bien, dejando a Bellatrix tirada en medio del gran comedor.

Alison sollozaba en el pecho de su padre, y Emma se derrumbó a su lado, llorando, apoyándose en silencio.

Un nombre comenzó a repetirse en la mente de Emma, sonaba como una amenaza.

Remus Lupin...

Emma se levantó de un golpe y corrió lejos con largas lágrimas cayendo por sus mejillas. Tenía que salvarlo, era su padrino y la única familia que le quedaba aparte de Harry.

Lanzó y esquivó hechizos de muchos Mortífagos que iban por ella. Corrió y corrió hasta llegar al tercer piso.

Ahí estaban Remus y Tonks, espalda contra espalda. Peleando juntos.

Siempre unidos.

Emma corrió e intentó ayudarles.

— ¿Necesitan ayuda? — Dijo Emma con una sonrisa, pensó que podía salvarlos.

Por primera vez en ese día, Remus sonrió. Emma era idéntica a Lis, y la extrañaba todos los días de su vida.

— ¿Sabes? Eres idéntica a tu madre...

Remus le sonrió a Emma, sabía que era su tiempo de irse. La muerte llegaría en cualquier momento.

Tonks también le sonrió a Emma y tomó la mano de su esposo.

Emma trató de acercarse y detenerlos pero Remus puso una maldición sobre de ella para que no los detuviera.

El primer hechizo verde cayó sobre Remus. Emma no podía moverse, pero eso no evitó que tratara de soltarse y ayudarlos. Lágrimas empezaron a caer cuando el mismo hechizo cayó sobre Tonks.

Emma quería gritar, estaba llorando de dolor. No era un dolor común. Se sentía mal. Muy mal.

Cuando la maldición desapareció, Emma corrió a abrazar a su padrino sollozando en su pecho. Lo había perdido, no había evitado su muerte.

Emma comenzó a sollozar más fuerte, las voces se hacían más potentes y repetitivas y su mente estaba llena de nombres. Pero ya no le importaba. Estaba rota, por dentro y por fuera.

Sus botas estaban rasgadas, había sangre cayendo por su labio y entre su cabeza. Su cabello era un desastre. Habían ramas y hojas entre su ropa y cabello. Pero no le interesaba.

Sollozaba en el pecho de su padrino. Y ahí fue cuando gritó. Gritó con todas sus fuerzas.

El grito sonó por todo el castillo, algunas personas lo reconocieron como el grito de una Banshee por lo potente que era. Gritó tan fuerte que ni ella misma había escuchado el mensaje de Voldemort, solo el final.

"Vengan si no quieren que más sangre mágica sea derramada"

Y ahí fue cuando Emma supo que hablaban de ella y Harry. Era obvio.

Con el mayor dolor del mundo arrastró el cuerpo de su padrino, y el de Tonks, hasta el Gran comedor y los puso a los dos juntos, sus manos estaban entrelazadas y ella sollozaba en silencio sobre sus cuerpos.

Se culpaba a si misma. No puso salvar a Remus ni a Sirius. Solo a Fred. Ella podía hacerlo pero no lo hizo... no lo hizo

Sintió una mano en su hombro. Emma pensó que era Draco, pero reconoció una mata de pelo pelirrojo y no tardó en ir a sus brazos.

Emma sollozó en el pecho de Fred, era su único amigo ahora. No sabía dónde estaba George, Blaise, Theo, ni siquiera a Tory.

Regulus había desaparecido junto a ella y una chica castaña de ojos pardos.

Cuando se volvieron a abrir las puertas entró Harry, nadie se fijó en él, solo Emma.

– Deberías ir con tu familia — Dijo Emma secando sus lágrimas.

— ¿Segura? — Preguntó Fred pasando un mechón de su cabello detrás de su oreja.

Emma se alejó un poco de él y asintió. Fred en cambio, se sintió rechazado.

Emma corrió detrás de Harry y cuando se acercó y se dispuso a encararlo.

— ¿Irás, no? Voy contigo — Dijo Emma. No dejaría que nadie más falleciera.

Harry se detuvo abruptamente y detuvo a Emma.

— No lo harás, estás embarazada. Tienes que huir.

Emma negó con la cabeza.

— Iré contigo.

— No, no lo harás.

Emma se dio media vuelta y se lanzó sobre los brazos de Draco que la recibió a gusto.

— Pensé que te había pasado algo, ¡Estaba preocupada!

Harry fulminó con la mirada a Draco y rodó los ojos al ver a Tory, Blaise y a Theo llegar.

Theo no tenía buena cara, pareciera como si acabara de enfrentarse a alguien importante. Emma supo que era Hydra, era un poco obvio.

— Tengo que ir Draco — Le dijo en el oído.

— No, escaparás y te salvarás a ti y a nuestro hijo.

Emma se negó y se negó, pero Draco terminó insistiendo.

Al final decidieron que Emma escaparía. A Emma no le gustaba la idea... pero si no lo hacía, su bebé moriría.

¿Que podía salir mal?

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¡NUEVO CAPÍTULO! Primer fin de semana, estoy feliz :3

Bueno hoy no tengo adivinanzas... pero si un hecho, Theo y Tory no morirán, decidí cambiarlo para que reconsideren no matarme por Sirius y Remus...

Así que ¡Besos!