17 | Modelito

Ambos chicos ya estaban vestidos con su ropa interior, ninguna otra prenda fue puesta sobre sus cuerpos. La fiesta fuera de la habitación seguía pero eso no les importó. Querían quedarse a platicar a solas.

"Vete a la verga." Dijo Mariana luego de escuchar toda su historia. "No lo hubiera imaginado."

"Sí, bueno, he gastado mucho dinero en todo esto." Rió bajito. "Y sigo gastando."

"¿Y si me muestras tus modelitos?" Sugirió con una sonrisa. "Sí los usas más seguido haces que valga la pena todo el dinero."

Con emoción Roier asintió con una sonrisa. Se levantó de las piernas de su amante y fue a tomar varios de sus distintos vestidos.

[...]

Se puso un hermoso vestido verde limón. No era tan elegante pero sus curvas resaltaban de sobre manera, Mariana le miró desde su lugar, siendo este la silla de su vanity, Roier no lo evitó y caminó contorneando sus caderas hacía Mariana. Al llegar frente a él dió una vueltitas para mostrarle todo, hacía babear al mayor.

"¿Por qué no te pruebas tu favorito?" Preguntó con una suave voz, que a Roier le pareció sumamente atractiva.

Se alejó de él sacando el vestido verde de su cuerpo una vez estuvo tras aquella mampara estilo japonesa que tenía. Se puso el vestido rojo con maestría no sin antes caminar hacia el cajón donde cada uno de sus pares de guantes estaban. Localizo los color lila de inmediato poniéndolos es sus manos con rapidez, cuando se giró dió un pequeño respingo al ver a Mariana parado detrás de él. Parecía que no quería esperar ni un segundo luego de ver como le quedaba ese vestido verde limón.

No tardaron ni un segundo, se besaron con un poco de lujuria contenida, pero el golpeteo a la puesta los hizo separarse.

"¡Roier! ¡¿Estás aquí?!" Preguntaba Molly al otro lado. "¡Es que ya nos vamos, pero no encontramos a Mariana!" Mariana le hizo un nulo gesto de silencio a Roier, este capto la indirecta y habló.

"Eh, creo que ya se fue hace mucho." Dijo sacando su vestido de lugar rápidamente, lo más rápido que pudo, tiró los guantes por otro y se vistió como... bueno, como Roier.

"No manches, le diré a Aldo." En ese momento Roier salió de la habitación

"Mm, sí, los acompaño a la puerta." Dijo con una sonrisa para ir con ella a la puerta dejando atrás a el matamorense.

[...]

Despidió a todos sus amigos con una gran sonrisa que sentía algo hipócrita. Todos creían que Osvaldo se había ido hace un buen rato pero la verdad es que estaba sentado esperando a que Roier volviera.

Una vez todos se fueron, el moreno se quedó solo. Ya al ver los autos marcharse corrió de regreso a la habitación. No haría que su amante esperara.