4 | La Fiesta de Máscaras
4 | La Fiesta de Máscaras
Se colocó el último botón de su camisa para frotar su ropa un poco. Se veía elegante y era la idea. Se colocó su gorra y tomó sus cosas para ir al auto. Al estar en el auto repasó todas sus cosas. "Celular,audífonos,llaves,cargador.." miró al asiento de copiloto viendo su gran mochila. "Está todo." Susurró con una sonrisa de lado. Antes de comenzar a conducir.
Recordaba cuando empezó a hacer todo esto. Siempre disfrutó de vestir como mujer,desde chiquito lo disfrutaba. Le gustaba tomar las cosas de su mamá y vestir como cualquier niño lo haría,fue normal,claro,hasta que ya no era un niño y lo seguía haciendo. Cuando llegó a los diecisiete años comenzó a comprar su propia ropa de mujer con sus ahorros. Su madre nunca le importó,amaba a su hijo fuera como fuera. Habían veces donde ella misma le acompañaba a las compras y le aconsejaba que comprar y que no. Roier nunca olvidaría la primera vez que su madre le llamó diciéndole que vió un vestido hermoso y que lo compró para él. Tampoco le fue raro cuando su hijo le dijo sobre su evidente gusto por los hombres.
La primera vez que comenzó a vestirse así en eventos fue hace un año atrás. Tuvo la duda de que pasaría si lo vieran así y la sorpresa que se llevó cuando nadie lo reconocía hizo que su corazón latiera con fuerza amando la atención que se llevaba como chica misteriosa. Llegó a un nivel que era adicto a presentarse en ese tipo de eventos vestido como Melissa. Era su gusto culposo. Era tanto su amor por verse y vestirse como mujer que hasta práctico su voz femenina. Y por lo que veía, no era tan mala.
Se estacionó en el lugar para bajarse. El lugar estaba lleno de personas que conocía y otras que no. Casi todos llevaban una mascara,lo que le pareció curioso pero no raro. Se acercó a la entrada y al dar su nombre le recibieron con una carta con su nombre y una mascara aleatoria. Roier agradeció y entró al enorme lugar con la mascara en la mano viendo todo a su alrededor.
Buscó alrededor a sus amigos y los encontró. Todos estaban hablando y riendo en una esquina con un sofá. Los chicos tenían la mascara o colgando de sus cuellos o en la mesa descansando con las bebidas. Al acercarse a ellos recibió la sonrisa de todos.
"¡Roier!" Le llamaron.
"¿Qué pasa,mis perros?" Los saludó dejando la mascara en la mesa para saludarlos personalmente con abrazos y besos de mejillas cuando se trataban de las chicas.
"¿Ya viste el lugar?" Preguntó Molly "¡Es inmenso!"
"No he explorado pero es enorme,se ve desde afuera." Asintió el moreno para mirar a Mariana. El chico se veía impaciente y con ganas. "¿A ese qué le pasa?"
Aldo miró al de lentes y se encogió de hombros. "Lleva toda la tarde así. Espera a una morra o algo así,no sé. Creo que está pedo."
"¿Es eso?" Roier miró a Mariana con intriga.
"Ya,mien,déjenme." Se comenzó a quejar el matamorense para tomar de su bebida. "¡Llevan todo el rato burlándose de mí!" Y empezaron a reír más burlándose aún más de él.
Sí ese era el caso,la noche prometía. Le gustaría ver hasta que tan lejos podría ir con esto. Ya le habían puesto la oportunidad de jugar con las máscaras,las usaría a su gusto para que su jugada saliera bien. Todo iba bastante bien..
Así pasó la noche.
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