Narrador Omnisciente

Emma todavía no podía salir del asombro. Para un solo día eran demasiadas emociones; miedo, tristeza, felicidad, rabia y sobretodo, culpa.

Dobby había muerto, ya habían pasado dos días de todo eso y Emma seguía con su trauma. No paraba de escuchar el último "Te amo" de Draco en su mente, una y otra y otra vez. Agregando el hecho de que parecía estar enferma. Ciertos olores causaban que ella corriera al baño a vomitar, también sucedía muy seguido en la madrugada.

Bill y Fleur habían sido muy amables al dejarlos quedar en su casa, también que Fleur ayudaba a Emma cuando se sentía muy mal.

Los chicos planeaban irse a Gringotts y entrar en la cámara de Bellatrix. Emma quería acompañarlos pero sus naucias cada vez eran peores y no podían dejarla que fuera con ellos. Así que Emma se quedó con Dean y Luna.

— ¿Sabes? Ser mamá es muy lindo — Dijo Fleur cuando Emma ayudaba a lavar los platos. (N/A: No me gusta hacer estas notas pero no sé hacer el acento de Fleur así que imagínenlo)

— Supongo, no tengo hijos para saberlo.

— ¿Nunca te has imaginado teniendo a un bebé rubio de Draco?

De hecho si lo había pensado, aunque ella no estaba lista para un bebé.

— ¿A que viene todo esto?

— Bien, iré al punto. ¿Tú y Draco an tenido... intimidad? — Preguntó haciendo que Emma dejara de lavar los platos.

— Puede... ¿Por qué?

— Puede que todo lo qué pasa es por que estás... embarazada — Dijo Fleur esperando la reacción de Emma.

— ¡No! ¡Siempre nos cuidamos! ¡Es solo un pequeño virus nada importante! — Dijo Emma dando media vuelta y saliendo de la cocina.

(...)

Eran las cuatro de la mañana cuando Emma despertó con unas náuseas horribles.

Corrió al baño y vomitó todo lo que había comido el día anterior. Le costaba respirar y su estómago estaba muy revuelto.

La noticia de que Harry había escapado de Gringotts volando un Dragón había llegado hasta los oídos de ella haciendo que se preocupara aún más de lo que ya estaba. Y su pequeño problema ya tenía una solución, haría la maldita prueba de embarazo.

Fleur había comprado uno por ella, le entusiasmaba el hecho de que Emma tuviera un bebé. Era de las muggles, así que como eran las cuarto de la mañana y seguramente no dormiría... hizo la bendita prueba.

Luego de unos minutos estaba esperando el resultado, había hecho dos exactamente. Y en esos pequeños minutos solo había pensado como cambiarían todas las cosas si en realidad estaba embarazada.

Cuando ya había terminado el tiempo no quiso ver el resultado. Tenía miedo, mucho miedo de saberlo.

Si era una raya lo uno que tendría que preocuparse sería por curarse del virus

Si eran dos rayas su vida cambiaría para siempre.

Espero a que las horas pasaran, tendría unas ojeras horribles pero no podía conciliar el sueño.

A las seis de la mañana se levantó al escuchar un ruido fuera de la puerta, metió el pequeño palillo dentro del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta viendo a una sonriente Luna frente a ella. Y Emma al verla tan feliz le dieron ganas de llorar.

Luna la abrazó y dejó que ella llorara en su hombro.

— Luna... yo, lo siento, tengo algo que contarte.

Ambas cerraron la puerta (con llave) y se sentaron en la cama.

— Yo... creo que estoy embarazada — Dijo Emma sacando el palillo muggle de su bolsillo — Lo hice hace unas horas pero no quería ver el resultado... tengo mucho miedo Luna.

— ¿Quieres que lo vea por ti?

— Por favor.

Luna le dio media vuelta al palillo y ahogó un grito. Dos rayitas.

— Emma... son dos rayitas.