13 | Perdón

Roier cayó de rodillas al suelo. Toda esa tensión acumulada le llegó y no pudo mantenerse de pie por más tiempo. Su rostro se volvió rojo y su garganta estaba más seca que nunca. Quería llorar con fuerzas y ganas. Y así fue,lágrimas comenzaron a caer por su rostro.

"Osvaldo,perdón.." dijo entre lágrimas y sollozos. El mencionado lo miró en silencio. Se veía tan patético de rodillas llorando y pidiendo perdón. No,no pidiendo,rogando por ese perdón. El mayor comenzó a caminar a la puerta en total silencio, como si Ro no estuviera allí. "¡Osvaldo,perdóname!" Rogó una vez más viendo como pasaba de él para irse.

La puerta se cerró tras él y esto lo dejó sintiéndose solo. Pero no por tanto tiempo,pues escuchó la voz de su amigo una vez más.

"Yo me enamoré de Melissa porque tú..." Dijo el blanco tras él haciendo que abriera los ojos con sorpresa. "Porque me recordaba a ti." Confesó haciendo que Roier se quedara paralizado en esa misma posición.

Osvaldo caminó hasta quedar frente a él una vez más. Roier alzó la mirada a él y lo miró en silencio con lágrimas y mejillas húmedas. Sentía que estaba totalmente sumiso y vulnerable ante él.

"De alguna forma,me recordaba tanto a ti que quise intentar mi suerte tan pronto llamó mi atención." Le dijo mirándolo con una expresión más suave. "Todo porque pensé.." Se colocó de rodillas frente a él. "..Que tú,Sebastián,no me corresponderías." Lo señaló por unos cortos minutos al mencionarlo.

"Osvaldo.." susurró otra vez el menor con una voz susurrante y entrecortada. No podía creer lo que escuchaba.

"Y tú estabas jugando conmigo todo este tiempo haciéndome creer que era una persona totalmente distinta a ti." Lo volvió a señalar para luego colocar su mano en su propio pecho con dolor. "No sabes lo mierda que se siente saber que nada fue real.."

"Nunca jugué contigo,Valdo,créeme. En ningún momento tuve esa intención." Le dijo con desesperación negando tratando de acercarse a él inclinándose un poco.

"¿Entonces porqué hiciste eso?" Le dijo molesto. O por lo menos, su tono lo era. "¿Porqué fingiste ser una mujer? ¿Porqué me besaste? ¡¿Porqué me hiciste este daño haciéndome creer que Melissa realmente existía?!" Le alzó la voz haciendo que se alterara un poco.

"¡Porque me gustas!" Le soltó alzándole la voz de regreso. "Desde hace tanto tiempo...Nunca quise llamar tu atención vestido de mujer pero lo hice de alguna manera y...te tuve detrás de mí por primera vez en tanto tiempo. Quise disfrutarlo pero no medí mis acciones." Dijo hipando entre llantos. "Nunca quise herirte,fui egoísta,fui un pendejazo infantil y...y..." No pudo seguir hablando pues entre sus patéticos sollozos fue interrumpido una vez más.

"¿Te gusto?" Preguntó Osvaldo,fue lo único que logró escuchar de todo eso. El moreno asintió mientras trataba de limpiarse su empapada cara. "¿Desde cuando te gusto?"

"Mucho tiempo." Murmuró.

Mariana negó confundido. Todo esto pudo haber sido evitado si tan sólo hubieran aclarado sus sentimientos por el contrario. Frunció el ceño y miró otra vez al chico frente a él.

Miró sus ojos rojos,sus pestañas húmedas,miró su nariz roja,miró sus labios hinchados. Era totalmente Melissa.. ¿Cómo no lo notó antes? ¿Quien carajos era Melissa tan siquiera? ¿Quien tenía en frente? ¿Melissa o Roier?

Su respirar se volvió pesado y su corazón latió a mil. Negó y con su gran mano tomó parte de la mejilla y cuello del moreno para atraerlo en un beso profundo. El menor abrió los ojos. Todo en su mente quedó en blanco y no supo que hacer. Pero luego pensó que no se quería quedar atrás.

Compartieron de un salado beso lleno de miles de sentimientos,no todos eran los mejores pero eran genuinos.

Y allí estaban los dos,en el suelo de aquella habitación-armario. Ambos de rodillas y besándose tan profundamente como si no hubiera un mañana. Todo mientras afuera se escuchaba el revoloteo de sus amigos pasándola bien en la sala cantando y riendo.